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Notícies :: antifeixisme |
Els mitjans del règim santifiquen Carles Sentís i amaguen el seu passat feixista
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per Llibertat.cat |
20 jul 2011
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Per unanimitat tots els mitjans controlats pel poder han realitzat notícies hagiogràfiques sobre Carles Sentís, que va morir ahir als 99 anys. Aquest periodista i polític català va afavorir la Restauració borbònica i el continuisme sense ruptura democràtica. |
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Sentís va formar part de l'exèrcit franquista que va ocupar Catalunya el 1939. Ben aviat va prendre part com a home de confiança de la premsa del règim i es va destacar com a un puntal del periodisme afecte al general Francisco Franco, publicant articles de clar contingut ideològic que legitimaven els crims de l'agressió feixista. Amb la mort del dictador va saber adaptar-se a la nova situació d'operturisme i es va perpetuar a la comoditat del poder polític i periodístic.
Carles Sentís ha mort a l'edat de 99 anys, i ha estat elogiat per la major part dels responsables polítics actuals, que han omès el seu passat feixista i les seves responsabilitats durant la dictadura. Artur Mas i Jordi Pujol s'han desfet en elogis adreçats a Sentís.
Aquest periodista i ideòleg també ha estat assenyalat com un dels principals artífexs del retorn al Principat de Josep Tarradellas des de l'exili.
Durant els anys 40 va ser opinador del règim i corresponsal de guerra de diaris com La Vanguardia. També va ser director de l'Agència EFE franquista, del diari Tele/eXpress, així com degà del Col·legi de Periodistes de Catalunya i president del Centre Internacional de Prems de Barcelona posteriorment.
Malgrat el seu paper de responsable durant el franquisme, va ser guardonat per la Generalitat de Catalunya amb la Creu de Sant Jordi el 1986 i amb el Premi Nacional de Cultura per la seva trajectòria el 1998.
Sentís, a banda de formar part de l'exèrcit franquista, va participar activament com a intel.lectual del règim franquista, amb la redacció d'articles que legitimaven la "Cruzada" i els seus crims. Durant la II Guerra Mundial es va anar especialitzant com a periodista bèl.lic i internacional i amb els anys va adquirir importants responsabilitats de càrrecs periodístics durant la dictadura.
Alguns dels seus textos dels anys quaranta, com "Pase lo que pase en el Mundo" (1942) i "Finis Cataloniae" (febrer de 1939) són un exemple del seu paper d'intel.lectual de la dictadura franquista. Un passat negre, en què fins es recrea amb atacs antisemites, que els mitjans no han volgut recordar.
Precisament a "Finis Cataloniae" (febrer de 1939) -un article que invoca un intel.lectual ultradretà francès i que exalta el cop d'estat de Franco- Sentís va encuyar un terme demagògic que recentment CiU i mitjans com e-notícies han explotat fins la sacietat: "La Catalunya real". Sentís sentenciava "Aquella Cataluña acabó; pero la Cataluña real, que diría, vuestro y nuestro caro Charles Maurras, hoy, precisamente, empieza a amanecer." Sens dubte una mostra de fe als postulats feixistes de Mourràs i un "empieza a amanecer" que remetia a l'himne feixista.
"Pase lo que pase en el Mundo" (Publicat a La Vanguardia Española el 1942)
Pero quiero volver con Areilza exponiendo su «decisión», que es la de todos los que con pocos años y ya con mucha experiencia hemos hecho la guerra: «Pase lo que pase en el Mundo, sea cual fuese el destino de la contienda y su extensión en el tiempo y en el espacio, suenen en nuestros oídos canciones de sirena o sobornos morales, lo que se ganó en abril de 1939, centuries_sentsdespués de un cúmulo inmenso de glorias y penas, eso es firme y definitivo.
