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Notícies :: corrupció i poder : criminalització i repressió : mitjans i manipulació
Santiago Carrillo en el poder
20 set 2012
Este 18 de septiembre murió en Madrid Santiago José Carrillo Solares, conocido ex-líder del Partido Comunista de España que acordó con la monarquía el nuevo equilibrio político post-franquista.
En estos días la prensa institucional y subvencionada se inunda de homenajes y enfáticos recuerdos por parte de camaradas en el poder, militantes, abuelos y simpatizantes tanto de la URSS como del llamado Eurocomunismo. Incluso un cordial reconocimiento de sus ex-enemigos de Estado.

Pero en este caso es saludable recordar algunos capítulos que no dejan en tan buena posición a tan adulada estrella:

- La venganza mortífera sobre camaradas de partido:
http://blocs.tinet.cat/lt/blog/victor-garcia-g.-estanillo-el-brasileno/p

- Exiliados y maquis asesinados por el PCE:
http://angelmanuel-gonzalezfernandez.blogspot.com.es/2010/11/exiliados-y

- El protagonismo de Santiago Carrillo en la "Operación Reconquista de España":
http://www.panzertruppen.org/heer/infanteria/armas/matadero.html

- La entrega de Julián Grimau a la policía:
http://www.elotropais.com/index.php?option=com_content&task=view&id=184&

- Desbancamiento de Fernando Claudín y Jorge Semprún en la lucha por el poder en el partido:
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/cuando-carrillo-pur

- Desaparición gubernamental de sumarios judiliales que ponían en evidencia la política de Santiago Carrillo:
http://www.lasprovincias.es/valencia/20090215/valenciana/gobierno-hizo-d
Mira també:
http://es.wikipedia.org/wiki/Santiago_Carrillo
http://www.izquierdareaccionaria.com/2011/05/por-fin-el-libro-sobre-carrillo/

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Comentaris

Restitucion de la honorabilidad
20 set 2012
El día uno de Septiembre del año 2009, el Comité Central del P.C. de Galicia se puso en contacto telefónico conmigo, como hijo del «Brasileño», para concertar una entrevista al siguiente día. El encuentro tuvo lugar en Bandeira (Silleda). Fue muy cordial, acudieron por parte del P.C. su Secretario General Carlos Portomeñe Pérez y el Sr. Abades. A mi me acompañaban mi mujer Maria y el amigo e historiador Alberto Maceira Balboa.

Me pidieron perdón en nombre del Partido por el asesinato de mi padre, fruto según expresaron del «revanchismo» de Santiago Carrillo por ser el «Brasileño» uno de los hombres de confianza de Jesús Monzón, caído en desgracia y desposeído de todos sus cargos en el P.C. por la nueva «Troika» (S. Carrillo, la Pasionaria y Uribe). El retardo en el reconocimiento por parte del partido de su figura política se debió, según siguieron explicando, a que el advenimiento de la Constitución trajo consigo como contrapartida la exigencia al P.C. de que se silenciasen los sufrimientos y asesinatos de todos los militantes que habían luchado durante la Dictadura por el restablecimiento de la Democracia.

Admitieron que mi padre había sido un buen comunista, que luchó por esos ideales durante toda su vida y que siempre fue leal al partido. Su asesinato, un error político y humano. Añadieron que todas las opiniones y escritos malévolos, sectarios e injustificados vertidos sobre su quehacer dentro del partido, serán subsanados en un próximo futuro en una reunión del P.C. que se celebrará en Santiago de Compostela, sin determinar fecha.

Acabada, la sentimentalmente para mí, grata conversación nos dirigimos al cementerio de Moalde y los dos representantes del Partido depositaron un ramo de flores con la Bandera Republicana sobre la tumba de mi padre. Fue emocionante.

Desde entonces el silencio del P.C.E. y del P.C.G. ha sido la única noticia, lo que me induce a pensar que la ofrenda floral y las promesas verbales realizadas en el cementerio de Moalde han sido una farsa y una ofensa para esta ingenua familia. Causa una prufunda tristeza el pensar en cómo la ideología por la que luchó y murió "EL BRASILEÑO" se ha convertido en un espejismo desilucionante en el que no tiene cabida, según el parecer de los políticos que la representan, el reconocimiento del error cometido hace unos sesenta años.

!LÁSTIMA DE TANTO SUFRIMIENTO BALDÍO!
Exiliados y maquis asesinados por los comunistas
20 set 2012
En el año 2004 escribí que finalizada la Guerra Civil, antiguos represores comunistas refugiados en Francia seguían eliminando antifascistas españoles en territorio francés, e incluso después «de la Segunda guerra mundial, los comunistas y sus servicios especiales continuaron eliminando a los opositores. Joan Farré Gassó, antiguo dirigente del POUM de Lérida, que había participado en la resistencia francesa, fue detenido y encarcelado en Moissac por el régimen de Vichy. Una vez liberado decidió refugiarse con su esposa en un pequeño pueblo de la Cataluña francesa. En Montauban fue interceptado por los guerrilleros comunistas que lo ejecutaron sumariamente»: Stéphane Courtois y Jean-Louis Panné. El libro negro del comunismo. Madrid, 1998, pp. 397 y 398. El chantaje de la izquierda. Las falsedades de la Guerra Civil española. Madrid, 2004, pp. 88 y 89.
El 23 de agosto de 2009 el diario Faro de Vigo publicaba un artículo con el título: Camaradas que matan. Al parecer, a Víctor García y a su madre siempre les habían dicho que su padre y esposo, Víctor García García, «el Brasileño», guerrillero y líder comunista gallego había sido asesinado junto con su lugarteniente Teófilo Fernández en un encuentro con la Guardia Civil en la comarca del Deza en abril de 1948. Víctor tenía 6 años y vivía con su madre en Vigo cuando fue asesinado su padre, y «que hace un año se enteró de las circunstancias en las que había sido ejecutado su padre. No fue en un tiroteo con la Guardia Civil, como a él y a su madre (ya fallecida) habían creído. El comité central del PC asentado en Francia y comandado por Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo, decidió asesinarlo, acusa».
De los asesinatos de exiliados y maquis cometidos en territorio francés se puede estimar que de cada 10 eliminados 7 u 8 fueron obra de los comunistas fieles a Moscú, unos ejecutados por militantes del PCE y otros ordenados directamente por la dirección del partido, es decir, Santiago Carrillo Solares y Dolores Ibarruri Gómez, entre otros; y de los otros 2 ó 3 eliminados los responsables fueron los comunistas libertarios o anarquistas. En cuanto los asesinatos cometidos en España se puede estimar que de cada 10 maquis 6 ó 7 fueron eliminados por los comunistas prosoviéticos -como los "llamados" a Francia por la dirección del PCE y que nunca llegarían a su destino-, y los otros 3 ó 4 maquis eliminados por los comunistas libertarios o anarquistas.
Según investigaciones, el Gobierno de la UCD hizo desaparecer en los años 1981 y 1982 sumarios que implicaban a Santiago Carrillo Solares en asesinatos de maquis: Las Provincias.es, 15 de febrero de 2009.
Antiguos combatientes en el Frente Popular y maquis asesinados en Francia y en España:

A) EXILIADOS Y MAQUIS ASESINADOS EN FRANCIA:


1. Joan Farré Gassó, dirigente del POUM de Lérida asesinado en Montauban en septiembre de 1944. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


2. Luis García Martínez, anarquista asesinado de un tiro en la nuca en Camurac en noviembre de 1944.


3. Miguel González Espada, anarquista asesinado de un tiro en la nuca, pero en su tumba ponía que fue «fusilado por un piquete fascista» en Montfort-sur-Boulzane el 5 de noviembre de 1944. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


4. Ramon Mialet Guiteras, anarquista asesinado de un tiro en la nuca en Escouloubre-les-Bains en octubre de 1944, y sus restos fueron hallados en abril de 1946. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


5. Ramon Folch (o Fontarnau), era cuñado de Ramón Mialet, anarquista asesinado de un tiro en la nuca en Escouloubre-les Bains en octubre de 1944, y sus restos fueron hallados en abril de 1946.


6. Mercedes Miralles, militante de la CNT asesinada en Lavelanet en agosto-noviembre de 1944.


7. Francisco Alberich, militante de la CNT asesinado junto con su compañera Mercedes Miralles. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


8. Domingo Ungría Navarro, comunista y antiguo jefe del XIV Cuerpo de Guerrilleros, después de pasar por Toulouse y antes de cruzar la frontera española murió en circunstancias no esclarecidas en 1945. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


9. Belmonte, socialista responsable de una explotación forestal donde ocultaba gran número de refugiados, fue asesinado porque se negó a que la UNE lo controlara, asesinado entre Lavalet y Varilhes en 1944.


10. Molina, socialista asesinado junto con su compañero Belmonte.


11. Francisco Rodríguez Barroso, capitán traductor secuestrado y desaparecido en Decazeville el 13 de septiembre de 1944.


12. José Nana, «Martín», enlace de maquis del Lot asesinado el 4 de agosto de 1944.


13. José Ibáñez, maquis de las Juventudes Socialistas Unificadas asesinado de un tiro en la nuca, pero en su tumba ponía que fue «fusilado por un piquete fascista» Montfort-sur-Boulzane el 5 de noviembre de 1944.


14. Antonio Rodríguez, «Victoriano Vonilla», anarquista asesinado de un tiro en la nuca, pero en su tumba ponía que fue «fusilado por un piquete fascista» en Montfort-sur-Boulzane el 5 de noviembre de 1944.


15. Miguel Silvestre Talón, «Nano» y «Juan Farré» o «Juan Ferrer», anarquista y maquis que cruzaba clandestinamente con frecuencia la frontera, y en unos de sus viajes entró en contacto con un compañero confidente de la policía, a su regreso los compañeros sospecharon de él, y su cadáver apareció dentro de un saco en un canal, atado con alambres y un balazo en el cráneo, en Toulouse el 17 de marzo de 1946.


16. Pedro Pérez, maquis de las Juventudes Socialistas Unificadas asesinado de un tiro en la nuca, pero en su tumba ponía que fue «fusilado por un piquete fascista» en Montfort-sur-Boulzane el 5 de noviembre de 1944.


17. Enrique Georgakopulos o Georgacopulos Teja, guardaespaldas y secretario de Juan Negrín López, asesinado de un tiro en la nuca junto con su compañera Maruja en el bosque de Picaussel en Najac en noviembre de 1944.


18. Auxiliano Benito Pérez, militante del PSOE y de la UGT asesinado en Toulouse el 21 de octubre de 1944.


19. Avelino Martínez, comunista asesinado de un tiro en la nuca en septiembre de 1944, y sus restos hallados en Brenac en 1947. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


20. Ramón Escrivá Furió, «José el Alicantino», maquis y comunista asesinado en 1952.


21. Josep Pujadas, militante del PSUC asesinado de un tiro en la nuca, y sus restos hallados en el collado de Quillane, cerca de Formiguères en octubre de 1945. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


22. Llibert Estartús Vilas, militante del PSUC que a primeros de octubre de 1944 asistió a una reunión del partido, y su cadáver aparecería después en el río Garona.


23. Alfonso San Miguel, militante del POUM asesinado de un tiro en la nuca, y sus restos hallados en el collado de Quilane, cerca de Formiguères en octubre de 1945. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


24. Domingo Trujillo, de la Agrupación Socialista de Barrage de l’Aigle, asesinado en Decazeville hacia el 4 de agosto de 1944. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


25. Córdoba, militante socialista asesinado junto con su compañero Trujillo.


26. Redención Querol, militante del PSUC que fue a pedir explicaciones al PCE por el asesinato de su marido Miguel Montané Escalas, y el 10 de abril de 1950 su cadáver apareció ensangrentado dentro de un cajón en el lago Gironis (Haute-Garonne) cerca de Toulouse.


27. Manuel Díaz del Valle, militante del PCE y maquis, su cadáver apareció en 18 de abril de 1950 con un tiro en la nuca en el río Sena.


28. Luis Evaristo González, «Luisillo», dirigente comunista y maquis fue llamado a Toulouse por los dirigentes y asesinado en la primavera de 1945.


29. Pere Canals Cambrisas dirigente del PSUC asesinado por militantes de su partido en 1946. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


30. Dionisio Eroles Batlló, destacado dirigente de la CNT-FAI, jefe de Servicios de la Comisaría General de Orden Público en Barcelona desde septiembre de 1936 a mayo de 1937 y uno de los responsables de las Patrullas de Control y maquis, fue asesinado y enterrado en marzo o abril de 1940 por antiguos compañeros, por negarse a revelar dónde escondía el botín producto de sus robos. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


31. Alejandro Castellanos Quintanilla, socialista afiliado a la UGT, asesinado en Montréjeau en 1944. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


32. Lino, comunista y maquis asesinado en Saint-Germain-en-Laye en 1950.


33. Cecilio López, militante socialista asesinado en 1944.


34. Manuel Astorga Vayo, comunista, agente del SIM y jefe del campo de trabajo número 3 de Omells de Na Gaia (Lérida), calificado como sádico por sus numerosos asesinatos y torturas de presos. Después de la evacución de Cataluña huyó a Francia, y en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer antiguos compañeros le asesinaron enterrándole vivo. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las "Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo".


