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Reflexiones tras una Fiesta Techno sin Drogas
13 nov 2012
Este texto surge de la propia autocrítica que un colectivo que se autocataloga de “libertario” y que opera en un centro social okupado realiza para consigo mismo y para con el entorno en el que milita, llamémosle “movimiento”, “ámbito de lucha” o X. No pretendemos llevar la razón absoluta ni condenar y estigmatizar los actos de un supuesto “bando contrario”, que quede claro, que luego surgen lamentables malentendidos. Queremos expresar nuestro descontento con unas prácticas culturales / musicales / vitales / X que desde no hace mucho se vienen dando en los ámbitos alternativos y pretendidamente anticapitalistas de Madrid y del Estado español en general.
En el Komplejo Okupado Autogestionado Laberíntico Anarquista (KOALA) opera una diversidad infinita de grupos que poco más comparten que el antiautoritarismo (en teoría), dándose una confrontación de teorías y prácticas totalmente diferentes, cuando no opuestas. Uno de los temas donde el consenso es más utópico que la Acracia con “A” mayúscula es la “cuestión” de las drogas, debate que tiene lugar en los Centros Sociales de Madrid desde que estos existen, y que casi siempre queda polarizado entre “prodrogas” y “antidrogas”. El único colectivo que en el KOALA se posiciona en la segunda corriente es Rebelión Consciente (RC). Varios de sus militantes (no todos, que conste, a otros simplemente les daba igual) reaccionarán negativamente cuando le sea propuesto al KOALA una “Fiesta Techno” a finales de noviembre (de 2011) enmarcada en unas jornadas con talleres para “autogestionarse” el Techno enmarcadas a su vez en un Proyecto de Escuela Subterránea del colectivo Abismal para dicho fin. Tales opiniones serán vertidas en la asamblea del KOALA, bajo los argumentos de que la música techno propicia el consumo de drogas, además de darle al KOALA una fama de “ravero” de la cual difícilmente podría librarse en el futuro. La fiesta techno es aprobada, es efectuada y el colectivo Abismal pide pertenecer a la asamblea del KOALA para montar en él su citado proyecto[1], hecho que también es aprobado en asamblea a finales de diciembre, ante lo cual RC tampoco se opone radicalmente, al igual que quienes, no perteneciendo a RC, tampoco están muy alegres con tales eventos. Los argumentos en contra son fáciles de averiguar: se trata de un “prejuicio cultural / musical” para con la música techno, pues ésta no tiene por qué ir de la mano de la drogadicción, que es injusto porque ésta no tiene letra, y porque la música punk y hardcore (varios de RC siguen tales estéticas) también tienen letras que enaltenan las drogas, y sus conciertos se llenan de drogas y gente drogada. El contraargumento también es obvio: muchos grupos punk y hardcore tienen letras contra las drogas, son bastante oídos y además se han realizado conciertos de punk y hardcore libres de drogas que han tenido bastante público, mientras no se conoce ninguna fiesta techno sin drogas. Tras esta larga y tediosa discusión, el “techno” sigue adelante. Y los de RC, viendo que de entre nuestros argumentos, todos son hechos salvo uno que es hipótesis (fiesta techno sin drogas), tras varias conversaciones entre miembros de colectivo y peña del KOALA, nos lanzamos a organizar lo que sería un hito en la historia suburbial del techno y de la okupación: una Fiesta Techno sin drogas[2]. El tema central de este texto.

Tras varias peleas con el apretado calendario del KOALA, situamos el evento el día 28 de enero de 2012, pues ese día ya está cogido también por RC para organizar junto al colectivo Crítica VIH Madrid unas jornadas disidentes y anticapitalistas sobre el VIH[3]. Y nos ponemos manos a la obra, como obreristamente se dice. A primeros de mes salen dos carteles: el primero, cutre y “en plan coña”, buscando la presencia de peña del “ghetto” que pudiera tener prejuicios con las drogas, con el techno, o con ambos[4]. El segundo, al que se dará más difusión, es para fuera, para el ““ghetto”” (le ponemos doble comilla por no saber si es un “ghetto” o no dada su extensión en los últimos años, aún mayor que la comercialización de los Sex Pistols y Ska-P) de la música electrónica, con colorines, buen diseño y en grande “Fiesta Techno sin drogas”[5]. Se distribuye por locales, centros sociales, a nivel individual, colectivo, se sube a contrainformación y a páginas más “especializadas”, se hacen pegadas (tampoco excesivas, pero realizadas al fin y al cabo) por Ciudad Universitaria, por Lavapiés… y se incluye en el cartel mensual del KOALA, que le da bastante proyección. O sea, que se hace una difusión tremenda y le llega a cientos de personas, muchas de las cuales ni conocíamos. Lo que viene a continuación es lo más divertido, tan divertido como previsible desde el momento en que comenzamos a organizar el evento.

