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La labor social de la Iglesia
03 gen 2012
La Iglesia ahorra al Estado cerca de 8.000 millones de euros
La postura de la maliciosa ignorancia y del insidioso ataque se generaliza. Muchos en su inquina y desconocimiento se tragan, sin reflexión, todo lo que oyen; y, así, hablan de los dineros que el Estado cede a la Iglesia Católica en España y debaten sobre su financiación y la cantidad que la Institución recibe de los fondos públicos. Si antes de criticar se informaran, al menos, callarían; si amaran la verdad, la certeza los haría libres. Y la verdad es esta: La Iglesia ahorra al Estado cerca de 8.000 millones de euros, el 1% del PIB.

En contrapartida, conviene exponer el acuerdo alcanzado entre el Gobierno Socialista y la Conferencia Episcopal que eleva el porcentaje del IRPF, al 0,7%, a partir de 2008. Cierto que en la Iglesia hemos de hablar de amor y no de monedas. No obstante, ante los recelos de esos que lo consideran una «sobrefinanciación inaceptable», digamos que, tras la firma del citado acuerdo, en el que el Episcopado ha renunciado a la exención del IVA y al «complemento presupuestario», se ha adoptado el compromiso de hacer públicos los gastos e ingresos de las instituciones eclesiásticas, por lo que, la Conferencia Episcopal ha facilitado las cifras.

Al respecto, el obispo de Tarazona, Demetrio Fernández, en su carta pastoral, señalaba: «La Iglesia, a través de todas sus obras sociales: colegios, hospitales, residencias de ancianos, albergues de transeúntes, atención a enfermos de SIDA, Cáritas... le ahorra al Estado Español, cada año, en torno a los ocho mil millones de euros, el 1% del PIB»; y, añadía que «si la Iglesia dejara de atender todo el bagaje de prestaciones que conlleva, al Estado le saldría carísimo sustituir esta tarea. Y eso se lo ahorra».«La Iglesia» en España cuenta con más de cuarenta mil instituciones, entre diócesis, parroquias, órdenes y congregaciones religiosas, asociaciones, fundaciones, ONG..., cada una con su propio estatuto económico y autonomía. Sin duda, todas ejercen una encomiable e importante labor social, educativa y cultural. «La Iglesia Católica, indica monseñor Fernández, no es un parásito en la sociedad española, sino una gran bienhechora del hombre», y señala, que la cantidad recibida por la Iglesia, en diversos conceptos, de las administraciones, es infinitamente inferior a lo que ofrece.

Necesitan información, quieren cifras. Aquí van. En 2007, a través del IRPF, la Conferencia Episcopal recibirá 150 millones de euros, veinte menos del presupuesto de Caritas (170 millones, de los cuales el 70% provienen de fondos privados). Otros 60 millones de euros llegan a las arcas de las instituciones eclesiásticas en la partida de los fondos para la Protección del Patrimonio Cultural de la Iglesia, mientras que los profesores de Religión (no la Iglesia) cobran 601 millones en concepto de salarios. Las subvenciones a ONG y asociaciones católicas, así como a las capellanías de prisiones, alcanzan los 181 millones. En total, algo más de 1.600 millones, cinco veces menos de la cantidad que el obispo de Tarazona dice que invierte la Iglesia en la promoción social.

A su vez, el gerente del Episcopado, Fernando Jiménez, aclara que «la aportación de la Iglesia a la sociedad es evidente y justifica plenamente la colaboración de los poderes públicos». Únicamente en la labor sacramental, los datos indican que la Iglesia es la institución que, con diferencia, más personas mueve a su alrededor. Más de siete millones acuden cada domingo a misa, 150.000 parejas se casan por la Iglesia en España, son decenas de miles los bautizos, comuniones, entierros.... Ello supone la existencia de 22.900 parroquias, así como 43 monasterios masculinos y 918 femeninos. Casi cien mil personas entregan cada día su ilusión al cuido y servicio del prójimo en respuesta a su vocación. A tenor de los últimos datos oficiales, hay 19.800 sacerdotes, 5.300 monjes y 58.400 religiosas, a los que hay que sumar los 18.000 misioneros repartidos por el mundo. La Iglesia Española y varias instituciones religiosas gestionan 5.141 centros de enseñanza, entre colegios, institutos y universidades, que educan a casi un millón de estudiantes. Además de las clases de Religión, que tienen seis millones de alumnos. Las congregaciones religiosas sostienen 107 hospitales y más de un millar de centros, entre ambulatorios, centros para ancianos, minusválidos... La Iglesia cuenta con 937 orfanatos, 365 centros de reeducación social para menores y 305 consultorios familiares. Más de la mitad de los 619 centros de día y comedores, para transeúntes, pertenecen a instituciones de la Iglesia. Unos dos millones y medio de criaturas se acogen a estos servicios, a los que se suma el millón de beneficiarios de los programas de Cáritas Española.