En un informe socialista fechado en 1945, se afirma que «en Bordeaux desaparecieron cinco socialistas ejecutados por los guerrilleros de los Pirineos»: Carlos y José Martínez Cobo. La primera renovación. Intrahistoria del PSOE (1939-1945). Barcelona, 1989, vol. I, p. 304
«La opinión pública francesa ya no veía a los comunistas españoles con los ojos de los tiempos de la Liberación. Ya no eran heroicos resistentes que habían luchado codo con codo con los franceses contra los alemanes, sino tenebrosos agentes de las maniobras de Moscú. Este clima político permitió que el gobierno francés el 7 de septiembre (1950) declarara ilegales al PCE y al PSUC en Francia. Al mismo tiempo organizó una vasta operación policial en toda Francia. Más de 200 comunistas extranjeros fueron detenidos, de los cuales 160 eran españoles que vivían en el Midi. Sin embargo, los principales dirigentes del PCE no fueron detenidos, porque, secretamente alertados de la operación que se preparaba, pudieron huir a Francia. A los 160 detenidos se les dio a escoger entre ir a algún país comunista o ser deportados a Argelia. 130 prefirieron ir a Argelia, mientras sólo 30 optaron por ir a disfrutar del comunismo, dato que fue muy comentado por la prensa francesa»: Joan Estruch Tobella. Historia oculta del PCE. Madrid, 2000, p. 175.



B) MAQUIS ASESINADOS EN ESPAÑA:


35. Víctor García García, «el Brasileño», líder comunista y maquis, asesinado en Lalín (Pontevedra) en abril de 1948.


36. Teófilo Fernández Canal, comunista y maquis asesinado junto con su jefe Víctor García.


(37). Ramón Fandos López «Ramón», César», «Borlas», socialista y maquis muerto por fuego amigo en Valdelinares (Teruel) el 28 de julio de 1950.


38. Bolaños, «Saturnino», comunista y maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante, asesinado cerca del Ebro cuando se dirigía a Francia en abril de 1947.


39. Manuel Gallego Ponce de León, anarquista y maquis asesinado en la provincia de Málaga en septiembre de 1942.


(40). Eufemio Bolós Silvestre, «Alfredo», «Barbero», maquis muerto por fuego amigo en Benifallet (Tarragona) el 3 de octubre de 1949.


41. Antonio Sánchez Martín, «Tejero», maquis asesinado en la sierra de Lentejí ( Málaga) en agosto de 1947.


42. Francisco Corredor Serrano, «Pepito el Gafas», comunista y maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante, asesinado cuando se dirigía a Francia en octubre de 1950.


43. Antonio Torralba Pulido, «Floreal», anarquista y maquis asesinado en Puebla de Valverde (Teruel) en septiembre de 1947.


44. José Pedreira de la Iglesia, «Queimarán», «Tomás Padilla», anarquista y maquis asesinado por la zona de Silán (Lugo) entre abril y junio de 1949.


45. Miguel Martínez López, «Mundo», «Majoleto», maquis asesinado en Frigiliana (Málaga) el 18 de agosto de 1947.


46. Gabriel León Trilla, «Julio Torres Alarcón», histórico comunista acuchillado en Madrid el 6 de septiembre de 1945 y murió días después. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


47. Enrique Cantos, «Alberto Pérez Ayala», comunista asesinado en Madrid el 15 de octubre de 1945.


48. José San José, «Juanchu», comunista asesinado cerca de la frontera francesa en 1944.


49. Luis Montero Álvarez, "Sabugo" comunista y maquis, detenido por la Guardia Civil el 28 de enero de 1950 delató a varios compañeros. Fue puesto en libertad en la frontera francesa pero volvió a pasar clandestinamente y se puso en contacto con el el Partido Comunista. El PC lo consideraba un traidor y se cree que fue asesinado cerca de la frontera francesa en 1951.


50. Peregrín Pérez Galarza, comunista y maquis que había sido comisario político del XIV Cuerpo de Guerrilleros, fue asesinado antes de cruzar la frontera francesa en agosto de 1948.


51. Miguel Montané Escalas, «Juan Medina Muñoz», militante comunista y maquis residente en Toulouse. La dirección del PCE en Francia había dado orden de ejecutarle, por lo que aprovechando que había cruzado la frontera en misión de enlace, en Barcelona a primeros de abril de 1950 sufrió un atentado quedando mal herido, trasladado a un hospital moriría días después; en cambio a la prensa se filtró la falsa noticia de que había muerto en un enfrentamiento con la Guardia Civil cerca de la frontera: La Vanguardia, 29 de abril de 1950, p. 12 y ABC, 30 de abril de 1950, p. 21.


52. Saturnino Gual Benajes, «El Gualino», maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante, asesinado en la provincia de Teruel en el invierno de 1947 o primeros meses de 1948.


53. Telesforo Lizandra Vicente, «Lizandra», maquis asesinado en Cabra de Mora (Teruel) el 14 de noviembre de 1947. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


54. José Martín Romero, «Capitán Pipa», maquis asesinado en Cabra de Mora (Teruel) el 8 de febrero de 1948.


55. Luis Julián Salmerón Antón, «Tobaris», maquis ahorcado en Cabra de Mora (Teruel) el 26 de noviembre de 1947.


56. Juan Miguel Cirujeda, «Mariano», «El Bizco», maquis asesinado en Puebla de Valverde (Teruel) en mayo de 1948.


57. Feliciano Villarroya Bayo, «Centelles», «Feliciano», maquis que perteneció a la Agrupación Guerrillera de Levante, asesinado en enero de 1949.


58. Joaquín Boj Bayod, «Joaquín», comunista y maquis asesinado en el Pico Ranera de Talayuelas (Cuenca) el verano de 1949.


(59). José González Díaz, «Benito», maquis muerto por fuego amigo en Hellín (Albacete) el 22 de mayo de 1948.


60. Félix Valero Luengo, «Valero», maquis asesinado y arrojado a un pozo en Chert (Castellón) el 7 de mayo de 1948.


61. Apolonio García Bravo, maquis asesinado en Villarta de los Montes (Badajoz) el 9 de febrero de 1946.


62. Pascual Gimeno, «Comandante Royo», «Rayo», comunista y maquis asesinado en Valencia en 1945. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


63. Félix López García, «El Feotón», maquis asesinado en Retuerta (Ciudad Real) en noviembre de 1940. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


(64). Faustino Díaz Rodilla, «Pedro», maquis muerto por fuego amigo en Jabaloyas (Teruel) a principios de 1948.


65. Jesús Aguilar Sánchez, «Mazuelas», maquis asesinado en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba) en agosto de 1947.


66. «Tobárix», maquis asesinado en Chera (Valencia ) en abril de 1948.


67. León García García, «Ramiro», «Pablo» comunista y maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante, asesinado en enero de 1951. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


68. Guzmán Girón Nieto, «Donaires», maquis asesinado en Peñascosa (Albacete) el 20 de julio de 1947.


69. Juan Ramón Delicado González, «Delicado», maquis asesinado en la sierra de Javalambre (Teruel) el 17 de noviembre de 1946.


70. Máximo Plaza Soria, «Roberto», maquis que fue ahorcado, después le decapitaron y machacaron la cabeza para que no pudiese ser identificado, en Monteagudo de las Salinas (Cuenca) 12 de noviembre de 1950.


71. Julián Ramos Ramos, «Frasquito», «Frasco», comunista y maquis asesinado en Calles (Valencia) en enero de 1951.


72. Luis García Adrián, «Enrique», «Chato de Calles», maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante, asesinado en la comarca de Los Serranos (Valencia) en noviembre o diciembre de 1950. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


(73). Nemesio García Cáceres, «El Gato», maquis muerto por fuego amigo en Santa Eufemia (Córdoba) en 1943.


74. José Simón Rubio, maquis asesinado en Chera (Valencia) el 16 de marzo de 1949.


75. Juan Ramón Bea Martín, «Núñez», «Pablo», comunista y maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante ahorcado en enero de 1951.


76. Juan Herrero Pérez, "Juan", «Juan de San Blas», comunista y maquis asesinado en Libros (Teruel) entre el 6 y el 9 agosto de 1947. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


77. Valentín Pérez, «Valentín», antiguo carabinero y maquis asesinado en la sierra de Javalambre (Teruel) el 1 de noviembre de 1946. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


78. Victoriano Márquez Naranjo, «Curilla», maquis asesinado por el amigo que le daba refugio en La Solana (Ciudad Real) el 28 de julio de 1942.


79. Senén Garrido Fernández, enlace maquis asesinado en la carretera de Vilar a Curtis (La Coruña) el 24 de junio de 1949.


80. José Plaza Mejías, «El Burraco», maquis asesinado en Adamuz (Córdoba) en 1948.


81. Juan Castro Santiago, «El Boy», «Juanillo el Manco», maquis asesinado en Bailén (Jaén) el verano de 1943.


82. Rosa Padilla Pulido, «La Rosa», maquis asesinada en Madrid en 1949.


83. Eduardo Bejarano Medina, «El Portugués», maquis asesinado en la zona de Santa Eufemia (Córdoba) y Guadalmez (Ciudad Real) en 1942.


84. Antonio Guijo Redondo, «Terrones», anarquista y maquis asesinado en Adamuz (Córdoba) en los primeros meses de 1948.


85. Santiago Luna Luque, «Leocadio», «Canos», «Lagartijo» maquis asesinado en Espiel (Córdoba) el 18 de marzo de 1947.


86. Eugenio Muñoz Merino, «Hijo Sarines mayor», maquis asesinado en la provincia de Ciudad Real en 1947.


87. Juan Hernández Barazas, «Juanito el Matero», socialista y maquis asesinado en Andújar (Jaén) el 17 de junio de 1947.


88. Francisco Bas Aguado, «Pedro», comunista y maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, asesinado cuando se dirigía a Francia en octubre de 1950.


89. Emilio Cabrera Juárez, «Chispa», maquis asesinado en Cabeza del Buey (Badajoz) en 1948.


90. Francisco Doñate Martínez, «Paco», comunista y maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante, asesinado en la comarca de Los Serranos (Valencia) en noviembre o diciembre de 1950.


91. Francisco Cervera Sánchez, «Damián», comunista y maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante, asesinado en la comarca de la Serranía Alta (Cuenca) a finales de 1947.


92. Guillermo de la Fuente Lucas, «Flores», maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante, asesinado entre Monteagudo de las Salinas y Olmeda del Rey (Cuenca) en la primavera de 1949. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


93. Prudencio Yuste Rives, «Pedro», comunista y maquis ahorcado en Mira (Cuenca) en abril de 1951.


94. José Luis Merediz Víctores, «Tarbes», «Felipe», «Asturiano» comunista y maquis asesinado en Órgiva (Granada) entre marzo y mayo de 1947.


95. Rogelio Barbero Caballero, «Musicán», «Ismael», maquis asesinado en la Granja de Torrehermosa (Badajoz) el 19 de marzo de 1947.


96. Alberto Medrano, comunista y maquis asesinado en el norte de España.


97. Julián Martín Benítez, «Daniel», «Rosales», anarquista y maquis asesinado en Villaviciosa de Córdoba (Córdoba) en 1948.


98. Atanasio Serrano Rodríguez, «Tanque», anarquista y maquis asesinado en Baldellou (Huesca) el 9 de enero de 1948.


99. Ramón Castilla Sánchez, «Matías», «Quina», «Limpio», comunista y enlace maquis asesinado en la sierra de Loja (Granada) el 28 de abril de 1949.


100. Bernardo Fernández Cabrera, «Tachuela», maquis asesinado en Sierra de Siruela (Badajoz) en diciembre de 1945.


101. Raimundo César Casar Acebo, «Tampa», «Garbanzo», comunista y maquis asesinado de un tiro en la cabeza mientras dormía y su cadáver arrojado a una cueva de Arredondo (Cantabria) el 9 de septiembre de 1947.


102. Luis Hidalgo Escribano, «El Huevero», maquis asesinado por Mercedes Herrera, «La Cachucha», mujer que daba refugio a maquis en la zona de Belalcázar (Córdoba), el asesinato ocurrió en los primeros meses de 1950.