La fe católica de nuestros padres, la unidad de hombres y tierras españolas, el tesoro espiritual y político de nuestra tradición histórica, las instituciones que de ella se derivan, el respeto a la personalidad humana, son valores irrenunciables que están ganados para siempre. Y Junto con ellos nuestra fisonomía exterior de pueblo libre, atento en sus decisiones tan sólo al interés de España, sin supeditaciones ni prejuicios de ninguna especie.»
La física (manda. Y la biología. Las humaredas pasarán. Pero nosotros—un nosotros de millones— estamos aquí. Ideológicamente podría hundirse el Mundo y nosotros quedaríamos.
"Finis Cataloniae" (Publicat a La Vanguardia Española el 17/2/1939)
¡Dios mío! ¡Dios, mío! ¡Y que monótona es la Historia. Exacta, matemáticamente exacta, se podría hoy así describir esta serpiente de'«material » y hombres que por Port-Bou y El Pertus sale precisamente para Banyuls y Osseja, respectivamente. Dice Verdaguer que aquellas' huestes podían fajar en doble vuelta al- Rosellón.Esta nueva columna de hombres, de hierro y de acero — «oleadas de hombres a oleadas suceden; olas de hierro a oleadas de acero sin parar» — se extendía días pasados de Gerona a la frontera.
Más de una compañía, concretamente el 32 batallón de Infantería creyendo que por todas partes cuecen habas (lentejas en este caso), se negaba a desarmar y algunos puros pistoleros de las fuerzas del «Gouvernement» ya se habían escondido en los ejes de los vagones de la estación de Perpiñán, con sus bolsillos repletos de bombas de mano y sus pistolas-ametralladoras bajo el- brazo... ¡Pobrecillos!... Del primer puñetazo les han cerrado la boca del estómago...Infelices! Ellos desconocen el francés o, algunos, ni leer e1 periódico saben para enterarse que ya hoy en Francia son también los viarxistas, «los maíxistas presuntuosos», traducido literalmente de un periódico de izquierdas.
Los rojos, al volar los puentes, nos han causado un perjuicio real y tremendo. Real y tremendo a mí y a mi amigo, este audaz operador de la Cinematografía Nacional que parece arrancado de un film americano. Pero a las Divisiones Navarras o Marroquíes, al Ejército en general, estas voladuras han sido tan ridiculas como echar gravilla para impedir el paso de una apisonadora.
¡Pero los últimos puentes no estaban volados ya; les hubiesen cortado la propia retirada, como ya ocurrió a muchos grandes camiones de la D.C.A., que se han quedado a dos kilómetros de la frontera, inmóviles como rollizas perdices sorprendidas por el perro.
Yo no sé si Aníbal por aquellos caminos, que hoy cubre el asfalto do la carretera, dejaba muchos huesos de elefantes. Ignoro qué dejaba en pos de sí el coloso de las anchas espaldas.
Pero en cambio he visto lo que ha dejado tras su huella este otro «coloso» de Negrín. Sencillamente ha dejado la mayor cantidad de restos de automóvil que se puede ver hoy en Europa los cementerios de Automóviles de Detroit ya sabemos que son insuperables.
¡Cómo se ha parecido esta Revolución (-en Cataluña) a una inmensa película de «gangsters»! ¡Qué copia tan siniestra de esta producción «standard», con la .cual la judía Hollywood invade el mundo!... Todos recordamos que las primeras manifestaciones de la revolución en Barcelona fueron los grandes coches aristados de «Parabellums» y «Hammerless» derrapando por el asfalto de la calle Balmes con los neumáticos chirriantes y enloquecidos.
(...) Ya empiezan, pues, las peleas y el descargo del muerto. La desgracia no los hará más dignos. ¡El propio periodista francés me da el último ejemplar del «Candide», semanario amigo de la España Nacional.
En su primera página se lee: «LOS ÚLTIMOS DÍAS DE CATALUÑA.»«Finis Catáloniae».
