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Cumbre America del Sur-Africa: ¿Un paso a la independencia del imperialismo?
08 oct 2009

La II Cumbre América del Sur-Africa (ASA), realizada en Porlamar (isla Margarita. Venezuela) el 26 y 27 de septiembre, presentó una cara aparentemente progresista, reunió gobiernos de 66 países semicoloniales que explotados por el imperialismo mundial.

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Se habló de muchos proyectos de cooperación, “promover, entre otros, un crecimiento económico sostenido y la provisión de trabajos dignos... la justicia social, fomentar políticas de inclusión social, garantizar la igualdad, el respeto y la consideración mutua entre los estados en el sistema global... También alentarán la cooperación económica y facilitarán la distribución de los beneficios derivados del intercambio de bienes y servicios, además de generar y transferir el conocimiento técnico”.

Evo Morales dijo que el enemigo es el capitalismo y pidió a los países africanos que “recuperen los recursos naturales”.

Hermanados por la historia de explotación capitalista

Por los discursos se podría tener la impresión de que se abre una nueva época de cooperación entre nuestros pueblos, que estamos hermanados por la historia de barbarie imperialista que nos oprimió, por los barcos negreros cargados de hombres y mujeres arrancados a Africa para servir de mano de obra esclava. Por los indígenas exterminados o explotados en las minas en Latinoamérica.

Una horrenda historia de explotación que no ha terminado, que se ha perpetuado con cambios de forma.

La rebelión de los esclavos negros haitianos en 1792 derrotó al imperialismo francés, fue la primera rebelión de esclavos negros triunfantes. Años después darían una ayuda importantísima a Simón Bolivar para la guerra de independencia Latinoamericana. En 1795 otra rebelión de esclavos encabezados por José Leonardo Chirino en la sierra de Coro, Venezuela, dio otra campanada de libertad para nuestro continente. También hay que recordar, entre otras muchas, a la república de negros libres y el kilombo de Palmares en Brasil.

Estas rebeliones heroicas, se combinaron con los levantamientos indígenas, como los encabezados por Tupac Amaru o Tupac Katari, y fueron las antecesoras de las rebeliones obreras y populares del siglo XX y XXI. Desde la “semana trágica” argentina de 1919, con la sublevación de los obreros inmigrantes europeos, a la "guerra del gas” en Bolivia en el 2003, pasando por el triunfo de la revolución cubana, y centenares de páginas heroicas en la lucha por la libertad y la justicia social.

En Africa tuvieron su espejo en la gigantesca rebelión anticolonial de la décadas del cincuenta y sesenta del siglo pasado.

¡Realmente hace falta la unidad entre nuestros pueblos!

Comprendemos a quienes se pueden haber ilusionado pensando que comenzaba una nueva era de unidad, hermandad e independencia de nuestros paises.

Pero, lamentablemente, los discursos y la declaración, están muy lejos de impulsar ese camino de unidad de nuestros pueblos y, peor, apuntan a mantener el sometimiento.

Se “olvidaron” de las multinacionales y de otras cuestiones...

Pese a la declaración de Evo y los buenos deseos de la declaración general, ni Evo ni ningún otro habló del hecho de que el 80% del comercio y producción mundial de alimentos y semillas está en manos de 10 grandes grupos multinacionales, entre ellos la Nestlé, Cargill, Monsanto.

Se habla de la necesidad de “seguridad alimentaria”, pero no se dice que estos grupos transnacionales son los que fabrican el hambre, porque acaparan tierras y alimentos para que aumenten y no les interesa venderles a los pobres, porque destruyen los cultivos tradicionales para imponer el monocultivo, incluyendo el de biocombustibles, porque acaparan las semillas y las patentan para convertir a los agricultores independientes en sus vasallos. Las multinacionales mineras estás desangrando Africa en guerras “étnicas” que ellos alientan para apoderarse de minerales a costo bajísimo. Las multinacionales están depredando la Amazonía con complicidad de los gobiernos.

También se “olvidaron” de la deuda externa que sigue siendo una pesada carga para muchos de nuestros países, un injustificado tributo al imperialismo.

Se “olvidaron” también de los Tratados de Libre Comercio que muchos de los países presentes firmaron y que devastaron la economía popular.

