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Anàlisi :: amèrica llatina |
América Latina: mejores condiciones parareconstituir los partidos comunistas
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per MIP |
29 des 2010
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El Movimiento por el Internacionalismo Proletario (MIP) Cté. España presenta el siguiente documento aparecido en Sol Rojo nº 35 al proletariado internacional y todos los pueblos del mundo debido a la importantísima comtribución que se hace desde este documento al análisis de la realidad de los países semicoloniales al servicio de la revolución proletaria mundial. |
¡Proletarios de todos los países, uníos!
AMÉRICA LATINA: MEJORES CONDICIONES PARA RECONSTITUIR LOS PARTIDOS COMUNISTAS PARA DESARROLLAR LA GUERRA POPULAR
El imperialismo yanqui, desde las primeras dos décadas del siglo XX, desplazando a Inglaterra, impuso su dominio sobre nuestros países y en sociedades semifeudales y semicoloniales como las latinoamericanas introdujo modalidades de organización imperialista en los diferentes planos de la vida nacional; impulsando en nuestros países el capitalismo burocrático, base que genera modalidades políticas e ideológicas correspondientes. Capitalismo burocrático que no sirve a las mayorías sino al imperialismo, la gran burguesía y los terratenientes, y que madura las condiciones para la revolución democrática.
Nuestros países son semicolonias, esto es independientes políticamente pero económicamente sometidos, principalmente al imperialismo yanqui, repúblicas independientes pero que se encuentran sometidas en la maraña ideológica, política, económica y militar del imperialismo por más gobierno propio que tengan (ver PCP, Línea de la Revolución Democrática).
La historia de nuestros países latinoamericanos, desde el siglo XX a la actualidad, es la lucha del capitalismo burocrático impulsado por el imperialismo yanqui y las clases dominantes de cada uno de estos países, enfrentados con las fuerzas motrices y lucha revolucionaria que pugna por destruir el dominio imperialista, principalmente yanqui, conjurando la acción de la otra superpotencia y la de las otras potencias imperialistas; por destruir el capitalismo burocrático y por la destrucción confiscatoria del latifundio. Lo que implica derrumbar el viejo Estado a través de la guerra popular con fuerza armada revolucionaria y la dirección del Partido Comunista construyendo un nuevo Estado.
EL PROCESO DEL CAPITALISMO BUROCRÁTICO
Un giro importante -en el proceso del capitalismo burocrático que impulsa el imperialismo- significó para América Latina, el programa de la Alianza para el Progreso que planteó el imperialismo yanqui, el año 1961 a través del Presidente Kennedy, ante las repercusiones de la Revolución Cubana, programó la reestructuración de la sociedad latinoamericana como prevención contra los estallidos revolucionarios que se avizoraban. Programas nacionales basados en la “democracia representativa”.
Pero el imperialismo yanqui entró en mayores problemas y la “democracia representativa”, por otro lado, se mostró incapaz para conducir los cambios programados, por lo que fueron sustituidos en el plano continental por regímenes de ideología fascista y de programas corporativistas, replanteamientos que se generalizan a finales de la década del 60.
En muchos países del continente se dan una serie de medidas agrarias a través de las mal llamadas leyes de reforma agraria, de “industrialización nacional” y de “reforma del Estado”. Medidas agrarias de compra venta de la tierra para llevar el capitalismo burocrático al campo y evolucionar más la semifeudalidad. Se impuso mayor control imperialista de nuestro proceso económico y un sometimiento creciente al juego de intereses de las grandes potencias de la economía mundial y, especialmente, de las superpotencias. Esto no significó que en el Perú y demás países, que incrementaban su comercio con el social imperialismo, estaban en ruptura con Estados Unidos, sino que estaban montados a dos caballos. Como consecuencia de la profundización del capitalismo burocrático nuestros países padecieron las crisis de mediados y finales de los 70, que fueron agravadas por las crisis mundiales por la condición semifeudal y semicolonial de éstos.