Pero, por Dios!... Estos periodistas franceses no curarán nunca. Tras lo pintoresco, tras el afán'de dramatizarlo todo, caen en el folletín más falso.Señores,- un poco de reflexión: Bueno, sí: «Los últimos días de Cataluña»... la de Durruti... «Las últimas horas de Cataluña»... la de Companys... la de Negrín... ¡Perfecto! Pero Cataluña es algo más y algo más eterno que eso.
Eso no ha sido más que «The End», el cartelito de «Fin» de esta gigantesca ampliación de «Scarface» o.de «El Imperio del Crimen».
Aquella Cataluña acabó; pero la Cataluña real, que diría, vuestro y nuestro caro Charles Maurras, hoy, precisamente, empieza a amanecer." |
Mira també:
http://www.llibertat.cat/content/view/13411/1/ |
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Comentaris
Re: Els mitjans del règim santifiquen Carles Sentís i amaguen el seu passat feixista
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per a |
20 jul 2011
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Fastigós com és va voler fer perdonar.
Sentís amic de l'espanyolisme!!! |
Re: Els mitjans del règim santifiquen Carles Sentís i amaguen el seu passat feixista
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per ACAReus |
20 jul 2011
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Enviamos un comentario de Arturo Villar sobre Carlos Sentís, para añadir algunas precisiones a las alabanzas que se le están dedicando con motivo de su muerte a semejante personaje en todos los medios de comunicación.
¡Salud!
CARLOS SENTÍS, SAQUEADOR, FASCISTA Y MONÁRQUICO
Ha muerto Carlos Sentís sin alcanzar los cien años por cuatro meses, y sin devolver los objetos que robó al saquear la casa de Juan Ramón Jiménez, exiliado en Miami (Florida, Estados Unidos de América). Se suceden los elogios a su figura, calificado como maestro de periodistas, y se alaba su gestión como presidente de la Asociación de la Prensa de Barcelona, además de recordar que era un monárquico fiel.
Antes de monárquico fue un fiel fascista, lo que le permitió saquear el domicilio madrileño de Juan Ramón a poco de ocupar la capital las tropas sublevadas, gracias a la traición de los canallas que debieran haberla defendido. Vamos a recordar los hechos más significativos de su biografía fascista.
El 20 de agosto de 1936 Sentís embarcó en Barcelona para ir a Génova a reunirse con Cambó, uno de los patrocinadores de la sublevación de los militares monárquicos. Se le enroló en los Servicios de Información de la Frontera del Nordeste, al servicio de los rebeldes, con sede en Biarritz. Después estuvo destinado en París y en Londres.
Eugeni Xammar, agregado de Prensa en la Embajada de la República en París, comenta las andanzas profacistas de Sentís en su libro de memorias Seixanta anys d’anar pel món (Barcelona, Pórtic, 1974). Le acusa de haber robado los códigos cifrados de la Embajada para entregárselos a los sublevados. También fue acusado de espía fascista en el diario barcelonés La Vanguardia.
En el otoño de 1937 entró en España por Irún con el capitán Felipe Bertrán i Güell, y fue destinado al frente de Madrid. Sus tres hermanos servían también en el Ejército rebelde. Siguió un cursillo para graduarse como oficial en la Academia de Infantería de Granada, con instructores alemanes nazis.
Ocupada Barcelona el 26 de enero de 1939, entró en la destruida ciudad con sus conquistadores, y se incorporó a la renovada plantilla del diario entonces denominado La Vanguardia Española. A la caída de Madrid se trasladó a la capital, en donde fue designado secretario de Rafael Sánchez Mazas, ministro vicepresidente de la Junta Política de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista, que tal era el interminable nombre del partido único de los
vencedores.
EL SAQUEO EN LA CASA DE JUAN RAMÓN
Un día indeterminado de abril de 1939 aparcó una furgoneta de la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda ante el número 38 de la calle de Padilla. Tres intelectuales fascistas subieron al piso primero izquierda, en donde solamente se encontraba una servidora doméstica, Luisa Andrés. Persona de su absoluta confianza, Luisa fue encargada por Zenobia y Juan Ramón Jiménez de custodiar su hogar hasta que regresaran, cuando terminasen de cumplir la misión diplomática en América encargada al poeta por el presidente Manual Azaña. Luisa pertenecía a una familia republicana, y había perdido a un hermano en la guerra, luchando contra los sublevados, por lo que estaba triste y atemorizada.
