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Hacia una teoría revolucionaria troncal y global
22 feb 2012
¿Por qué podemos registrar un verdadero y atrayente avance teórico del marxismo en Euskal Herria? No parece muy difícil contestar a la pregunta: es la profunda dialéctica entre una larga lucha de clases, con todos sus movimientos y figuras grupales y políticas (de trabajadores y de otras expresiones obreras de proyección ecologista, antirepresiva, de parados, etc.) y la lucha de autodeterminación nacional, a su vez expresada de mil maneras y formas sociales.
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Nuevos pasos hacia una teoría revolucionaria troncal y global. (i)

Existe un concepto político clave, una especie de hilo conductor, en todo este desarrollo: la famosa anáfora o figura de Pueblo Trabajador Vasco que, a pesar de ser en origen un clásico producto intelectual y ético del interclasismo cristiano, ha proporcionado un terreno muy fértil, por todas sus contradicciones, para la evolución hacia una crítica muy original del mismo concepto de clase (marxista, no sociológico, por supuesto).

Es decir: ha permitido transitar entre las contradicciones de una lucha de liberación nacional metropolitana, y las más generales del sistema capitalista, interpretadas por distintas herencias ideológicas y teóricas nacionales, sobre todo socialistas y comunistas. Siempre muy condicionadas, hasta ahora y en general, por el clásico laborismo (ii) euskaldun.
Un tránsito, o mejor dicho una transición, que sigue sublevando contradicciones de peso, como demuestra esta excelente aportación, muy reciente, de un bein conocido marxista vasco: Justo de la Cueva.


ALIENACION E IDENTIDAD DE LAS CLASES SOCIALES (iii)
Justo de la Cueva.

Estas son algunas citas del importante documento (iiii):

Cómo y por qué dos fracciones muy numerosas de la clase obrera vasca (las ?AMAS DE CASA? y las y los ESTUDIANTES) no saben que son (ni se sienten) miembros de esa clase.

La NOVEDAD (y el secreto de la mayor eficiencia) del Modo de Producción capitalista consiste en CÓMO consigue DISFRAZAR ESA APROPIACIÓN (de las riquezas) y en haber convencido a los explotados de que se trata de una apropiación LEGÍTIMA. Ello no excluye la necesidad de que de forma intermitente el capitalista tenga que ejercer la violencia (por sí o por medio del Estado) para consumar su apropiación. Pero en una asombrosa proporción de casos los explotados por el capitalismo aceptan
que esa apropiación es legítima y no se rebelan contra ella, aherrojados por su falsa conciencia necesaria.

La falsa conciencia necesaria es el imprescindible (para la clase dominante explotadora) fruto de la alienación. Del proceso de sometimiento, de la enajenación, del extrañamiento del ser humano que supone la pérdida de sí mismo, la renuncia a su propia naturaleza en favor de la de un ser ajeno.
Esta noción de alienación, que Feuerbach restringía al ámbito religioso, Marx la extendió a todas las esferas de la actividad humana, empezando por la actividad esencial del ser humano: la producción de bienes para la satisfacción de sus necesidades.

Producir es la actividad esencial de los humanos, lo que los distingue de otras especies animales. Producir significa transformar la Naturaleza, y al transformar la Naturaleza el ser humano expresa su rasgo esencial. No se limita a tomar de la Naturaleza, sino que deliberadamente busca modificarla. De ahí que el trabajo sea el concepto fundamental para entender al ser humano.

El trabajo, como actividad productiva libre, es la actividad en la que el ser humano expresa su humanidad, su verdadera naturaleza.
El trabajo se convierte, pues, en una actividad alienada y alienante, cuando los seres humanos producen objetos sobre los cuales ya no ejercen ningún control, que no ponen de manifiesto su humanidad, ya que no resultan de su libre actividad, sino de una actividad que es ?para otro?, que ya no les pertenece porque le pertenece a quien haya pagado su salario, y de la son despojados. De esta manera es el capitalista el que, con la apropiación del producto, se apropia de la actividad de los demás, resultando para ellos una actividad enajenada, alienada.

Además, el objeto producido se vuelve contra su creador, puesto que sirve para enriquecer al capitalista y aumentar su poder sobre el proletario. De este modo la actividad productiva se convierte en una actividad realizada bajo ?dominación, coerción y el yugo de otro hombre?.

La explotación del trabajador se produce por partida doble; en primer lugar, el capitalista lo explota al apropiarse de la materia prima y de los medios de producción, así como de la plusvalía producida por el trabajador; pero en segundo lugar, lo explota como mercancía, considerándolo un mero apéndice de la maquinaria, una pieza más del sistema de producción.



Notas:

(i)
Esta colaboración podría llevar también el título : Marxismo vasco (Nº X), como continuación de otras reflexiones sobre el desarrollo de la teoría comunista en Euskal Herria.
Amigos me han preguntado: ¿Por qué publicas en Indymedia y no eliges otras páginas más coherentes con el marxismo? A lo que contesto: serán más coherentes desde puntos de vistas ideológicos, a cada uno el suyo desde luego, pero la dialéctica que ofrece Indymedia, a pesar de todos sus límites, me parece más marxista, colectiva y abierta que en esos otros casos.


(ii)
Me adhiero a esta categoría crítica de laborismo, a pesar de las dudas - esperemos sólo semánticas - de algunos. Lo prefiero al término de trabajismo, por resultar este último mucho menos cargado, o más volátil, en sentido espistemológico.

(iii)

Ponencia de Justo de la Cueva - que he tenido la posibilidad de estudiar - para el Mintegi eztabaida de IPES, Sozialismoa XXI. mendeko Euskal Herrian- Clases sociales e identidad vasca ¿qué ha cambiado?


(iiii)

No me atrevo a publicarlo todavía, siendo considerado - hasta que lo decida su autor, y desconozco si ya lo ha puesto en la red - un documento de trabajo del mintegi de IPES.
Mira també:
http://euskalherria.indymedia.org/eu/2012/02/79299.shtml
http://euskalherria.indymedia.org/eu/2012/02/79326.shtml

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