El esfuerzo y dedicación de la Iglesia es el mayor y de más alcance en el marco social, sanitario y educativo. Es el amparo y la organización preeminente en la atención de los más necesitados en el ámbito nacional e internacional.

Camilo Valverde Mudarra

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Comentaris

Re: La labor social de la Iglesia
03 gen 2012
Señor Camelo, o quizás sea señor "camello" de drogas religiosas... Si usted amara la verdad, dejaría de decir tantas tonterías. En este país, o en cualquier otro, con o sin certezas, nadie es libre. Esa es la primera verdad. Deje de decir estupideces. La Iglesia no hace nada por nada, nunca lo ha hecho y nunca lo hará... Otra cosa son algunas de las personas que forman parte de esa iglesia y que sí hacen algo, aunque se equivoquen al meterse en una institución criminal.
La iglesia, no sólo está contra los pobres, sino que además colabora para esterilizarlos y exterminarlos allá donde puede hacerlo impunemente. La iglesia está en contra del aborto, del amor libre, de las relaciones que no sean heteronormativas por citar algunos de los ejemplos.
La iglesia colaboró muy activamente con las dictaduras. En la española, ejerció con mano de hiero la custodia de las mujeres presas, y de muchos de los psiquiátricos en los que se les hacían todo tipo de aberraciones a las personas que allí encerraban, algunas de ellas, por causas políticas...
La iglesia colabora con la pena de muerte, de hecho va a asistir a las personas que tienen que ser ejecutadas para que se arrepientan y obtengan el perdón... ¿Dónde está la objeción de conciencia...? Es en situaciones como esas en las que todavía se ve claramente la connivencia entre iglesia y estado y que en otras cuestiones es más sutil, pero no menos firme y devastadora.
No se necesitan ni cifras, ni estadísticas para encubrir lo que sabemos por experiencia propia y por tradición histórica. La iglesia, con su nutrido grupo de ONG's cristianas, intenta encubrir el fracaso de este sistema a través de la asistencia y esperando con ello el rédito de la conversión y el incremento de acólitos. El fracaso de la iglesia en el terreno asistencial es fácil de constatar por el incremento de ONG's no religiosas y en esa lucha por el "mercado asistencial", es donde la iglesia se ha implicado a fondo, pero nunca para acabar con este sistema de injusticia social, es más, cuando grupos o personas pertenecientes a la iglesia se implican y hacen una labor en el sentido de contrarrestar la injusticia y la desigualdad social, suelen ser discriminados o postergados por la propia iglesia, véase "teología de la liberación" o movimientos similares...
Si realmente a la iglesia le importaran los pobres, la injusticia social, la injusta y desproporcionada repartición de la riqueza, etc..., lo que menos le preocuparía es si los estados le dan mucho o poco, y empeñaría su fabuloso patrimonio en erradicar la miseria del planeta. Pero la realidad nos muestra todo lo contrario, cada vez, las edificaciones religiosas son más fastuosas y hablan de la pobreza y de los pobres, sólo para llenar sus estómagos y sus bolsillos y multiplicar su patrimonio... Con la venta del Vaticano, se sufragaría toda la pobreza del mundo y aún quedaría para vivir más que dignamente el resto de nuestros días, a la humanidad entera.
Basta ya de tanta falsedad..., la única iglesia que ilumina, además de la que arde, es la que se desprende y comparte lo que tiene sin pedir nada a cambio... Vosotros sois tan miserables, que no hacéis más que pedir!.
Re: La labor social de la Iglesia
03 gen 2012
¿DONDE ESTAN LAS RIQUEZAS DEL VATICANO?
Padre Jordi Rivero

¿Por que la Iglesia no vende sus riquezas para alimentar a los pobres?
Esta pregunta requiere otra: ¿A que riquezas se refieren? Es cierto el Vaticano tiene un impresionante esplendor artístico. También es cierto que en la historia han existido papas y obispos que ha acumulado riquezas. Pero también es cierto que en el último siglo la Iglesia ha tenido la bendición de tener papas santos y humildes.

