Imprès des de Indymedia Barcelona : http://barcelona.indymedia.org/
Independent Media Center
Notícies :: globalització neoliberal
desobediencia civil y terror de los sostenedores del sistema
10 ago 2011
analisis del momento insurreccional actual del estado neoliberal chileno
La cita de la Democracia Cristiana con los ministros de Piñera debe ser entendida como la punta de lanza de la ofensiva por secuestrar el movimiento estudiantil.








De la misma manera debe entenderse las cínicas declaraciones de Ricardo Lagos, el silencio culpable de Bachelet y los dichos oportunistas de Frei.



Los pasillos secretos deben ser muy transitados en estas horas cruciales para el futuro del país. De buscarse una salida mediante acuerdos misteriosos, negociaciones traidoras y ofertas de artificio, los estudiantes corren el serio riesgo de perder todo lo avanzado y más aún.



Se está llegando a un punto en que las demandas que originaron el movimiento ya no tiene el sentido original. Da la impresión que es necesario que esas demandan den paso a modificaciones en el entramado constitucional, que ya no da para más.



La irrupción impensada de un movimiento que está llegando más allá de los estudiantes, sobrepasa lo relativo a la educación. Aunque tardíamente, algunos sectores de trabajadores están uniendo sus demandas y la indignación de la población se ha volcado en la más extraordinaria sonajera de ollas de los últimos años.



Algo huele bien en Chile. El territorio es recorrido por la sensación de que son necesarios cambios de gran profundidad. Ya no la reforma tibia y el cambio que finalmente no es. Ya no más cachetadas de payaso.



Que si bien es necesario fundar un sistema educacional democrático, gratuito, garantizado por el Estado, que entregue educación de calidad y trate bien a sus estudiantes y profesores, también se exige que la salud pública tenga una altura humana, y que los choferes del Transantiago es estafa monumental de Ricardo Lagos, tengan donde comer, donde descansar, donde ir por sus urgencias fisiológicas, y que la producción de energía no sea al costo de contaminar mucho más aún un aire viciado.



Lo que la sociedad exige es un cambio hacia un país distinto del actual. Que ya no sean las mismas caras de hace tanto tiempo los que se repartan la torta, ni que sean los mismos de siempre los que sufran el flagelo de las deudas contraídas para pagar un crédito que a su vez, paga otro crédito.



Las manifestaciones convocadas por los estudiantes ya no pueden limitarse a sus propias demandas. En definitiva, lo que la exigencia popular pone en discusión, es la continuidad de un modelo de sociedad que fracasó.



Lo que está en disputa es la legitimidad de una Constitución que ya no es tolerada, ante el asombro del mundo y el terror fundado de las autoridades y sostenedores del sistema. Eso lo saben en las directivas de los partidos: pierde uno pierden todos, amarraditos como andan desde hace tanto. Por eso la Democracia Cristiana se apura a dar a conocer su alarma al régimen y poner a su disposición sus oficios para detener lo que puede transformarse en una catástrofe de proporciones.



Los partidos del sistema saben el riego que están corriendo. Enfrentados a las elecciones municipales, temen con fundada razón que el desprecio que la gente les ha demostrado, se exprese en las urnas. Y que más temprano que tarde, pierdan un modo de vida que se las ha hecho tan propios, como una segunda piel.



Vamos camino a una crisis institucional y eso es lo mejor que puede pasar. Un sistema político organizado sobre la base de la no participación de las mayorías no puede sino desembocar en una resistencia civil impulsada por el espíritu libertario de la juventud.

Un sistema político amaestrado por partidos cuyo único fin es reproducir su poder cuantas veces sena necesario, no pude sino desembocar en una explosión de incalculables consecuencias que afectará lo que hoy se conoce como la pax chilensis



Las oficinas acolchadas de los políticos de siempre estarán siendo escenarios de los esfuerzos de imaginación para redactar fórmulas de salida. Acostumbrados a sostener el mango y toda la sartén, los que viven del orden impuesto por la brutalidad del capitalismo en su más perversa expresión, se apresuran a exigir soluciones que no comprenden lógicas extra sistémicas. Todo debe resolverse por las vías institucionales, dicen desde sus poltronas, sin siquiera recordar que han sido esas vías las que han llevado la situación hasta este maravillosos estado de rebeldía.



Hacía falta esta buena y saludable dosis de desobediencia civil y el desprecio absoluto a quienes han sido los constructores de lo que hoy se ve amenazado por la energía impresionante de los estudiantes.



Ahora que se está a la ofensiva, se trata de capitalizar lo que se ha avanzado para un proyecto democratizador propio y no permitir que la incursión de los frescos de siempre se quiera adueñar de la fuerza de un movimiento que tiene por las cuerdas a un sistema que hasta hace poco era considerado invulnerable.

This work is in the public domain
Sindicato Sindicat