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Notícies :: corrupció i poder
El cesado presidente del Banco Vaticano es el hombre de Emilio Botín en Italia
27 mai 2012
Ettore Gotti, pájaro-presidente del Instituto de Obras de la Religión, el banco Vaticano, ha sido despedido por el consejo del banco de una patada en el culo por "preocupación con respecto a su gestión y negligencia". Es decir, por ser un ladrón.
Este buen caradura ha dicho que no se rebaja a hacer declaraciones y que prefería callar "porque de otra manera solo diría palabras feas". Seguiramente algo así como "ladrón, si, pero no el único".

Este biendicho sigue siendo el hombre de Emilio Botín en Italia. Gotti es -por ahora- presidente del Santander Consumer en Roma.

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Comentaris

Re: El cesado presidente del Banco Vaticano es el hombre de Emilio Botín en Italia
27 mai 2012
el tal personaje no solo no ha solucionado los problemas de la banca vaticana (Ior) sino tambien era un charlatan de mucho cuidado. Le han echado por lo que dice arriba y tambien por que andaba contando por los cuatros vientos las cosas del vaticano.
Y no es el ultimo, el mayordomo del papa lo han echado hace unos dias por el mismo motivo, el banquero y el eran los principales acusados de sacar documentos secretos vaticanos. Y se comenta que no eran los unicos. Desde hace un tiempo a esta parte un sin fin de documentos clasificados secretos han salido del vaticano y han sido hechos publicos. Parece ser que todavia hay mas gente implicada.

para la cronica Ettore Gotti era ademas uno de los referentes del OPUS en Italia y en el Vaticano. O sea el golpe es tambien para el opus dei....
Re: El cesado presidente del Banco Vaticano es el hombre de Emilio Botín en Italia
27 mai 2012
Hablan de un golpe de estado Vaticano en el que incluso barajaron la posibilidad de asesinar al Papa. Implicados cardenales y arzobispos. ¿Dónde está el veneno?
Re: El cesado presidente del Banco Vaticano es el hombre de Emilio Botín en Italia
28 mai 2012
Dinero claro en el Vaticano? Ior, es mas facil que un camello…

La destitución de la dirección Ettore Gotti Tedeschi de la direccion del IOR "es el fruto podrido de un enfrentamiento en las profundidades más secretas y oscuras del poder financiero de Oltretevere" ( tevere es el rio de roma- como normalmente en italia se refieren al vaticano). Si a sostenerlo es el Corriere della Sera, si un suyo columnista se ve obligado, por una opinión suya sobre un cambio al vertice, para sacar del cubo de la podredumbre y la turbidez, es señal de que todavía estamos en el "sótano del Vaticano," en las secretas salas de lo indecible, el hecho de que, es despues de un año de intentarlo, relega el fondo soberano del Papa en la lista gris de países con riesgo de reciclaje, de las virtudes financiarias congeladas porque ya no es negro, pero tampoco es inmaculado. Purgatorio de impuestos. O por lo menos un lugar donde la transparencia no es una virtud cardinal. Los EE.UU. Departamento de Estado ha descrito el Vaticano como un país "vulnerable al lavado de dinero", como Yemen, Rumania, Vietnam ...

Orientarse sigiendo lo largo del largo camino de los venenos que han llevado a la rotunda defenestración no es simple. Las declaraciones en caliente del presidente "excomulgado", sin embargo, son muy instructivas: "tengo que pagar la defensa legal de la lucha contra el lavado de dinero y la historia de San Rafael." En la práctica, dice, que no funcionaba, no había demasiada resistencia a las autoridades contra el lavado de dinero para proporcionar las cuentas numeradas y las explicaciones del caso a las transacciones bancarias antes de abril de 2011, antes de que se he sentara para guiar la IOR. Con la carga de la renuncia y de los recelos de Gotti para apoyar la operación de rescate del desastros Hospital San Rafael. Salvamento que habia pedido el primer cardenal Tarcisio Bertone. Y el San Raffaele de Don Verzé ha caído en manos del laico Giuseppe Rotelli. El acto de desconfianza de repente y sin razones que lo justifique fue visto como una venganza de su propio cardenal Bertone.

