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Notícies :: laboral
Contramarcha 64(Solidaridad Obrera)
per Soli	19 set 2013
Ante las dificultades que mantenemos de subir a la web el Contramarcha 64 en pdf, subimos los textos del mismo por orden en el que se recogen en el periódico: http://www.solidaridadobrera.org/index.php?option=com_content&view=artic:contramarcha-64&catid=67:contramarcha&Itemid=334
CONTRA LAS SUBVENCIONES Y COMPRAS DE VOLUNTADES Solidaridad Obrera no recibe subvenciones, mantiene todos sus gastos exclusivamente con las cuotas de sus afiliados. Solidaridad Obrera no tiene liberados, sus delegados acuden a sus puestos de trabajo con regularidad, toma sus decisiones horizontalmente en asamblea en la que todo afiliado tiene la misma condición y los mismos derechos. Solidaridad Obrera no recibe ningún euro del Estado, ni de la Patronal, ni por patrimonio histórico como reciben UGT y CNT principalmente; ni por patrimonio acumulado (que reciben CCOO, UGT, CGT, USO, etc), ni por cursos de “formación profesional” (CCOO, UGT, CGT, USO, etc), ni por miembros en los comités de empresa (CCOO, UGT, CGT, USO, etc). Sobre Patrimonio Sindical Histórico, aquel que fue incautado por la dictadura franquista en 1939. La UGT solicitó en su día 270 millones de euros, en 2006 recibió 149,2 mill. y la propiedad de 26 inmuebles. Ya en 1986 había recibido 4.144 millones de pesetas unos 25 millones de euros. La CNT reclama 10 millones de euros y tiene cursadas 5.191 solicitudes de devolución, de las cuales sólo han sido admitidas 386 y quedan pendientes 34, el importe a compensar es de 7.364.222 euros. En 1986 había recibido del estado 248 millones de ptas. en este concepto. Al sindicato vasco ELA-STV le fueron reconocidas sus 192 solicitudes, recibiendo 761.287,51 euros. Las subvenciones recibidas por miembros de representantes elegidos en comités de empresa, según los datos aparecidos en el Boletín Oficial del Estado, CCOO y UGT han recibido 5.193.987,18 euros y 5.067.925,15 euros, respectivamente. Y esto no es más que la punta del iceberg, ya que además tienen diferentes subvenciones de las distintas comunidades autónomas. Por otra parte hay decenas de otros “sindicatos” (USO, CGT, ELA, CIG, CSIF, etc) y asociaciones que también reciben subvenciones, incluidas las asociaciones empresariales de la patronal, que son también un buen número. Resulta sangrante que mientras se multiplican los despidos, se reducen los salarios, las pensiones y el subsidio del paro, se implanta el copago sanitario y se generalizan los recortes de todas las prestaciones sociales, se sigan manteniendo la mayor parte de las subvenciones a estas organizaciones. Las subvenciones a los “sindicatos” no son ayudas sociales, son la recompensa por los servicios prestados por la desmovilización permanente y la desorganización en la que mantienen a la clase obrera. Son un robo a los trabajadores y una fuente de privilegios y de corrupción. Estos organismos (sindicatos, partidos, iglesias etc) deberían financiarse con sus propios recursos, es decir con las aportaciones de sus propios afiliados, asociados o fieles y no a costa de todos los ciudadanos por medio de subvenciones directas o indirectas. En realidad es una captación ilegítima de fondos públicos, para mantener sus estructuras. Es el caso de los sindicatos con miles de liberados, profesionales del sindicalismo, que son en gran medida responsables de la desmovilización generalizada que padecemos, y que conlleva los miles de despidos, ERE’s, rebajas salariales y pérdida de derechos. Las subvenciones van contra los intereses de los trabajadores y contra los principios del sindicalismo,. Ninguna organización subvencionada puede llamarse sindicato, pues las organizaciones obreras tienen que ser independientes y sostenerse con las cuotas de sus afiliados, garantía contra la corrupción y el acomodamiento. Pero estas no son las únicas subvenciones a las organizaciones del sistema, no debemos de olvidar las subvenciones a los partidos políticos (escandalosas e ilegales) o las organizaciones religiosas. Principalmente a la Iglesia Católica que disfruta de exenciones fiscales y negocios lucrativos “concertados” (escuelas, colegios, universidades, etc) e innumerables privilegios incompatibles con un Estado aconfesional, tal como recoge la Constitución del 78. Tampoco podemos olvidar a la Monarquía, institución inútil, ostentosa, arcaica, amoral, cara y obsoleta; que participa de todos los vicios de los poderosos sin aportar nada a la sociedad. Si a las subvenciones le sumamos el saqueo generalizado de los fondos públicos por parte de políticos y empresarios, como han puesto de manifiesto los miles de casos de corrupción y las privatizaciones de los servicios públicos (sanidad, educación, transporte, etc) tenemos como resultado la desastrosa situación económica y social que padecemos.
Mira també: http://www.solidaridadobrera.org/
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