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Notícies :: ecologia
¿Qué ocurre cuando una central nuclear cierra?
15 mar 2011
El cierre de una central no se produce de un día para otro. En este caso vamos a seguir el ejemplo de una de las centrales cerradas en España, la central de José Cabrera (Zorita) .
Esta central dejo de producir electricidad el 30 de abril de 2006, apretando los dos botones que las desconectaban de la red a las 23:30h. Desde entonces, la aguja de potencia marca cero, pero la planta sigue muy activa.
En el momento de la parada, había 120 empleados de plantilla y 125 de contratas, y actualmente, después de 3 años, siguen trabajando 55 de plantilla y los 125 de contratas. Pablo Diez, jefe de la central, asegura que nadie se ha quedado en paro, ya que cerca de 60 trabajadores fueron recolocados en otras plantas u oficinas, y además se realizaron algunas prejubilaciones voluntarias.
Todo este movimiento en la central es por el combustible gastado que hay en la piscina, los residuos salidos del reactor desde 1982 (los anteriores a esa fecha fueron enviados al Reino Unido para que no volviesen), que son guardados en agua para reducir la generación de calor y su actividad radiactiva. Por tanto, hay que vigilar las condiciones químicas y de refrigeración de la piscina, y mantener activos sistemas como los de ventilación o sísmicos.
Actualmente se esta produciendo el traslado de estos residuos a un nuevo deposito en el exterior, un Almacén Temporal Individualizado (ATI), para poder comenzar con el desmantelamiento de la planta.
En principio, el ATI es un paso intermedio para después alojar los residuos en un Almacén Temporal Centralizado (ATC), en el que se almacenarán los residuos que vayan saliendo de las centrales nucleares españolas.

Este es uno de los grandes cambios que se han producido en Zorita: los seis grandes contenedores, tipo “Hi-Storm”, que han aparecido a un lado de la central. Seis cilindros de cuatro metros de alto y tres de diámetro que guardan los residuos radiactivos como si fueran muñecas rusas.

Primero este contenedor con un relleno de hormigón de 60 centímetros de espesor entre dos capas de acero, y luego en su interior otra cápsula MPC de acero inoxidable que guarda a su vez el combustible gastado. En total, todos los residuos de alta actividad generados por el reactor de Zorita desde 1982 ocuparán 12 de estos contenedores. Y será entonces cuando ENRESA, se haga cargo de la central para proceder a su desmantelamiento. Este complicado proceso de demolición debería comenzar después del verano y se alargaría hasta 2015.

En la otra central cerrada en España, Vandellós I, el desmantelamiento se realizó de forma diferente. Allí fueron retirados entre el año 1998 y 2003 todas las estructuras y componentes excepto el cajón del reactor, que ha quedado confinado a la espera que se reduzca la radiactividad para un periodo de latencia de 25 años que debería concluir hacia el año 2028. Sin embargo en Zorita se prevé desmantelarla de una sola vez. La diferencia es el tamaño de la central y el tipo de reactor, que en este caso es de agua a presión PWR en el que hay un circuito para el agua calentada por el combustible nuclear (radiactiva) y otro para el agua que se transforma en vapor. Cuando se produzca el cierre de Garoña, al ser de tipo BWR, el desmantelamiento sería más complicado, pues habría muchas más piezas contaminadas ya que es de un único circuito.

En la demolición de Zorita se esperan generar 95.000 toneladas de residuos, de los que 91.000 serían chatarra y escombros convencionales, y otros 3.600 serán radiactivos (el 80% de ellos de muy baja actividad). La parte más delicada del reactor será troceada y metida en otros cuatro contenedores ‘Hi-Storm’, que se sumarán a los doce previstos del ATI. Esto es todo lo que debe quedar de la primera planta nuclear construida en España para la posteridad, 16 contenedores de residuos radiactivos y una parcela desocupada de uso industrial nuclear.

En los pueblos cercanos, el efecto no se ha empezado a notar. Almonacid de Zorita, a cinco kilómetros de la central, cuenta con 840 habitantes, y cuentan que no han notado el efecto ya que no se han producido despidos. Incluso el derrumbe de la central va a generar más puestos de trabajo. Pero el futuro no está asegurado, ya que no saben que harán cuando la central desaparezca.
Donde si se ha notado es en los restaurantes y alojamientos, sobretodo por los trabajadores que acudían para realizar las recargas de combustible, explica Gabriel Ruiz del Olmo, alcalde desde 1996 y trabajador de la central nuclear desde 1986.

Para compensar la parada de la central, hace tres años se puso en marchar el “Pacto de Zorita” , un plan firmado por las administraciones y los ayuntamientos para crear un fondo para financiar nuevos proyectos que dinamicen la zona. Pero como siempre que se trata de dinero y política, existen discrepancias entre los ayuntamientos de diferente color político.

En otro pueblo de la zona, a 30 kilómetros de la central, se encuenta Mondéjar, con con 2.700 habitantes. Este es el municipio más grande y con mayor actividad en la zona, pero se encuentra fuera de la zona de influencia de la planta y, sobre todo, fuera de los ingresos que perciben los municipios por acoger este tipo de instalaciones.

Sin embargo, se ven las muchas naves levantadas en el pueblo: cooperativas de vino, cárnicas, fábrica de puertas, construcción… Pero en este pueblo no están a favor del cementerio nuclear. Además su alcalde (partido independiente) también se queja de que las ayudas del “Pacto de Zorita” no llegan a los pueblos que no sean de PSOE.

El problema de los pueblos bajo la influencia de las centrales es que en muchos casos no saben aprovechar los ingresos que tienen por albergar la central en su localidad. Algunos ayuntamientos utilizan los ingresos para no cobrar agua a sus vecinos, o financiar festejos desproporcionados para su población. Pero hay que tener cabeza, e invertir ese dinero en vías de transporte, internet, infraestructuras, servicios.

Lo que más preocupa ahora mismo al alcalde de Mondéjar es la ubicación del futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC) en el que irán a parar los 16 contenedores de residuos radiactivos de la planta de Zorita y los de todas las demás centrales nucleares del país. “Guadalajara es una zona despoblada, con gente mayor y poco reivindicativa, sin actividad industrial, y con dos centrales nucleares: para nuestra desgracia tenemos todas las papeletas”, se lamenta González, que considera que esto perjudicaría a Mondéjar, y de forma especial a productos con denominación de origen como el vino o el aceite. “Han envuelto muy bien lo del cementerio nuclear, pues están hablando de dar cuatro millones de euros anuales al municipio que levante la mano y otros cuatro a repartir entre los pueblos colindantes, con la angustia económica de los ayuntamientos en la crisis te ponen ahora ese caramelito y esto no me parece nada justo”.
Mira també:
http://desenchufados.net/que-ocurre-cuando-una-central-nuclear-cierra/

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Comentaris

Re: ¿Qué ocurre cuando una central nuclear cierra?
15 mar 2011
Que abren otra.
Sindicato Sindicat