A comienzos de los 80 el imperialismo entra a su tercer momento, al de su crisis general y a su barrimiento por la revolución mundial, en el período de los cincuenta a cien años. Y en el Perú se inicia la guerra popular con lo cual la revolución mundial entra en su tercer momento, la etapa de la ofensiva estratégica de la revolución mundial, en la cual nos encontramos.
La reacción en América Latina, siguiendo el plan reajustado del imperialismo yanqui a las nuevas condiciones, va a plantear la llamada “transición a la democracia”. Para el desarrollo de América Latina, como la misma CEPAL lo estableció, esta década fue una “década perdida”. A mediados de la década se agudizó el problema de la deuda externa y estos países entran en cesación de pagos. Los propios imperialistas yanquis y su instrumento, el FMI, plantearon el reajuste expansivo y la conversión de la deuda en bonos. Y sentaron bases para la aplicación de su “neoliberalismo” a finales de la década.
Las superpotencias imperialistas luego de la pugna, hasta mediados de los 80, por Centroamérica en la segunda mitad de la década, entraron en colusión. Comenzaron a cocinarse los acuerdos de paz en el Salvador y Guatemala impulsados por las superpotencias en tira y afloja; los dirigentes de las guerrillas se vendieron a cambio de amnistía y puestos en el Estado reaccionario y pasaron a reprimir a las masas. He ahí el resultado de estar a la sombra de la superpotencia o de potencias. Capitularon como los revisionistas de Nepal el 2006. Capitularon en El Salvador, Nicaragua y Guatemala a comienzos de los 90, ante la bancarrota definitiva del revisionismo soviético. Mientras en el Perú la guerra popular se desarrolla pujante y vigorosa en estos años, así recibe un fuerte impulso la lucha de los maoístas latinoamericanos por reconstituir cada uno de sus Partidos Comunistas.
EL IMPERIALISMO YANQUI IMPULSA SU PLAN HEGEMONISTA Y CONTRARREVOLUCIONARIO
En los 90 hasta la actualidad, el imperialismo yanqui, impulsa su plan hegemonista y contrarrevolucionario en América Latina a través del “consenso de Washington”, el “neoliberalismo” y los acuerdos regionales y bilaterales de “libre comercio”, con creciente intervención militar; reactivando antiguos mecanismos y estableciendo nuevos y un sistema de bases militares. En los países latinoamericanos, se prosiguió impulsando la corporativización de la sociedad como parte de reajustar el Estado reaccionario y fortalecer el viejo orden. El clientelaje y la corporativización es la base de sus elecciones y por lo tanto de su democracia. Que significa la permanencia del gamonalismo en lo político como expresión de la semifeudalidad subsistente.
Es ilustrativo lo que dice al respecto Martí i Puig (“Sobre la emergencia e impacto de los movimientos indígenas en las arenas políticas de América Latina”. Foro Internacional. El Colegio de México. No.197, 2009), veamos: “Este texto se centra [...] en el impacto que ha tenido la globalización en la forma en que operan los gobiernos –de donde surge el concepto de gobernanza. El concepto de gobernanza pretende mostrar que durante los años noventa no sólo cambió la forma de las instituciones de los estados latinoamericanos [...], sino que también lo hizo debido a la erosión que supuso el proceso de globalización en su soberanía. En este contexto apareció el concepto (y debate sobre) la gobernanza (Pierre y Peters, Governance, Politics and the State, Nueva York, Mc Millan, 2000). El debate [...] da cuenta de la progresiva desaparición de la política desarrollada bajo los parámetros de la sociedad estatal clásica (es decir de “democracia representativa”, nota nuestra) [...] el término gobernanza (que inicialmente se usó en el sentido de “dirección política”) da cuenta de un “nuevo estilo” de gobierno caracterizado por la interacción entre el Estado y los actores no estatales, y por lo tanto [...] los profundos cambios que han experimentado los sistemas políticos y el sector público en la mayor parte del mundo, asociados a la descentralización territorial, a la nueva gestión pública, a la economía de mercado y, en algunos ámbitos, a la tercerización de servicios y su privatización (cabe señalar que ya en 1992 el Banco Mundial introdujo el concepto de gobernanza como parte de sus criterios para hacer desembolsos a los países en desarrollo. Nota de Martí i Puig). Este proceso a supuesto como analizan Pierre y Peters (2000, p. 77) tres diferentes tipos de desplazamiento del poder y del control estatal: hacia arriba –upward-, a las organizaciones internacionales, a las redes transnacionales y a grandes empresas globales; hacia abajo –downward-, a los gobiernos locales, departamentos y regiones; y hacia afuera –outward-, a comunidades y organizaciones sin fines de lucro del tercer sector, como organizaciones no gubernamentales y quangos (acrónimo de quasi non-gobernamental organización, nota Martí i Puig)”.
