|
Notícies :: globalització neoliberal : corrupció i poder : criminalització i repressió : mitjans i manipulació : pobles i cultures vs poder i estats |
Ese resplandor que despunta en el horizonte de la noche
|
|
per extraido de |
16 jun 2011
|
"Ese resplandor que despunta en el horizonte de la noche, es el de la revolución".
La violencia institucional de estas falsas democracias, siempre se ha manipulado bajo el calificativo de "uso legítimo de la fuerza", mientras que la fuerza, casi siempre defensiva, del pueblo (demos), se le denomina "violencia indiscriminada" o "radical". |
|
Medios burgueses señalan que el intento de evitar que los parlamentarios pudiesen aprobar los recortes, es un atentado contra la democracia. Ninguno de estos medios entran a valorar el continuo ataque de la clase política contra el pueblo (demos), apoyado y promovido por los principales grupos financieros de este país y del mundo y por la banca local e internacional.
En Tiananmen, había quien se ponía frente a los tanques para detener el orden institucional impuesto por el totalitarismo. En Barcelona, algunas miles de personas han intentado detener a los emisarios del capital, que acudían a su cita fuertemente protegidos, por un inusitado despliegue policial, a representar esta farsa teatral llamada "democracia", a un recinto inexpugnable, que anteriormente fue una ciudadela, y cuyo recinto fue completamente reforzado y rodeado por varios centenares de agentes de las fuerzas de seguridad del estado.
Los medios han destacado como la clase política se alarmaba y quejaba del trato humillante que que recibieron ese día al tener que pasar entre la multitud concentrada frente a las bloqueadas puertas de acceso al recinto. Ningún medio habla de la impotencia cotidiana y la humillación constante que diariamente deben pasar miles de personas. Un solo miembro de la clase política, es más importante que miles de personas del pueblo (demos). Las manchas en el traje de un político, son más importantes que toda la precariedad laboral. Escupir a un político, es un acto de una gravedad mucho mayor que la aplicación de todas las medidas de recortes sociales y laborales que van a profundizar en la separación entre ricos y pobres, entre quienes lo tienen todo y quienes, cada vez, ya no tienen casi nada.
La clase política, ataca verbalmente y pide que recaiga todo el peso de la ley contra esos violentos, que expresan la rabia de su frustración, mientras disculpan la imputación de sus violentos excesos de corrupción contra el dinero público y por su agresiva gestión política.
Medios y políticos coinciden en alabar los procesos revolucionarios del pueblo, en países como Egipto, mientras que aquí justifican los mismos métodos represivos que han utilizado los dictadores de esos países, para detener la revolución.
Se habla sin parar de democracia y derechos democráticos, mientras se tiene al pueblo callado, sometido o movilizado pero sin ser escuchado. Se elogia la libertad de expresión y manifestación, como espacios necesarios para sublimar el malestar y la rabia, hacia la sumisión y la justificada aceptación.
Los tiempos cambian y las formas de control social y represión evolucionan hacia métodos más sutiles y nuevos discursos para la justificación del orden. Lo que no cambia es la clase social contra la que se aplica siempre esa represión, antigua o más evolucionada.
Los que ayer fueron llevados al altar de los héroes por la prensa, hoy se encuentran en el banquillo de los acusados y condenados. El lamento principal, es que el movimiento no tiene una cabeza que decapitar. El capitalismo, incluso en sus formas neoliberales, también necesitan de sus espacios para la reafirmación. Deslegitimarlos es también un saludable acto revolucionario. |
This work is in the public domain |
Re: Ese resplandor que despunta en el horizonte de la noche
|
per acam |
16 jun 2011
|
Totalmente de acuerdo y una observación pienso que especialmente acertada cuando dices "Se elogia la libertad de expresión y manifestación, como espacios necesarios para sublimar el malestar y la rabia, hacia la sumisión y la justificada aceptación.
Los tiempos cambian y las formas de control social y represión evolucionan hacia métodos más sutiles y nuevos discursos para la justificación del orden. Lo que no cambia es la clase social contra la que se aplica siempre esa represión, antigua o más evolucionada."
En el contexto actual no obstante, la mayor parte de la población sigue justificando la existéncia del sistema y si no lo respetamos, si por ejemplo se echa pintura contra los parlamentarios.. La mayor parte de la población todavia se pone de parte de ellos y no con los indignados que han lanzado la pintura. ..Y si se quiere que la población esté de parte del movimiento se ha de respetar a la población y por ende a los vestidos de los parlamentarios. |
Re: Ese resplandor que despunta en el horizonte de la noche
|
per Acam? |
16 jun 2011
|
Pues suerte que tú has echo un referéndum y pareces saber cuál es la opinión de la "población" (¿o te refieres como población a los telediarios, periódicos, els matins de tv3 y pilar rahola?)... |
Re: Ese resplandor que despunta en el horizonte de la noche
|
per M |
17 jun 2011
|
Molt bon escrit. Ells decideixen qui és violent i qui no ho és. Parlen del que volen i modelen el llenguatge. És hora de mirar per nosaltres i tenir el nostre propi discurs i llenguatge. Ens cal sortir d'aquesta trampa i reconèixer-nos com a explotades per un sistema corrupte i veritablement violent! |
Re: Ese resplandor que despunta en el horizonte de la noche
|
per extraido de |
17 jun 2011
|
Si la mayoría de la población se encontrase afectada de un impulso reaccionario y se pusiera de parte de los trajes de los políticos, entonces no querría que la población estuviese de "mi parte". Intentaría justificar mis actos con mis razones, independientemente de que esa población no quisiera entenderlo. Y digo "no quisiera", o sea, "que puede" pero "no quiere".
Si esa población no quiere comprender la desproporción entre someter a millones de personas bajo unas leyes asfixiantes fuertemente protegidas por las fuerzas del orden, y una factura del tinte, no me interesa lo más mínimo formar parte de esa población.
Más grave que darle un guantazo a un político corrupto y abusador es, no darle ese guantazo y lo que requiere una explicación, no es por qué se le da el guantazo, sino qué dispositivos son los que lo evitan. Eso es lo que explica cuál es el sistema que nos somete y cómo las libertades están permanentemente amenazadas. Si hubiese una mínima justicia social, no creo que nadie tuviese el impulso de darle un tortazo o escupir a un político... |