Las riquezas del Vaticano

El Vaticano es el centro de la Iglesia Católica. Allí reside el Papa. Las misión encomendada a la Iglesia por Jesucristo incluye el gobierno de la Iglesia universal. Gobernar incluye enseñar, evangelizar, administrar, servir...

Cuando se considera todo lo que el Vaticano hace, podemos concluir que es un modelo de eficiencia. Hace mucho con muy poco. Los que acusan al Vaticano de tener mucho dinero simplemente no saben lo que dicen.

El Vaticano tiene un famoso museo. Pero este no es propiedad del Papa. Mas bien la Iglesia tiene la carga de custodiarlo como PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD. Millones lo visitan cada año y a nadie se le pregunta sobre su fe.

La Basílica de San Pedro y las otras basílicas son igualmente patrimonio de la humanidad. En ellas entra todo el mundo gratis. Pero la Iglesia tiene el costo de cuidarlas.

Cuando se habla de Iglesia hay que incluir a todos los bautizados. Entre ellos hay innumerables pobres. El Vaticano también le pertenece a ellos. Conozco personalmente sacerdotes y religiosas que viven como misioneros entre los mas pobres del mundo. Ellos lo han dejado todo para servir a los mas pobres. Conozco también profesionales laicos que dedican sus vacaciones cada año a servir a los pobres. Pero los que critican "las riquezas del Vaticano" nunca los mencionan.

Tampoco mencionan que la Iglesia católica es la mayor organización no gubernamental de caridad en el mundo. Es además sumamente eficaz en su ayuda. Si deseas saber la verdad investiga en tu propia ciudad que hace la Iglesia para servir a los pobres. Descubre el trabajo de las parroquias, de las religiosas, de las organizaciones caritativas de la Iglesia, el trabajo de los laicos comprometidos... todos somos iglesia. Siempre hay quienes no dan buen ejemplo y siempre habrá santos. Cada uno será juzgado por su propia entrega.

La crítica contra los templos
Se acusa a la Iglesia de ser rica por la excelencia de sus numerosos templos. Olvidan que los templos son sagrados porque están dedicados a Dios para su culto. Los cristianos desean reflejar en la construcción el amor y respeto debido a Dios. Nada puede ser mas importante que el culto divino.

Jesucristo frecuentaba la sinagoga y, cuando estaba en Jerusalén, asistía al templo y en el enseñaba. Jesús pone como ejemplo a una viuda que ofrece al templo lo que necesita para comer (Cf. Mc 12,44). Tanto fue su celo por el Templo que en una ocasión echó fuera los que no lo respetaban como Casa de Oración (Mt 21,12-13).

Las iglesias no son propiedad del clero ni del obispo. Pertenecen a todos. La Iglesia es el único lugar hermoso donde los pobres saben que están en su propia casa. Los templos se construyen con el esfuerzo de todos los creyentes, ricos y pobres. Todos por igual tienen acceso a ellos pues no se cobra la entrada.

Dar culto a Dios no es escapar las realidades del mundo. Al contrario. Solo el que se encuentra con Dios sabrá vivir las exigencias del amor sobrenatural que Dios nos pide para con los pobres.

Aun mirado desde es punto de vista puramente material, el costo de construir los templos no empobrece sino que enriquece. La construcción genera empleo pues requiere mucha mano de obra y las iglesias son una de las pocas obras que los mismos pobres que las construyen gozan como cosa propia, pues ellos mismos asisten a la iglesia con toda su familia. Los pobres son los que mas van a la Iglesia, afirmando allí su dignidad y la unión con Dios que es Padre de todos. Los templos pueden durar por siglos, enriqueciendo así a numerosas generaciones. ¿Que serían nuestras ciudades hoy sin las bellas iglesias que nuestros antepasados construyeron?.