[...] En este sentido, los de “arriba” son las instituciones imperialistas internacionales y los monopolios imperialistas solos o asociados con el Estado –a nivel nacional, regional y municipal- y las comunidades. Y prosigue: “los de “abajo” y de “afuera” fueron producto, por un lado, de una nueva doctrina pastoral de la Iglesia Católica y del inicio de la competencia religiosa en la región, y, por tanto, de la tercerización y la comunitarización de los servicios por parte del Estado, donde las redes de ONG y los antropólogos empezaron a elaborar programas de desarrollo [...] De todos los actores [...] es preciso señalar en primer lugar a las iglesias, con un énfasis especial a la Iglesia Católica. [...] En la misma dirección, (también, nota nuestra) durante los años setenta el Consejo Mundial de Iglesias (de afiliación protestante), [...] los obispos católicos brasileños contribuyeron eficazmente en tareas de formación y organización a más de 200 grupos entre 1971 y 1980. [...] Algo semejante a Brasil y a México ocurriría en Ecuador, donde casi tres cuartas partes de todas las organizaciones rurales fueron impulsadas por la Iglesia. [...] Ante esta amenaza del monopolio religioso, la Iglesia Católica organizó grupos de base, cooperativas e incentivó la aparición de líderes que, posteriormente, serían los líderes de las comunidades (Le Bot, Yvon, “Guerra en Tierras Mayas”, México, FCE, 1995, nota del autor). El otro aliado (debe leerse: el otro papel de agentes del imperialismo en la aplicación de sus planes) del movimiento indígena procedente de “abajo y de afuera” fue un sector de los profesionales de la antropología, sobre todo a partir de la década de 1970 [...] uno de los elementos cruciales [...] para el posterior empoderamiento de los movimientos indígenas [...] fruto del impacto que generó la globalización en la forma de operar de los gobiernos desde los años ochenta y noventa”.
Otro autor ve esa forma de operar así: “El ‘neopopulismo’ de Bucaram, Mahuad, Fujimori, Gutiérrez, etc., [...] combinó políticas económicas ortodoxas con un discurso maniqueo que representó a los políticos tradicionales como la encarnación de todos los males nacionales [...] y en usar los fondos estatales para proyectos asistencialistas y clientelares.” (“Populismo , democracia, protestas y crisis políticas recurrentes en Ecuador” por Carlos de la Torre, en Europa América Latina N°21, enero de 2006, Adenauer. com.br.). Gobiernos emergidos “con el aval y la última palabra de las fuerzas armadas [...] radicalizando la retórica de ‘refundar el país’ [...] a través de reformas políticas o de una Asamblea Constituyente. [...] Ya que se considera que los políticos son la raíz de los problemas se busca la designación de representantes de la sociedad civil y de diversas corporaciones y cofradías como pueden ser los indígenas, los afro-descendientes, las mujeres, los maestros, los estudiantes, los empresarios, etc. [...] Lo que sí es evidente es que hay un mayor desdén por las instituciones de la democracia representativa...” (sic). Esto quiere decir que lo que él llama “neopopulismo” es, en realidad fascismo y corporativismo.
