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Jacint Verdaguer y España
26 oct 2011
Jacint Verdaguer es uno de los más grandes poetas que ha dado España. Según Menéndez y Pelayo, fue el poeta “de más grandes dotes narrativas de cuantos viven hoy en España”. Tanto impresionó el poeta catalán al gran erudito castellano. Pero Jacint Verdaguer es algo más que un gran poeta. Es una de las mayores y más importantes figuras de la Renaixença catalana, ese movimiento cultural y literario del siglo XIX que entroncó con el movimiento político del siglo XX que fue el catalanismo. Hoy me gustaría mostrar cómo ese irrepetible poeta que fue Verdaguer fue (y esto se refleja en su obra) un ferviente catalanista al mismo tiempo que un apasionado españolista. No hay que olvidar que el catalanismo político del siglo XX (heredero, como hemos dicho, de la Renaixença) fue, en sus inicios al menos, una variante del Regeneracionismo español (que no por ser catalán dejaba de ser español, y así lo sentían los catalanistas de antaño). En este artículo me centraré en la idea de España y la españolidad de Cataluña en la obra de mossèn Cinto.

Su poema “A Barcelona” (que por cierto empieza con un fragmento del Quijote) viene precedido en su libro Pàtria de otro poema titulado “A la verge de Montserrat” [“A la virgen de Montserrat”], que dice: “Vostre blau mantell és gran;/ abrigau tota l’Espanya,/ lo regne de vostre amor,/ com un niuet sota l’ala” [“Vuestro mantel azul es grande;/ abriga toda la España,/ el reino de vuestro amor,/ com un nidito bajo el ala”]. Vemos cómo Verdaguer hace extender el piadoso manto de la Virgen de Montserrat (auténtico símbolo religioso representativo de Cataluña) a toda España. Algo parecido hace en su magnífica obra Canigó, en la que describiendo esta catalana montaña, la llama “gegant d’Espanya/ d’Espanya i català” [“Gigante de España/ de España y catalán”]. En su poema “Enyorança” [Añoranza] presenta a un catalán que vive en Alemania, lejos de su patria, y siente una terrible añoranza: “No és veritat que en Munic (…)/ vostres ulls llagrimejant/ se giraven vers Espanya?” [¿No es verdad que en Múnic (…)/ vuestros ojos lacrimosos/ se volvían hacia España?”].

Verdaguer aborda también la Guerra de la Independencia, que en Cataluña se llamó Guerra del francès. Algunos historiadores independentistas[1] afirman que ambos términos aluden a guerras distintas, pues los catalanes no defendían España, sino Cataluña. Sin embargo, Verdaguer afirma la tesis contraria (defendida también por muchos historiadores) en su poema “Catalunya a l’any vuit” [“Cataluña al año ocho”], en el que presenta a un Napoleón invadiendo a una dormida España, pero “lo ferreny català, que estava alerta,/ sa mare pàtria al contemplar captiva/ exclamà, al coll posant-se lo trabuc:/ -Mentre el lleó d’Espanya se desperta,/ jo alçant-ne el sometent, àliga altiva/ vaig a esperar-te en los turons del Bruc” [“el férreo catalán, que estaba alerta,/ su madre patria al contemplar captiva/ exclamó, poniéndose al cuello el trabuco:/ -Mientras el león de España se despierta,/ yo alzándole el sometent[2], águila altiva/ voy a esperarte en los montes del Bruc”]. No hay que ser muy avispado para ver cómo Verdaguer inserta la tradición catalana (que hoy los separatistas quieren desvincularla del resto de España) dentro de la tradición genérica española, sin que eso suponga una merma de la catalanidad de lsa tradiciones culturales e históricas catalanas. Por eso también puede dedicar una poesia a la Batalla de Lepanto, en la que presenta a los catalanes totalmente integrados, tanto religiosa como nacionalmente, en el ejército español, orgullosos tanto de sus peculiaridades regionales como de su nacionalidad española. En su prosa también encontramos pasajes en este sentido. Así, en su discurso presidencial de los Jocs Florals[3] de Barcelona de 1881, después de unos comentarios a las gestas de Jaume I el Conqueridor y del Cid, dijo: “La Tizona del Cid iel Tisó de Jaume I són les dues plomes d’or amb què Castella i Catalunya han escrit ses dues colossals i glorioses epopeies”[4] [“La Tizona del Cid y el Tisó de Jaime I son las dos plumas de oro con las que Castilla y Cataluña han escrito sus dos colosales y gloriosas epopeyas”]. Así, Cataluña, dándose glorias y hombres excelentes a sí misma, se las da también a España, pues los grandes catalanes son grandes españoles, como deja entrever en su poema “La mort de Balmes” [“La muerte de Balmes”]: “A Espanya donà una estrella/ lo cel, donant-li aqueix fill” [“A España dio una estrella el cielo, dándole este hijo”].

