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Costa de Marfil, al borde de la guerra civil
06 gen 2011
Las elecciones han dejado a dos candidatos que se autoproclaman presidentes y un reguero de muertes violentas

Las promesas de paz de los candidatos Alassane Outtara y Laurent Gbagbo no sólo no se han cumplido, sino que han devenido en un conflicto armado de difícil solución.

Piervincenzo Canale, director de africanews.it. Traducción de Daniele Grasso / Roma (Italia)
Jueves 6 de enero de 2011. Número 140 Número 141
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Costa de Marfil está al borde de una nueva guerra civil. Las reuniones de Ecowas, la comunidad de los estados de África occidental, se retomarán en la primera semana del año nuevo. Mientras, crecen las dificultades para todo el pueblo marfileño, sea cual sea su ideología política. También crece el número de personas que cruzan la frontera del país hacia Liberia y otros países cercanos. Muchas organizaciones humanitarias han denunciado la falta de comida y agua, y han pedido a la comunidad internacional que envíe ayuda.

Ahora el país está partido en dos: una mitad sigue a Alassane Outtara la otra apoya a Laurent Gbagbo, presidente en funciones hasta las elecciones. La paradoja política que sirve de escenario a esta situación es que antes de las elecciones de noviembre ambos candidatos habían declarado querer trabajar para la unidad del país y sobrepasar las divisiones que existen en Costa de Marfil desde la guerra acontecida entre 2002 y 2004. En una entrevista conjunta realizada por France 24 y por el canal marfileño de RFI antes de la segunda ronda electoral, los dos candidatos habían asegurado comprometerse con el proceso de pacificación del país africano. “Un discurso de reconciliación y de paz para el país es fundamental”, había declarado Outtara, en referencia a sus prioridades en caso de victoria electoral.

“Hay que abandonar este lenguaje violento que siempre hace llamamientos al odio y levantar un Gobierno compuesto por todos los partidos políticos, obviamente el movimiento político de los Houphouëtistas para la democracia y la Paz [RHPD, por sus siglas en francés] y componentes del Frente Popular Marfileño”. Outtara había prometido la creación de una comisión para la “reconciliación y la verdad” para empezar con una “nueva Costa de Marfil”. Laurent Gbagbo contestó a las preguntas de los periodistas declarando que se comprometía a organizar unas elecciones legislativas, así como a abrir un diálogo con la Comisión Electoral Independiente (CEI). Gbagbo declaró que aplazaría el desarme hasta después de las elecciones legislativas, y que esperaba “arrancar con la verdadera acción gubernamental”.

Manifestaciones pro Outtara
Los días 16 y 17 de diciembre los partidarios de Outtara se manifestaron en las ciudades más importantes del país, en un clima muy tenso. De hecho, no faltaron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas institucionales, en los que hubo 20 víctimas según fuentes gubernamentales, 30 según los outtarianos.

Mientras los dos candidatos autoproclamados presidentes se mantienen atrincherados en sus cuarteles, la situación se complica aún más. El lunes 26 de diciembre, los marfileños de la diáspora se manifestaron en frente del Tribunal Constitucional de París para apoyar a Gbagbo. Según algunos de ellos, entrevistados por la web Africanews, Laurent Gbagbo sería el presidente que todos los marfileños quieren, porque ha sido elegido por el pueblo y porque ha trabajado siempre desde la legalidad y el respeto a las leyes. En particular, uno de ellos ha declarado a Africanews que “con Alassane Outtara quieren imponer un candidato que nadie quiere, que no conoce África, un títere”. “Como cuando nos impusieron a Houphouët-Boigny” ha añadido, en referencia al primer presidente de Costa de Marfil, elegido por el Gobierno francés en 1959. “¿Qué hacemos en Europa? Mientras estamos aquí, los extranjeros nos imponen sus hombres y los hacen jefes de Estado de nuestros países. Queremos volver a África, a nuestro país, y trabajar para su desarrollo”, declara otro manifestante en París.

Compra de armas
A pesar de lo que pueda parecer tras una primera mirada, no todos en Costa de Marfil están tan comprometidos. Una comentarista africana ha escrito que no entiende “cómo se puede hacer caer a nuestro país en una guerra civil después de todo lo que hemos vivido. Ya no tenemos las reservas alimenticias que teníamos antes. Ahora nos están condenando a matar de hambre a nuestros hijos. Los políticos están listos para cortar puestos de trabajo, servicios, dicen siempre que no hay dinero, pero cuando la cuestión es comprar armas no dudan en hacerlo”.

Tras las reuniones de enero, la comunidad internacional podría plantearse el envío de fuerzas militares a Costa de Marfil. En una carta abierta, muchos intelectuales africanos y europeos han pedido que se evite esta posibilidad, subrayando que la intervención militar en el país “serviría sólo para empeorar una situación ya trágica y para hundir del todo el país”.
División religiosa
A pesar de que la comunidad internacional apoya casi por unanimidad a Outtara, los habitantes de Costa de Marfil no lo ven tan claro. De hecho, el país está partido en dos incluso geográficamente. En el norte apoyan a Outtara, en el sur a Gbagbo. Como en muchos estados africanos, también en Costa de Marfil vive en la mitad norte una mayoría de población musulmana, mientras que en el sur la mayoría es cristiana. A pesar de esto, el factor religioso explica sólo en parte la frustración de los marfileños. Están viendo a su país, uno de los más prósperos y ricos en materias primas del continente, caer en la pobreza y en la violencia por los intereses extranjeros.







Aïma, suport als maltractats i oblidats malalts mentals a l'Àfrica
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