103. Julián Pardo, «Josetxo», maquis asesinado en el norte de España.


104. Valentín Zamora, maquis asesinado en Fregenal de la Sierra (Badajoz) el 16 de septiembre de 1947.


105. Domingo Vilches Quesada, «Vilches», militante de la CNT y maquis asesinado en Aliaga (Teruel) el 28 de mayo de 1949.


106. Jacinto Pérez Gil, «Antonio el Cojo», comunista y maquis asesinado en Cofrentes (Valencia) en la primavera de 1951.


107. José Neira Fernández, «Neira», anarcosindicalista que dirigía una partida de maquis y que fue asesinado en Galicia en 1944.


108. José Zarco Martín, anarquista y maquis herido en la espalda y un compañero por compasión le remató de un tiro en la nuca, ocurrió cerca de Los Villares (Jaén) el 16 de agosto de 1940.


109. Carmelo Fernández, «Chato», «Ñoño», maquis que fue ahorcado, después le decapitaron y machacaron la cabeza para que no pudiese ser identificado, en Cazalla de la Sierra (Sevilla) el 2 de octubre de 1949.


110. Manuel Rubio López, maquis enlace asesinado en la provincia de Jaén el 15 de agosto de 1942.


111. Pedro Manotas Martínez, maquis asesinado en Villanueva del Duque (Córdoba) en el verano de 1948.


112. Manuel Muñoz Zafra, «Bichillo», maquis asesinado en la provincia de Jaén el 4 de agosto de 1944.


113. José Soriano Moreno, maquis enlace asesinado en la provincia de Jaén el 6 de octubre de 1942.


114. Antonio Martínez Cámara, «Manquillo de la Fuensanta», socialista maquis asesinado en Andújar (Jaén) el 17 de junio de 1947.


115. Andrés Cañada Grande, maquis enlace asesinado en la provincia de Jaén el 31 de julio de 1945.


116. Vicente Ginés Díaz, maquis enlace asesinado en la provincia de Jaén el 2 de julio de 1944.


117. Antonio Olano Rosales, «Rábano», maquis que asesinado aplastándole la cabeza con una piedra, ocurrió en la provincia de Jaén en el verano de 1946.


118. Juan Pedro Berrios Maza, «Gamba», maquis enlace asesinado en la provincia de Jaén el 29 de enero de 1945.


119. Manuel Alaminos Rodríguez, «Mateo», «Teodoro», maquis asesinado en el Pozo Húrtiga, cerca de Alhama de Granada (Granada) en julio o agosto de 1950.


120. Ramón Antequera Martín, maquis que actuaba en el término de las provincias de Málaga y Granada, asesinado por un maquis que en 1954 huyó a Francia.


121. Fernando Arias García, «Moreno», «Costeño», maquis que actuaba entre Canillas de Aceituno (Málaga) y Zafarraya (Granada), asesinado sobre 1945.


122. Antonio Arrabal Fernández, «Matanzas», «Casimiro», enlace maquis ahorcado en la provincia de Granada en octubre de 1950.


123. Francisco Centurión Centurión, «Florentino», «Casquero», maquis ahorcado en la sierra de Loja (Granada) a finales del verano de 1947.


124. Antonio Corpas Molina, «Caserío», «Braulio», maquis ahorcado en Torcal de Elvira (Málaga) el 7 de agosto de 1950.


125. Francisco Díaz Rodríguez, «Paco», Jurite», maquis asesinado en Alcázar (Granada) el 2 de junio de 1948.


126. Antonio Extremera Jiménez, «Serpentino», maquis ahorcado en El Pozuelo (Málaga) en 1949.


127. Francisco García López, «Guisado», maquis asesinado en la provincia de Granada en septiembre de 1949 o agosto de 1950.


128. Vicente González Jiménez, «Harina», «Gabriel», maquis ahorcado en Canillas de Albaida (Málaga) en enero de 1951.


129. Francisco López Centurión, «Lucas», "El Hijo del Negus», maquis asesinado en la sierra de Cázulas (Granada) el 2 de noviembre de 1949.


130. Francisco López Ruiz, «Luciano», «Viviana», maquis asesinado en la sierra de Loja (Granada) el 28 de abril de 1950.


131. Francisco López Samos, «Joaquín», «Carbonero», «Forastero», maquis asesinado y se encontró su cadáver en Lentejí (Granada) el 20 de agosto de 1948.


132. Rafael Llamas González, «Llamas», «Hijo de la Pulida», maquis asesinado en Canillas de Aceituno (Málaga) a finales de 1947 o enero de 1948.


(133). Juan Máiquez López, «El Viejo de la Peza», «Ruco», «Jorobado, maquis muerto por fuego amigo en Órgiva (Granada) en abril de 1947.


134. Sebastián Martín Navas, «Severo», «Panzón», maquis asesinado despeñándole en el término de Nerja (Málaga) en junio de 1951.


135. Andrés Mingorance Rodríguez, «Andrés», «Teófilo», maquis asesinado en la zona de Almuñecar (Granada) entre enero y marzo de 1948.


136. Rafael Morales Ibáñez, «Agustín», «Andarín», maquis asesinado en la sierra de Loja (Granada) el 30 de septiembre de 1950.


137. Enrique Moreno Pérez, «Machero», maquis ahorcado en Nerja (Málaga) a finales de marzo de 1950.


138. Alfonso Navarro Caballero, «Ernesto», «Mariano», «Pancho», maquis ahorcado en la sierra de Loja (Granada) en mayo de 1950.


139. Francisco Nieto Romero, «Agustín», «Nieto», socialista y maquis asesinado en Loja (Granada) en los primeros meses de 1950.


140. José Pérez Pita, «Gatico», maquis asesinado en Torrox (Málaga) a finales de 1946 o primeros meses de 1947.


141. Antonio Platero Ayllón, «Ricardo», maquis asesinado en Algarrobo (Málaga) en julio de 1951.


142. Rafael Romero Ramírez, «Victorio», maquis asesinado en la sierra de Granada en septiembre de 1950.


143. José Manuel Sáez Jerónimo, «Pollastrón», «Cegovino», maquis asesinado en Almuñecar (Granada) el 20 de marzo de 1948.


144. José Sánchez Porras, «Pepe el Catalán», «Celemín», comunista y maquis herido en un enfrentamiento con la policía y rematado por un compañero, ocurrió en la ciudad de Granada el 26 de mayo de 1949.


145. José Vega Ramos, «Cerote», maquis asesinado en la sierra de Loja (Granada) el 9 de mayo de 1950.


146. «El Vinagre de Casares», maquis asesinado en la provincia de Cádiz en 1941.


147. Juan Núñez Pérez, «Luis», «Cuchillitas», maquis asesinado en Montejaque (Málaga) el 22 de octubre de 1949.


148. Fernando Izquierdo González, «El Guitarro», maquis asesinado en la provincia de Cádiz en octubre de 1942.


149. Gonzalo Pérez Salguero, «Macaco», maquis asesinado en Jimena de la Frontera (Cádiz) el 29 de mayo de 1940.


150. Miguel López García, «Darío», anarquista y maquis asesinado en Zahara de la Sierra (Cádiz) el 17 de noviembre de 1950.


151. José Moreno Moreno, «El Caliente», maquis asesinado en Jimena de la Frontera (Cádiz) el 25 de mayo de 1940.


152. Eliseo Melis Díaz, alto cargo de la CNT catalana en la clandestinidad que actuó como delator de sus compañeros. La dirección de la CNT en Francia dio la orden de ejecutarle y fue asesinado en Barcelona el 12 de julio de 1947.


153. José Pareja Pérez, anarquista y maquis que se ofreció a la dirección de la CNT en Francia para asesinar a Eliseo Melis, y muere en el intercambio de disparos en Barcelona el 12 de julio de 1947.


154. Ramón Fraga Couceiro, «Saturno», «Parará», «Pedro», maquis asesinado en Fane (La Coruña) el 17 de enero de 1946.


155. Adolfo Cantón Moreno, maquis asesinado junto con su novia Sabina Blanco en Benuza (León) en marzo de 1947.


156. Francisco Fernández Álvarez, «Chaval», maquis asesinado en Casaio (Orense) el 26 de noviembre de 1947.


157. Luis Piquero Vigil, maquis asturiano asesinado en Ribón (León).


158. Victoriano Carrera, «Ferreiro», maquis asesinado en Galicia en 1949, se sabe que dio la orden de su ejecución el comunista y maquis Manuel Fernández Soto, «Coronel Benito», que murió en un enfrentamiento con la Guardia Civil en Remesar, Bóveda (Lugo) el 22 de junio de 1949.


159. Enrique Yáñez Álvarez, «Chaval de Ricosende», maquis asesinado en Truchas (León) a finales de enero de 1951.


160. Francisco Barcia Martínez, «Paco Casanova» maquis asesinado de un tiro en la nuca en Doso, Narón (La Coruña) el 22 de octubre de 1947.


161. José Vázquez Mauriz, «Patitas», comunista y maquis jefe de la IV Agrupación actuaba por la zona del río Eume (Galicia) asesinado en 1951. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


162. Claudina Calvo Álvarez, maquis asesinada en Casaio (Orense) el 26 de noviembre de 1947.


163. Manuel Fernández Vázquez, maquis asesinado en Casaio (Orense) el 26 de noviembre de 1947.


(164). Sebastián Rodríguez López, maquis muerto por fuego amigo en Borruga (Orense) el 30 de octubre de 1942.


165. Santiago Martínez Álvarez, «Tanque», maquis nacido en Ricosende (Orense) y asesinado en la provincia de León a mediados de 1949.


166. Miguel Cardeña Lozano, comunista y maquis asesinado entre Ricosende y Soutadoiro (Orense) en el otoño de 1949.


167. Ceferino Álvarez Arias, «El Bailarín», comunista y maquis asesinado unos días después que su compañero Miguel Cardeña.


168. Juan González Martínez, «Perucho», tipógrafo de Puentedeume comunista y maquis asesinado en la zona de Pazos, Monfero (La Coruña) en 1949.


169. «Juanito el de Cádiz», maquis asesinado en la provincia de Granada en 1950.


170. Diego Alaminos Alaminos, «Jiménez», maquis ahorcado en Canillas de Albaida (Málaga) en enero 1951.


171. Domingo Samperio Fernández, «Rada» comunista y maquis asesinado en Angustina (Cantabria) en 1946.


172. Juan García Rosas, «Horacio», «Alfredo», maquis asesinado en la sierra de Loja (Granada) en diciembre de 1950.


173. «Lezno», maquis asesinado en el Cerro del Águila (Málaga) en noviembre de 1939.


174. Tapias, enlace maquis asesinado en el Puerto Moratán (Málaga) en 1943.


175. «Rito», maquis asesinado en la provincia de Málaga en 1950.


176. «El Grabat», anarquista y maquis asesinado entre las sierras de Mongay (Huesca) y Montsec (Lérida) en mayo de 1946. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


177. Félix Castán Ortega, enlace maquis asesinado en la Cruz del Collado término de Torrox (Málaga) el 24 de febrero de 1947.


178. Santiago Delgado Cervera, «Marchena», maquis asesinado en la zona de Zafarraya (Granada) y Torre del Mar (Málaga) en diciembre de 1949.


179. Victoria Ruiz Casanova, «La Reloja», «La Relora», acompañaba a los maquis en la sierra de Nerja (Málaga) y la asesinaron despeñándola, fue enterrada en Frigiliana (Málaga).


180. Manuel, maquis asesinado en la zona de Guadix (Granada) en noviembre de 1951.


181. Ricardo Muñoz Cubo, maquis asesinado despeñándole en el barranco Higuerón, Alcaucín (Málaga) el 29 de diciembre de 1945.


182. Miguel Jiménez Conde, «El Lagartijo», maquis asesinado en Las Ratosillas cerca de Adamuz (Córdoba) en la primavera de 1940.


183. Juan Caballero Coleto, «El Hebrero», maquis ahorcado en la zona de Pozoblanco (Córdoba) a últimos de la primavera o a principios del verano de 1940.


184. Manuel Morillas Escudero, maquis que al ser cercado por las fuerzas del orden pidió a su primo Antonio Morillas Arráez que le asesinara, ocurrió en los alrededores de Granada en marzo de 1941.


185. José Rodríguez González, «El Guinea», maquis asesinado y arrojado a un pozo del Llano de la Perdiz (Granada) el 30 de marzo de 1944.


186. Fermín Castillo, «Don José», pertenecía a la CNT y era coordinador de maquis, asesinado en la sierra de Albañuelas (Granada) en el verano de 1947.