SE DESARROLLA EN MEDIO DE CONTIENDA REACCIONARIA
Está claro, de las citas, que la aplicación del plan del imperialismo de la “globalización”, la “gobernanza” y de los “movimientos sociales” desembocó en los gobiernos antes nombrados y los actuales gobiernos fascistas y corporativos de Chávez, Morales, Correa y otros similares en nuestros países. Esto se hace en dura lucha entre las fracciones burocrática y compradora de la gran burguesía al servicio principalmente del imperialismo yanqui.
Entra en juego en este proceso la contienda de las superpotencias y potencias, que cada día penetran más en América Latina. La inversión extranjera directa (IED) yanqui mantiene su preponderancia pero la de los otros avanza. Por ejemplo: la inversión del social imperialismo chino de estar considerada en las estadísticas de la IED junto con “otros”, con menos del 1%, avanza hasta representar el 1% en el 2009, de toda la IED en América Latina. Por eso mismo, no hay ruptura de los llamados gobiernos “nacionalistas” o de “izquierda” con el imperialismo yanqui. Estos siguen cumpliendo todos sus compromisos con el imperialismo yanqui, pero están sentados en dos caballos, como resultado de la pugna y colusiones entre los imperialistas, eso es lo que genera las fricciones que se dan actualmente en nuestros países.
Prosiguiendo, Martí i Puig concreta: “desde finales de los años ochenta, con el desplazamiento de responsabilidades del Estado en la prestación de servicios desde lo público hacia otras formas (asociativas e informales) [...] para la activación de ‘programas de desarrollo’... –fruto del fenómeno de la gobernanza- dio al traste con el modelo hasta entonces existente, en que el gobierno central tenía un papel predominante en la producción y distribución de servicios. Con ello aparecieron otras instancias de prestación de servicios, que en el caso de las comunidades indígenas no fue el mercado, sino el sector informal y voluntario. Allí los antropólogos [...] a partir de las organizaciones no gubernamentales y agencias pusieron en boga el concepto de etnodesarrollo”. Condensamos: plan del imperialismo de reestructuración estatal sobre base del clientelaje y el corporativismo, que se especifica según las condiciones de cada país, por ejemplo en Bolivia en “etnodesarrollo” y se constitucionaliza en el “Estado plurinacional”.
Así, tomemos Bolivia antes de Evo Morales, para ilustrar cómo se concreta el plan del imperialismo y por tanto cómo, sobre esta base organizativa del Estado (clientelaje y corporativismo), surge el gobierno de Morales, y citamos: “La última década, 1994 a 2004, se caracteriza por contener el más intenso período de reformas institucionales desde la revolución de los años 50. [...] En 1994, casi un año de iniciada la primera gestión del presidente Gonzalo Sánchez de Losada, se promulgó la Ley de Participación Popular, que cambió radicalmente la estructura institucional del Estado con la municipalización del territorio y la creación de varios mecanismos de participación, transferencia y gestión de los bienes públicos. [...] En el área productiva, el proceso de privatización [...] se intensificó. [...] Estos cambios tuvieron lugar sobre todo entre 1994 y 1997 y sin duda implicaron una profunda recomposición del escenario social e institucional del país. En 1997 retornó el gobierno del Gral. Hugo Banzer Suárez (él impulsa el neoliberalismo pero con un discurso crítico que impulsó los movimientos sociales, nota nuestra de lectura del documento de la cita). [...] Jorge Quiroga, que sucedió a Banzer [...] intensificó la transferencia de recursos a las municipalidades, aumentando aún más la inversión social y dando mayor participación a los pobres con la Ley de Diálogo [...] uno de los efectos de la reforma municipal (Participación Popular) ha sido el desplazamiento de los conflictos hacia ellas...”. (Europa América Latina N° 19, “Bolivia: movimientos sociales y problemas de gobernabilidad”, julio 2005, autores Roberto Laserna y Annette Schwarybauer.). Y a finales de 2005, la crisis de todo orden campea en Bolivia, como resultado de toda esta labor reaccionaria para ganarse a las masas para sus planes, con la colaboración de los revisionistas de todo pelaje, va a producirse el gobierno de Evo Morales, la salida “indígena”, como la mejor forma de mantener el viejo orden; quien, al igual que el fascista Velasco en Perú de los años setenta, hablaría de un Estado para todos, es decir el “Estado plurinacional” por encima de las clases.