Al abrir la puerta de la calle, Luisa se encontró con tres falangistas, que además de sus uniformes exhibían carnés del partido vencedor, y exigieron entrar para requisar unos documentos comprometedores. Conocemos sus nombres: Carlos Sentís, Carlos Martínez Barbeito y Félix Ros. Tuvo que dejarles pasar, y observar resignadamente cómo echaban sobre las alfombras objetos de arte, libros y manuscritos, los envolvían en ellas y bajaban los gruesos bultos a la furgoneta. Entre los objetos
requisados se encuentra el retrato que Daniel Vázquez Díaz hizo a Juan Ramón en 1916, desaparecido hasta ahora, y de un enorme valor económico, a tono con el artístico.
Pocos días después llegaban a la casa dos sobrinos de Juan Ramón, militares rebeldes, y Luisa les relató entre lágrimas y temblores lo sucedido. Ellos trataron de recuperar el botín, dirigiéndose a la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda.
Uno de sus responsables, el poeta falangista Luis Felipe Vivanco, les contó en una carta que los asaltantes obraron por cuenta propia, sin que nadie les hubiera encomendado semejante misión, y prometió mediar para que devolvieran lo robado.
UN ROBO MUY LUCRATIVO
Carlos Sentís fue el instigador del saqueo, como miembro destacado del partido único y funcionario de su Junta Política. Carlos Martínez Barbeito colaboró en el libro de exaltación fascista Laureados de España, publicado en 1940. Félix Ros colaboró en ese mismo libro, y en la Corona de sonetos en honor de José Antonio Primo de Rivera, editada en 1939.
Muchos de los libros robados estaban dedicados a Juan Ramón por sus autores, y fueron vendidos a libreros de viejo, sin arrancarles la hoja de la dedicatoria, porque así alcanzaban mayor valor, naturalmente. Es el motivo de que los adquiriesen personas sin relación con la banda de los tres. Cuando Azorín encontró en un puesto de lance uno de sus libros dedicado al poeta, expresó su malestar, por suponer que lo había saldado el destinatario.
Este dato demuestra que el saqueo se debió a motivos económicos y no políticos.
La banda de los tres fue a robar objetos a casa de un republicano exiliado para lucrarse con su venta. Podía hacerlo, porque era la norma en todos los lugares conquistados. Es verdad que el gobernador militar de Madrid dictó una orden prohibiendo los saqueos domiciliarios, pero no tuvo ningún valor, porque los llevaban a cabo jefes o jefecillos fascistas.
LAS DENUNCIAS DE JUAN RAMÓN
Al enterarse Juan Ramón del saqueo, sufrió el mayor dolor de su vida, porque para él su Obra, tal como la escribía, a la manera de los nombres propios, representaba la posibilidad de eternizarse en la memoria humana, su gran anhelo. Escribió cartas a los tres asaltantes, Carlos Sentís, Carlos Martínez Barbeito y Félix Ros, rogándoles que le devolvieran lo que era suyo, y también a otras personas adictas al
nuevo régimen político imperante, como el sacerdote Pablo Bilbao Aristegui, y el escritor monárquico y consejero nacional de Falange José María Pemán, solicitando su intervención ante los saqueadores, con la misma pretensión de recuperar sus pertenencias.
Durante años no se pudo mencionar este asunto en público, pero llegó un momento en que fue posible hacerlo. Así, en tres antologías de cartas juanramonianas, preparadas por su paisano Francisco Garfias, aparecen varias en las que se denuncia el suceso. Lamentablemente, el seleccionador no puso ninguna nota aclaratoria, ni hizo comentario alguno en sus prólogos (los tres casi idénticos), sobre este asunto.