Los templos son lugar de oración, centro religioso de la comunidad, patrimonio cultural de la humanidad. Sus frutos no se pueden calcular solo en términos económicos. La esperanza de la humanidad está en su encuentro con Dios, en su conversión y en su culto a Dios. Es de la experiencia de fe de la que surge el hombre nuevo capaz de trabajar para un mundo mas justo que venza los males, entre ellos la pobreza.

Si calculamos la longevidad de los templos y los cientos de miles, en algunos casos millones, de personas que en transcurso de esos años dan en ellos culto a Dios, podemos descubrir que los gastos de la construcción de un templo son recursos muy bien aprovechados.

Habría que preguntarse cual es la verdadera razón detrás de la crítica contra los templos. ¿No será en muchos casos la misma queja de Judas ante el derroche de perfume de aquella mujer agradecida? En aquella ocasión Jesús le respondió:

«¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una "obra buena" ha hecho conmigo. Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre. -Mateo 26,10-11.

A Jesús ciertamente no le faltaba amor a los pobres.

No son los templos los que causan o mantienen la pobreza. Mas bien el problema ocurre porque muchos no van al templo o van sin dejarse convertir de corazón. Cuando el hombre se aparta de Dios de su corazón sale la impureza: la corrupción, los vicios, el egoísmo, el robo, el fraude, la indolencia...

Solo cuando ponemos a Dios por encima de todo podemos librarnos del pecado de las injusticias sociales. Los templos sirven como lugar de encuentro para esa liberación. Debemos conocer y vivir la justicia social que enseña la Iglesia. Esta se aplica a todos los bautizados.

Sobre los templos
Ecclesia de Eucharistia, 48, Juan Pablo II:

Como la mujer de la unción en Betania, la Iglesia no ha tenido miedo de «derrochar», dedicando sus mejores recursos para expresar su reverente asombro ante el don inconmensurable de la Eucaristía. No menos que aquellos primeros discípulos encargados de preparar la « sala grande », la Iglesia se ha sentido impulsada a lo largo de los siglos y en las diversas culturas a celebrar la Eucaristía en un contexto digno de tan gran Misterio. La liturgia cristiana ha nacido en continuidad con las palabras y gestos de Jesús y desarrollando la herencia ritual del judaísmo. Y, en efecto, nada será bastante para expresar de modo adecuado la acogida del don de sí mismo que el Esposo divino hace continuamente a la Iglesia Esposa, poniendo al alcance de todas las generaciones de creyentes el Sacrificio ofrecido una vez por todas sobre la Cruz, y haciéndose alimento para todos los fieles. Aunque la lógica del «convite» inspire familiaridad, la Iglesia no ha cedido nunca a la tentación de banalizar esta «cordialidad» con su Esposo, olvidando que Él es también su Dios y que el «banquete» sigue siendo siempre, después de todo, un banquete sacrificial, marcado por la sangre derramada en el Gólgota. El banquete eucarístico es verdaderamente un banquete «sagrado», en el que la sencillez de los signos contiene el abismo de la santidad de Dios: «O Sacrum convivium, in quo Christus sumitur!» El pan que se parte en nuestros altares, ofrecido a nuestra condición de peregrinos en camino por las sendas del mundo, es «panis angelorum», pan de los ángeles, al cual no es posible acercarse si no es con la humildad del centurión del Evangelio: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo» (Mt 8, 8; Lc 7, 6).

49. En el contexto de este elevado sentido del misterio, se entiende cómo la fe de la Iglesia en el Misterio eucarístico se haya expresado en la historia no sólo mediante la exigencia de una actitud interior de devoción, sino también a través de una serie de expresiones externas, orientadas a evocar y subrayar la magnitud del acontecimiento que se celebra. De aquí nace el proceso que ha llevado progresivamente a establecer una especial reglamentación de la liturgia eucarística, en el respeto de las diversas tradiciones eclesiales legítimamente constituidas. También sobre esta base se ha ido creando un rico patrimonio de arte. La arquitectura, la escultura, la pintura, la música, dejándose guiar por el misterio cristiano, han encontrado en la Eucaristía, directa o indirectamente, un motivo de gran inspiración.

