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Notícies :: amèrica llatina
(chile) Tres años del Centro Social Autónomo y Biblioteca Libertaria Jonny Cariqueo
05 oct 2010
Hace un par de semanas “celebramos” nuestro 3° aniversario, aunque más que un “celebrar” fue un conmemorar, fue un decirle a la sociedad estamos vivos y seguiremos propagando las ideas de libertad contra viento y marea.
Asimismo, son los tres años de un espacio autónomo que nació como herramienta popular y poblacional, pero que ha ido mutando, quizás alejándose de aquellas fórmulas, o mejor dicho reformulándolas a través
de nuevas ideas y prácticas que nos mueven como espacio. Éstas ideas y prácticas comienzan a profundizarse desde la muerte de nuestro compañero Jonny Cariqueo –nombre que lleva nuestra Biblioteca
Libertaria-, donde comprendimos la significancia de cada acción contra el poder, y del sistema normalizador de la vida. Nuestro espacio se fue nutriendo de nuevos conocimientos, los talleres que antes eran netamente
para los vecinos fueron mutando en instancias de crecimiento cualitativo para los integrantes del espacio e individualidades más afines a nuestras prácticas. Fue un período donde nuestra lucha tomó un rumbo desde el cual no había vuelta atrás.
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El 22 de mayo muere Mauricio Morales, tras su dolorosa partida comienza el show mediático, -o mejor dicho se reactiva-, de parte de la policía y la prensa contra casas okupadas, centros sociales y compañeros en una posición de enfrentamiento contra el poder. Nuestro hogar no era ajeno a ello.
El 24 de junio es allanado por primera vez nuestro espacio, el estado y el poder buscan a Diego Ríos, pues se le encuentra pólvora negra. Actualmente nuestro compañero lleva pasos libres, pero tras él pesan cargos como proveedor y partícipe activo de alguna supuesta asociación ilícita terrorista. Desde su fuga, la cual hemos saludado como acto de insumisión, nada ha sido fácil, hemos pasado a estar notoriamente en el centro del huracán. La prensa, la policía son los principales actores del hostigamiento a nuestra casa; a quienes viven diariamente en ella, y también a los compañeros/as que lo frecuentan; son los sostenedores de
mentiras y cargos inexistentes.
Es en ese contexto, donde interponemos un recurso de protección (con todas las contradicciones que aquello significaba, y las cuales aún se mantienen vigentes) como espacio, con el objetivo de poder resguardarnos de las calumnias que día a día profería la prensa. La respuesta del poder judicial fue el reconocimiento de su propia lógica: no teníamos derecho porque declarábamos abiertamente estar contra su dominación, contra sus leyes, contra su forma de entender y llevar la vida.
El 11 de diciembre, como “medida de precaución” ante eventuales atentados en el proceso eleccionario presidencial, son allanadas varias casas okupadas, centros sociales y domicilios particulares. Nuestro hogar no es allanado, pero comprendemos más que nunca hacía donde estaba dirigido el poder, no nos parecía algo extraño, pero ahora se hacía más evidente. En ese momento solidarizamos con los compañeros represaliados, teníamos y sentíamos el peso de no claudicar frente al enemigo.
Cambia el gobierno, nada nuevo, más de lo mismo, pero con ello también cambian las estrategias del poder, se necesitaban resultados en el Caso Bombas a como dé lugar, no había lugar para investigaciones eternas, con condenados en libertad (como Cristián Cancino), y con escasos resultados.
Con el cambio del fiscal de la investigación a manos de Peña se agudizan las prácticas de hostigamientos que se venían anunciando al cumplirse un año de la muerte de Mauricio Morales. La prensa nuevamente volvía a atacar diciendo quizás profecías que todos escuchábamos, no con incredulidad sino con alerta, pero ¿qué quedaba? ¿Mantenernos donde siempre habíamos estado, nuestra casita, o cerrar las puertas de aquel espacio que estaba siendo apuntado más que nunca por el poder?

Muchos compañeros dejaron de frecuentar los espacios abiertos, quizás por temor, o quizás por estrategia, no somos nadie para juzgar sus decisiones, pero el hecho es que más de alguna vez nos planteamos qué pasaba con ellos. Decidimos seguir porque comprendimos que nuestra vida debía ser más que nunca una propaganda y, mantener las puertas abiertas era darle vida a esa idea y a esa praxis, significara lo que significara. Resignificamos nuestras acciones, llevamos nuestras ideas a nuestro entorno, a la población a través de diversos medios: batucadas, murgas, boletines, etc., donde intentamos despertar un poco esas mentes, sacar a la calle a la gente, NUNCA rebajando nuestro discurso pero si clarificándolo para que no
sólo quedara en nuestras paredes, entre nosotros mismos. Sabíamos –y lo continuamos pensando así- que hoy más que nunca, no podemos callar nuestra voz contra toda forma de autoridad, y tampoco debemos estar solo en esta lucha.
