Imprès des de Indymedia Barcelona : http://barcelona.indymedia.org/
Independent Media Center
Notícies :: corrupció i poder
Territorios, naciones y mercados
05 oct 2013

http://www.diagonalperiodico.net/la-plaza/20010-territorios-naciones-y-m
750_1370512342bikini-groc.jpg
Un territorio es un espacio físico; una nación, un espacio imaginario, y un mercado, un espacio económico. En la ilusión del nacionalismo romántico, los tres niveles están unidos en una sola entidad: un territorio físico delimitado por cadenas montañosas o por ríos, con un Estado soberano y una distinción clara entre mercado interior y mercado externo. Este espejismo alimentó los movimientos nacionalistas europeos en el siglo XIX y estuvo presente en las luchas de emancipación nacional en los territorios coloniales. Pero la experiencia posterior ha sido profundamente amarga: ni unos ni otras fueron capaces de detener las constantes agresiones del capitalismo global, sino que quedaron subordinados a su dinámica.

No quiero decir con esto que sea mejor dejarlo todo como está. Sólo apunto a que el sueño nacionalista de una nación unida dejando aparte las diferencias de clase, de estatus, de género, de raza, de situación social, incluso de lengua…, no las hace desaparecer en el afán voluntarista de olvidarlas. Si estuviera en Catalunya no hubiera querido darme la mano con corruptos como los Pujol o como Millet. No hubiera tenido ningún problema con el vecino de arriba, a no ser que fuera un machista, un racista o un explotador. Pero hubiera querido escoger mi lugar en esta cadena y darles la mano a las personas con las que pueda construir comunidades compartidas, aunque no hablen catalán o sean de otra zonas del planeta. No hubiera querido participar sin más en una deriva que está ocultando la responsabilidad de las capas dirigentes catalanas en el deterioro de su población, acogiéndose al expediente fácil de cargarle las culpas a ‘Madrid’.

Tampoco se entienda que esta discrepancia con el discurso soberanista catalán significa apoyar el pernicioso nacionalismo español. La construcción de relaciones sociales y políticas equitativas es un derecho democrático básico y por consiguiente las personas que habitan un territorio tienen el derecho a decidir cómo quieren hacerlo y qué marco sociopolítico quieren darse. Pero el que lo hagan arrastrados por la ilusión nacionalista augura un fuerte desengaño a corto plazo. Sin una democracia mucho más potente y enraizada, la futura Catalunya independiente será tan corrupta, injusta y desigual como el actual Estado español.

Cambios bloqueados

Tampoco sirve la teoría de las fases: primero la independencia y después una democratización radical, o el socialismo, como se decía antes. Las fases sólo denotan qué sector lleva la hegemonía en el proceso y por tanto qué intereses ocupan el primer plano. Intereses y objetivos diversos deben plantearse simultáneamente, mostrando la heterogeneidad de la composición social y sus quiebras internas. De no hacerlo así, el espacio-tiempo de las transformaciones se cierra y los objetivos de la fase siguiente quedan postergados indefinidamente; los cambios se bloquean. Lo que ha quedado en segundo plano nunca acaba de conseguirse porque significa un riesgo para lo ya alcanzado y el statu quo se eterniza.

No nos engañemos: el nacionalismo no es una doctrina inocente. En tanto que se articula en torno a un sentimiento de pertenencia, puede impulsar movimientos de resistencia frente a una opresión que es percibida como viniendo de afuera, pero es muy fácil de instrumentar de modo identitario: cuanto más identitario sea, más proclive a derivar en prácticas de agresión y de discriminación contra aquellos que no lo compartan. Convertido en doctrina de Estado se conjuga mal con la heterogeneidad de las sociedades y tiende a excluir a los diferentes. Tiene además un sesgo masculinista que hace de las mujeres las eternas guardianas de las esencias patrias que debemos transmitir a las futuras generaciones.
El único correctivo contra esta deriva es una fuerte y radical democratización del poder acompañada de una crítica acerba contra los componentes discriminatorios del propio nacionalismo y de una mínima claridad sobre la dinámica regional y global del capitalismo contemporáneo. Las “cadenas alternativas”, como la que ha rodeado La Caixa, tendían a visibilizar esta relación, rompiendo la ilusión soberanista y haciendo emerger las costuras de la presunta unidad nacional.

Por eso son esenciales en todo el proceso. En ellas reposa la esperanza de que el “Estado propio” no congele el devenir de la sociedad catalana y, con ella, del resto del territorio hispano.