187. Domingo Benavente Rico, «Macario», maquis asesinado en Fuente Obejuna (Córdoba) el 27 de febrero de 1947.


188. José Calvo, «El Calé», maquis asesinado en la sierra de Javalambre (Teruel) en la primavera de 1947.


189. «Carmelo», «Carro», maquis que pertenecía a la Agrupación Guerrillera de Levante, asesinado en la provincia de Valencia el 8 ó 9 de enero de 1947.


190. José Ramiá Ciprés, «Petrol», anarquista y maquis asesinado por otro anarquista por orden de la dirección de la AGLA dominada por los comunistas, en Mosqueruela (Teruel) el 24 de diciembre de 1946. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo».


(191). Antonio López Fernández, «Corchas», maquis perseguido por sus compañeros al que habían puesto precio por su cabeza, fue asesinado por un muchacho cuando intentaba violar a una joven en Gestoso (León) el 26 de noviembre de 1945.


192. Carmen, "La Canela", maquis y una de las mujeres del maquis Rafael Castillo Clares, "Clares", asesinada en la Cuesta de Vacares (Granada) en 1947.


193. Victoriano Martín Ruiz, "Rolando", maquis asesinado en la sierra de Loja (Granada) en 1950.


194. Manuel Lozano Laguna, "Lorenzo", "Madrileño", "Practicante", comunista y maquis. El 10 de diciembre de 1949 en la torca de Montenegro en Zafarraya (Granada) tiene un enfrentamiento con la Guardia Civil; pero según un maquis durante el enfrentamiento fue asesinado por un compañero de un tiro en la cabeza. En el informe de la autopsia se afirma que "tenía una herida de arma de fuego en la cabeza de entrada por la región occipital y salida por la región izquierda". Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las "Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo".


195. Federico Bada Beltrán de Caicedo, "Bada", anarquista que fue detenido después de la Guerra y condenado a dos penas de muerte. Indultado en 1943 se sumó a la guerrilla y fue asesinado en la sierra de Javalambre (Teruel) en la primavera de 1947. Para el socialista Ministerio de Cultura figura como una de las "Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo".




Según «estudios rigurosos sitúan entre 14 y 20» maquis asesinados por el comunista y maquis José Muñoz Lozano, «Roberto»: Secundino Serrano. Maquis. Historia de la guerrilla antifranquista. Madrid, 2001, p. 302.
Jesús Caellas Aymerich, «Carlos», comunista «acusado por otros maquis de llevar a cabo «eliminaciones»: Mercedes Yusta Rodrigo. Guerrilla y resistencia campesina. La resistencia armada contra el franquismo en Aragón. Zaragoza, 2003, p. 156.
Según Francisco Moreno Gómez, en la 3ª Agrupación que guerreaba en la provincia de Córdoba fueron ajusticiados media docena de maquis: La resistencia armada contra Franco. Tragedia del maquis y la guerrilla. Barcelona, 2001, p. 489.
Otro método empleado para sacar provecho y de paso eliminar a los camaradas era dar el chivatazo a la policía, y así, morían en el enfrentamiento o eran detenidos y después ejecutados. Algunos de los casos conocidos fueron los del comunista y maquis Mateo Obra Lucía, «Pedro», que fue delatado por la dirección de PCE y fusilado en Derio (Vizcaya) el 4 de junio de 1949; o el del comunista Julián Grimau García, también delatado por la dirección del PCE y fusilado en Madrid el 20 de abril de 1963.

Stalin cambia de estrategia y pone fin a las guerrillas comunistas: «En octubre de 1948, en una reunión conjunta del Buró Político del Partido, del Comité Ejecutivo del Partido Socialista Unificado de Cataluña y de un reducido número de delegados de algunos destacamentos guerrilleros y camaradas del aparato se decidió disolver las guerrillas. (…) el argumento de peso y prácticamente el único que se empleó para hacer aprobar esa decisión fue que así lo había aconsejado Stalin
Un mes antes, en septiembre de 1948, una delegación del partido se había entrevistado con Stalin. De regreso informaron al Buró Político de que Stalin había aconsejado un cambio de táctica en nuestro Partido: disolver los sindicatos clandestinos, ingresar en los sindicatos oficiales donde estaban obligados a afiliarse todos los obreros y disolver las guerrillas»: Enrique Líster. ¡Basta! Una aportación a la lucha por la recuperación del partido. Madrid, 1978, p. 179.
«La lucha guerrillera no es abandonada, sino que se intenta reconvertirla en una fuerza politicomilitar que conciencie a las masas campesinas y organice los Consejos de Resistencia»: Joan Estruch Tobella. El PCE en la clandestinidad (1939-1956). Madrid, 1982, p. 154.

Referencias seleccionadas:
Miguel Sabater (1940). Julián Gorkín: Julián Gómez García (1941). El Socialista (octubre de 1944, nº. 5246. 28 de diciembre de 1944, nº. 5251. 11 de enero de 1945, nº. 5253. 18 de septiembre de 1945, nº. 5277. 28 de noviembre de 1947, nº. 5388). Tomás Cossías (1956). Eduardo Comín Colomer (1956). Andrés Sorel: Andrés Martínez López (1970). Francisco Aguado Sánchez (1975). José Borrás (1976). Antonio Téllez Solá (1978). Enrique Líster: Jesús Liste Forján (1978. 1983). Hartmut Heine (1982). Joan Estruch Tobella (1982. 2000). Daniel Arasa (1984). Gregorio Morán (1986). Francisco Moreno Gómez (1987. 2001). Fernanda Romeu Alfaro (1987. 2002). Manuel Pérez Regordán (1987). José y Carlos Martínez Cobo (1989). Marie-Claude Rafaneau-Boj (1995). José María Azuaga Rico (1996). José Aurelio Romero Navas (1997. 2004). Francisco González Vidal (1999). José Manuel Márquez Rodríguez y Juan José Gallardo Romero (1999). María Teresa Martínez de Sas y Pelai Pagès i Blanch (2000). Secundino Serrano (2001. 2005). Mikel Rodríguez Álvarez (2001). Luis Miguel Sánchez Tostado (2001). Miguel Íñiguez (2001). Francesc Badia (2001). José Luis Martín Ramos (2002). Francisco Martínez-López (2002). Ferran Sánchez Agustí (2003. 2008). Josep Sánchez Cervelló (2003). Mercedes Yusta Rodrigo (2003). Jean Sagnes y Sylvie Caucanas (2004). Santiago Macías (2005). Jesús Gutiérrez Flores (2006). Francisco Xavier Redondo Abal (2006). Jesús de Cos Borbolla (2006). Dolors Marín Silvestre (2006). Salvador F. Cava (2007). David Prieto Jiménez (2007). Antoni Lardín Oliver (2007). José Ramón Sanchis Alfonso (2007). Valentín Andrés Gómez (2008). Josep Massot (2010). Jorge Marco (2010). Juan J. Sobrino Ceballos: www.castellano.fervenzas.es/. Silvia Ribelles de la Vega (2011).

Epílogo:
En Francia se editó en 2007 el libro de investigación de Jean Marc Berlière y Franck Liaigre: Liquidar a los traidores: la cara oculta del PCF (1941-1943), sobre los casi 800 fichados y de ellos más de 250 asesinados por orden del PCF por oponerse al pacto entre Hitler y Stalin.(Referencias en ABC, 21 de septiembre de 2007: Los crímenes del Partido Comunista conmocionan a toda Francia. Y Juan Pedro Quiñonero en "Una temporada en el infierno.net", 20 de septiembre de 2007: Cuando los comunistas asesinaban a otros comunistas).
En esta España pendular el tema del maquis ha pasado de ser cosa de «bandoleros y asesinos» en los trabajos anteriores a los años setenta, a «guerrilleros y héroes» en los trabajos que actualmente se presentan. La realidad es que en el fenómeno del maquis hubo de todo, la mayoría siguieron luchando por motivos ideológicos –más de uno, con nombre y apellidos, murió dando vivas al comunismo y a la Unión Soviética-; otros con el cuento ideológico se dedicaron al robo y al pillaje porque no sabían vivir de otra manera; otros encontraron en ese campo el poder seguir ejercitando su instinto sádico y asesino; también estaban los que dirigían el asunto, los comunistas que desde Francia daban la orden de asesinar, y por último los ejecutores asesinos que cumplían esas órdenes.
En cuanto a todo lo dicho anteriormente también podía valer para definir a quienes se dedicaron a combatir al maquis, porque también hubo de todo: desde los guardias civiles y policías convencidos de que luchar contra el maquis era un deber por ser un peligro para España; o los que no sabían o no querían hacer otra cosa a cambio de un mísero sueldo; o los sádicos y torturadores que se amparaban en su impunidad para dar rienda suelta a sus instintos asesinos.
Como no podía ser de otra forma en lo referente a cualquier tema de la Guerra Civil española, el tema del maquis además de un acto de propaganda es otro atentado más contra la inteligencia humana, el querer presentar a los maquis como los que golpearon a Franco. A Franco nadie le tocó un pelo, eso sí, murieron unos cuantos miles entre campesinos, guardias civiles y especialmente maquis.

Los atentados contra la inteligencia humana bajo el nombre de «memoria histórica» siguen su curso; pero la investigación a fondo de los antiguos combatientes en el Frente Popular y maquis asesinados por el PCE en Francia y en España es un trabajo que está por hacer. Es cierto que se han realizado trabajos de las zonas donde actuaron los maquis, y que se han investigado los archivos policiales, y que se han recogido testimonios de ex maquis y testigos que todavía viven; pero la mayoría de los trabajos han sido para la propaganda partidista, justificación y exaltación del maquis. El caso de Víctor García García no es un caso único sino el indicativo que todavía queda mucho por esclarecer. Así por ejemplo, en lo referente a los asesinatos cometidos en territorio francés tres autores escriben:
«(…) la UNE («Unión Nacional Española dominada por el PCE», p. 294) no dudo en recurrir a las ejecuciones sumarias y a las masacres colectivas. Los más afectados fueron los libertarios. Ángel Aransáez, secretario del comité regional de la CNT en Decazeville (Aveyron), enumeró cincuenta y seis, pero la evaluación exacta sigue siendo imposible. En primer lugar, están los desaparecidos que ya nunca volvieron a aparecer. A continuación, los cadáveres no identificados descubiertos a unos pocos centímetros bajo tierra a finales de 1944 y a principios de 1945, cuyas muertes la policía estimaba que respondía a «nuevos saldos de cuentas entre refugiados» y que la víctima presentaba las «características del tipo español»… Sin embargo, si se consideran los trece asesinatos perpetrados en el Aude por espacio de dos meses (de octubre a diciembre de 1944), cuyo origen quedó demostrado por la aportación de pruebas tangibles, es posible hacerse una idea de la magnitud de estas «purgas». En el Ariège, en mayo, toda una familia fue asesinada en una finca aislada cerca de la carretera entre Foix y Saint-Girons.
Se señalan desapariciones en Morepoix, Clara, Ille-sur-Têt… El 15 de julio en la localidad de Cazaza, cerca de Castelnau-d’Urban (Ariège), Ricardo Roy, a escondidas, asiste impotente a la masacre de su familia y de sus amigos: seis adultos y dos niños de seis y ocho años.
¡La enumeración fúnebre podría ser larga! Limitémosla pues al crimen más odioso que cierra este episodio sanguinario del exilio español: la mártir de la familia Soler, quemada viva en su casa de Ariège»: Marie-Claude Rafaneau-Boj. Los campos de concentración de los refugiados españoles en Francia (1939-1945). Barcelona, 1995, pp. 345, 346 y 348.
Enric Melich Gutiérrez, «Robert Sans», guía y maquis de la UNE, «amparado en la madurez que concede el paso del tiempo, sobre aquellos episodios de la resistencia antifascista pirenaica, rememora y afirma: «Pero de la misma forma que continúo denunciando las represalias practicadas en el Aude contra personas que se opusieron a UNE, entre ellos mis amigos Pedro Pérez y Miguel González, estoy convencido de que más de uno de aquellos fugitivos desaparecidos cuando los hacíamos pasar hacia Andorra, judíos principalmente, sus joyas, oro y dinero, sirvieron para amasar pequeñas fortunas que luego se blanquearon en la construcción de grandes hoteles y supermercados»: Ferran Sánchez Agustí. Espías, contrabando, maquis y evasión. La Segunda Guerra Mundial en los Pirineos. Lleida, 2003, pp. 225, 230 y 231.
Y por último Joan Estruch Tobella concluye: «La única fuente de información de que disponemos afirma que en ese período se produjeron unos 200 asesinatos de españoles en el Midi por obra de los guerrilleros de la UNE. Es prácticamente imposible saber cuántos fueron liquidaciones de colaboracionistas reales o supuestos y cuántos eliminaciones de rivales políticos. La mayor parte de estos sucesos han quedado sumidos en la más completa oscuridad»: El PCE en la clandestinidad (1939-1956), pp. 87 y 88.
Para aquietar conciencias y seguir dando rienda suelta a la propaganda, no han faltado autores que han afirmado que los casi 200 asesinados en territorio francés es una cifra exagerada…: pues bueno.