Que a Gotti Tedeschi, se pueda atribuir la circunstancia de haber filtrado las cartas confidenciales dirigidas al Papa suena muy descabellado, ¿no es cierto el "cuervo". Es un hecho, sin embargo, que Tedeschi Gotti se opuso a la revisión y modificación de la ley anti reciclaje de la cual la Santa Sede si era dotato: un accion en Navidad había aflojado las normas adoptadas más estrictas, por el otro lado en el baile estaban la reputacion y la soberania del Estado.

En cualquier caso, el "Caier de doléances" contra Gotti es riquisimo. Sobre el periódico, El Fatto Quotidiano, Stefano Feltri da cuenta de una larga lista de "pecados veniales y capitales", de la cual al final Gotti Tedeschi tenía la intención de capitular. Los veniales se adhieren a una falta de delicadeza en el decir a los cuatro vientos y alardear de haber materialmente escrito la enciclica de Ratzinger "Caritas in veritate ", dedicada a cuestiones económicas: lo hizo por vanidad, pero también para marcar que era estimado por el propio Papa y su nombramiento a la IOR no lo debia seguramente al Cardenal Bertone. Se ha enfrentado con Giovanni Bazoli de Intesa Sanpaolo (banco) por viejos rencores cuando perdió su asiento en el consejo de Intesa cuando era en proceso de fusión, cuando trabajaba para el Banco Santander.

Pero hay otra lectura, siempre dentro de los pasillos del Vaticano, que echa por tierra la tesis de Gotti campeón de Pero hay una lectura, siempre interna a los muros del vaticano que demole la tesis de Gotti paladino de la "glasnost" en el IOR. La suya habría sido una " transparencia de fachada", por lo menos escuchando las quejas de cardenal Attilio nicara, presidente de Autoridad Información Financiera (una especie de autoridad de control), denuncias reveladas por un dosier del diario Fatto Quotidiano. In sintesis, el presidente del IOR predicado bien, pero hacia el mal: ¿sino por qué, de lo contrario, ha sido investigado por una extraña historia de las transferencias millonarias (de 2 a 23 millones)destinadas para ser enviados al extranjero?. EL hecho extraño es que las transferencias fueron del (banco) Credito Artigiano (20 millones en favor de J. P. Morgan en Francfort.): El presidente del cual se sentaba en la mesa de mando del IOR, el banco es en estrecha relacion con el Vaticano, pero la denuncia de irregularidades a la "Banca de Italia" llega propio del Credito Artigiano.

Otra lectura, la de siempre, reguarda la relacion de fuerzas de los movimientos de la galaxia catolica. Opus Dei y Cl, de los cuales Gotti seria el referente, están en declive. Entonces Gotti cede el paso, tal vez para dar espacio a algunos del movimiento de los Focolares, movimiento como fuerza en ascenso. Para el nombre del sucesor al frente de la IOR circula el nombre de Antonio Marrocco, notario de Turín recientemente co-optado en el consejo de supervisión de la IOR. Y acreditado como cerca de el Cardenal Bertone.

