Imprès des de Indymedia Barcelona : http://barcelona.indymedia.org/
Independent Media Center
Notícies :: guerra
Viatge a Terra Santa II
28 gen 2011
Segona part del relat
La franja de Gaza es de facto un campo de concentración. Cuando en el 2005, si no recuerdo mal, Ariel Sharon sacó de allí a todos los colonos israelíes, sabía lo que se hacía. Una vez que allí sólo quedan palestinos, en un territorio de dimensiones muy reducidas y con la mayor densidad de población de todo el mundo, el Ejército Israelí lo tiene muy fácil para poner en práctica su brutalidad como la masacre de finales del 2008 y principios del 2009, sin el más mínimo miramiento hacia la población civil, que son meros efectos colaterales empleando terminología de Donald Rumsfeld, y utilizando armas químicas como el fósforo blanco que provoca que las personas mueran abrasadas por dentro.



Lo triste es que Cisjordania no está mucho mejor. Con la construcción del Muro, muchos pueblos palestinos han quedado fuera de Cisjordania, o sea en territorio israelí. El gobierno de Israel permite a sus pobladores seguir viviendo allí siempre y cuando tengan el Permiso Verde, que tienen que renovar cada seis meses, con muchos papeleos y pérdida de tiempo. En cuanto al agua, elemento importante en este conflicto y en todos los de la región, pues más de lo mismo, los israelíes se han apropiado del 80% de ella y los palestinos se tienen que apañar con el restante 20%. Con ese 80% de agua los israelíes se permiten exportar productos agrícolas a medio mundo, aquí también llegan, dátiles, mangos, naranjas, pomelos, palosantos, una fruta llamada sharoni que he visto en más de una frutería. Todos los países de la Unión Europea tienen acuerdos comerciales preferenciales con Israel.



Fuimos la Silvia, el Llorenç y yo a Beit Omar, está entre Belén y Hebrón. Beit Omar ha quedado dentro del muro pero con la otra barbarie que les toca a los pueblos de Cisjordania, entre dos asentamientos de colonos israelíes. Hay dos tipos de colonos, a cual peor. Unos son los iluminados que van con el rollo de que aquello es la Tierra Prometida y ellos son el Pueblo Elegido. Otros son israelíes de clase media-baja que no pueden permitirse comprar una vivienda en la ciudad y se compran una casa apareada de bastante mala calidad en un asentamiento. Ambos están dispuestos a defender sus posesiones hasta las últimas consecuencias. Estos asentamientos por supuesto están dentro de Cisjordania, o sea que son ilegales según las resoluciones de Naciones Unidas, y suelen estar custodiados por el ejército israelí, aparte de que los colonos no se separan de su M16 ni a la hora de dormir. Yo no lo presencié, pero se ve que es frecuente ver a los colonos paseando por la calle con el arma, o tomando algo en la terraza de un bar con el M16 apoyado en la mesa, o en una discoteca también con su inseparable arma.



Bueno pues fuimos a Beit Omar a hablar con una asociación con la que Sodepau tiene posibilidades de hacer proyectos en un futuro, responden al perfil de contrapartes con las que Sodepau se siente a gusto, con la población muy implicada, funcionamiento interno democrático, o sea que garantizan que los proyectos propuestos respondan a necesidades que los pobladores sienten como reales y no a una iluminación divina del jefe o mandamás, y aumenta las probabilidades de éxito y continuidad en el tiempo del proyecto. La Silvia les explicó las razones por las que en las convocatorias de este año se piensa que está todo un poco verde para presentar proyectos de ellos y lo entendieron muy bien, hace poco que nos conocemos y tal como está el patio de la cooperación hay que prepararlo todo muy bien. De momento la primera colaboración probablemente será que en los viajes solidarios de verano llevaremos allí al grupo que va ir a Palestina, para que vean lo que es vivir entre dos asentamientos de colonos. Se le pagará a la organización 40 dólares por viajero y día, la Silvia les dijo que si consideraban que el precio debía de ser mayor que lo dijeran con toda libertad, pero dijeron que no que ya está bien. Así da gusto, trabajar con gente que cree en lo que hace y que no se mueve sólo por el dinero. Después de la charla con el té de rigor y las habituales pastas (la hospitalidad árabe es insuperable), nos llevaron a ver los alrededores. Uno de los dos asentamientos está separado de Beit Omar por un valle, en el valle hay olivos, viñas, almendros, árboles frutales, todo muy mediterráneo. Los palestinos que van a trabajar el campo tienen que aguantar que los colonos les griten, les insulten, y a veces hasta les disparen. Pero siguen yendo porque algo tienen que comer, y cultivar la tierra es ya la única forma de resistencia que les queda, aparte de las bombas que Hamas pueda tirar al sur de Israel desde Gaza, pero que luego provocan masacres en la proporción de 500 palestinos muertos por cada israelí, con el uso de armas químicas incluido