A las 6.30 de la mañana del 14 de agosto es allanado por 2º vez nuestro hogar. No venían a buscar a ninguno de nosotros con una orden de detención en la mano, como sí ocurrió con otros compañeros esa fatídica mañana. Se llevaron lo de siempre, aquello que siempre incautaban y que nunca más recuperaríamos, sin embargo, algunas de aquellas cosas tras la formalización de 14 compañeros constituían pruebas importantes para acusarlos. Nuestras ideas plasmadas de diversas maneras, son la principal prueba para acusar a los detenidos del 14 de agosto, que actualmente se encuentran en prisión.
La vorágine de los acontecimientos nos hizo reflexionar sobre la continuidad y proyección de nuestro espacio. ¿Seguir o cerrar, velar por nuestra integridad o claudicar en la defensa de este espacio que tanto
habíamos defendido? Nunca fue fácil continuar con este proyecto, pero se hace más dificultoso si nos señalan como un “centro de poder” (cuestión que se aleja totalmente de nuestras ideas y prácticas, pues despreciamos el poder), parte de la supuesta asociación ilícita terrorista, que tanto desean eliminar. Eliminación que –lamentablemente- se concreta con el desalojo del CSA y Biblioteca Sacco y Vanzetti y el cierre de la Casa Okupada La Crota. Sabíamos que aquello venía, y que aquello no significa la eliminación de las ideas que se intentaban llevar a la práctica en estos espacios, pero su cierre nos duele en el corazón.
Mantendremos las puertas abiertas de nuestra casa porque en otro lugar no estaríamos más tranquilos, sabemos que si el poder y toda su estructura nos quiere encontrar, enjaular y reprimir lo hará en cualquier lugar o momento.
Hemos decidido enfrentar con la frente esta lucha, manteniendo nuestro espacio abierto y vivo, propagando más que nunca nuestras ideas de libertad, nuestra práctica insurreccional, generando relaciones sociales
alejadas del capital y el consumismo. Quieren que neguemos las relaciones con nuestros compañeros, hermanos, amigos, quieren que no realicemos actividades difundiendo nuestras ideas porque todo aquello constituye prueba para decir que existe una asociación ilícita. Pero seguiremos denunciando la aplicación de la ley antiterrorista a los detenidos tras el Caso Bombas y a los comuneros Mapuche en huelga de hambre.
Hemos decidido continuar sabiendo las consecuencias de aquello, sabemos que pueden inventar cualquier cosa, un montaje policial no nos parece nada nuevo, pero también tenemos la convicción de que no estamos solos en esta lucha y que en esta nueva etapa que parece más oscura que brillante, estamos con todos aquellos que han entregado su vida por destruir la dominación, la explotación, con quienes han decidido agudizar de tal manera su practica antiautoritaria que no han encontrado vuelta atrás, con los que caminan a paso libre, con nuestros hermanos encarcelados, estamos con cada acto de insumisión cotidiana, y con todo gesto que propague rebeldía contra la autoridad.

Propagando ideas de libertad
No cesaremos en la lucha
Tres años del Centro Social Autónomo y Biblioteca Libertaria Jonny Cariqueo.
Mira també:
http://www.csajonnycariqueo.blogspot.com/

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Comentaris

Saludos desde Barcelona compañeros
05 oct 2010
La sonrisa de los antisistema
Ahora lo entendemos, aquel veterano, con gafas y canas, que primero miró de reojo la hoguera y luego echó un cartón para azuzarla: era un antisistema.
Aquellos adolescentes que aparcaron las bicis y ayudaron a romper la cristaleras del museo Diocesiá (el de los embaucadores y abusadores) también eran antisistema.
De los lateros pakistaníes ya sospechábamos, como nadie estaba por ellos, también aprovecharon para prender fuegos.
Los que portaban la pancarta del piquete de las 12 horas: “Contra la dictadura del Capial, Huelga General” también lo eran.
Los que robaron vaqueros también, los que los tiraron en la hoguera, más de lo mismo.
Los que usaron las sillas de las pizzería para construir barricadas, también.