Lo primero será la eterna búsqueda de equipo. Tampoco es que le pusiéramos muchísimo empeño, pues nuestra agenda es frenética, pero bastante hicimos. Una compañera se ofreció a contactar con dos conocidos suyos para que trajeran el equipo y pincharan, los cuales se ofrecieron y se mostraron muy majos en todo momento, incluso llamándonos. Desgraciadamente, uno de ellos empezaba a trabajar en ello el fin de semana anterior cada fin de semana, necesitando el equipo para pinchar, si bien les agradecemos desde este texto el empeño y preocupación que pusieron desde el principio. Con un miembro del KOALA ya listo para pinchar, al cual también le agradecemos el gesto, les pedimos el equipo a otros colaboradores del KOALA, el colectivo de música “Fuelleters”, en una asamblea del centro y a menos de dos semanas, que dicen que se lo pensarán. No se obtiene respuesta de ellos. Quien pensaba pinchar del KOALA se prepara ya sus canciones en un aparato de reproducción de mp3 en vista de la situación.

Entre tanto, las reacciones de la convocatoria no se hacen esperar. Podríamos dividirlas en los siguientes cinco grupos:

Descojonamiento gigantesco al ver el cartel (tanto del cutre como del bueno) y/u oír hablar de la convocatoria (aunque explicitando que es con fin experimental). El típico de gente del “ghetto” y amigos de.
Visualizar la contradicción en términos de las palabras “fiesta techno” y “sin drogas”, considerando tal cosa como un aburrimiento y un fracaso antes de su ejecución. Típico de gente “ravera”, de dentro y fuera del “ghetto”.
Tener fe en que la convocatoria traerá gente. Ésta será digna de las personas interesadas en resolver a favor del techno el conflicto en el KOALA, probando que el techno es posible sin drogas, o de personas que creen realmente en tal premisa.
Dar ánimos falsamente al sujeto de RC que comenta tal evento y a la vez “jajajaja qué buena iniciativa, pues iré, es que los del KOALA sois unos colgaos”. Ésta es típica de sujetos “buenrollistas” que a veces hay que encontrarse un domingo por la mañana en la Plaza de Tirso de Molina, que van a los centros sociales a tomar alcohol barato y mear en la pared vecina más cercana al edificio okupado.
Insultar anónimamente a Rebelión Consciente / KOALA en foros y especialmente en el blog del mismo con el anonimato que ello da[6], poniéndonos de autoritarios prohibicionistas despóticos y prejuiciosos culturales.

Lo que pasó el día 28 estaba visto para sentencia: El día anterior (o sea, esa misma madrugada) en el COKO La Kondenada se llevaba a cabo una fiesta de inauguración del Tattoo Circus[7], encuentro de tatuadores cuyos beneficios van destinados a la lucha anticarcelaria. En uno de sus ambientes se pinchaba techno, hecho que atrajo a masas ingentes de personas que se enfadaron porque al inicio de la madrugada en el centro social ya no cabía ni un alfiler, quedándose varias decenas en la calle[8] armando ruido y con su respectiva “priva” o bebida revolucionariamente comprada en la tienda de chinos de al lado en la mano, con la cual pensaban pasar a ver a su Dj Techno favorito y contribuir a la lucha. De ello nos enteramos esa misma mañana. Si en un principio pensábamos que como muchísimo iban a venir 30 personas (en comparación con las decenas y decenas que vinieron a la fiesta de noviembre con drogas), después ya no lo teníamos tan claro. Y, finalmente, la fiesta superó todas sus expectativas: NO VINO NADIE, de fuera del KOALA al menos (estábamos los de Rebelión Consciente, gente de Crítica VIH comentando las jornadas, dos personas que pinchaban y tres de Abismal que habían tenido asamblea esa tarde. Ya está). Y ahora viene la parte en la que nos ponemos “pesaos” con el tema, del cual ya estamos hablando demasiado.