This work is in the public domain

Comentaris

Independencia de Catalunya, cuanto antes mejor
06 oct 2013
Y sin comerse la deuda que, pues si majete, han colado en Madrid la banca y los monopolios de toda escala desde el Congreso de los Diputados, mediante los cinco mosqueteros del rey PPSOECIUUPyDCCPNV, y sus marionetas menores.
Re: Territorios, naciones y mercados
06 oct 2013
Claro, en Catalunya la banca no han conseguido colar la deuda, aquí semos más listos, ¿verdad?. Catalunya Caixa no ha sido rescatada con esa deuda, claro que no, en realidad es un fondo perdido que nuestros amiguitos de Bruselas nos han dejao de buen rollito...
A través del Congreso español
06 oct 2013

Mira Unx, CITO:

El TSCG es votado en el Congreso por: PP, PSOE, PNV, CiU, CC y UPyD.

"La Ley Orgánica 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, que supuestamente obedece al mandato del nuevo artículo 135 de la Constitución y que en realidad desarrolla punto por punto el TSCG, se remite por el Gobierno al Congreso al día siguiente de la aprobación de dicho Tratado.

La Ley 2/2012 supone el mayor sojuzgamiento imaginable ante el menor atisbo de soberanía de los gobiernos del Estado, de las CC.AA y de los Ayuntamientos, y su aplicación se hace extensiva también a la Seguridad Social.

En un contexto de profunda crisis y por lo tanto, como decíamos, de intensa caída de ingresos de las Administraciones Públicas (AA.PP.), esa Ley establece en su Artº 1 la obligatoriedad de que el déficit estructural (que equivale a los gastos sociales) sea cero, o que haya superávit, y que la deuda no supere el 60% del PIB. Todo ello a perpetuidad.

Teniendo en cuenta que en 2012 el déficit estructural fue del 5,9%, 600.000 millones de euros, reducirlo a cero en 2020, o en 2018 como pretende el Gobierno, supone dar un hachazo demoledor y permanente al empleo y a los servicios públicos de sanidad, educación, servicios sociales y pensiones.

La Ley cierra además cualquier escapatoria, estableciendo férreos mecanismos “preventivos”, “correctivos” y “coercitivos” para obligar a su cumplimiento. En el caso de rebeldía del gobierno autonómico o local correspondiente –o sea, si persiste en el empeño de anteponer la satisfacción de las necesidades de la ciudadanía al déficit y la deuda- “se considerará su gestión gravemente dañosa para los intereses generales y podrá procederse a la disolución de los órganos de la Corporación Local incumplidora”. Artº 26.3. En el caso de que fuese un gobierno autonómico “el Gobierno del Estado podrá dar instrucciones a todas las autoridades de la Comunidad Autónoma ”. Art 261. Es decir, supone la intervención total, equivalente a la disolución de sus órganos.

Las fuentes de derecho a las que se refiere esta Ley son exclusivamente el Artº 135 de la Constitución y el TSCG.

Esta Ley fue votada por PP, CiU, UpyD, Foro y UPN. El PSOE no la votó, no porque no defendiera lo esencial, que deriva del Artº 135 y del TSCG, que apoyó con su voto, sino porque defendía que el déficit estructural debía ser el 0,4% del PIB y no cero.

Aunque esta Ley será objeto de un Informe específico de Red Roja, es evidente que ya podemos afirmar que las tres normas (Artº 135, TSCG y Ley 2/2012) constituyen un golpe de estado contra toda la normativa anterior, incluido el Artº 1º de la Constitución que establece el Estado Social y Democrático de Derecho.

Es la recentralización sin ambajes del Estado, el final de la soberanía".

Profundización de la crisis y cambio de ciclo en la lucha social. La construcción del referente político. / El TSCG es votado en el Congreso por: PP, PSOE, PNV, CiU, CC y UPyD.