En Cartas (Primera selección), Madrid, Aguilar, 1962, tratan el caso las dirigidas a Pablo Bilbao (pp. 357 s.) y a Rafael Alberti (382 s.). En Selección de cartas, Barcelona, Picazo, 1973, las remitidas a José María Chacón y Calvo (128), Gregorio Márquez (197 s.), José María Pemán (314 s.), y a J. A. Escalona-Escalona (392).
En Cartas literarias, Barcelona, Bruguera, 1977, se repiten las enviadas a Chacón (32), Bilbao (81), Pemán (93 s.), Alberti (109), Márquez (138) y Escalona (324), y se incluyen tres nuevas: a Félix Ros (88), Gastón Figueira (101) y Alfonso Reyes (214). Los tres acusados no se enteraron, o creyeron que no merecía la pena airear el caso, por lo que nada dijeron en ese tiempo, hasta que una carta mía que ahora citaré
obligó a los dos supervivientes a comentar el suceso a su manera.
UNA PETICIÓN A SÁNCHEZ MAZAS
Como resumen de toda esa correspondencia, copio algunos párrafos de la carta escrita por Juan Ramón en Washington el 10 de abril de 1946, dirigida a Rafael Sánchez Mazas, carné número 4 de Falange Española, consejero nacional y de su Junta Política, ministro desde el 9 de agosto de 1939 y después procurador en las Cortes de la dictadura, además de ser autor de novelas, poemas y artículos doctrinales sobre el fascismo. No se habían visto ni hablado nunca, y tuvo que resultarle muy doloroso escribir a un personaje con esa biografía; pero Juan Ramón recurrió a su sensibilidad de poeta, por si la tenía, para que intercediera ante su
antiguo subordinado. Respeto su ortografía particular:
[…] Me dicen que D. Carlos Sentís fue secretario suyo en alguna ocasión. Y según D. Félix Ros le ha dicho a buenos amigos míos, él fue el principal acumulador de los libros y objetos que se llevaron, no sé por qué, en el registro que hicieron a nuestro piso de Madrid, Padilla, 38. […]
Rafael Sánchez Mazas, le hablo como lo que soy, un eterno aspirante a poeta: ¿le sería desagradable conseguir que el Sr. Sentís devolviera a D. Juan Guerrero Ruiz, editor de la "Hispánica" de Madrid, los libros y todo lo íntimo mío que él tiene en su poder?
No sabemos si le resultó desagradable hacer la gestión, o si la hizo y no obtuvo resultado. Lo cierto es que Sentís no devolvió nada. ¿Qué habrá sido del retrato dibujado por Vázquez Díaz? Por tratarse de una obra de arte, realizada por uno de los maestros de la pintura española contemporánea, las autoridades culturales de algún Gobierno debieran interesarse por intentar su recuperación. Pero nadie lo ha hecho nunca. Ni lo hará.
Ese mismo año 1946 le fue concedida a Sentís la cruz de la Orden de Isabel la Católica, por los servicios prestados a la dictadura.
En 1985 la editorial barcelonesa Seix Barral publicó un libro póstumo de Juan Ramón, Guerra en España, preparado por Ángel Crespo. Asombrosamente, al reproducir unas cartas sobre el tema del saqueo, en el apartado "El incidente del piso de Madrid", páginas 214 a 229, el nombre de los tres asaltantes se reduce a unas piadosas iniciales, y el preparador no se atrevió a añadir una nota para revelar su identidad, o al menos para citar mi artículo y descargar en mí toda responsabilidad.
Esto demuestra una vez más el poder de Carlos Sentís en Barcelona, cuando muchas de esas cartas están editadas en las selecciones referidas, y mi carta a El País y el artículo en Interviú habían ya divulgado las identidades. Es una traición al poeta, esperada desde que se lee la advertencia colocada en la página 18, sobre que "Ni el preparador de este libro ni sus editores se solidarizan necesariamente con las opiniones vertidas en él por J. R. J." Es un libro vergonzoso y vergonzante.