Este es el resultado de la aplicación de los planes del imperialismo; pero no puede detener el desarrollo de la situación revolucionaria en desarrollo desigual y de las fuerzas subjetivas de la revolución, pues la situación de explotación, opresión y miseria se profundiza y la crisis hace cada día más insoportable la situación para las masas y, por otro lado, la guerra popular de resistencia contra el imperialismo yanqui en el Perú, victoriosa e invencible, sirve a impulsar a los maoístas latinoamericanos en sus persistentes y denodados esfuerzos de reconstituir sus Partidos Comunistas para iniciar la guerra popular y la perspectiva es a que se den en esta década.
NUESTROS PAÍSES SE ENCUENTRAN SOMETIDOS A LA MARAÑA IDEOLÓGICA, POLÍTICA, ECONÓMICA Y MILITAR DEL IMPERIALISMO POR MÁS GOBIERNO PROPIO QUE TENGAN
Es una espesa red de instituciones económicas, políticas, religiosas, etc., de tratados y organizaciones internacionales que actúan para mantener la dominación yanqui sobre nuestros países: la OEA, la UNASUR, el Tratado Interamericano de Ayuda y Asistencia Recíproca (TIAR), las Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas y la de Seguridad Hemisférica, etc.
La Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, como la IX Conferencia, que se ha realizado del 22 al 26 de este mes en Bolivia es un instrumento de esta dominación.
Fue inaugurada con un discurso pretendidamente antiimperialista del Presidente de Bolivia, para tratar de tapar la realidad de su sometimiento a los planes del imperialismo: 1. De una fuerza militar de intervención conjunta en América Latina, donde se destaca la importancia del trabajo realizado por la MINUSTAH en Haití como plan piloto, con participación de Bolivia; y 2. De un nuevo rol para las fuerzas armadas de estos países, como fuerzas de seguridad encargadas de reprimir directamente las luchas de las masas populares de nuestros países y de intervenir contra cualquier estallido revolucionario. Estos objetivos se tratan de esconder bajo titulares como los que originó exprofresamente el discurso de Evo Morales, todo un psicosocial como les gusta repetir tanto a los revisionistas. Morales dijo. “Estados Unidos nos ganó en Honduras, consolidó el golpe de Estado. El imperio norteamericano nos ganó, pero también los pueblos de América en Venezuela, en Bolivia y en Ecuador ganamos”. Y rechazó la Escuela de las Américas, “una institución de entrenamiento para golpistas”. “Por supuesto, Bolivia ya no participa y nunca participará, mientras esté de Presidente, en esta clase de operaciones conjuntas para seguir atentando a la democracia”.
Claro, pero esta Escuela ya no existe porque cambió de nombre y esto no era parte del temario o agenda y no se trató. Sobre el golpismo yanqui, etc. Morales tenía que justificar que la cumbre incluyese a todos y salvar la vergüenza en el caso de Honduras, mientras hablaba de diálogo con todos. Mientras, en otro evento de estos días, Morales destacó el papel de las fuerzas armadas reaccionarias de Bolivia para buscar uncir a las masas a la columna vertebral del Estado reaccionario. Fuerzas armadas de probado servicio al imperialismo yanqui. Y al final de la Conferencia que condenó la lucha armada en sus puntos 21 y 22 de su Declaración, también en otro escenario, Evo Morales condenó la lucha armada y dijo que los cambios sólo podían hacerse por medio de la vía electoral. Antes de la Conferencia el Ministro boliviano dijo que se iba a pedir ayuda militar a los Estados Unidos y luego el 21 de noviembre anunció que se retractaba sobre pedir ayuda militar a EEUU. Son patéticos estos sirvientes vergonzantes de los yanquis.