http://www.blitzquotidiano.it/politica-mondiale/ior-vaticano-gotti-tedes/
Re: El cesado presidente del Banco Vaticano es el hombre de Emilio Botín en Italia
30 mai 2012
- Perdónalos, Padre... que no saben lo que hacen!!!
... ¿o tal vez sí que lo saben?
Re: El cesado presidente del Banco Vaticano es el hombre de Emilio Botín en Italia
08 jun 2012
El economista Ettore Gotti Tedeschi, de 67 años, fue llamado en 2009 por su amigo Benedicto XVI para que intentara adecentar las cuentas del Instituto para las Obras de Religión (IOR), más conocido como el Banco Vaticano. No mucho tiempo después de asomarse a aquel abismo con olor a azufre, Gotti Tedeschi, perteneciente al Opus Dei, entendió que la hazaña no solo era difícil, sino peligrosa, muy peligrosa. Lo de menos era chocar con el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, o que –como sucedió hace 15 días— lo despidiesen con cajas destempladas. El banquero de Dios temía algo peor, y así se lo dejó por escrito a dos íntimos amigos suyos junto a un expediente con documentación sensible: “Si me asesinan, aquí dentro está la razón de mi muerte”.

La policía se presentó el lunes por sorpresa en la casa de Gotti Tedeschi en Piacenza y en sus oficinas de Milán. Un agente de los Carabinieri le informó de que su presencia allí no tenía nada que ver con su expulsión del Banco Vaticano, sino para investigar, por orden de un juez de Nápoles, un turbio asunto de comisiones ilegales en la venta de helicópteros a India relacionado con el grupo Finmeccanica y la Liga Norte. Gotti Tedeschi respiró tranquilo: “¿A un registro? He pensado que veníais a pegarme un tiro”. Poco después, los policías, dirigidos por el capitán Pietro Raola Pescarini, encontraban entre las pertenencias del banquero “un par de dossiers dirigidos a los amigos de más confianza”, a quienes ya habría advertido de viva voz: “Si me asesinan, buscad en estas cartas”. Se trata de centenares de páginas sobre importantes personajes de la Santa Sede, como el citado cardenal Bertone o el secretario particular del Papa, George Gänswein, con los que Gotti Tedeschi habría hablado, entre otros asuntos, sobre el gran escándalo del blanqueo de capitales en el Banco Vaticano.

Pero no solo. Las memorias intervenidas al ya exbanquero de Dios contienen numerosos apuntes que probarían un rosario de operaciones ilícitas de todo tipo amparadas por la opacidad del IOR. Los medios italianos dan por hecho que existen anotaciones sobre la intervención directa de importantes prelados, faccendieri –esa palabra italiana que retrata todo un mundo de negociantes y conseguidores-- e influyentes políticos italianos, así como correos electrónicos muy comprometedores e incluso el número de cuentas corrientes repletas de dinero de dudosa procedencia. Una de las “ventajas” tradicionales del Instituto para las Obras de la Religión es su gran capacidad para lavar dinero sucio –de la política, de la economía— o incluso manchado con sangre, ya fuera de la Mafia o de bandas de criminales como la de La Magliana, que dominó Roma entre mediados de los 70 y los 90, y uno de cuyos últimos capos, Enrico de Pedis, fue enterrado entre cardenales en la basílica de San Apolinar.

La sorpresa inicial del banquero al ver a los policías –prácticamente nadie se creyó en Italia que el registro obedeciera en realidad a un asunto distinto al Vaticano y sus cuervos— se quedó en nada en comparación con la de los policías al encontrar un material tan sensible. Tanto que, después de tres horas de interrogatorio y de fotocopiar los expedientes secretos de Gotti Tedeschi, los investigadores decidieron llamar al fiscal jefe de Roma, Giuseppe Pignatone, quien –dada la gravedad del hallazgo— tomó un avión y voló a Milán para hacerse cargo de la investigación. El problema de Finmeccanica, los helicópteros y el muy tramposo partido de Umberto Bossi se quedó en una cuestión menor. Ahora el objetivo –buscado o no— vuelve a ser el lavado de dinero en el Banco Vaticano.