En fin, esta claro que no es como tu dices, Unx, claro que a Catalunya se la han colado,como al resto, (anteriormente, en agosto de 2010, con voto del PSOE con el rollo del cambio constitucional para establecer la prioridad de pago de la deuda a los bancos sobre la de las inversiones social, a perpetuidad, también desde el Congreso Español de Madrid) figurando el presunto partido líder del movimiento independentista, el inefable CIU, como suscriptor de los desarrollos posteriores de esa ley, como has comprobado en la cita de arriba, y, también, en la primera línea del frente del independentismo, aunque en tono moderador y comprensivo, simultaneamente que en la primera fila, (compruébalo de nuevo) de su negación, aquí con mayor discreción pero a la vanguardia, todo ello a la vez y con toda la cara. Y digo de su negación, porque colando esas deudas a las administraciones locales catalanas, y suscribiendo esa ley, CIU en los hechos está negando la independencia nacional con rara astucia y energia. Esto no me lo invento yo. Claro que se la han colado a los obreros catalanes, ¿quién lo duda?

Re: Territorios, naciones y mercados
06 oct 2013
A ver si nos entendemos,

Que el congreso español sea el que haya supeditado el pago de la deuda al gasto social es algo obvio, por ser esta la institución legitimada para hacerlo. Que las derechas del estado se alíen con las políticas neoliberales de Merkel no debería sorprender a nadie. Pero el problema no radica en quien o quienes aseguren la devolución de la deuda si no en quien la ha acumulado. Y en ese caso no vale mirar hacia Madrid. Ha sido el rescate a la banca española (Catalunya Caixa incluida) la que nos condena, por ahora, al pago de la misma. La administración catalana es responsable de la estafa bancaria tanto como lo es la administración central, la única diferencia es que Bruselas no encuentra en Catalunya la institución que le asegure la devolución del capital invertido.

Desde esta perspectiva la "independencia" es una broma cruel, y obviamente, CiU lo sabe. De hecho ¿porqué no ha salido este tema durante la performance nacionalista? Adivina...

Y aquí vuelvo al párrafo del texto inicial que me parece más relevante:

"Tampoco sirve la teoría de las fases: primero la independencia y después una democratización radical, o el socialismo, como se decía antes. Las fases sólo denotan qué sector lleva la hegemonía en el proceso y por tanto qué intereses ocupan el primer plano. Intereses y objetivos diversos deben plantearse simultáneamente, mostrando la heterogeneidad de la composición social y sus quiebras internas. De no hacerlo así, el espacio-tiempo de las transformaciones se cierra y los objetivos de la fase siguiente quedan postergados indefinidamente; los cambios se bloquean. Lo que ha quedado en segundo plano nunca acaba de conseguirse porque significa un riesgo para lo ya alcanzado y el statu quo se eterniza."

Si todavía no tenemos claro qué grupo ostenta la hegemonía en este proceso, cuáles son sus intereses y cuál es su objetivo, estamos condenados a hacer el papel de tonto útil (otra vez).
Re: Territorios, naciones y mercados
06 oct 2013
Vaya por delante que no solo es la deuda. Si el dolar se hunde y comienza una devaluación monetaria en Europa, la inflación correría relativamente en contra de los acreedores. Si hubiera una salida o expulsión del euro por parte del estado español, con devaluación monetaria, y rápido proceso de inflación, dado que la deuda corre en euros, esta sin embargo, por el contrario, sería todavía más arruinante. Pero no solo es la deuda, quede claro.

Con relación al origen de la deuda, y su incardinación o no en un proyecto de independencia nacional, son dos cuestiones distintas. Por otro lado, afirmar una legitimidad en el Congreso español para endosar deuda a capricho sobre una población, sea catalana o guanchibaba, es una cuestión bien despejada por la historia de los movimientos de clase particularmente en Suramerica en las ultimas décadas, no hay tal legitimidad ni tal legitimación, y es antidemocrático de base, como que una nación se le nieguen las libertades nacionales desde hace varios siglos, ambos procederes son ilegitimables en parlamento alguno.

El origen de la deuda es responsabilidad capitalista, negarla una necesidad obrera. Negar pues la legitimidad de la deuda capitalista, desde un movimiento de masas, obrero y popular, en un pie de igualdad con la negación de la negación de las libertades nacionales, es sencillamente disputar la hegemonía en dos niveles fundamentales a la burguesía. Esto implica un salto cualitativo de la clase obrera en Catalunya, y configura una independencia nacional con una dimensión internacionalista proletaria innegable, pues sus avances benefician a todo el proletariado de su entorno.

Termino, quién tiene la hegemonía es un dato táctico, no es absoluto ni definitivo, lo que estoy intentando despejar aquí es si hay o no capacidades revolucionarias en los obreros catalanes para comprender que asumir la lucha por la hegemonía en el proceso de independencia nacional sacando a la burguesía de la palestra, a esa escala, tanto a la española con la negación de la pertenencia de Catalunya al estado capitalista español como a la catalana, con la negacion de la deuda que esta tan alegremente quiere seguir endosando, esto, sería un paso adelante de gigantes, y no una perfomance ni un brindis al sol.