Ángel Manuel González Fernández, octubre de 2010 y septiembre de 2012.

Adición aclaratoria:
Si el lector desea más información, aclaración o rectificación para cualquiera de los nombres y apellidos citados, lo menos que debería hacer es dejar su dirección.
Toda la pequeña historia de los nombres y apellidos citados tienen su correspondiente referencia en investigaciones y libros editados hace años, y sus autores figuran en el apartado de «Referencias seleccionadas»; por lo que si algún familiar o descendiente de los citados siente que está siendo perjudicado por la publicación de un dato, lo primero que debería hacer es dirigirse al autor de la fuente primaria para facilitarle su información y después pedirle una corrección a su error.
Aunque los delitos de calumnia e injuria prescriben al año de ser hechos públicos por primera vez y el de la intromisión ilegítima del derecho al honor caduca a los cuatro años, pasados esos plazos y según la vigente ley no habría legalmente nada que rectificar; pero cualquier persona que desee y busque la verdad como es mi caso, no tiene inconveniente en aclarar e incluso rectificar algún dato que figure en los temas editados.
Enviados al matadero
20 set 2012
Hace cincuenta y ocho años, en octubre de 1944, tres mil guerrilleros comunistas invadieron el Valle de Arán para alzar al pueblo español contra Franco. Dos de sus protagonistas analizan hoy el estrepitoso fracaso de la «Operación Reconquista de España»

UNO DE LOS ACONTECIMIENTOS MÁS sorprendentes de la posguerra civil y de la resistencia exterior contra Franco es la invasión del Valle de Arán, en el Pirineo leridano, por guerrilleros republicanos -comunistas, fundamentalmente-. Ocurrió a finales de octubre de 1944 y tenía como objetivo, una vez ocupado el Valle, seguir avanzando por territorio español y desencadenar una sublevación general para derrocar al régimen franquista.
Emilio Alvarez Canosa Pinocho, combatiente de la Guerra Civil Española y el maquis frances.La operación Reconquista de España pasó de proyecto a ejecución el día 21 de septiembre de 1944, cuando el Estado Mayor de la Agrupación de Guerrilleros transmitió por escrito al coronel Vicente López Tovar, jefe de la XV División, la orden: «De conformidad con la Orden General de esta Agrupación, fecha de ayer, inmediatamente se pondrá Ud. en camino en dirección del P.C. (Poste de Commandament: Cuartel General) de la antigua XXVI División, situado en Chalabre (Ariége), Chateau de Chalabre, para hacerse cargo de la nueva Unidad que se constituye con el número 204 (...)

Asimismo con toda urgencia establecerá Vd. su nuevo P.C. en el Pirineo, dando cuenta inmediata del cumplimiento de la Orden, así como de las medidas que para ello tome». En el membrete figura «FF.I.-U.N.E./ AGRUPACION DE GUERRILLEROS / Reconquista de España»

Las siglas FFI corresponden a la organización Forces Francaises de I´Interieur, que aglutinaba a los dos ejércitos guerrilleros franceses: el gaullista, Armée Secréte, y el comunista, Francs-Treurs et Partisans Frangais.

UNE (Unión Nacional Española) nace en el seno del Partido Comunista Español, a raíz de la invasión de la Unión Soviética por las tropas nazis en el verano de 1941, para evitar la entrada de España en la guerra al lado del Eje. No se concreta, sin embargo, en un programa político hasta la denominada Conferencia de Grenoble (se celebró en Toulouse, pero había que despistar a la policía) el 7 de noviembre de 1942, cuando ya la guerra había dejado de ser favorable al fascismo. La UNE se proponía la alianza de todas las fuerzas antifranquistas, fuera cual fuere su color político -no se descartaba ni siquiera a los falangistas- con el fin de derrocar a la dictadura y convocar elecciones democráticas.

INSTRUMENTO DEL PCE
La Unión Nacional Española era el instrumento político del PCE y la Agrupación de Guerrilleros, su herramienta militar. En realidad esta Agrupación de Guerrilleros españoles no era sino una nueva etiqueta del denominado XIV Cuerpo de Guerrilleros que agrupaba a los combatientes españoles contra el ocupante nazi. La necesidad de unificar toda la resistencia en territorio francés implicaba el tener que ponerse a las órdenes del Estado Mayor de las FFI. Con el cambio de nombre perdió el maquis español la independencia absoluta, pero siguió conservando una práctica autonomía. En cuanto organismo militar continuó siendo un cuerpo de Ejército que en cuadraba a toda la guerrilla española en Francia, en nueve divisiones, con un total de 2 5.000 a 30.000 partisanos. A una de estas divisiones, la XXVI, que fue reestructurada y rebautizada como 204, se le encargó invadir el Valle de Arán.

El coronel Vicente López Tovar, a quien se encomendó el mando, era miembro del Partido Comunista desde las elecciones del Frente Popular, febrero de 1936, y había desempeñado la jefatura de una división durante la guerra civil española. López Tovar se había visto obligado a pasarlos Pirineos, en compañía del general Modesto, el 10 de febrero de 1939, pero ocho días más tarde estaba de vuelta en España, a las órdenes del doctor Negrín, para apuntalar la resistencia de Madrid. De nuevo en Francia, participó en la creación de una empresa de carbón de leña, tapadera ideal para la concentración y adiestramiento de guerrilleros. Poco más tarde fundó una brigada que se integró en la MOI (Maín d'0euvre Immigrée), organización del PCF que encuadraba al maquis extranjero.
Valle de AranComo jefe de la XV División de Guerrilleros, el coronel López Tovar se había distinguido en la resistencia saboteando el tráfico ferroviario de la Dordoña, el Lot y la Correze, y estando en contacto con el Estado Mayor gaullista en Londres, donde era conocido cono Albert, por medio del enlace coronel Berger, alias Andre Malraux.

Era, pues, uno de los jefes guerrilleros que tenía más experiencia militar y que gozaba de mayor prestigio. Precisamente por ser un profesional de valía, Vicente López Tovar difícilmente podía hacerse cargo de la «Operación Reconquista de España» sin rechistar.

ASEGURARSE LA RETIRADA
El coronel López Tovar, sabía que únicamente los militantes comunistas españoles habían oído hablar de Unión Nacional. Consideraba igualmente absurda la comparación de la ocupación alemana de Francia y Yugoslavia con la instalación en el gobierno español de la dictadura franquista. Pero por disciplina política y camaradería arrostró la dirección de la disparatada empresa. Y lo hizo de manera tan sensata como escasamente ortodoxa: comenzó por asegurar la retirada antes que el ataque, puesto que el ataque estaba abocado irremediablemente al fracaso. Y en la orden de operaciones dio la prioridad a la salida del Valle situando allí las tropas que permitirían el repliegue.

La «Operación Reconquista de España» se inició el 19 de octubre de 1944. La consigna del Alto Mando de la Agrupación de Guerrilleros eras ocupar el Valle de Arán y avanzar sembrando la sublevación del pueblo español. Este avance sin objetivos militares precisos le parecía suicida a López Tovar, que temía una maniobra envolvente del enemigo si se alejaba d e la frontera. S e imponía, por consiguiente, asegurarla comunicación con Francia, establecer el Cuartel General en el Valle y no seguirla progresión en territorio español hasta no estar seguro de que la insurrección nacional era posible y no una quimera.

Una operación de tal envergadura no podía llevarse a cabo sin el consentimiento del Gobierno francés, pero por razones obvias de política internacional no cabía esperar una aprobación oficial. El jefe de las fuerzas fronterizas francesas, coronel Calvetti, le comunicó a López Tovar que tenía orden de no dejarle pasar la frontera, pero, seguidamente, le ofreció hospitales de campaña en territorio francés, haciéndose objetivamente cómplice de la operación. A esta complicidad le obligaba el hecho de que muchos soldados franceses a sus órdenes eran antiguos compañeros de maquis de los guerrilleros españoles; incluso algunos se le ofrecieron a López Tovar para ayudarle en aquella empresa.

Al anochecer del día 19 de octubre, el Estado Mayor de la 204 División (legó en automóvil a Superbagnéres desde donde, a pie, llegó al día siguiente al pueblo de Bosost, ya desembarazado por los guerrilleros de guardias civiles. En Bosost se instaló el cuartel general.

De los 25.000 a 30.000 hombres que componían la Agrupación de Guerrilleros, sólo entre 12.000 y 15.000 se concentraron en los Pirineos, pero los efectivos de la 204 División ni llegaban a los 3.000 hombres. La penetración de la 204 División
de Guerrilleros se inició en la madrugada del 19 de octubre, pero la operación había sido previamente detectada por el espionaje franquista: desde el 12 de octubre, al menos, se habían dado instrucciones a las fuerzas del servicio de fronteras (Guardia Civil y Policía Armada, principalmente) para que extremaran el control a fin de que «no pasen desapercibidos la existencia de grupo grande o pequeño que, infiltrado a través de las fragosidades del terreno, pudiera producir alarma, para aprehenderlo o exterminarlo si ofreciera resistencia».

Sin embargo, la invasión se inició con éxito tanto por el Bajo como por el Alto Arán. La 551 Brigada, dividida en dos columnas, se apoderó de Bosost por la mañana y de Lés a las 15,00 horas de la misma fecha. El balance fue de seis muertos y 20 heridos propios y tres muertos y dos heridos en las filas franquistas. Así es como Bosost, una de las más importantes poblaciones del valle, pudo ser utilizada como sede del Estado Mayor de los maquis cuando llegó allí, a pie, el día 20.

Hubo, sin embargo, fuerte lucha en algunos puntos. Tras 15 horas de marcha desde la frontera, la 410 Brigada se enfrentó en Las Bordas con 110 soldados y ocho carabineros. La guarnición resistió hasta las 19,30 horas del día 20. Las bajas fueron seis muertos y 20 heridos por parte de los guerrilleros y 20 muertos (doce de ellos fallecieron quemados por no querer rendirse) y diez heridos entre los defensores del pueblo.


CONVENCIDOS DE SU CAUSA
Enrique Lister a la derechaHay que destacar que, desde el principio, los guerrilleros estaban convencidos de que podían evitar el combate esgrimiendo simplemente el programa de Unión Nacional. En el informe fechado el 31 de octubre de 1944, redactado en el Cuartel general de la Agrupación de Guerrilleros, se lee: «Una guarnición de 17 guardias de asalto, situada en el pueblo de Arre, a un kilómetro de Las Bordas, hostigaba constantemente nuestras fuerzas en el ataque a dicha localidad. Dadas las características que tomaba la lucha a nuestro favor, la guarnición destacó un grupo para parlamentar. Se les leyó el programa de Unión Nacional y se les habló de nuestros fines. Volvieron a su base para informar al resto de la guarnición, considerando que no habría inconveniente por parte de ellos para sumarse a nuestro movimiento». La información es totalmente falsa: no se produjo tal conversión. Los guerrilleros comunistas pudieron atacar porque les llegaron refuerzos y «los oficiales abandonaron sus tropas entregándose éstas casi sin resistencia».

Hasta el día 23 de octubre fueron tomados Bausén, Caneján, Porcingles, Pradell, Lés, el Portillón, Bosost, Arrós, La Bordeta, Arró, Vilamós, Benós, Las Bordas, Aubert, Betlán, Vilach, Mont, Montcorbau, Vila y Begós.

Los mismos nombre figuran en el parte que el primero de noviembre firmó el jefe de Estado Mayor dando cuenta del resultado final de la campaña. De modo que no se avanzó más en la «conquista» a partir del día 23. El informe final dice así: «Con arreglo a la orden de operaciones dada por este Estado Mayor, se realizó la operación asignada para proceder a la liberación del valle de Arán. Lo que resultó con todo éxito, conquistándose los pueblos de... [se repiten los nombres ya transcritos] estableciéndose una cabeza de puente que permitía con toda facilidad realizar toda clase de transporte y evacuación de heridos.

«Esta operación comenzó el día 19 de octubre, fecha en que nuestras fuerzas se lanzaron al ataque sobre los objetivos marcados, continuando la progresión hasta las cercanías de Viella, donde el enemigo ofreció gran resistencia por mantener dicha localidad.

«Se le ha causado gran número de bajas, considerándose unas 350 aproximadamente el número de ellas, gran cantidad de heridos y 130 prisioneros. Después de permanecer en España durante el transcurso de once días, el Mando Superior ordenó se procediese a la retirada de todas las fuerzas operantes en el sector valle de Arán.