Todos antisistema.
La pancarta del banco ocupado “la banca nos explota, la patronal nos vende, los políticos nos asfixian y CCOO y UGT nos mienten” o algo así, también lo era. Como la octavilla de “La economía está en crisis...¡Qué reviente!” y las del 29 Salvaje, todas antisistema.
Y el periodista, que afirmó: “no hay nada nuevo, son revolucionarios que, como el viejo topo, salen a la luz tras debilitar los cimientos del poder”, ¿también era antisistema? ¿y el juez que permitió que la ocupación del Banco durara hasta el día de la huelga, no sería también antisistema?
¿No serás tú el único imbécil que no eres antisistema? El único que aún alaba el sistema capitalista.
Porque de lo que estamos hablando es de antisistema capitalista. Ese sistema que expulsa a unos, margina a otros y aísla y explota a la mayoría. Ese sistema del que una minúscula minoría de propietarios se beneficia. Un sistema que desde que surgió necesitó de una policía para defenderse, de unas leyes para perpetuarse y de unos periodistas para legitimizarlo.
¿Por qué nunca dicen de qué sistema somos antisistema?, ¿por qué no aclaran que es el del Capital?, de ese sistema en crisis que ya pocos se atreven a defender. ¿Por qué no lo dicen aunque se cante: “¡anti, anti, anticapitalistas!”. ¿Por qué no se acercan a preguntarnos qué mundo queremos? O mejor, qué de todo esto no queremos.
¿Por qué se limitan a poner antisistema?, ¿será como sinónimo de antisociales? Creemos que no, pues saben que si hay alguien a quien les gusta estar acompañado, mezclado y arrambado, es a nosotros. Sin importar edades ni preferencias amorosas.
Estamos contra el capitalismo, luchamos para abolir este sistema basado en el trabajo asalariado y la desigualdad social, y si usamos la violencia es porque es un sistema que desde su gestación la usó para imponerse y defenderse, la usó al privarnos de los medios de subsistencia y obligarnos a trabajar (para los propietarios de las cosas). Sabemos que si se nos volviera a ocurrir convertir el Ritz en un comedor popular y los latifundios de Aragón, en colectividades agrarias, el Estado nos respondería con armas de fuego. Por eso somos conscientes que en una insurrección tendremos que usar algo más que piedras para defendernos.
Ante todo detestamos la violencia cotidiana del capital, la que mata en sus guerras y hambrunas o la que administra muerte en sus lugares de trabajo y estudio.
Pero sigamos con el término de moda entre los mass media: antisistema.
Tras la batalla del Cine Ocupado, 1996, cifraron nuestra media de edad entre dieciocho y treinta años, tiempo después, en las batallas anticapitalistas por las cumbres de presidentes, seguíamos en esa juventud. Casi una década después, vuelven a decir que seguimos en esa franja de edad. ¿Qué se piensan que para nosotros no pasa el tiempo? ¿Qué nosotros claudicamos como la mayoría de sus amigos? ¿Qué nuestra rebeldía era un asunto de juventud? O piensan que nosotros somos los teóricos y los jóvenes los que tiran piedras. Pues no, nosotros también tiramos piedras y prendemos fuegos, y los jóvenes no paran de forjar teoría. Como aquellos encapuchados de Madrid que subieron a un andamio para desplegar una pancarta con la consigna: “sindicalistas traidores la huelga es de los trabajadores”, pura teoría, poesía casi, como aquel verso de “Quien siembra miseria, recoge rabia”.
Pero basta de tratar de aclararles las cosas a los funcionarios de Mentira y el Poder. Si hacemos este escrito no es para los periodistas, no es para explicarles porqué, el 29 Salvaje, nuestra rabia hacia sus poderosas mentiras se expresó rompiendo los cristales de sus unidades móviles. Nosotros os queríamos escribir a todos vosotros, también nosotros, a todas las compañeras, a todas las que rompimos la cotidianeidad capitalista en el centro de Barcelona, a todos los que, tarde o temprano, nos volveremos a encontrar, otra vez decididos, otra vez organizados, otra vez unidos, como una auténtica comunidad de lucha.
Un fuerte abrazo a todos los que, tras el 29 S. andamos con una sonrisa por las calles… ¡cchzz! cuando pases al lado de los mossos ponte serio, que nos andan buscando.
¡Compañeros presos a las calles, calles para la insurrección.
Carcelona, otoño caliente de 2010
Sonrisas antisistema
Sindicat Terrassa