Negar, termino, la potencialidad revolucionaria de la independencia nacional - en los términos de ruptura de la hegemonía de la burguesía también catalana que vengo exponiendo - es, en mi opinión, un error político grave, quizás definitivo para los sectores que desaprovechen la oportunidad histórica de lucha y avance que se están abriendo ahora para la clase obrera catalana.
Re: Territorios, naciones y mercados
06 oct 2013
Confundí legitimidad con legalidad, sorry. Todo el mundo entiende que la deuda es ilegítima por ser causada por la banca (burbuja inmobiliaria) y legalizada (que no legitimada) por la clase política.

Si niego ese potencial "revolucionario" al proceso independentista es porque el objetivo no es ni más ni menos que una consulta, el resto queda postergado en el limbo, en un "ara no toca". Y la razón de que el proceso sea éste y no otro, no es tanto por el papel de la clase trabajadora, que no juega otro que no sea el de votar en un futuro referéndum, si no por el papel dirigente de las clases medias en el proceso. Es SU proceso y no el nuestro. Este proceso no es revolucionario sino más bien contrarrevolucionario pues la batuta la llevan los mismos que han legalizado (ahora sí) la deuda. Este proceso no va ligado ni tan siquiera a una regeneración democrática, justo al contrario, perpetua el modelo que ha demostrado ser del todo insuficiente para asegurar unos mínimos de bienestar. Y digo que es contrarrevolucionario porque está limando las diferencias de clases en pos de alcanzar un hipotético paraíso terrenal. Venden futuro y se lo estamos comprando. Volvemos a delegar nuestras esperanzas en nuestros verdugos.

Tu punto de vista se podrían resumir, corrígeme si me equivoco, en que tu ves una "probabilidad" de cambio social en un proceso donde ni tan siquiera se ha planteado tal cambio. Para romper la hegemonía de la burguesía local no hace falta un país nuevo, ni tampoco hace falta sumarse a un proyecto donde no juegas ningún papel más que el de espectador contemplativo, ni poner tus energías y esfuerzos en un futuro "probable".
Si quieres romper la hegemonía de la burguesía catalana, puedes empezar mañana mismo.

¿Quién te lo impide?
Re: Territorios, naciones y mercados
07 oct 2013
no es ni una cosa ni otra, sino ambas

negar el caracter revolucionario del "proceso" es faltar a la honestidad y a la realidad tanto como negar su caracter contrarrevolucionario, se keda a la misma altura

ahora, partiendo de aki, de ke lo ke tenemos delante no es ni blanco ni negro me gustaria leer vuestro analisis y propuestas, algo mas ke un rifi-rafe revolucionario-contrarrevolucionario
Re: Territorios, naciones y mercados
07 oct 2013
Mi convicción es que la independencia nacional de Catalunya llevada por la clase obrera, necesariamente es revolucionaria.

El predominio burgués en la configuración del proceso de masas, en método y en fijado de límites del contenido de la independencia nacional, con la reducción de la autodeterminación nacional catalana a un simple proceso de autodeterminación formal, no implica que no haya otra independencia nacional posible.

Esta otra independencia nacional es revolucionaria, y no depende tanto de la voluntad como de la coyuntura histórica, a pesar de las apariencias. Esto es así porque lo que ha percutido el gran movimiento popular en favor de la independencia y la rápida intervención de la alta burguesía para comandarlo y disciplinarlo, no ha sido otra cosa, en ultimo analisis, que la profunda crisis capitalista mundial, y esta sigue desarrollándose. Por esto es una ingenuidad política no introducir en ese deseo popular difuso de cambio, a traves de la lucha por la independencia nacional, los contenidos de un programa político, primero de mínimos, de la clase obrera catalana, que aún siendo de mínimos desquiciarán, sin duda, a las burguesías española y catalana. Por ejemplo, la lucha por incluir en el acto constituyente del nuevo estado la abolición de la deuda y la austeridad endosadas a la población durante estos años.