A media tarde de este jueves, un mensaje enviado a este periódico por Fabio Palazzo, el abogado de Gotti Tedeschi, informaba de que, “entre el material incautado estaban los apuntes de trabajo que contenían elementos útiles para rebatir las acusaciones que le habían sido hechas cuando le retiraron la confianza como presidente del IOR”. Pero hay una línea del mensaje donde se siente hasta qué punto Gotti Tedeschi sigue temiendo la ira vaticana: “Quiero subrayar el hecho”, dice el abogado, “de que el señor Gotti Tedeschi no entregó espontáneamente, es decir por su decisión, material alguno a los fiscales. Los fiscales de Nápoles y Roma se han hecho del material a través de un secuestro como resultado de las pesquisas ejecutadas por orden de la fiscalía de Nápoles”. Un mensaje a sus enemigos de la Curia: no soy un chivato.

Después de casi tres años como banquero de Dios –desde septiembre de 2009 a finales de mayo de 2012--, Gotti Tedeschi tuvo miedo. No ya del olor a azufre, sino de que alguien de la Curia quisiera ponerlo a salvo de los tormentos de la memoria con un sahumerio de cianuro de oro, ese que desprende –como bien sabía el doctor Juvenal Urbino de García Márquez-- un olor inconfundible a almendras amargas
Re: El cesado presidente del Banco Vaticano es el hombre de Emilio Botín en Italia
10 jun 2012
El nuevo jefe de jefes de la Cosa Nostra, tiene su fortuna en el IOR a través de hombres de paja



Durante los últimos meses al frente del banco del Vaticano, el economista Ettore Gotti Tedeschi, de 67 años, vivió temiendo que alguno de los hombres fuertes de la Iglesia, con birrete o sin él, diesen la orden de matarlo. Por si eso llegaba a suceder, construyó con paciencia de filatélico un voluminoso informe que su secretaria tendría que entregar tras su muerte a dos amigos suyos, un abogado y un periodista, para que ellos a su vez lo hicieran llegar a un tercer amigo: el Papa. Contenía el informe multitud de documentos —correos electrónicos, fotocopias de su agenda, apuntes a mano— que servirían para entender por qué Gotti Tedeschi fracasó en su misión de adecentar el Instituto para las Obras de Religión (IOR). El economista sospechaba que detrás de algunas de las cuentas cifradas del banco se ocultaba el dinero sucio de empresarios, políticos y hasta de jefes de la Mafia. Como sucede a veces en las películas, antes del asesino llegó la policía y se incautó del informe. Ahora es el Vaticano el que tiene miedo.


No se trata de un miedo abstracto, no es temor de Dios. Es pánico verdadero a que Gotti Tedeschi, o la policía, o los fiscales, o tal vez los periodistas, saquen a la luz alguno de los documentos contenidos en el informe reservado o en los 47 archivadores que los Carabinieri —por orden de los fiscales de Nápoles y Roma— se llevaron de su casa. No es otra cosa que temor, aunque disfrazado de amenaza, lo que rezuma un comunicado hecho público por la sala de prensa del Vaticano el viernes por la tarde. El primer párrafo advierte: “La Santa Sede ha recibido con sorpresa y preocupación los recientes sucesos en los que está involucrado el profesor Gotti Tedeschi. Pone la máxima confianza en la autoridad judicial italiana para que las prerrogativas soberanas reconocidas a la Santa Sede por la normativa internacional sean respetadas adecuadamente”. El segundo párrafo amenaza: “La Santa Sede (…) está examinando con el mayor cuidado la eventual lesividad de las circunstancias”. La traducción al román paladino es bien clara: saquen sus manos de nuestros asuntos o todos ustedes —Gotti Tedeschi, policía, fiscales e incluso periodistas— se las tendrán que ver con nosotros en los tribunales.