Así ha ocurrido, por ejemplo, con la arquitectura, que, de las primeras sedes eucarísticas en las «domus» de las familias cristianas, ha dado paso, en cuanto el contexto histórico lo ha permitido, a las solemnes basílicas de los primeros siglos, a las imponentes catedrales de la Edad Media, hasta las iglesias, pequeñas o grandes, que han constelado poco a poco las tierras donde ha llegado el cristianismo. Las formas de los altares y tabernáculos se han desarrollado dentro de los espacios de las sedes litúrgicas siguiendo en cada caso, no sólo motivos de inspiración estética, sino también las exigencias de una apropiada comprensión del Misterio. Igualmente se puede decir de la música sacra, y basta pensar para ello en las inspiradas melodías gregorianas y en los numerosos, y a menudo insignes, autores que se han afirmado con los textos litúrgicos de la Santa Misa. Y, ¿acaso no se observa una enorme cantidad de producciones artísticas, desde el fruto de una buena artesanía hasta verdaderas obras de arte, en el sector de los objetos y ornamentos utilizados para la celebración eucarística?

Se puede decir así que la Eucaristía, a la vez que ha plasmado la Iglesia y la espiritualidad, ha tenido una fuerte incidencia en la «cultura», especialmente en el ámbito estético.

Las riquezas del Papa

El Papa ni es rico ni vive como tal. Es un hombre de Dios totalmente dedicado a su ministerio en servicio a toda la humanidad. La vida del Papa es austera y sacrificada. Los que han visto su apartamento y su despacho saben la verdad.

Todo lo hace en función a la gloria de Dios y el bien de las almas.

¿Que vive en un palacio? Vive en un antiguo "palacio" en el Vaticano pues su misión no le permite vivir en un apartamento de la ciudad. ¿Acaso se pueden imaginar el Papa tomando un autobús para ir al Vaticano cada mañana?. Los que dicen estas cosas parece que no comprenden cuanto ama la gente al Papa. Cuando el Papa sale en público hace falta todo un sistema para que las masas no se le tiren encima.

¿Que viaja mucho? -Si, porque ha querido llegar personalmente con el Evangelio a todos sus hijos. Son viajes agotadores. Ciertamente no un paseo turístico de millonario. Cada visita cuesta millones, pero no es por placer personal. Es por el bien de millones. Quien ha podido estar presente en una misa o audiencia papal sabe muy bien la gracia espiritual que esto representa.

¿Que tiene mucho dinero y riquezas? -No es cierto. El Papa es administrador. No tiene riquezas personales. Juan Pablo II, por ejemplo, murió sin tener nada material a su nombre, solo poseía su ropa personal y algunos libros.

Como pastor de la Iglesia universal, el Papa es responsable de la administración del Vaticano y esto implica recursos económicos. Esos recursos son en realidad una cantidad muy moderada ante las necesidades reales de la Iglesia en el servicio de la grey. ¿Acaso a alguien se le ocurre decir que un piloto comercial es rico porque tiene una nave aérea bajo sus controles?.

¿Como se sostiene económicamente el Vaticano?
Habla monseñor Sebastiani, prefecto para Asuntos Económicos de la Santa Sede. CIUDAD DEL VATICANO, 23 julio 98. Tomado de Zenit.

"Para la Iglesia las libres donaciones se han revelado más rentables que las tasas. Quizá la razón es psicológica. Pero si la Santa Sede ha saneado, poco a poco, sus propias cuentas ha sido gracias a una verdadera competencia de solidaridad entre los fieles, conferencias episcopales y órdenes religiosas, que comenzó en 1992 con la reforma del código canónico. Aquí en el Vaticano hemos aplicado el axioma común a cualquier empresa bien gestionada: contener el gasto y aumentar las entradas. Es todo. Incluso aunque, este año, hemos aumentado las ayudas familiares a nuestros empleados en un 40%, embarcándonos en un notable gravamen. Pero quien fantasea con inmensas riquezas, tesoros escondidos, se equivoca de plano. Vamos tirando, y con parsimonia. Cuidamos mucho la manutención de nuestros inmuebles, porque es mejor gastar antes que cuando el inmueble ya se cae de viejo. Vamos tirando, invirtiendo con gran prudencia, buscando salvaguardar la herencia patrimonial recibida del Estado italiano con la firma de los Pactos Lateranenses".