En vista de que no vino nadie a la fiesta, concluimos, pues, que la música electrónica es una música que alienta el consumo de drogas[9]. Y como tal, fomenta la alienación, destruye nuestro cerebro y no favorece en nada la subversión del orden establecido por otro modelo social mejor, al cual por nuestra parte procuramos ponerle el nombre de “Anarquía”. No es una práctica que deseemos ni como individualidades (la destrucción física y mental no es deseable en un sistema de apoyo mutuo donde, como invisiblemente ocurre ahora, el daño de unas repercute sobre las otras) ni como colectivo (la ceguera mental, desvío de fuerzas vitales y la ausencia de raciocinio tanto en tal música como en sus drogas), ni como grupo político (la praxis metodológica debería pasar por no carcomernos con un ocio nocivo y alentado por el capitalismo).

Pero sobre las drogas ya tenemos bien definida nuestra postura y es conocida. Sobre la música electrónica, queda un discurso por hacer que aún anda en pañales. Muchas quejas se oyen, malas miradas y críticas a nivel informal, pero no hay un posicionamiento público, que es lo que hacemos con este texto, y lo que ya se hizo cuando se evidenciaron las prácticas mercantilistas de ciertos grupos de música muy “punks” y rebeldes que ahora se esnifan la cocaína con tubito de oro. En los últimos años ha ido entrando en el mundillo “alternativo” poco a poco la música electrónica, en buena parte alentado por la influencia de otros movimientos de okupaciones europeos (en especial pro-institucionales) donde ha sido vista como forma de dinero fácil, y por otra parte, hallando un buen caldo de cultivo en el afán mercantilista de los centros sociales no muy diferente en demás fiestas y conciertos (afán de beneficios entendible para pagar multas, campañas, cajas de resistencia… pero peligroso en caso de salirse de las manos, recordemos que bajo el capitalismo vivimos y bajo sus roles nos sometemos…). La música electrónica y su primo-hermano, el “raverismo”[10] son fruto de esa mezcla entre el ocio pervertido, la obtención de pasta fácil y el coste de vaciar de contenido político las luchas. ¿Acaso es lícito combatir una alienación (como es la cárcel, o el trabajo, o la Universidad) con otra (el cóctel drogas-techno junto a destrucción de tímpanos por exceso de volumen)? ¿De verdad alguien es tan sumamente idiota como para pensar que las masas sedientas de música electrónica y drogas que fueron al COKO en enero o al KOALA en fin de año se contagiaron de algo llamado “okupación”, desarrollarán mágicamente conciencia crítica y se convertirán en SuperOkupa, en lugar de haber usado el espacio como sala de fiesta y desparrame?[11] Obviamente, no. Apostamos por una sofisticación de nuestras redes de apoyo mutuo y por una cultura basada en el amor a nuestra salud propia y del prójimo, antes que por unas horas de efímera y falsa festividad que aporta beneficios a corto plazo y nos condena (o ha condenado ya, junto a otras razones más que superan este texto) al ostracismo político a largo plazo.

Somos conscientes (no en vano incluimos esa palabra en el nombre de nuestro colectivo) de la cantidad de irritación que puede y va a producir este texto, incluso en gente con la cual militamos (del mismo modo que lo crea evidenciar el especismo o el heteropatriarcado, por suerte ya algo más “superados” por el antiautoritarismo matritense, y no por ello nos callamos), pero consideramos más irritante el “buenrrollismo” que se crea en estos espacios de convivencia militante y personal que impide que se expresen bien las críticas que subyacen en los mismos. Y todo ello desde el respeto que nos supone gente que milita y se compromete en sacar proyectos adelante, pero a los que hemos de expresar nuestras críticas, o lo que estuviésemos haciendo no sería política, sería otra cosa cuyo nombre no tenemos claro. No somos anti-hedonistas ni creemos que todo tipo de placer o de festividad es capitalista y condenable. Creemos en otros modelos de diversión que no pasen por dañarnos cuerpo y mente al ritmo de unos sonidos industriales sin trasfondo político ni mensaje aparente. Tampoco somos unos “xenófobos culturales” que buscamos hermetizar la okupación bajo un supuesto “casticismo”, pues seguimos corrientes de pensamiento, estilos musicales y formas de vida que también aparecieron en ámbito anglosajón en las últimas décadas del siglo pasado. Pero seleccionamos al respecto lo que más nos parece conveniente con la praxis militante, y el fomento de la música electrónica no entra ni entrará jamás en nuestra selección.