«El P.C. de la División se estableció en el pueblo de Bosost donde permaneció hasta que se efectuó la retirada completa de las unidades».

ALDEAS PERDIDAS EN EL MAPA
En otras palabras, no sólo no consiguieron sobrepasar el Valle de Arán sino que ni siquiera tomaron Viella, la capital. Se cumplió el expediente permaneciendo cauta y sensatamente cerca de la frontera, prestos a emprender el repliegue, ya desde la entrada. Los pueblos cuyos nombres se esgrimen triunfalmente son pequeñas aldeas en la mayoría, algunas de las cuales deben buscarse con lupa en un mapa de Estado Mayor. De todos modos, los 41 núcleos de población del Valle de Arán no alcanzaban los 6.000 habitantes, escaso campo para la agitación política. Y cuando se puso de manifiesto que la sublevación nacional no surgía por ningún sitio, seguir avanzando carecía de sentido. Tampoco lo tenía atacarla capital, porque entrar en Viella era exponerse a no poder salir. En cuanto a la cifra de bajas causadas a las fuerzas franquista está multiplicada por diez...

Desde el momento en que no se podía contar con un mínimo de apoyo de la población, la «Operación Reconquista de España» planeada y ejecutada como una guerra de guerrillas, resultaba un contrasentido. La decisión de retirarse no le fue dictada al jefe de la 204 División por nadie. Al contrario, la dirección del partido no cesaba de apremiarle para que tomara Viella, incluso el día 25, cuando ya el coronel López Tovar había decidido retirarse del Valle.

Se ha escrito con frecuencia que Santiago Carrillo en persona ordenó la retirada. Vicente López Tovar lo niega:
- No es cierto que Carrillo diera la orden. Carrillo no intervino para nada. Vino cuando ya nos íbamos a marchar. Estábamos en situación insegura desde hacía seis o siete días y cuando mis oficiales me dijeron que las tropas de Gerona y de Lérida comenzaban a subir hacia la frontera yo di la orden de prepararse para evacuar. Nos vamos antes de que nos cojan. Entonces llegó Carrillo con el jefe del PCE en Francia. Le enseñé el plan. «Comprenderás -le dije- que no quiero atacar. Y me voy». Me dio la mano: «Yo no tengo tiempo de estar aquí. Me voy». Y se fue sin decirme ni sí ni no.

Carrillo se atribuye mayor protagonismo cuando afirma en sus Memorias que estaba «preparado para prever de antemano la invasión del valle de Arán e intentar evitarla y para retirar de allí las unidades guerrilleras en cuanto desembarqué en Francia» (p. 370). Y más adelante: «No me costó trabajo convencerles y que aceptaran organizarla retirada».

Lo cierto es que el día 26 de octubre López Tovar ordenó que se desistiera de atacar Viella y se preparara discretamente la evacuación. La orden se precisó el día 27 cuando todos los jefes de brigada recibieron la ordenar de replegarse. El día 28 a las 24,00 horas comenzó la evacuación del Valle y el 29, temprano, ya estaban todos en Francia.
Vicente Lopez Tovar en su casa en FranciaPor consiguiente, cuando al anochecer del día 28 se presentaron en el Cuartel General de la 204 División los dirigentes del PCE, entre los cuales figuraba Santiago Carrillo, la orden de evacuación había sido ya cursada. López Tovar no se lo dice a Carrillo porque desconocía cuáles eran sus propósitos; evidentemente, le tranquilizó el que Carrillo no se opusiera, porque no deseaba adoptar una postura de rebeldía respecto al partido comunista.

El coronel López Tovar no oculta su satisfacción ante el resultado: 12 muertos solamente en sus filas. Entraron alrededor de 2.500 guerrilleros y salieron 4.000, porque se les unieron otras unidades que ya estaban operando en territorio español... Claro, que las cifras de bajas no casan con la realidad de la operación y parece desmesuradamente exagerado que hubiera por la zona millar y medio de maquis que pudieran unírseles en su retirada.

PINOCHO: «QUERÍAN QUE NOS LIQUIDARAN»
El comandante Pinocho, titular de la Legión de Honor francesa por su actividad como guerrillero en la resistencia francesa, nos recibió en octubre de 1996 en su domicilio del pueblo provenzal de Gréasque. lntervino en la «Operación Reconquista» como comandante de la 471 Brigada de Guerrilleros. Él era bastante más pesimista respecto a la operación del Valle de Arán en el otoño de 1944.

- Desde el día 20 de agosto de 1944 en que mi amigo y antiguo jefe de la 46 División, López Tovar, me convocó para comunicarme la decisión del Cuartel General, yo le dije que entrar por la fuerza en España me parecía descabellado. Me contestó que también a él. Juntos estuvimos escuchando al general Luis Fernández y a los coroneles Acevedo y Salcedo quienes, en una de las salas llenas de mapas con banderitas por todas partes, nos explicaron el desarrollo de las operaciones guerrilleras en la provincia de Lérida y las diversas fases del avance por territorio español.

Cuando se nos pidió nuestra opinión yo dije que si habíamos perdido la guerra con los medios con que contábamos todavía, cómo íbamos a poder hacer frente ahora, con 1.500 guerrilleros, a un ejército triunfante. Se nos contestó: «Si los camaradas de Madrid, que están más al corriente de lo que pasa en España, han decidido que el mes de octubre es el momento propicio para efectuar la invasión del Pirineo leridano, es que el pueblo español no espera más que la chispa de esa entrada en masa de los guerrilleros para echar abajo al tambaleante régimen franquista. Además, no vais a esperar a que la liberación de España os la sirvan en bandeja. Hay que hacer como los yugoslavos: organizarlas guerrillas en el interior del país. Los aliados han prometido liberar a Europa de todos los regímenes instalados con ayuda de Hitler y Mussolini, pero con algo tenemos que contribuir nosotros. Cuando consigamos establecer una cabeza de puente, tendremos nuestro pedazo de España, que podrá acoger a un gobierno español, y, desde allí, empezarla reconquista de España».

La verdad fue que nuestra brigada se encontró, al entrar en España con un desierto: se había obligado a la población a replegarse a 70 kilómetros al interior. Ni rebaños teníamos con qué sustentarnos. Allí no había más que la Guardia Civil, la Policía Armada, Somatenes, Falangistas y la Legión Extranjera.

Ya el primer día me desaparecieron doce hombres a los que mandé que destruyeran un puente. Lo dinamitaron, pero no volvió ni uno. No sé si los mataron, fueron heridos o hechos prisioneros. El caso es que perdí a los doce.

Y donde mandaba una patrulla ya no volvía más. No tengo ni idea de lo que podía ser de ellos. Quizás se constituían luego en guerrillas. No quiero decir que los mataran forzosamente. Pero lo cierto es que yo perdí así 33 personas. Y había entrado con 280.

- Se dice que su brigada no llegó a librar combate, que se retiró sin pedir permiso a nadie.
- Nos enfrentamos con una tropa de unos 900 hombres que llegaron en 30 camiones con las luces encendidas. Nosotros no teníamos más munición que la que llevábamos con nosotros. No teníamos ni para dos minutos de combate. Menos mal que no libramos batalla. Se fueron sin atacarnos. Era una escaramuza para tantear el terreno. ¿ De qué nos servían las metralletas [Stern, inglesas] sin posibilidad de recargarlas cuando se nos acabaran las municiones que llevábamos en las cartucheras?
- ¿Y no pensaron en eso antes?
- Pero si se lo dijimos a los mandos
- Y, a pesar de todo, entraron.
- Porque nos convencieron.
- Pero me está diciendo que no tenían más que para dos minutos de combate.
- Y lo sabían ellos. Porque se lo dijimos: «no te nemos ni municiones ni intendencia. Sólo las balas y la comida que llevamos encima». A lo que se nos replicaba: «Pero Pinocho, en cuanto entréis los maquis vais a tener apoyo de toda la población. Y una vez instalado un gobierno en el territorio ocupado lo van a reconocer todas las demás potencias porque así lo han prometido».
No teníamos ni dinero para pagar los alimentos que los campesinos pudieran procurarnos. Pero les pagábamos con bonos de la Unión Nacional que les reembolsaríamos cuando ganáramos. Y, claro, se sentían robados y nos denunciaban.
- ¿Y no libró nunca batalla?
- No, ¿con qué? El día de los camiones, mi comisario político, que era un fanático, me dijo: «Pinocho, hay que atacar». Yo me negué sabiendo que contaba con el respaldo de mis hombres. Era la noche del 19 de octubre y, para empeorar nuestra situación, cayó una nevada muy fuerte.
- ¿Pudo retirarse sin problemas?
- Sin problema alguno porque lo teníamos previsto. Luego, en Francia ya, se me acusó de haber ordenado la retirada por mi cuenta. Si me espero a que me llegue la orden de Tovar, estoy listo. Todos, menos el comisario, Ceferino Borrego, estábamos de acuerdo.
- ¿No tuvo consecuencias personales la decisión?
- Ninguna, aunque no las tenía todas conmigo. Me convocaron al Estado Mayor me dijeron que tenía que volver a España. Me negué. Me desmovilicé y me reintegré a mi trabajo en la mina.
- A más de medio siglo de distancia, ¿cómo se explica usted que se llevara acabo una acción bélica con tantas pretensiones y en condiciones tan precarias?

- La verdad es que por no tener no teníamos ni sanidad. Yo pregunté: ¿ Y si a uno de los nuestros le pegan un tiro, qué hacemos? «Qué vais a hacer, Pinocho, -se me respondió-. Compréndelo ...». Sobreentendido: lo rematáis. Nosotros no nos creíamos que la gente se iba a sublevar en cuanto nos vieran, pero nos decíamos: «Será verdad si ellos lo dicen. No nos van a llevar al matadero». Ya ve usted lo tontos que fuimos...

- ¿Quiere usted decir que los dirigentes del PCE tuvieron el propósito deliberado de suprimirlos?

- Nos mandaron a España a que nos liquidaran. Perseguían una doble finalidad: realizar una operación de prestigio y eliminamos para, además de desembarazarse de militantes resabiados difíciles de manejar, reivindicar mártires. Todos los dirigentes del PCE se encontraron con el problema de hacerse con las riendas del poder. Mientras nosotros nos batíamos el cobre en la resistencia, ellos estaban fuera, en Moscú o en México. Éramos nosotros los que gozábamos de la confianza de los militantes. Había que desembarazar el terreno de competidores poco partidarios de aceptar sin más ni más una disciplina burocrática. En todo caso, el PCE no constituiría una excepción, con este tipo de comportamiento, dentro del movimiento comunista.

EL TRASFONDO DE LA OPERACIÓN
Esta es la fecha en la que se sigue sin saber de dónde partió la idea de la invasión y quién fue su estratega. Enrique Líster ha escrito en su obra ¡Basta! Que fue Stalin mismo quien, a mediados de octubre de 1944, le hizo saber por medio del secretario general del Komintern, Georgi Dimitrov, la necesidad de «obligar a los dirigentes socialistas, anarquistas y republicanos españoles a abandonar su política de pasividad y de espera a que el problema español lo resolvieran desde fuera los imperialistas (...) formar un gobierno o algo parecido que pudiera hablar y tratar en nombre del pueblo español [con el respaldo de] un movimiento popular cuya expresión principal sólo podía ser, en la situación de España, la lucha guerrillera».

Que una decisión de esta envergadura tuviera que tener el beneplácito del Komintern (es decir, de Stalin) es más que plausible. Lo difícil es tener que admitir como pretende Santiago Carrillo, que la operación del Valle de Arán se ideó, planeó y ejecutó bajo la responsabilidad exclusiva del futuro «traidor» Jesús Monzón, a espaldas de la dirección oficial deI PCE. En todo caso Carrillo no puede acusar al líder interior de labor «fraccional» por cuanto que la lucha guerrillera era por estas fechas la oficial del partido y en ella estaba implicado como dirigente el propio Carrillo.

Joan Estruch Tobella -El PCE en la clandestinidad, 1982- parece dar en el clavo cuando menciona el «desajuste entre el poder real del PCF en Francia y su representatividad en la escena política nacional e internacional». Por una parte, el Gobierno provisional francés había reconocido -por la autoridad que le confería su victorioso ejército guerrillero de 12.000 hombres- la representatividad oficial del movimiento de liberación español; y por otra republicanos, socialistas y anarquistas se habían unido en un frente común, la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas (en octubre de 1944 precisamente), que arrinconó definitivamente a la fantasmagórica Unión Nacional de obediencia comunista y que no había conseguido adhesiones de otras militancias más que a título personal.