Morales también dijo: “Bolivia, bajo mi dirección, tendrá acuerdos, alianzas, con todo el mundo. Nadie me va a prohibir. Tenemos derechos, somos de la cultura del diálogo”. Morales se refirió a los dichos del domingo de Gates, quien afirmó que “La Paz y Caracas deben tener muchísimo cuidado por la forma en que interactúan con Teherán, especialmente en lo que tiene que ver con su programa nuclear”. En el fondo, como ya hemos dicho, se justificaba así: con “alianza con todos”, “diálogo...”, para dejar a salvo su “antiimperialismo”, por organizar esta reunión y participar en operaciones como las de Haití, que ha sido criticada por servir al objetivo del sueño yanqui de “fuerza hemisférica de intervención conjunta”. Estaba inaugurando una Conferencia que obedece al plan del imperialismo yanqui de mantener su dominación hegemónica en América Latina y de gendarme contrarrevolucionario. Estas reuniones fueron establecidas por Clinton. Estos son hechos irrefutables de entreguismo.
Previa a la IX Conferencia de Defensa de las Américas hubo reuniones, como la del 20 de septiembre donde el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates (c) se reunió en el Pentágono en Washington D. C. con el ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce Cevallos, en el marco de un debate sobre Defensa en América Latina, donde también estuvieron representantes de Brasil, Venezuela y Perú. Es evidente que trataron sobre la intervención militar yanqui en la región andina, como se deja traslucir de lo que dijo el ministro de Defensa ecuatoriano: “Queremos que Estados Unidos se comprometa para que Colombia preste más atención a esa zona, porque la presencia (colombiana) actualmente es mínima”. Luego, Ponce calificó como “un éxito” su reunión con Gates porque “el diálogo en términos de defensa inaugura una nueva etapa”.
Los antecedentes son fundamento sólido de lo que decimos: Las agendas de las anteriores Reuniones Ministeriales de Defensa de las Américas, trataron sobre los dos objetivos principales, como en: Williamsburg, 24-26 de Julio de 1995; San Carlos de Bariloche, 07-09 de octubre de 1996; Cartagena de Indias, 29 Noviembre– 03 Diciembre de 1998; Manaos, del 17-19 de octubre de 2000; Santiago de Chile, del 18-22 noviembre de 2002; San Francisco de Quito, del 16-21 de noviembre de 2004; Managua, del 1-5 de octubre de 2006 donde en el punto: 1. El Sistema de seguridad hemisférica, escenarios y regímenes subregionales (se trató sobre la UNASUR y Consejo de Defensa Sudamericano): [...] y desafíos institucionales del sistema de seguridad hemisférica: complementariedad y cooperación en un contexto de arquitectura flexible (ojo: la UNASUR, etc.); [...] y experiencias subregionales; Banff, del 02-06 de septiembre de 2008: 1. Fortalecimiento de la defensa y seguridad en los ámbitos hemisférico, regional y subregional [...] a) Participación de las Fuerzas Armadas y de Seguridad en las áreas de Mantenimiento de paz (ejemplo Haití).
Las agendas de las anteriores conferencias, trataron pues de cómo impulsar los dos objetivos centrales: hacia la fuerza de intervención conjunta y sobre el avance en imponer nuevo rol a las fuerzas armadas del continente como fuerzas de seguridad y de policía. Una aplicación es la guerra contra los pobres en Río de Janeiro con el pretexto de la lucha contra la droga y en aplicación del uso de las fuerzas armadas para preparar eventos como el próximo mundial de fútbol. Y sobre Haití (Minustah), como plan piloto. La agenda de la Conferencia fue preparada por los yanquis, con la participación de KEVIN NEWMEYER, Center for Hemispheric Defense Studies (CHDS), Estados Unidos, FREDERICK NUNN, Center for Hemispheric Defense Studies (CHDS), Estados Unidos. Y detrás de todos ellos el COMANDO SUR de los Estados Unidos.