En lugar de asustarse, a partir de un programa de mínimos que hay que elaborar sobre el terreno, la clase obrera catalana tiene que luchar, es cierto, por autodelimitarse con respecto a la pequeña y mediana burguesía, y comenzar asi a apropiarse con ese programa del eje independencia nacional de Catalunya, no solo no renunciando a ella, sino aclarando que no habrá, que no puede haber independencia nacional si esta no es realizada por y para la clase obrera catalana. Creo que esa es la posición correcta y no la de reducir el eje independencia nacional de Catalunya a la mera versión burguesa de ese importantísimo eje político. Por esto creo que Montserrat ha caido en un reduccionismo, a partir de una critica a la actual hegemonia burguesa en el proceso, en principio correcta, tras el que se olvida de informar a los obreros catalanes de la potencialidad revolucionaria de la independencia nacional.
Re: Territorios, naciones y mercados
07 oct 2013
Si Montserrat cae en un reduccionismo tu caes en una abstracción.

La clase trabajador catalana se organiza entorno a movimientos sociales que le permitan mejorar, de hoy para mañana, su precaria situación. Léase la PAH o las asambleas de parados, agudizando así la lucha de clases, rompiendo esa hegemonía burguesa de la que hablabas. La clase obrera catalana es ajena, no ve como propio, el proceso independentista, por la sencilla razón de que no hay resultados a corto plazo que les permita mejorar su situación. El futuro idílico no se lo cree nadie. Tu abstracción de las maneras de hacer y funcionar de las clase obrera es digna de admiración. Sólo tienes que pasarte por cualquier asamblea de las antes mencionadas para darte cuenta de que, como mínimo, en cada una de ellas se pueden llegar a hablar cuatro o cinco lenguas distintas. Una reivindicación identitaria en este contexto es marciana... para la clase trabajadora. No hay una cohesión cultural como la hay en las clases medias, y eso es evidente. Tu abstracción es fruto de una descontextualización mayúscula, planteas una posibilidad partiendo de un contexto erróneo.

Por otro lado, lo que se está consiguiendo en estos momentos gracias al trabajo militante de muchas personas era impensable hace tan sólo unos años. La cohesión, el apoyo mutuo y la solidaridad entre miembros de una misma clase, aunque la mitad no sepan escribir el nombre de la otra mitad, es digno de mencionar. Poco a poco se vuelven a entretejer los lazos que fueron cortados tras años de desconfianza e individualismo. Y es esta la vía por la que hay que continuar, quizás no sea la VIA CATALANA, pero es la de la clase trabajadora.
Sobre abstracciones
07 oct 2013
No estoy sobre el terreno, eso tengo que reconocerlo. Pero conozco la dinamica de las asambleas de parados, que dificilmente puede ser determinante si no buscan (y encuentran) enlaces, sorbe todo politicos, con el sector empleado de la clase, con independencia del grado diversidad interna que tengan.

Por otra parte, creo que el concepto "clases medias" es erróneo. Una abstracción, también, cuando menos, pues son fracciones intermedias y en movimiento, entre las dos grandes clases sociales, que no forman una clase social, en esa zona de indeterminacion temporal entre grandes clases sociales conviven fracciones de la pequeña y mediana burguesia con cuadros tecnicos pero también con gran numero de asalariados que en determinadas coyunturas y contextos geograficos pueden alcanzar un poder de compra considerable. Al no constituir una clase, no pueden tener una política propia, y en el marco de la crisis sistemica pueden protagonizar repentinos y profundos movimientos hacia la politica de una u otra clase. Por esto, creo que es desacertado pensar que toda síntesis política es una abstracción, y esto aunque apunte tu critica, creo que también merece consideración.

Beno, mila esker zure arretagatik
Re: Territorios, naciones y mercados
08 oct 2013
La Generalitat de Cataluña fabrica su 'reino' reinventando la historia de España
Afirma que adquirió la 'soberanía' de Aragón y que sus dominios incluyeron Sicilia y Cerdeña


Cataluña fue un reino, la Casa de Barcelona se anexionó Aragón en 1137, y el "rey de Cataluña" Jaime I el Conquistador creó los 'Países Catalanes'.

Como detalla magistralmente Roberto Pérez en 'ABC' este 7 de octubre de 2013, son algunas de las perlas que salpican el particular relato de la historia que difunde la Generalitat de forma oficial a través de su portal de internet, tanto con textos como con diversos vídeos.

En su afán por hacer valer un pretendido carácter histórico de «nación» y de «estado» catalán, la web de la Generalitat se explaya en un relato en el que vapulea la realidad y llega a afirmar que adquirió la soberanía del Reino de Aragón en 1137.