Para Joan Estruch, se trató del «último y más audaz intento de conseguir logros reales que apuntalaran la hasta entonces estéril política de Unión Nacional. Podrá calificarse la operación de descabellada o precipitada en la medida en que no tuvo en cuenta la situación real del país, pero no cabe duda de que en aquella coyuntura específica no carecía de lógica política ni de oportunismo táctico (...) El espectacular fracaso de la invasión fue en gran parte motivado por una concepción de la operación miméticamente inspirada en la insurrección antinazi en Francia».

ENTREVISTA
-¿Tenía idea, al recibir la orden, de lo que se trataba? En su actual domicilio de Toulouse, el jefe de la «Operación Reconquista de España» recuerda aquellos momentos.
-Antes del 21 de septiembre de 1944, en las reuniones que tuve con el Partido, se me pedía, sobre todo, información sobre nuestra actividad en la resistencia. La primera vez que se me habló de la posibilidad de una invasión de España por el Valle de Arán fue de manera incidental y pensé que se trataba de una idea más de combatir contra el franquismo. Pero en una reunión posterior se volvió sobre el tema, asegurándome esta vez que en España nos estaba esperando el pueblo para sublevarse. Y, a renglón seguido, se me propuso que me hiciera cargo de la operación.

-¿Cuál fue su reacción?

- Reuní a todos los oficiales de mi Estado Mayor en el puesto de mando y llegamos rápidamente a la conclusión unánime de que no estábamos suficientemente armados para enfrentarnos con el ejército franquista. En la siguiente reunión con el Estado Mayor de la Agrupación de Guerrilleros, a cuyas órdenes estaba, manifesté mis dudas respecto a la eventualidad de una sublevación popular antifranquista. Se me reprochó mi escasa confianza en el partido y yo me retiré disgustado.

Rápidamente convoqué una reunión con todos los oficiales de mi futuro estado mayor y les comuniqué que no disponíamos más que de dos o tres coches mal blindados, dos cañones antiaéreos franceses de comienzos de la guerra que habíamos cogido a los alemanes, dos o tres morteros del 81, algunos fusiles de la guerra del 14...
Nuestra arma principal era la metralleta que usábamos para la guerrilla. ¿Cómo afrontar en esta condiciones un ejercito regular?


Con el hacha en la mano
Queriendo saber a qué atenerme, envié a España algunos enlaces para conocer el estado de ánimo de la población. Como ya imaginaba, sus informes no coincidían, ni mucho menos, con lo que me comunicaba el Estado Mayor de la Agrupación de Guerrilleros. No solamente los campesinos no nos recibían con los brazos abiertos, sino que había sitios en que salían a nuestro encuentro con el hacha en la mano.

Volví, por consiguiente, a decir a mis superiores que aquella operación me parecía un disparate. Pero todas estas manifestaciones de protesta se terminaron el 21 de septiembre de 1944 cuando se me dio por escrito la orden de formar la 204 División de Guerrilleros para invadir el Valle de Arán.

-¿ 0bedeció sin rechistar?
- Era una orden y yo, un militar. Obedecía o presentaba la dimisión. A mis oficiales llegué a decirles que dimitía. «No lo haga -me replicaron- porque nombrarán a otro que nos mandará al matadero. Quédese.»

En el número de octubre del órgano de la 204 División, Anónimos, se publica un editorial que incitaba a la insurrección nacional: «Podemos y debemos derrumbar a Franco y su Falange (...) Todos los españoles sin distinción de ideología ni clase social y ante el interés común de salvar a la PATRIA, tienen que acudir a este llamamiento. Con la UNIDAD de todos, los franceses han expulsado de su territorio al ejército alemán. Con la UNIDAD de todos, los yugoeslavos han liberado a su país.

Con la UNIDAD y la lucha de todos los españoles entorno a nuestra JUNTA SUPREMA DE UNIÓN NACIONAL que en el corazón de ESPAÑA encauza y dirige la acción de nuestro pueblo contra el puñado de asesinos falangistas, vamos a liberar nuestra patria (...)»

«OPERACIÓN RECONQUISTA DE ESPAÑA»
Las cifras más fidedignas de aquella operación, es que en las diversas escaramuzas (incluidas las pequeñas operaciones del valle del Roncal, 3 de octubre, y de Roncesvalles, 7 de octubre) Ejército y Guardia Civil tuvieron 32 muertos y 248 heridos; las fuerzas guerrilleras padecieron 129 muertos, 588 heridos y 241 prisioneros (E. Aguado Sánchez EL maquis en España).

Según diversos historiadores fue Santiago Carrillo quien dio la orden de retirada ante la inminencia de un desastre total, pues el general Moscardó se aprestaba a atacarles con fuerzas muy superiores. El joven líder comunista revistió de gloria aquel fiasco: «Los guerrilleros han ocupado 16 pueblos. Han sido los diez días más felices desde hace seis años para esas poblaciones. Cuando, cubierto su objetivo, los guerrilleros se retiraron a la otra zona de Cataluña (...) los sacerdotes les daban su bendición» (Víctor Alba, El Partido Comunista en España, citando a José Borrás).

En sus memorias, Carrillo es más discreto: «A la salida del túnel de Viella estaba esperándonos el general Moscardó con varias decenas de miles de soldados, tanques y artillería; en conjunto una fuerza contra la que no teníamos ninguna posibilidad. Permanecer en el Valle de Arán no hubiera tenido ningún sentido; nos desalojarían fácilmente y avanzar por el túnel de Viella, como pensaban algunos, era meterse de cabeza en una trampa» (S. Carrillo, Memorias, 1993).
La memoria de un impostor
20 set 2012
Andreu García Ribera

En la última actualización de la de las «Memorias» de Santiago Carrillo, publicada por editorial Planeta, el autor dedica dos páginas escasas, de un total de 829, a lo que denomina «la detención y el martirilogio de Julián Grimau». Carrillo dice que fue entregado a la policía, en una cita clandestina, por un traidor de apellido Lara, que después de la delación desapareció en el anonimato y del que no se volvió a tener noticia. Carrillo, que en otros hechos de menor relieve se extiende prolijamente, pasa como por ascuas por el fusilamiento de Grimau en 1963. Mucho se ha conjeturado sobre la irresponsabilidad de encargar el trabajo para el aparato del partido en el interior a un dirigente histórico tan conocido como Grimau. También siempre ha extrañado lo poco que investigó el PCE la figura del tal Lara, su procedencia, sus contactos dentro o fuera del partido. En fin siempre ha existido una nube de misterio en torno a las circunstancias que rodearon la detención y posterior ejecución de Grimau.

En este número de EL OTRO PAÍS vamos a ofrecer un testimonio de referencia, inédito, sobre estos hechos. Es el testimonio del hijo del militante rafael_verdu_pastor.jpgcomunista Rafael Verdú Pastor.

Rafael Verdú Pastor nació en la población alicantina de Mutxamel, en 1921. Después de un inicial acercamiento a la FAI, muy joven, ingresó en el PCE y se enroló en el cuerpo de Carabineros, luchando contra la sublevación fascista. Finalizada la guerra, vivió el dramático epílogo de la Segunda República en el puerto de Alicante, donde, ante la falta de apoyo internacional para garantizar el exilio de los miles de congregados, pudo burlar el cerco de los fascistas italianos de la División Litorio, mandada por el general Gambara, y regresar a su pueblo, Mutxamel, a siete kilómetros del puerto. Allí fue delatado por un vecino, detenido y encerrado con otros miles de republicanos en el castillo de Santa Bárbara y en la plaza de toros.

Como muchos jóvenes combatientes de la República, fue obligado a repetir el servicio militar en las filas del ejército fascista y enviado a un batallón de castigo en Fuerteventura. De regreso a casa, trabajó como labrador en la entonces rica huerta de la comarca de l’Alacantí y continuó militando en el PCE clandestino, siendo detenido y encarcelado por su actividad política en dos ocasiones, una en la década de los 50 y otra vez a finales de 1960, a los pocos meses de nacer su hijo. Condenado a ocho años de prisión, fue puesto en libertad en 1964, con motivo de un indulto otorgado por el dictador con ocasión de la muerte del Papa Juan XXIII. En el momento de la detención de Julián Grimau, Rafael Verdú Pastor se encontraba preso en la cárcel de Carabanchel, en cuya enfermería se conocieron ambos militantes comunistas. Grimau había sido brutalmente torturado y, ante la imposibilidad de arrancarle ninguna información, la policía simuló un suicidio arrojándolo por una ventana de la Dirección General de Seguridad. Pero Grimau sobrevivió a este intento de asesinato, con graves lesiones de las que no llegó a restablecerse. Tras una parodia de juicio, un Consejo de Guerra del ejército franquista condenó a muerte a Julián Grimau. Y esta vez, con un grotesco ropaje legal, se consumó su asesinato. Franco firmó el «enterado» de la condena del Consejo de Guerra sumarísimo sin recurso ulterior de ninguna clase y Manuel Fraga Iribarne, en su calidad de Ministro de Información y Turismo, anunció y justificó ante la opinión pública mundial el fusilamiento de Julián Grimau, el 20 de abril de 1963.

SUS SOSPECHAS LE COSTARON LA VIDA

Durante el corto periodo que coincidieron en la enfermería de la cárcel de Carabanchel, Julián y Rafael trabaron una estrecha relación. El hijo de Rafael Verdú Pastor, Rafael Verdú Sala, con el transcurso del tiempo, se decantó también por la militancia comunista en el PCE (m-l). Esta afinidad ideológica facilitó que el padre hiciera partícipe al hijo del contenido de las conversaciones mantenidas en prisión con Grimau.

Hoy, en enero de 2010, el hijo de aquel militante comunista ha desvelado a EL OTRO PAÍS que, siempre que hablaron de aquel episodio, su padre le dijo que Julián Grimau «murió convencido de que Santiago Carrillo le había vendido a la policía española». Santiago Carrillo había llegado a la secretaría general del PCE en el VI Congreso, celebrado en Praga del 25 al 31 de diciembre de 1959, arrinconando a Dolores Ibarruri al honorífico papel de presidenta del Partido. Aparte de que, en este Congreso, Carrillo vio satisfecha su inmensa ansia de poder, se produjo un hecho verdaderamente inquietante, y fue que la casi totalidad de los delegados procedentes del interior del país fueron detenidos a su regreso. La dirección del PCE constituyó en París una comisión de investigación para esclarecer las extrañas circunstancias de estas detenciones. Nunca se conocieron las conclusiones de las pesquisas de esta comisión. En el actual archivo del PCE han desaparecido todos los documentos relativos a esta comisión, se los apropió Carrillo cuando abandono el Partido rumbo a las tertulias de la SER, los homenajes del PSOE, las farras institucionales sobre la Transición junto con Martín Villa y Fraga Iribarne y las amenas charlas con el Rey en la Zarzuela.

El caso es que las investigaciones sobre las causas de estas detenciones generalizadas de los delegados del interior fueron enterradas en un silencio cubierto de sospechas. Grimau no compartió esta política y empezó a sospechar que la policía franquista estaba incrustada en el aparato carrillista. Estas sospechas le costaron la vida.

Como disciplinado militante de un partido clandestino, Grimau no hizo pública la certeza de la traición sufrida, para no debilitar la lucha de los comunistas, pero a su camarada preso le hizo estas terribles confidencias.

EL «INFORME ABAD»

No es Grimau el único que sospechó de Carrillo y sus métodos, ya en 1948, Enrique Líster preparó un informe para el Buró Político en el que exponía su preocupación por las repetidas detenciones de camaradas, informe que provocó una airada reacción de Carrillo y Francisco Antón. Algo más tarde, Francisco Abad, responsable de comunicaciones por radio desde Francia con el interior del país, expresó su estupor ante las continuas detenciones que se producían en España de militantes comunistas que llegaban desde Francia, manifestando el temor de que la policía franquista estuviera infiltrada en el aparato del partido. Abad redactó un informe de 120 páginas que hizo llegar a Dolores Ibarruri y Fernando Claudín, quienes, en lugar de abrir una investigación, se dedicaron a aterrorizar a Abad para que lo retirara. El original de este informe se encuentra en los archivos del PCUS, en Moscú, donde los tentáculos de Carrillo no han podido hacerlo desaparecer.