Luego fuimos cerca del otro asentamiento. Aquí no había un valle de separación con el asentamiento, sólo unos campos en terreno plano con los consabidos olivos, viñas, etc. Dejamos el coche a unos 200 metros de la valla detrás de la cual está el asentamiento, y nos quedamos al lado del coche. A los dos minutos baja de la colina (los asentamientos siempre están en lo alto de una colina) un todo terreno a toda pastilla. Se para delante de la puerta de la valla, y sale de dentro un colono con un M16 casi tan largo como él. Empieza a gritarnos, nos dice medio en árabe medio en hebreo que somos unos perros, unos maníacos, y que nos vayamos a la Alemania nazi. ¡Todo ello por tener la osadía de acercarnos a 200 metros de la valla que separa Beit Omar de su mierdoso asentamiento ilegal! El palestino representante de la organización también le responde gritándole, la Silvia también le increpa en castellano, un inglés que vive en Beit Omar y que colabora con la organización se pone a hacer fotos de todo, en fin un intercambio de decirse de todo menos guapo. Finalmente, y visto que no ha conseguido intimidarnos mucho, se va el pedazo de animal ése. A los dos minutos llegan dos jeeps del ejército. Se bajan unos ocho soldados, hablan por el walkie-talkie, pero éstos de momento no nos dicen que nos vayamos a la Alemania nazi. Nos quedamos mirándonos mutuamente. En esas que yo pregunto qué pasaría si empezáramos a caminar hacia donde están los soldados. El inglés dice “let’s find out” (vamos a descubrirlo) y pone rumbo hacia ellos, y todo el grupo detrás, con el inglés y la Silvia al frente. Yo iba hacia allá pensando que calladito estoy más guapo, la verdad es que estaba cagado de miedo. Llega la “comitiva” a la proximidad de la puerta de la valla, y a modo de bienvenida uno de los soldados o el oficial o no sé que era dice “you are Hezbollah, Hamas, Yihad Islámica” (vaya que según su docta opinión somos todos unos islamistas integristas). Iba a enseñarles mi carnet del Barça, que siempre lo llevo encima, para que vieran que aparte de nazi e islamista también soy culé, pero pensé que no era el momento de hacerme el gracioso. Lo que es curioso es que entre ellos no se ponen muy de acuerdo, el colono nos consideraba simpatizantes del régimen nazi, y el oficial del ejército nos llamó despectivamente fundamentalistas islámicos. Están como una cabra. Vimos en el suelo, entre los olivos, restos de bombas lacrimógenas, pelotas de goma, material antidisturbios vario. Para distender un poco el ambiente, que estaba muy tenso, hice el comentario de que así es difícil hacer agricultura ecológica. Bueno la cosa no dio mucho más de sí gracias a que a los dos palestinos les acompañábamos cuatro occidentales, la Silvia se puso delante de los soldados (pero en este lado de la valla, obviamente) a hacer posturas tontas de foto haciendo cachondeo, y el inglés que su cámara de fotos ya sacaba humo, en un cuarto de hora debió hacer más de cien fotos. Yo estaba tan indignado por el comportamiento del colono y la chulería provocadora de los soldados que cuando nos íbamos dije que cuando el Ahmadinejad tenga la bomba atómica ya veremos si van tan de chulitos toda esta banda de cabrones. Le pregunté al Llorenç si había vivido más situaciones así desde que está allí y me dijo que sí, que es el pan de cada día; con sus 22 años es el Hombre Tranquilo, imperturbable en cualquier circunstancia, sólo lo conocía del día que firmó su contrato y me cayó muy bien durante estos días.



Para no pagar hotel compartí cuarto con el Llorenç en el piso alquilado que comparte con un palestino y una chica nacida en Alemania pero de origen turco que también trabaja para una ONG, el Llorenç se puso un colchón en el suelo para dormir. La Silvia compartió piso con la Geni Lozano, la corresponsal de Catalunya Ràdio en Próximo Oriente. Son amigas desde hace tiempo. Muy maja la Geni Lozano, con una visión muy clarividente de la situación política de toda la región, y con una mente muy abierta para escuchar a todo el mundo sin prejuicios, lástima que tenga unos jefes tan impresentables…. Semanas atrás había estado en Egipto entrevistando al número 2 de los Hermanos Musulmanes, que el día en que haya elecciones libres en Egipto ganarán de calle, más que ganar arrasarán. Comentaba que le había parecido una persona muy interesante y preparadísima intelectualmente.



Por cierto que entre estos campos de olivos de Beit Omar había material antidisturbios, pero en muchos sitios sólo queda la base del tronco cortado de lo que en su día fueron los olivos, durante la Segunda Intifada el Ejército de Israel arrancó más de 28.000 olivos, sabedor de que la oliva y el aceite de oliva son (o eran) la base de la economía palestina. Con el agravante de que en una zona tan árida los olivos cumplen una función muy importante de impedir la erosión del terreno.

This work is in the public domain
Sindicato Sindicat