Una suerte de supuesta «anexión» -en los rótulos de uno de sus vídeos utiliza expresamente este término- que choca con la verdad histórica y con lo que reflejan los archivos regios de la Edad Media, en los que nunca aparece Cataluña como reino, sino únicamente como Condado de Barcelona.

En 1137, el rey Ramiro II de Aragón pactó el matrimonio de su hija Petronela con el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV. Ramiro II no otorgó el título de rey al catalán, sino únicamente le reconoció el de Príncipe, por la vía de este matrimonio.

Petronela queda como única titular del Reino, y en documentos oficiales librados por ella se refiere a su marido exclusivamente como Conde de Barcelona. Casi un siglo después, el rey Jaime I se expresa oficialmente como «Rey de Aragón y de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgel».

Desde el matrimonio entre la reina Petronila y el conde Ramón Berenguer IV, Cataluña quedó como un territorio más de la Corona de Aragón.

Sin embargo, la web de la Generalitat llega a asegurar que «en 1137, el rey Ramiro II de Aragón cedió la soberanía de su reino y la mano de su hija, Petronela, al conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV».

Nada que ver con el auténtico pacto matrimonial.

Para eludir el hecho de que las tierras catalanas eran en realidad parte de la Corona de Aragón, la web de la Generalitat acuña otro término: «confederación catalano-aragonesa», que gusta alternar con otra invención nacionalista, la «Corona catalano-aragonesa».

La realidad es que jamás existieron tales.

Imperio mediterráneo

Pero eso le permite hilar el discurso para, en otra parte de esa historia difundida por la Generalitat, presentar al rey de Aragón Jaime I como «rey Jaime I de Cataluña».

En otra sección de la misma web oficial se muestra un vídeo, elaborado por el propio Gobierno catalán, en el que se habla de «La expansión del Casal de Barcelona por el Mediterráneo».

En él se elogia a Jaime I El Conquistador, pero en ningún momento se le cita como rey de Aragón. La omisión ayuda a dejar el poso -falso- de que se trataba de un rey catalán y de que Cataluña era reino.

En el mismo vídeo se llega a afirmar que «Jaime I es un monarca muy importante para la historia de Cataluña», porque «conquistó cuatro reinos y creó lo que denominamos los Países Catalanes».

A renglón seguido asegura que, con él, «los dominios de Cataluña se extendieron por todo el Mediterráneo», que «tras Mallorca y Valencia llega Sicilia», y que años después se incorporarían a esos «dominios de Cataluña» Cerdeña y Nápoles.

La realidad histórica es que nunca existió un reino de Cataluña. Ese territorio se unió al Reino de Aragón como Condado de Barcelona, y esa fue la condición que tuvo en todo momento dentro de la Corona de Aragón. Desde entonces -y nunca varió la fórmula-, el monarca tenía los títulos de rey de Aragón y conde de Barcelona.

Es clarificador el propio pacto entre el rey aragonés Ramiro II y el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV. Cuando Ramiro II dispuso unir en matrimonio a su hija Petronila con el conde de Barcelona, dictó una declaración en 1137 en la que, lejos de «ceder la soberanía» de Aragón a Cataluña -como afirma la web de la Generalitat-, el rey aragonés dejó claro cómo se hacía esa unión:

«Yo seré Rey, señor y padre en el citado reino y en todos los condados hasta que me plazca».

1. Jaime I creó los «países catalanes»

El imperio mediterráneo de la gran Cataluña

Lo que dice la web
«Jaime I es un monarca muy importante para la historia de Cataluña», relata un vídeo oficial de la Generalitat colgado en su web institucional. «Conquistó cuatro reinos y creó lo que denominamos los Países Catalanes». Eludiendo por completo a la Corona de Aragón, a la que pertenecían los territorios de la actual Cataluña, el mismo montaje asegura que «los dominios de Cataluña se extendieron por todo el mediterráneo». Incluye como tales a Mallorca, Valencia, Sicilia, Cerdeña y Nápoles. La web de la Generalitat gusta en pregonar términos de nuevo cuño como «Confederación catalano-aragonesa» o «Corona catalano-aragonesa».
La realidad
El rey Jaime I era el titular de la Corona de Aragón, y Cataluña nunca tuvo dominios en el Mediterráneo porque no tuvo entidad regia diferenciada. No pasó de ser uno de los territorios que quedaron incorporados al Reino de Aragón como consecuencia de la expansión de éste a lo largo de la historia. Fue la Corona de Aragón la que fue extendiendo sus dominios por la Península y el Mediterráneo, primero con el rey Jaime I y luego con sus descendientes, que mantuvieron siempre la misma condición de reyes de la Corona de Aragón. Jamás existieron los «Países Catalanes» ni la «Confederación catalano-aragonesa» o la «Corona catalano-aragonesa», términos acuñados por el nacionalismo catalán a los que la Generalitat recurre con frecuencia en su particular relato histórico. Los dominios del Mediterráneo lo fueron exclusivamente de la Corona de Aragón, no como los presenta la Generalitat: una pretendida posesión del «Casal de Barcelona».