Abad falleció al regresar de su exilio en Moscú, pero antes tuvo ocasión de entregarle a su hija Katya Abad, que vivía en España desde 1974 y fue secretaria de la Asociación de Amistad España-URSS, un resumen de 21 folios del citado documento. En estos papeles se expone el papel de Carrillo en el asesinato de varios jefes de la guerrilla antifranquista, dice Abad, «para depurar a los componentes del movimiento guerrillero que, más tarde o más temprano, tendrían que abandonar el monte para incorporarse a la lucha en las fábricas o regresar a Francia. Santiago montó un equipo de castigo compuesto por «Antonio» (José Gros), «Sebastián» (Félix Pérez) y «Partebocas» (Ricardo Navacerrada). Abad relata, entre las «hazañas» de este grupo de verdugos a las órdenes de Carrillo, el asesinato del que fue durante muchos años jefe del Estado Mayor de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón, «Pepito» o «El Gafas». Nunca se dijo nada sobre el paradero final de «Pepito». Sin explicaciones, ni acusaciones, fue asesinado, y cuando los guerrilleros preguntaban por su compañero la dirección, «contestaba siempre que se había quedado en Varsovia».

Después, durante muchos años, José Gros fue guardaespaldas de Carrillo, y Félix Pérez, escolta de Dolores Ibarruri. Ambos ascendieeron al Comité Central del PCE.

En sus memorias de la desmemoria, nada dice Carrillo sobre este informe, ni siquiera menciona a Francisco Abad. Preguntado, en diciembre de 2008, por un periodista del diario madrileño «El Mundo», acerca de Abad, Carrillo se limitó a decir que Francisco Abad era un hombre trastornado y que la KGB lo manipuló para liquidarlo políticamente, por mis diferencias con el PCUS. El informe de Abad fue redactado en 1955, ¿qué diferencias tenía Carillo con el PCUS en ese período?.

En junio de 1961, poco antes de su muerte, Luis Vicente Uribe, miembro del Secretariado del PCE y ex ministro de Agricultura durante el gobierno del Frente Popular, le confesó a Líster que el examen y la decisión sobre las eliminaciones físicas se hicieron siempre en el Secretariado, y el encargado de asegurar su ejecución era Carrillo, quien tenía los ejecutores en su aparato, y le comentó el llamado caso Comorera. Joan Comorera fue fundador y secretario general del PSUC, también fue conseller de la Generalitat Catalana con Lluis Companys. Divergencias de línea política llevaron a que Carrillo y Antón propusieran la liquidación física de Comorera y, a través de un chivato que tenía Carrillo infiltrado en el circulo de Comorera, conoció la decisión de éste de cruzar la frontera, lugar de paso y fecha, y allí envío Carrillo su equipo de verdugos, formado por seis ejecutores que estuvieron en la montaña esperando el paso de Comorera durante tres semanas. Espera que fue baldía, pues Comorera, desconfiando de Carrillo, cambió a última hora su itinerario, gracias a lo cual salvó la vida.

CAMPAÑA CONTRA COMORERA

Ante la imposibilidad de la eliminación programada, Carillo, en el más puro estilo policíaco y provocador, desató, desde las publicaciones del partido y desde Radio España Independiente, una brutal campaña de denuncia contra Comorera. Entre otras felonías desde la prensa y radio del PCE, se puso en aviso a la policía sobre su entrada clandestina en Cataluña. Como extracto de una de estas infames diatribas, recogemos la siguiente, publicada en el Mundo Obrero de 30 de junio de 1954, titulada «El traidor y sus amos»: «..Habiendo sido denunciado por el Partido Socialista Unificado de Cataluña y por el Partido Comunista de España como traidor al movimiento obrero, encontrando la mayor repulsa de los comunistas y trabajadores revolucionarios, ahora la policía franquista monta esa tramoya de la detención para hacer desempeñar a Comorera el papel de resistente y así poder pretender engañar a trabajadores y otros antifranquistas. Los trabajadores y nuestro pueblo han podido comprobar la justeza de la medida tomada por el Partido Socialista Unificado de Cataluña al arrojar de sus filas al traidor Comorera, por ser un enemigo de los trabajadores un agente policíaco…».

Comorera luchó clandestinamente durante cuatro años en Cataluña y, detenido por la Brigada Político Social franquista, pasó otros cuatro años en prisión. Murió dignamente en el penal de Burgos, el 8 de junio de 1958. Ninguna de las acusaciones contra Comorera fue probada. Después de su legalización, tras la muerte del dictador, el PSUC organizó un multitudinario homenaje a Joan Comorera, rehabilitándolo de cualquier sospecha. Como bien afirmaba Líster en su libro «Así destruyó Carillo el PCE», ¿quienes fueron los delatores? ¿Comorera, que vivió y luchó en Cataluña, o los que lo acusaron falsamente desde fuera?

¿Qué dice Carrillo de Comorera en sus desmemorias? Se limita a señalar que Dimitrov le había advertido de la falta de firmeza política de Comorera, sin aportar ningún otro dato o especificación. También habla de un viaje de ambos, en 1940, aunque aparentando no conocerse por razones de seguridad, en el Transiberiano hasta Vladivostok, con objeto de pasar a América con documentación lógicamente falsa, y que también coincidieron en la cárcel de Carabanchel, después del fracaso de la insurrección de Asturias, en octubre del 34. Aquí, con su mala fe habitual, comenta que Comorera le pareció «poco simpático, en lo personal, y nada interesado por relacionarse con la izquierda socialista, al punto que su participación en la creación del PSU de Cataluña y su liderazgo en éste nos pilló de sorpresa a los que le habíamos conocido tras octubre. A partir de esos contactos, creo que se desarrollo en mí una reserva personal hacia Comorera que nunca llegué a superar totalmente». Curioso este Santiago Carrillo que recuerda que, en 1934, Comorera no era un tío simpático, pero olvida que, 16 años después, intentó asesinarlo en un paso fronterizo o que orquestó contra él una brutal campaña de calumnias que la historia no sólo no ha confirmado, sino que ha desmentido sobradamente.

En sus Memorias, Carrillo, 60 años después, destila un odio incomprensible hacia Heriberto Quiñones, quien trató heroicamente de reconstruir, en el interior del Estado español, un PCE abandonado por sus dirigentes en la primavera de 1939. Este honesto comunista condenado a muerte, tuvo que ser llevado por dos soldados al lugar de ejecución, pues debido a las torturas recibidas, no podía caminar siquiera un metro. Pues bien, de este hombre que se comportó valerosamente, tanto a lo largo de su vida como en el momento de ser detenido y fusilado, reconoce ahora Carrillo que «a estas alturas, la verdad es que no tengo datos para probar que Quiñones sea un agente franquista o del Intelligence Service. En el momento en que he podido acusarle de esto utilizaba juicios de quienes le habían tratado y obraba impulsado por la necesidad de combatir todo intento de ruptura del partido». Parece una disculpa a toro pasado, pues ni eso, la soberbia de Carrillo no puede retroceder ni un milímetro y termina diciendo: «En las condiciones de la terrible persecución de los años 40, fuese Quiñones un agente o fuese simplemente un ambicioso aventurero, y a pesar de que terminase ante el pelotón de ejecución, lo suyo fue una tremenda provocación».

¿En qué consistió la tremenda provocación de Heriberto Quiñones? Quizás en haber intentado reorganizar el Partido y la resistencia antifranquista, mientras Carillo había abandonado la lucha el 8 de febrero de 1939, tras la caída de Barcelona, y no regresó a España después, tal como era la orden del PCE, para continuar la guerra. Aquí, la mendacidad de Carrillo no tiene límites, si en sus hagiografías de los años 70 fue la sarna la que le impidió retornar al territorio republicano del Centro-Sur y del Levante, ahora escribe que se quedó esperando en Toulouse el embarque en un avión que hacía la ruta a Casablanca con escala en Alicante. Nueva falsedad, no regresó, al igual que otros dirigentes, porque prefirió quedarse en París a volver al Madrid de la resistencia. Tres días después de salir de Cataluña, Enrique Líster salió de Toulouse para la zona centro-sur de la península, la noche del 13 al 14 de febrero de 1939. En ese avión iban 13 pasajeros, a pesar de que el avión tenía 33 plazas. Es decir que quedaron 20 plazas vacías. Si Carrillo hubiera querido, podía haber regresado.

La saña con la que Carillo persiguió a los comunistas que, en el final de la guerra y después de ella, se quedaron a resistir a la dictadura fascista sólo se explica por su afán de escalar cotas de poder en el partido y la necesidad de eliminar testigos incómodos del abandono en que dejó a los militantes tras su deserción, compartida con otros dirigentes, de febrero de 1939.

Carrillo obvia, elimina, falsea o edulcora todos los hechos de su biografía que puedan perjudicar su imagen fabricada de lúcido creador de la política de reconciliación nacional y abanderado de la transición a la democracia. Pero hay otra historia, de comunistas asesinados, denigrados y expulsados, con el único fin de destruir un partido de clase y revolucionario y ofrecer a la burguesía, a cambio del acomodo institucional y sus retribuciones, un partido comunista obediente e inofensivo para el sistema capitalista. Pero la historia es tozuda y la verdadera historia de Carrillo está saliendo a la luz, con dificultades, pero abriéndose paso en el marasmo de mentiras interesadas que plagan la vida de este siniestro personaje que tiene como mérito indiscutible ante sus anfitriones de hoy haber liquidado la potencialidad revolucionaria del Partido Comunista de España.
El Gobierno de UCD hizo desaparecer de Valencia expedientes sumarísimos de Franco contra Carrillo
20 set 2012
(Las Provincias - Vocento, 15/02/2009)

El Gobierno de Unión de Centro Democrático (UCD) hizo desaparecer de Valencia los expedientes de juicios sumarísimos de Franco contra Santiago Carrillo, líder del Partido Comunista de España en la posguerra. Dos de los voluminosos dossiers no se han hallado entre los documentos trasladados hace tres semanas desde Capitanía General de Valencia a Madrid, pese a que debían estar en ese depósito. Según ha podido saber LAS PROVINCIAS entre los años 1981 y 82 fueron trasladados al Consejo Superior de Justicia Militar y desde entonces nada se sabe sobre ellos.

En un momento en que cobran auge las series televisivas sobre el intento de golpe de Estado del 23-F, los reportajes sobre el Valle de los Caídos, y con las asociaciones y familiares tratando de exhumar los restos de sus muertos, surge este nuevo dato que supone una pérdida patrimonial irreparable.

En los edificios militares de la capital del Turia había, al menos, tres de estos sumarísimos contra el líder comunista. La lucha del régimen contra sus detractores llevó al arresto de guerrilleros en el Maestrazgo que, cuando eran detenidos, aseguraban seguir instrucciones de Carrillo. De ahí que los sumarísimos estuvieran en Valencia.

Pero el Gobierno de UCD (con los mandatos de Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo) se llevó dos de estos documentos sumarísimos a Madrid. Se trata de un juicio rápido donde se juzga, casi siempre se condena, y se cumple la sentencia.

Pero, al parecer, no todos los expedientes sobre las causas abiertas a Santiago Carrillo se marcharon de Valencia a Madrid. Al menos uno de ellos, o una copia, se quedó en Capitanía General o el Gobierno Militar y ahora, junto a los otros miles de archivos, sí que ha viajado a la capital de España para proceder a su limpieza y posterior digitalización.

También se trasladó a Madrid un archivo sumarísimo del poeta Miguel Hernández. El viaje de expedientes de Valencia a Madrid se viene dando ya desde años anteriores, y en muchas de estas ocasiones están relacionados con el proceso abierto contra el propio Santiago Carrillo.

Un historiador valenciano, Salvador Fernández, argumentó que el expediente sumarísimo del guerrillero Doroteo Ibáñez sobre el juicio que se le realizó en Valencia (le hicieron otros dos en Zaragoza) se llevó a Madrid para «añadirlo al dossier contra Carrillo».

El objetivo era tratar de conseguir toda la información y documentación que fuera posible «para pedir la extradición» del líder comunista. Un proceso que sí consiguió realizarse con guerrilleros como Florian García El Grande, que regresó a España para ser juzgado.

Junto al de Doroteo se enviaron a la capital de España otros archivos sumarísimos, pero el de este guerrillero era especialmente importante puesto que se trataba «del coordinador de toda la estructura de Carrillo», según añadió Fernández. La mayoría de los expedientes eran de combatientes pertenecientes a la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA).

Y precisamente el expediente de Doroteo Ibáñez es uno de los más buscados. Insistentemente se ha negado hasta a cuatro grupos de investigadores distintos el acceso a los datos que contiene este documento. Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, Ibáñez pudo ser el último guerrillero fusilado en Paterna.

Una información que no podrá conocerse hasta 2010. El motivo es que deben pasar 50 años tras cerrar un expediente para acceder a él, y los últimos informes se adjuntaron al archivo de Doroteo en 1959. Sin embargo, son muchos los investigadores que piensan que ese año no podrá verse todo el archivo puesto que algunas partes están vinculadas a la causa a Carrillo.

No en vano, Ibáñez era la personas que reclutaba gente en Francia, volvía a España e informaba de todas las operaciones al Comité Central del partido comunista.

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