Pero la gran pasión española que inundaba el alma de Verdaguer se aprecia más claramente que en ninguna otra obra suya en L’Atlàntida. El poeta nos presenta a Colón, que oyendo la historia de los atlantes y su final, con la lucha de los titanes contra Dios, ve cómo la estrella perdida de la Atlántida pasa a la gloriosa España. El poema termina con estos españolísimos versos: “Veu morgonar amb l’espanyol imperi/ l’arbre sant de la Creu a altre hemisferi,/ i el món a la seva ombra reflorir; / encarnar’s-hi del cel la saviesa; i diu a qui s’enlaira a sa escomesa:/ -Vola, Colon…ara ja puc morir!” [“Ve zarpar con el español imperio/ el árbol santo de la Cruz a otro hemisferio,/ y el mundo a su sombra reflorecer;/ encarnándosele del cielo la sabiduria;/ y dice a quien levanta el vuelo en su cometido:/ - Vuela, Colón…¡ahora ya puedo morir!”].

Podríamos seguir mostrando citas y más citas del maestro Verdaguer que demuestran que su catalanidad nunca estuvo reñida con su españolidad, más bien lo contrario: su catalanidad alimentava su españolidad. Y no es el único: la literatura catalana está llena de fervorosos españolistas (sin por ello dejar de ser catalanes e incluso, en algunos casos, catalanistas). Hay que evitar la instrumentalización de estos grandes poetas por parte de los independentistas y devolverlos al lugar que les corresponde, que además es el lugar que ellos sentían como suyo: en las páginas de oro de la literatura española.

[1] Hay que dejar de llamar catalanistas a los independentistas catalanes: en Cataluña, un independentista es necesariamente un catalanista, pero un catalanista no es necesariamente un independentista.

[2] El sometent era una organización paramilitar formada por civiles con fines de autoprotección en épocas de conflictos bélicos.

[3] Certamen literario tradicional de Cataluña.

[4] Jacint Verdaguer (1964) Obres Completes, Ed. Ariel, BCN, P 1268

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Comentaris

Re: Jacint Verdaguer y España
26 oct 2011
M'agradaria saber si indymedia pensa mantenir molt més temps aquesta merda ultraespanyolista (digna de Ricardo de la Cierva) amb la que ens obsequia de tant aquest neandertal espanyol. Li recordo que ni això és un portal per a posar propaganda sobre història (menys encara feixista) ni obtindrà cap retribució en forma de banana, així que millor dediqui's a una altre activitat.
Re: Jacint Verdaguer y España
26 oct 2011
Què hi veus de feixista? No estar d'acord amb els indepens? Reivindicar un aspecte de l'obra de Verdaguer que ha estat oblidada (o amagada)? Sentir-se espanyol?

Ni tots els espanyolistes són feixistes, ni tots els catalanistes són antifeixistes.
Re: Jacint Verdaguer y España
26 oct 2011
Criticar que a l'edició de les Obres Completes de Jaume Fuster s'obviïn els seus textos falangistes, també és fer espanyolisme?

La realitat és complexa, com la identitat. Els nacionalismes (tots) a més d'inventar el passat amaguen el què no interessa dels seus herois patriòtics, però la realitat és la que és.
Re: Jacint Verdaguer y España
26 oct 2011
la realitat com les prsones és la que és, però per sort o per desgràcia, és canviant...
Sindicat Terrassa