Los temas fueron: la consolidación de la paz, confianza, seguridad y cooperación en las Américas, democracia, FFAA, seguridad y sociedad; seguridad regional y desastres naturales; fortalecimiento a la cooperación hemisférica. Todo según plan yanqui pese a las palabras de Morales. El ministro de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, fue el primero en retornar a su país. Eso marchaba de acuerdo a sus planes.
En su discurso de apertura, que no necesita mayores comentarios, el secretario general de la OEA, Insulza, destacó el nuevo papel de las Fuerzas Armadas —de apoyo al desarrollo y subordinadas al mando civil— y destacó que los procesos de “transformaciones políticas profundas” que llevan adelante algunos países de la región (como Bolivia) se efectúan en el marco de la Constitución y de la ley. La nueva concepción militar se plantea en situaciones que van desde “los desastres naturales a las pandemias, al crimen internacional o al terrorismo, pero también en cuanto a las amenazas comunes a la seguridad regional e internacional”, señaló.
Recordar, que otro paso en el sentido de esta Conferencia fue la incorporación de la Junta Interamericana de Defensa (JID) a la OEA, la JID es la organización militar multilateral más antigua del mundo. En consonancia con el nuevo concepto de la seguridad multidimensional que hoy sirve de guía a la OEA, la JID fue reconocida como entidad de esta Organización en marzo de 2006, cambiando su Estatuto y quedando así vinculada a la Secretaría de Seguridad Multidimensional que se había creado tan sólo un año antes (ver web de la misma).
Los resultados de la IX Conferencia estaban cantados pese al discurso del pro imperialista vergonzante Evo Morales, y son los mismos que se habían acordado antes de la Conferencia. En su Declaración final, se reafirman expresamente en los acuerdos de las cumbres anteriores y destacan, lo que venimos diciendo, en los puntos: 13. La importancia del trabajo realizado por la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah). […] 21. Su reiterado rechazo a la presencia o acción de grupos armados al margen de la ley, que ejerzan o propicien la violencia, cualquiera que sea su origen o motivación. 22. De conformidad con todos los instrumentos internacionales correspondientes [...], el compromiso de los Ministerios de Defensa para cooperar y afrontar las amenazas y los retos que tienen nuestros Estados, que constituyen desafíos a la paz y la seguridad hemisférica, a las instituciones y los valores democráticos. 23. Su reconocimiento a la contribución de la sociedad civil, incluyendo al sector académico, en temas de defensa y seguridad de nuestros Estados.
Según se informó antes de la Conferencia: “El Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), cuyos miembros son también parte de la Conferencia, aprobó una propuesta temática a ser presentada en la Conferencia de Ministros de Defensa en Bolivia”. La declaración contra la lucha armada fue repetida por Morales fuera del local de la Conferencia. Los hechos son más tercos que las palabras.
A los maoístas corresponde desarrollar la lucha revolucionaria para destruir el dominio imperialista, principalmente yanqui, conjurando la acción de la otra superpotencia y la de las otras potencias imperialistas; para destruir el capitalismo burocrático y la semifeudalidad. Lo que implica derrumbar el viejo Estado a través de la guerra popular con fuerza armada revolucionaria y la dirección del Partido Comunista construyendo un nuevo Estado como nos lo muestra la guerra popular de resistencia contra el imperialismo yanqui en el Perú, dirigida omnímodamente por el PCP. |
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Comentaris
Re: América Latina: mejores condiciones parareconstituir los partidos comunistas
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per x |
29 des 2010
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Menudo tostón! |
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