Es todo por ahora. Ya sólo queda ver qué ocurre al respecto.

- Rebelión Consciente, febrero de 2012.

http://rebelionconsciente.wordpress.com/ / rebelionconsciente ARROBA riseup.net

[1] http://www.abismal.es/panfletos/escsub_poster943.jpg Hay que reconocer que la fotografía está genial.

[2] Antes de que lo preguntéis: sí, el alcohol y el tabaco también son drogas. Y el café. Y la televisión. Y el juego. Por ello también quedaron excluidas de la fiesta.

[3] http://www.nodosur.info/koala/sida_koala_ok.jpg

[4] http://rebelionconsciente.files.wordpress.com/2012/01/fiesta-techno-sin-

[5] http://rebelionconsciente.files.wordpress.com/2012/01/fiesta_tecno_color

[6] http://anarkoala.wordpress.com/2012/01/23/fiesta-techno-sin-drogas-en-el/

[7] http://supurandorabia.blogspot.com/2012/01/fiesta-de-presentacion-del-ta

[8] En su blog ya se avisa “Por motivos de seguridad y bienestar de la gente, a partir de YA los conciertos se realizaran con aforo LIMITADO, cerrándose la puerta hasta el FIN del concierto. Pedimos por favor que cuando esto ocurra, no os quedeis en la calle del centro.MOLESTAIS a los vecinos.Gracias”. http://cokolakondenada.blogspot.com/

[9] La existencia de personas que defienden la separación entre techno y drogas y lo aplican en su vida en lugar de usarlo como pretexto para drogarse oyendo techno también la valoramos y saludamos, así como la posibilidad del techno de llegar a personas sordas, si bien es tan pequeño su número que con esta nota a pie de página damos por concluida la mención de su existencia y seguimos la crítica al techno.

[10] Ello no quiere decir que no halla raves donde se pinche música “del rollito”, algo más digeribles, pero igual de deleznables en lo que a drogas se refiere.

[11] Lo que no quiere decir que parte más individual que colectiva de estas “masas” allí presente se interese por el centro social; de este grupo, una mayor parte ya lo frecuentaría o fue allí para apoyar a la gente en vez de a bailar techno.
Mira també:
http://rebelionconsciente.wordpress.com/

This work is in the public domain

Comentaris

Re: Reflexiones tras una Fiesta Techno sin Drogas
13 nov 2012
En este canal de youtube pudes aprender sobre drogas y marginación social. Todo sobre cine kinki en youtube

https://www.youtube.com/channel/UCBkXFazfQCgUZfzp1cyMI0w
Re: Reflexiones tras una Fiesta Techno sin Drogas
13 nov 2012
Raveros, drogas sí/no, kinkis, ghetto, desorganización... NESTOR MAKHNO OS HABRÍA MANDADO FUSILAR.
Re: Reflexiones tras una Fiesta Techno sin Drogas
13 nov 2012
Esto es de ya hace un año como mínimo, ¿A que viene publicarlo ahora?
Re: Reflexiones tras una Fiesta Techno sin Drogas
16 nov 2012
yo lo colgué, pq soy un drogado en el fondo, pero ocasional, y me preocupa la cuestión un poco (no tanto como Rodrigo Mora) pero podríamos decir que políticamente creo que los strikis tienen toda la razón, desde mi punto de vista (si el sistema nos impone la dictadura de la droga -igual que el patriarcado-, nuestros espacios deberían ser libres -valga la redundancia-).
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