Las resoluciones son vacías de contenido, una colección de buenos deseos y ningún frente común contra el imperialismo que explota a ambos continentes.

¿”Combatir el terrorismo”?

Se habla de “la paz” y “resolución pacífica de conflictos”, también de “la importancia de combatir el terrorismo por medio de la cooperación internacional activa y eficiente en el marco de las organizaciones regionales pertinentes y las Naciones Unidas, basados en el respeto de los objetivos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y de conformidad estricta con los principios del Derecho Internacional y los derechos humanos”.

¡Bellas palabras”! Pero “combatir al terrorismo” es justamente la excusa de los yanquis para invadir y masacrar a los pueblos de Irak y Afganistán, para las bases militares en América Latina.

Habla también de “combatir la piratería”, pero no explica que los “piratas” somalíes son ex pescadores a los que durante años los europeos robaron la pesca y contaminaron el mar con basura traída de Europa.

La declaración ni menciona a Irak, Afganistán y bases militares yanquis en Colombia, ni las flotas imperialista que controlan las costas de Sudamérica y Africa.

Irak y Afganistán no están en África ni en Sudamérica. Pero Colombia sí está. ¿Sería para que no se ofenda Uribe? (que además no estaba).

Tampoco se habla de la agresión genocida de Israel contra el pueblo palestino (que también se hace bajo la bandera de “lucha contra el terrorismo”).

Se olvidaron también de Haití, pobre pueblo martirizado, castigado por su heroica revolución antiesclavista de 1792 y hoy ocupado por tropas latinoamericanas que defienden a las multinacionales yanquis y brasileñas para que los exploten.

En Malvinas... neutrales

De lo que sí habla es de Malvinas. Se vieron obligados porque lo pidió la presidente argentina Cristina Kirchner. Pero casi hubiera sido mejor que ni hablara... Es un escándalo lo que dice de Malvinas, enclave colonial ocupado por el imperialismo británico.

La declaración afirma: “URGIMOS al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y a la República Argentina continuar las negociaciones con el propósito de encontrar, con carácter de urgencia, una solución justa, pacífica y definitiva a la disputa respecto de la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos a su alrededor, de conformidad con las resoluciones de Naciones Unidas y de otras organizaciones regionales e internacionales pertinentes”.

¡Es decir, no toma partido! ¡Es neutral! ¡No reclama que se vayan los ingleses! ¡Ni siquiera denuncia que Gran Bretaña mantiene ahí una poderosa base militar que amenaza a toda Sudamérica. Esto es así porque varios de los gobiernos africanos firmantes son semicolonias de Gran Bretaña y no quieren ofender al amo imperialista.

“No proliferación de armas”

Habla de “la determinación de tomar medidas apropiadas y efectivas contra cualquier amenaza a la paz y seguridad ocasionada por la proliferación de armas químicas, biológicas y nucleares”. Y no dice que el peor problema no es la “proliferación”, sino que estas armas son acaparadas por el imperialismo para agredir a los pueblos del mundo. El discurso “contra la proliferación” es justamente el discurso imperialista que dice que sólo ellos pueden tener armas nucleares, químicas o biológicas. Por eso el imperialismo amenaza a Irán para que no tenga tecnología nuclear. Pero se niega al desarme nuclear mundial. Algo que la declaración, aunque habla mucho de paz, tampoco reclama.

¿Cooperación? ¿Liberación o dependencia?

En este marco, la proclamada cooperación se reduce a cuestiones relativamente secundarias, ya que las multinacionales tienen el control de la economía real y los yanquis e imperialistas europeos mantienen sus bases y flotas en nuestros territorios.

Podremos entonces intercambiar espectáculos folklóricos u organizar torneos deportivos “sur-sur”. Eso está muy bien. Pero, en el marco de la declaración, no se puede dar ningún paso a tener una economía y un espacio geográfico realmente soberanos y al servicio de los pueblos. Por el contrario, marca el programa de perpetuación de la dependencia semicolonial.

Hace falta la unidad de nuestros pueblos. Pero esta sólo puede comenzar a concretarse sobre la base de la independencia real, que comienza con la expropiación de multinacionales y terratenientes, expulsión de bases y misiones militares imperialistas, para colocar la economía al servicio de los pueblos.


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