2. Cataluña como «reino»

La imaginativa «anexión» de Aragón con un matrimonio

Lo que dice la web
El linaje Wifredo el Velloso (siglo IX) fue «el embrión de la Corona de Aragón, al unir su destino al reino aragonés en virtud de los problemas dinásticos que sufría esta monarquía». «Ramón Berenguer I, conde de Barcelona, es prácticamente rey de Cataluña; su poder sobre el resto de condados no hace sino aumentar». «A partir de Ramón Berenguer IV, los condes de Barcelona también serán reyes de Aragón», fruto de una supuesta «anexión» del Reino de Aragón al «reino» de Cataluña. Y Jaime I (siglo XIII) fue «rey de Cataluña y Aragón».
La realidad
En el siglo IX el norte de Cataluña era un territorio dividido en condados. El linaje de Wifredo el Velloso nunca fue «embrión» alguno de la Corona de Aragón, sino una línea hereditaria de dominios condales. Así se llega al conde Ramón Berenguer IV, que incorporó esos territorios condales al dominio del Reino de Aragón cuando el rey aragonés Ramiro II casó a su hija Petronila con Ramón Berenguer IV. El pacto matrimonial fue nítido al respecto. Y los documentos reales posteriores así lo destacan también. El Reino de Aragón se anexionó por la vía del matrimonio el Condado de Barcelona y configuró la Corona de Aragón, y no al revés -la Generalitat sostiene la falsa e imaginativa tesis de que la anexión fue a la inversa, que un condado, el de Barcelona, se anexionó un reino, el de Aragón-.
Por ejemplo, ante el nacimiento del hijo de Petronela y Ramón Berenguer IV, la reina firma un documento en el que deja claro que ella es la titular del reino, no su marido, al que se refiere exclusivamente como «Conde de los barceloneses». La web de la Generalitat se refiere a Jaime I como «rey de Cataluña y Aragón» tratando de equiparar la condición histórica del Reino de Aragón a un supuesto reino de Cataluña que jamás existió. El propio Jaime I -y fue norma extendida por todos los monarcas de la Corona de Aragón- se expresó en todo momento como «Rey de Aragón y de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgel».

3. el «estado» catalán

Cataluña era un «Estado» hasta que Felipe V acabó con él...

Lo que dice la web
Sobre la etapa de la Guerra de Sucesión (1701-1713) se afirma que «la apuesta de Cataluña en favor de Carlos de Austria y contra Felipe V, en el conflicto sucesorio por la corona española, supuso la pérdida de todos los derechos y de las instituciones de gobierno que tenía como estado, dentro de la monarquía hispánica».
La realidad
Cataluña no tuvo nunca la consideración real de «Estado». No pasó de ser uno más de los dominios de la histórica Corona de Aragón. Los nacionalistas presentan la Guerra de Sucesión y los posteriores Decretos de Nueva Planta de Felipe V como un episodio de represión sufrido por el «país». La realidad es que Cataluña no fue un «Estado dentro de la Monarquía Hispánica», como apunta la web.

4. en el nuevo mundo

...Y ya era un «país europeo» cuando se descubrió América

Lo que dice la web
La Generalitat afirma que «Cataluña, como otros países europeos», operaba comercialmente con América desde Sevilla y Cádiz porque «el Nuevo Mundo, por orden de Isabel la Católica, se incorporó en exclusiva al Reino de Castilla».
La realidad
Ni antes, ni durante ni después del reinado de los Reyes Católicos Cataluña tuvo la consideración de «país europeo» ni, por tanto, operó como tal en el comercio con América. Cataluña era una parte más de la histórica Corona de Aragón.
Sindicato Sindicat