El escándalo del Vaticano aumenta de nivel vertiginosamente. Las primeras noticias de que intramuros se libraba una guerra de poder muy poco piadosa entre sectores de la Curia llegaron a principios de año con la filtración de documentos secretos que hablaban, entre otros asuntos, de un exótico complot para eliminar al Papa y de la defenestración de monseñor Carlo María Viganò —el encargado de licitaciones y abastecimientos— tras denunciar diversos casos de corrupción. La fuga de documentos desembocó en la detención, el 25 de mayo, de Paolo Gabriele, el mayordomo del Papa, acusado de robar y filtrar cajas enteras de la correspondencia papal. Aquel golpe mediático —con sus adornos de cuervos infieles, laicas consagradas y un apuesto secretario papal que inspiró la colección de Donatella Versace en 2007— a punto estuvo de eclipsar un hecho capital acontecido un día antes: la destitución fulminante por “pérdida de confianza” del hasta ese momento presidente del IOR, Ettore Gotti Tedeschi, destacado miembro del Opus Dei y amigo de Joseph Ratzinger, a quien incluso había ayudado a redactar una encíclica. Sin embargo, aquel no fue un despido cualquiera. Los consejeros del IOR, recuerda el vaticanista Andrea Tornielli, dedicaron al propio Gotti Tedeschi un “documento durísimo, que lo demolía moral y profesionalmente al dar a entender que estaba involucrado en la fuga de documentos de los cuervos vaticanos”. No se trataba, por tanto, de deshacerse del amigo de Benedicto XVI. Se trataba de destruirlo.

La razón de tanta saña tal vez esté en los documentos encontrados el martes en su casa de Piacenza y en su despacho de Milán. Gotti Tedeschi señala en su informe: “Todo comenzó cuando pedí información sobre las cuentas que no pertenecían a religiosos”. Según varios medios italianos, durante su permanencia al frente del banco del Vaticano, al que llegó en 2009, fue descubriendo que, tras algunas cuentas cifradas, se escondía dinero sucio de “políticos, intermediarios, constructores y altos funcionarios del Estado”. Pero no solo. Como sostiene la fiscalía de Trapani (Sicilia), también Matteo Messina Denaro, el nuevo jefe de jefes de la Cosa Nostra, tendría su fortuna puesta a buen recaudo en el IOR a través de hombres de paja. Dicen que fue entonces cuando Gotti Tedeschi, quien se había tomado el encargo del Papa como una auténtica misión, empezó a tener miedo. Un miedo que lo llevó a procurarse una escolta y a elaborar, folio a folio, un expediente que solo vería la luz si era asesinado.

Pero la policía llegó primero. Y junto a los folios con correos electrónicos, fotocopias de la agenda y apuntes a mano, encontró dos listas de nombres. En una sin mucho interés figuran quienes Gotti Tedeschi considera amigos —el abogado, un periodista del Corriere della Sera, el mismísimo Pontífice —- y en la otra, más interesante, sus enemigos excelentes. Aquellos que, la tarde del 23 de mayo, escribieron una carta al secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, exigiéndole el despido del banquero de Dios porque “su cada vez más excéntrico comportamiento personal ya no es tolerable”. Se trataba de devolverle, a modo de bumerán, su propia acusación y achacarle ausencias injustificadas, falta de transparencia… La petición triunfó. Gotti fue despedido sin honra ni honor.

Pero, por si fracasaba aquella estrategia, los enemigos de Gotti Tedeschi ya tenían preparada una segunda. Habían encargado a un “psicoterapeuta e hipnoterapeuta” con licencia para trabajar en el Vaticano una especie de informe en el que, además de “egocéntrico y narcisista”, se acusaba al banquero de estar desequilibrado, de creerse víctima de una conspiración judeo-masónica. No hay quien gane en crueldad a los hombres de Dios cuando juegan a suplantar al diablo. Dice la policía que cuando, en la soledad de su casa, Gotti Tedeschi fue redactando su informe secreto temía verdaderamente por su vida. Tenía miedo a que sus enemigos intentasen aún una tercera y definitiva estrategia. Por eso, cuando el capitán de los Carabinieri le informó de que iba a proceder a un registro, el amigo del Papa respondió con alivio: “¡Ah!, creí que veníais a pegarme un tiro”.
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