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[México] La nueva estrategia de seguridad de Peña Nieto. O cómo matar a los rebeldes en caliente.
per libertad presxs en lucha!	20 des 2012
Enrique Peña Nieto, otro que se suma a la larga lista de los más infames presidentes de la República de los Estados Unidos de México, presidió su primer Consejo de Seguridad, en el que anunció la aplicación de una nueva estrategia de seguridad, en la que contempla un plan con seis ejes de actuación.
En lo orondo de sus rostros, y en el volumen de sus estómagos contentos, nadie se puede hacer ni una vaga idea de la pobreza que vive su pueblo con su mal gobierno. Peña Nieto dejó de lado las trágicas políticas de limpieza de fachada de su antecesor, y se decidió a pasar a los "hechos", incorporando en su plan a los gobernadores de los Estados, en lo que ha llamado "lucha contra la violencia", eludiendo en todo momento nombrar el narcotráfico. Esta estrategia de "seguridad" cuya importancia principal, en palabras del propio Nieto, es la de "dar resultados", lleva implícita la creación de una Gendarmería Nacional, que toma como referencia el modelo de la Guardia Civil española, con la pretende coordinar la lucha "anticrimen". Para ello entre otras muchas e infames medidas, el señor presidente va a destinar en el 2013, la cantidad de 6.800 millones de euros (115.000 millones de pesos) en un plan de prevención del delito; un dinero que se le arrebata al pueblo mexicano, al que en gran parte sigue condenando a la pobreza y a la miseria. Casualmente esta cifre coincide con la valoración oficial del costo que la "inseguridad" produjo en el sector empresarial en el 2011, y hacia el que Peña Nieto y su gobierno de "hechos", tiende su mano al igual que hicieran sus predecesores, y con los que, de la misma manera que sucede con el narco, es preferible transar a acabar con la corrupción generalizada que se extiende como una plaga en el país, y que tiene como objetivo las clases socialmente más desprotegidas. El nuevo gobierno del PRI quiere ofrecer al mundo exterior una imagen desnarcotizada de México, con medidas como los programas de prevención del delito, la regionalización de la seguridad, el mando único policial, etc…; medidas que ya se intentaron en otro tiempo…, y fracasaron. Entre las cuestiones que olvidó el señor presidente, se encuentra una costumbre "profiláctica" muy extendida en los grandes grupos de poder de los negocios y la política: el lavado de dinero. Otro de los grandes silencios de la ejecutiva del gobierno, son las graves desigualdades sociales que recorren de punta a punta este enorme país y que hacen de él, uno de los que más grupos de guerrillas tiene en activo. Siguiendo con los olvidos, en ese plan de seguridad no aparece para nada la mención de esa estrecha colaboración, que se está llevando a cabo para el control de aduanas, con el gobierno y el ejército gringo. Tampoco hubo recuerdo alguno para todas esas comunidades zapatistas que resisten día a día el abuso y la arrogancia de este mal gobierno con su invisible guerra sorda por el neoliberalismo y contra la humanidad. Tampoco habló de las tierras que se van a arrebatar a las comunidades y a los pueblos, para ofrecérselas a los empresarios españoles que asistieron, junto con el príncipe de España, a la toma de poder de Peña Nieto. Para la oligarquía mexicana, siempre ha sido más fácil y lucrativo negociar con el rico "extranjero", los empresarios españoles, o con el narco, que con los campesinos e indígenas de su pueblo. La excusa para imponer leyes más duras y aumentar los efectivos y recursos policiales, no es ya esa lucha contra el narco y sus sicarios que han deparado en los últimos años una cifra superior a las 70.000 muertes, sino "el crimen y la violencia". Y pese a que en México la segunda causa de defunción es el homicidio y el número de secuestros aumentó de un año a otro en más del 80%…, no debemos dejarnos llevar por el engaño mediático de los discursos oficiales de lucha contra "el crimen y la violencia", pues toda esa inversión en recursos y efectivos policiales, estatales, federales y municipales, sólo tienen como oculta finalidad, acabar con los grupos populares resistentes a su dominio y llenar mucho más sus podridos bolsillos. Y siguiendo la funesta práctica de la dictadura porfirista, matar a los rebeldes en caliente, este nuevo viejo gobierno de Peña Nieto habla de paz, en sus televisiones de país emergente, mientras por otra parte prepara una nueva embestida de guerra contra su pueblo y sus resistentes.
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