MIS ACUSACIONES LOS ACOSARON
En 1981 se celebró el centenario del nacimiento de Juan Ramón Jiménez con actos muy variados. El 14 de enero apareció en el diario madrileño El País una carta abierta firmada por mí, en la que solicitaba públicamente al Ayuntamiento de la villa que se colocase una lápida en la última casa donde residieron Zenobia y Juan Ramón,en el número 38 de la calle de Padilla. Aproveché para explicar algo conocido por los
juanramonianos, pero no por el público general, algo que no fue censurado, debido a que llevó mi carta en mano uno de los redactores del periódico, buen amigo mío:
En 1939 la saqueó una tropa fascista acaudillada por Carlos Sentís, Félix Ros y Carlos Martínez Barbeito, según el poeta denunció en varios escritos públicos y privados: se apoderaron de libros, manuscritos y objetos de arte, algunos de los cuales se pudieron recuperar gracias a las gestiones de José María Pemán, pero otros han desaparecido.
Al día siguiente se descubría en la misma sección una carta firmada por Carlos Sentís, “diputado de UCD por Barcelona”, en la que aseguraba tener "por lo visto, enemigos conocidos y desconocidos, pero también muchos amigos de siempre, que han sabido de mí en todo momento", y apuntaba que mi comentario se debía al hecho de haber recibido un nombramiento diplomático del jefe del Gobierno, que lo era Adolfo Suárez, como presidente de la Unión de Centro Democrático, partido en el que había recalado Sentís sin renegar de su pasado falangista. Pero no explicaba nada sobre el saqueo y los objetos robados, que era lo importante.
El día 20 se insertó la carta de Martínez Barbeito, en la que decía haber
intervenido "en el salvamento y posterior entrega de ciertos papeles íntimos a su legítimo dueño, mi amigo Juan Ramón Jiménez". Por lo tanto, consideraba que su allanamiento de la morada del poeta ausente se debía al deseo de salvar unos "papeles" para que no cayeran en manos de sus compañeros de aventura.
Félix Ros no podía contestar, porque estaba muerto.
El día 28 el Consejo Directivo de la Federación de Asociaciones de la Prensa, presidido por el monárquico Luis María Ansón, se solidarizó con Sentís.
FALTA DE INDEPENDENCIA PERIODÍSTICA
Por mi parte, quise explicar cumplidamente el asunto del saqueo, por lo que pregunté al amigo redactor de El País si se me aceptaría un artículo en el diario. Me contestó que lo había consultado con el redactor jefe, el señor Martín Prieto, a quien llamaban MP por sus iniciales, y le respondió afirmativamente.
Escribí, pues, un artículo con acopio de las citas juanramonianas sobre el caso, en su mayor parte impresas en sus libros, más alguna inédita. Mi amigo se lo entregó a MP, que dijo encontrarlo muy interesante, y se mostró dispuesto a insertarlo enseguida. Sin embargo, pasaban los días y mi artículo no aparecía en el autoproclamado "Diario independiente de la mañana".
Al llegar marzo le dije a MP, a través siempre del amigo, que si no se insertaba en la primera semana se lo daría a otro periódico. Respondió que no toleraba un ultimátum a nadie, y que en consecuencia se negaba a publicar mi artículo. Este MP fue noticia después en todos los medios de comunicación, porque hizo correr la voz de que lo había secuestrado ETA, pero lo encontraron escondido en una casa de prostitución; desde entonces quedó vetado en los periódicos serios del país.
Hice gestiones en algunas revistas literarias, pero ninguna aceptó publicarlo, porque la mano del señor Sentís, presidente de la Asociación de la Prensa de Barcelona, era muy poderosa. Recurrí a la revista de información general Interviú, editada precisamente en Barcelona, donde me aseguraron que allí no temían al señor Sentís, y lo publicarían. Así lo hicieron en su número 252, correspondiente a la semana del 12 al 18 de marzo, bajo el título de "Los nacionales saquearon la casa de Juan Ramón Jiménez". Esta vez no hubo ninguna réplica de los dos acusados vivos.