El arzobispo italiano Sergio Sebastiani, de 67 años, 38 de los cuales vividos en las nunciaturas apostólicas de medio mundo, sonríe persuasivo como sólo los diplomáticos de largo recorrido lo saben hacer. Sebastiani es, desde hace pocos meses, presidente de la Prefectura para Asuntos Económicos. En declaraciones concedidas al "Corriere della Sera", el diario italiano de mayor tirada, ha explicado en qué consiste la labor del organismo vaticano que dirige. "Equivale al Ministerio de Economía y Hacienda y, al mismo tiempo, al Tribunal de Cuentas del Estado --explica-- pero haciendo ciertas comparaciones no se puede uno olvidar que la Iglesia tiene una misión espiritual, no material. Aquí los recursos económicos son solamente el medio, no el fin".

En su sobrio despacho, anejo a la columnata de San Pedro, monseñor Sebastiani cuenta como, en los años 67-68, como joven secretario del cardenal Giovanni Benelli, colaboró justamente en el nacimiento de la Prefectura que hoy preside. Después, tras el trabajo en la Curia, para Sebastiani se abrió el camino de la diplomacia vaticana. "Aquí estamos todos marcados por la experiencia diplomática vivida en el extranjero. Es nuestro indumento mental . Pero ¿quién hubiera dicho que un día volvería aquí? He reencontrado este organismo postconciliar, bien estructurado, reforzado, respetado".

--Monseñor Sebastiani, ¿como se han saneado las finanzas de la Santa Sede?

--Hasta el 92, teníamos un fuerte déficit. Ese año marcamos un superavit récord de 19.000 millones de liras: una situación quizá irrepetible, debida al cambio favorable de divisas. Es decir, al refuerzo del dólar --la divisa en la que recibimos muchas ofrendas-- respecto a la lira, la divisa que usamos en nuestras cuentas.

--¿La diferencia se debe a las donaciones?

--Hoy recibimos en total más de 100.000 millones de liras al año en donaciones libres, de las que 34.000 millones vienen de los obispos. Estos últimos, según el canon 1.271 del Código de Derecho Canónico, tienen la obligación moral de contribuir a las necesidades materiales de la Iglesia.

En el fondo, si se piensa, la Santa Sede está al servicio de las comunidades eclesiales locales, así como el Estado está al servicio de los ciudadanos. Las diócesis individuales, por lo tanto, tienen sus propios asuntos económicos pero aportan una contribución voluntaria a Roma porque, en cambio, reciben un servicio. Piense sólo en nuestra actividad diplomática o en las misiones. Siguiendo el mismo principio, a su vez las diócesis reciben contribuciones de los fieles".

--¿Cuáles son las conferencias episcopales más generosas con Roma?

--En el primer puesto está, desde hace algunos años la Conferencia Episcopal Alemana, seguida de la americana e italiana. Después están las aportaciones privadas: en Estados Unidos, han creado asociaciones que recogen fondos para la Santa Sede, como los Caballeros de Colón o la Fundación Papal. ¿Y sabe quién da más? Los pobres, no los ricos. La Iglesia se sostiene todavía gracias el óbolo de la viuda. Además de los fieles individuales y de los obispos, llega incluso la pequeña contribución de las congregaciones religiosas, poco más de 2.500 millones al año"

--¿Y el óbolo de San Pedro?

--No entra en nuestro capital consolidado, sino que se aparta directamente para que el Santo Padre haga con ese dinero lo que crea más conveniente. No sabemos el destino exacto de esta suma, que de todas maneras viene usada para obras de caridad, las misiones y la asistencia a las Iglesias pobres".

--Por qué la Iglesia no tiene una estructura financiera centralizada, como sucede a nivel doctrinal?

--Al contrario de lo que sucede en el campo doctrinal, donde el Papa tiene el mandato de conservar a través de los siglos el depósito de la fe, en la gestión de los propios recursos, la Iglesia es una realidad descentralizada. Es decir, deja autonomía a cada administración vaticana, aunque bajo el control y la vigilancia de la Prefectura para Asuntos Económicos.

ZN980723-7 Zenit
Sindicat Terrassa