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[LaMadre] Discurso de Pavel Vlassov
13 jun 2012
Discurs de Pavel Vlassov, davant el tribunal del seu judici. Novela "La mare" de Maksim Gorki, publicada el 1907.

Enllaço amb una altre lectura de temàtica revolucionària, però en aquest cas no una novel·la de realisme social, sinó una obra de teatre (a la imatge de sota); que fa pensar més sobre lluita armada i humanisme.

Es tracta de "Los Justos" d'Albert Camús.
http://es.wikipedia.org/wiki/Los_justos
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Somos socialistas, enemigos de la propiedad privada que desune a los hombres, los arma unos contra otros, crea una inconciliable rivalidad de intereses, miente pretendiendo ocultar o justificar este antagonismo y pervierte a los hombres con la mentira, la hipocresía y el odio. Nosotros decimos: una sociedad que considera al hombre como un instrumento para enriquecerse, es antihumana, y nos es hostil; no podemos aceptar su moral, hipócrita y embustera. Su cinismo y su crueldad hacia la persona humana nos repugnan; queremos luchar, lucharemos contra todas las formas de servidumbre física y moral del hombre hacia semejante sociedad, contra todos los procedimientos, por medio de los cuales se le aplasta en provecho de la ambición. Nosotros, obreros; nosotros, cuyo trabajo ha creado todo, desde las máquinas gigantescas hasta los juguetes de los niños; nosotros, a quienes se ha privado del derecho de luchar por nuestra dignidad humana, y cada uno se arroga el privilegio de hacer de nosotros instrumentos para alcanzar su objetivo, nosotros queremos ahora tener libertad suficiente para que, con el tiempo, nos sea posible conquistar el poder. Nuestra consigna es sencilla: ¿abajo la propiedad privada! Todos los medios de producción para el pueblo. Todo el poder para el pueblo. Trabajo obligatorio para todos. Podéis ver que no somos sediciosos.

Somos revolucionarios, y lo seremos mientras unos no hagan sino mandar y los otros sino trabajar. Lucharemos contra la sociedad que os ha ordenado defender sus intereses, y de la que somos adversarios irreductibles, como lo somos de vosotros. La reconciliación no será posible mientras no hayamos vencido. ¡Y los obreros, venceremos! Vuestros mandatarios están muy lejos de ser tan fuertes como se figuran. Los bienes que amasan y protegen, sacrificando a los millones de seres que han esclavizado, esta misma fuerza que les da poder sobre nosotros, provocan entre ellos roces y antagonismos, y los arruinan física y moralmente. La propiedad exige una tensión demasiado grande para su defensa, y en realidad, vosotros, nuestros amos, sois más esclavos que nosotros, que sólo lo somos corporalmente, mientras vosotros lo sois en el espíritu. No podéis libraros del yugo de las convenciones y costumbres que os matan moralmente. En nosotros nada impide la libertad interior, y los venenos con que nos intoxicáis son más débiles que los contravenenos que vosotros mismos, sin proponéroslo, vertéis en nuestra conciencia. Esta conciencia crece, desarrollándose incesantemente, se enciende más cada vez, y arrastra consigo todo lo que hay de mejor y más moralmente sano, incluso en vuestra clase…

No tenéis ya a nadie que pueda luchar ideológicamente en nombre de vuestro poder; habéis agotado ya todos los argumentos capaces de protegeros contra el asalto de la justicia histórica; no podéis crear nada nuevo en el dominio de las ideas; sois intelectualmente estériles. Nuestras ideas progresan en claridad, se apoderan de la masa del pueblo y la organizan con vistas a la lucha por la libertad. La conciencia de la gran misión de la clase obrera une a todos los trabajadores del mundo en una sola alma, y no podéis detener el proceso de renovación de la vida, más que con la crueldad y el cinismo. Pero el cinismo es patente y la crueldad engendra la cólera. Y las manos que hoy nos estrangulan, estrecharan muy pronto las nuestras en fraternal saludo. Vuestra energía es la energía mecánica del aumento del oro, y os une en grupos condenados a devorarse mutuamente.

Nuestra energía es la fuerza viva de la conciencia, siempre creciente de la solidaridad entre todos los obreros. Todo lo que hacéis es criminal, porque sólo va encaminado a esclavizar a los hombres. Nuestra labor liberará al mundo de los fantasmas y los monstruos engendrados por vuestra mentira, vuestro odio, vuestra avaricia, y destinados a aterrar al pueblo. Habéis arrancado el hombre a la vida y lo habéis aplastado. El socialismo agrupa a todo el universo destruido por vosotros en un solo ser grandioso, y triunfará.

Termino. No quiero ofenderos personalmente, antes al contrario, debiendo asistir por fuerza a esta comedia que llamáis juicio, siento casi compasión por vosotros. A pesar de todo, sois seres humanos, y siempre es penoso ver a nadie, por muy hostil que se a nuestro objetivo, descender de modo tan vil al servicio de la represión, perder hasta tal punto la conciencia de su dignidad de hombres.

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