Tampoco dijo nada Sentís a la publicación de mi ensayo Juan Ramón Jiménez, poeta republicano, Madrid, Biblioteca de Divulgación Republicana, Colectivo Republicano Tercer Milenio, 2006, en el que estudio el asunto en las páginas 66 a 72, ilustrado con una reproducción del retrato firmado por Vázquez Díaz robado y hasta ahora desaparecido.
UNA RESPUESTA TARDÍA
La respuesta llegó con retraso. En 2007 publicó Destino en Barcelona un libro firmado conjuntamente por Carlos Sentís y Xavi Ayén y traducido por Germán Cánovas, Memorias de un espectador (1911-1950), en el que se me alude sin mencionar mi nombre en las páginas 117 a 120.
Se refiere a unas “calumnias” (p. 117) y “mentiras” (p. 118) sobre el saqueo en la casa de Juan Ramón, y copia algunos fragmentos del libro manipulado vergonzosamente Guerra en España, para afirmar que “En ningún momento el poeta menciona mi nombre, o mis iniciales” (p. 119), sin tener en cuenta las muchas menciones existentes en las cartas juanramonianas antes relacionadas, como si esos libros no estuvieran editados. A él solamente le llegó conocimiento de mi carta a El País, que lógicamente alcanzó más lectores que los libros de cartas del poeta.
Tiene el atrevimiento de negar su participación en el saqueo, y asegura que sus iniciales se encuentran únicamente en una carta de marzo de 1946 “del amigo de Juan Ramón”, es decir, Juan Guerrero. Al parecer, no estaba enterado de las ediciones de cartas preparadas por Francisco Garfias, en las que su nombre y apellido figuran con total nitidez.
Asimismo se refiere a “un reportaje calumnioso de la revista Interviú” (p. 120), sin explicar por qué no se querelló contra el autor, si podía demostrar que cometía el delito de calumniarle. En ese artículo reproduje algunas cartas juanramonianas en las que se le llama por su nombre completo, y se le acusa de instigar y cometer el saqueo, sin devolver su parte del botín, cosa que sí hicieron sus compinches.
Sentís era intocable, como presidente de la Asociación de la Prensa de Barcelona y monárquico de toda la vida, según decía. No es probable que a causa de su fallecimiento aparezcan objetos juanramonianos entre sus pertenencias, porque habrá tenido mucho cuidado de arrancar las hojas delatoras de los libros, y de hacer desaparecer el retrato de Vázquez Díaz que constituiría la prueba de su delito.
Al lado de los ditirambos que se le dedican hoy, quede este testimonio
demostrativo de su catadura moral.
ARTURO DEL VILLAR |
Re: Els mitjans del règim santifiquen Carles Sentís i amaguen el seu passat feixista
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per historiador |
20 jul 2011
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Vaja, Arturo del Villar, resulta si més no curiós que ressaltis només el caràcter "SAQUEADOR, FASCISTA Y MONÁRQUICO", que ho era, i no ressaltis el seu ultraespanyolisme. Quina casualitat l'oblit, perquè serà?¿?..
Només cal llegir el seu famós article ""Finis Cataloniae" on per cert, s'encunya per primera vegada que jo recordi el terme "la Cataluña real" (ja ens sabem a que es refereix, també li podríem dir la "Irlanda británica"). Vaja vaja, quines coses que té la història... |
Re: Els mitjans del règim santifiquen Carles Sentís i amaguen el seu passat feixista
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per x |
20 jul 2011
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Collons, "historiador", però mira que sou pesats... |
Re: Els mitjans del règim santifiquen Carles Sentís i amaguen el seu passat feixista
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per el catalanisme dels pebrots |
22 jul 2011
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Si, si, més català que en Sentís es dificil de trobar... en Josep Pla, fidel colaboracionista dels nazis, potser fora més català que ell... |
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