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Notícies :: guerra
Elegía por el Dr. Gasal Al Masri, guerrillero de Deraa (Siria)
30 jun 2013
En el mes de noviembre de 2012 cruzó clandestino el paso fronterizo de Jaber, situado muy cerca de la ciudad de Deraa, para cumplir una cita con la muerte.
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Esta es la semblanza de un hombre comprometido con el sufrimiento de su pueblo, de un médico pediatra de origen sirio residente en Amman, Jordania, que optó por tomar las armas para enfrentar a la dictadura de Bachar Al Assad. El Dr. Gasan Al Masri de 57 años, nacido en la ciudad de Deraa padre de cinco hijos y de honda fe musulmana desde el comienzo de la revolución Siria le surgió la firme determinación de unirse a la yihad. Y no solo él sino tambien otro de sus hijos de nombre Anas caído igualmente en un combate en la frontera sur cerca de los altos del Golán.

Yo lo conocí en el hospital Akkila de Amman donde atendía a mis hijos en su consulta. Aunque su carácter era parco y reservado confraternizó muy bien conmigo al saber que estaba estudiando la historia de Oriente Medio. Jamás faltaba a las manifestaciones convocadas en Amman por la oposición Siria y asumió en carne propia el inmenso sufrimiento de su pueblo. El Doctor Gasan no era uno de esos seres indiferentes que sin mayores remordimientos de conciencia callan miedosos y se esconden acobardados. Inmersos en una sociedad colonial capitalista cuyo único fin es la alienación y el consumo se echa de menos aquellos seres solidarios capaces de sacrificarse en pos de un ideal libertario.

Él no podía soportar ese perpetuo conteo de muertos, heridos, masacrados, torturados que veía a través de las noticias de televisión. Esas escenas cargadas de sinigual violencia, una agresión criminal imperdonable contra un pueblo indefenso que le rompía el alma. No sabemos muy bien cuales son los mecanismos que empujan a una persona a abandonar su trabajo, su familia, su prestigio, su tranquilidad, para irse al frente a sumarse a la resistencia. Hay que tener coraje para tomar esta decisión aunque él tenía muy claro que debía los preceptos del Islam que lo obligaban a sumarse a la guerra santa. En el mes de noviembre de 2012 cruzó clandestino el paso fronterizo de Jaber, situado muy cerca de la ciudad de Deraa, para cumplir una cita con la muerte.

En Siria la cruel represión del ejército de Bachar Al Assad ha sido el detonante de la guerra civil. Los bombardeos indiscriminados, el lanzamiento de cohetes Scud, el uso de artillería pesada contra al población civil nos demuestra el inmenso desprecio por la vida de sus ciudadanos. Sin olvidarnos de los pueblos y ciudades demolidos, las infraestructuras colapsadas y la economia totalmente en quiebra. Siria es un estado fallido al que le esperan largos años de reconstrucción y una inestabilidad constante fruto del sectarismo y las ansias de venganza.

Y lo peor de todo es esa generación de niños asesinados, torturados, presos, heridos, desterrados o huérfanos. Millones de niños a los que se les ha negado el derecho a una vida digna. Por eso él como médico pediatra tenía un compromiso ineludible para con ellos. Tal vez su amor por esa humanidad desvalida no le permitía dormir tranquilo, mirar para otro lado y seguir su rutina diaria como si nada hubiera pasado.

El Dr. Gasan Al Masri se encargaba de curar a los niños en el hospital Akkila, llevaba una cómoda existencia sin sobresaltos, estabilidad económica y prestigio profesional. Como médico creyó que podría ser mas útil en el frente de Deraa, así que colgó el estetoscopio y empuñó una ametralladora antiaérea. Apostó la vida sin dilaciones a sabiendas de que talvez su única recompensa sería el martirio. Una noche su hijo Mohamed me llamó por teléfono para transmitirme la triste noticia que había caído en combate. Un francotirador le disparó un certero tiro en la frente que le levantó la tapa de los sesos. Su cuerpo fue recuperado por sus compañeros y conducido de vuelta a su hogar para recibir el homenaje póstumo.

El pasado día miércoles 19 de junio me dirigí al campo de refugiados de Zaatari a participar en una manifestación convocada por los grupos de la resistencia siria. Allí encontré a miles de personas reclamando en voz alta que les entregaran armas antes que pan o leche, porque- según ellos- lo que necesitaban urgentemente era granadas, ametralladoras y munición para enfrentarse a los milicianos de Hezbollah, a los guardianes de la revolucion iraníes y o los grupos chiitas de Iraq. A mi me invitaron a cruzar esa misma noche la frontera junto a un grupo de 2000 refugiados que regresaban dispuestos a engrosar las filas de la rebelión. Saben de antemano que sus familiares y sus hogares se encuentran en peligro. Los odios sectarios entre sunitas y chiitas o alawies hace imposible cualquier diálogo o al menos una tregua que permita atender a la población civil que se halla inmersa en una crisis humanitaria sin precedentes. La comunidad sunita en Jordania, en Líbano, Kuwait, Egipto, Arabia Saudita, Qatar se en hacer colectas para aprovisionar armas y pertrechos a los yihadistas. De todo el mundo islámico e incluso de Europa y EEUU llegan voluntarios a unirse a la guerra santa contra los « herejes » aliados de Bachar el Assad.

Muchisimos refugiados de Zaatari han elegido irse a los frentes de batalla antes que seguir ahí abandonados pudriéndose de asco. Dependen por completo de la ayuda humanitaria que reparte la ONU y demás organismos internacionales o las ONGs para poder sobrevivir. No tienen trabajo, hacinados en tiendas de campaña, comiendo basofia, soportando el sol abrazador y las tormentas de arena que barren la meseta esteparia se sienten prisioneros de las autoridades jordanas. En el último mes a pesar de los duros combates que se libran en la línea fronteriza miles de ellos la han cruzado clandestinamente. La internacionalización del conflicto es un hecho inconstestable, la intervención extranjera es algo que se preveía desde un principio. Este es el último de la guerra fría: EEUU y Europa y la mayoría de los países árabes apoyan a la oposición mientras Rusia, China, Irán y Hezbollah soportan al régimen de Bachar al Assad.

Esa noche en la frontera se escuchaba el retumbar de los cañonazos. La vía estaba expedita pues ningún soldado del ejército sirio o el jordano hacían acto de presencia. Solamente los milicianos ELS o el frente Al Nusra son los que controlan los accesos a Deraa y a los pueblos de la provincia como Sanamein, Elnaymah, Al Yadudah, Athman, Tal Shihab, Zaizoun, Alajami, Jilleen, Tafas, Nasib, El Taebah, Saida o Garyiah. Los milicianos me confiesan que en los últimas semanas les han remitido del exterior un valioso armamento de última generación: bazokas, misiles antiaéreos, fusiles de alta precisión, gafas de visión nocturna, chalecos antibalas y material de comunicaciones con los que piensan dar un vuelco cualitativo a la contienda. Un guerrillero cubierto con una keffiyeh vinotinto nos advierte que es imposible acercarse al casco urbano de Deraa y que por los tantodebemos dar marcha atrás. Para que arriesgarnos y tentar la suerte por aquí los francotiradores actúan con destreza y el fuego de morteros o los disparos de la artillería es una amenaza latente que hay que tener muy en cuenta.

Los refugiados sirios, por el contrario, transportando maletas y bultos siguen su camino internándose en territorio hostil. La mayoría son jóvenes aunque tampoco faltan adultos y hasta se ve por ahí uno que otro niño o anciano. Les espera la guerra, de antemano saben que este no es un juego y que aquí en cualquier momento pueden morir igualo a lo que le ha acontecido a miles de sus hermanos. Asi que muchos no pueden disimular el miedo e imploran la protección de Allah igual que lo hiciera en su momento el doctor Gasal al Masri. Al menos les sirve de consuelo que como martires iran directos al paraíso donde gozarán la más preciada de las recompensas. La última voluntad del Dr Gasan fue que en su funeral nadie se entristeciera, que lo llevarán en andas cantando las suras del Corán. El día que lo enterraron en el cementerio de Amman de inmediato se alistaron al yihad más de 50 voluntarios que al grito de ¡Allah Akbar! juraron vengar su memoria.


Carlos de Urabá 2013
frontera jordano-siria

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Comentaris

Re: Elegía por el Dr. Gasal Al Masri, guerrillero de Deraa (Siria)
30 jun 2013
Es va morir d'indigestió? Potser el cor dels enemics que mengen era massa dur?
En ser metge devia tenir experiencia en tallar colls, se li var escapar el ganivet de la má?
Re: Elegía por el Dr. Gasal Al Masri, guerrillero de Deraa (Siria)
30 jun 2013
Segurament, quan van matar al "Che", vas fer el mateix acudit. Com sou d'avorrits i previsibles els democratafeixistes.

Encara hi ha gent que te ideals i afortunadament, no són com els teus.
Re: Elegía por el Dr. Gasal Al Masri, guerrillero de Deraa (Siria)
30 jun 2013
Sou uns CUCS del capitalisme d'estat
Sindicato Sindicat