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Notícies :: ecologia |
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Cumbre sobre el clima en Copenhague
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per Intermón Oxfam |
24 set 2009
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(Publicado en la revista de Intermón-Oxfam)
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Una cita crucial
El próximo mes de diciembre, en Copenhague, se celebrará la 15ª Cumbre Internacional de la Convención Marco de les NNUU contra el cambio climático. Esta cumbre tiene una relevancia fundamental, ya que en ella los gobiernos de los países industrializados y de los países empobrecidos deben alcanzar un acuerdo internacional que dé continuidad al Protocolo de Kyoto. Y no vale cualquier acuerdo. El nuevo tratado debe ser eficaz para evitar que la temperatura supere los límites que harían que los cambios en el planeta sean irreversibles e imprevisibles. Pero, además, debe ser justo, asegurando que no recaiga sobre los más pobres el peso de unos ajustes que deben asumir los responsables del problema.
Por esta razón, desde Intermón Oxfam estamos trabajando para que en el centro de estas discusiones se sitúe el enorme impacto del calentamiento global en las personas más pobres. Un impacto que hemos podido observar sobre el terreno en decenas de países, a través de fenómenos como el aumento de los desastres naturales; la creciente escasez de agua; la extensión de enfermedades a épocas del año y zonas donde antes no existían; o el descenso de la productividad agrícola, que tiene como consecuencia directa el aumento del hambre en el mundo. Todo ello está empujando cada vez a más personas a abandonar su lugar habitual de residencia, y con ello, sus medios de vida. Los cálculos más fiables indican que en 2050 habrá más de 200 millones de personas desplazadas por el cambio climático.
Nuestro deber
Pese a la gravedad de las amenazas y la seriedad de los datos, aún estamos a tiempo de detener y revertir este proceso. Nuestra generación no es sólo la primera en la historia de la humanidad que cuenta con los medios para terminar con la pobreza, además es la última que puede frenar el cambio climático. Si nosotros no lo hacemos, a nuestros descendientes les tocará gestionar los problemas que provocará el clima, pero ya no podrán evitarlos.
Por eso es crucial que los políticos pongan los intereses de las personas más vulnerables al cambio climático, y los de nuestros hijos e hijas, por delante de las miradas a corto plazo, más preocupadas por el beneficio inmediato que por la sostenibilidad económica, social y ambiental de la actividad productiva
El momento de hacerlo es ahora. El lugar, Copenhague. Y el reto es cortar de manera urgente y profunda las emisiones contaminantes, empezando por las de los países industrializados. Los países ricos tenemos la responsabilidad y la capacidad de cambiar nuestro modelo económico y debemos asistir a los países emergentes a desarrollarse sobre unas bases sostenibles, con el apoyo financiero y tecnológico necesario. Además es una cuestión de justicia que los países industrializados compensen adecuadamente el daño causado y ayuden a los más pobres a hacer frente a las consecuencias inevitables del cambio climático, que les va a exigir en los próximos años adaptar, entre otras cosas, sus infraestructuras, sus sistemas de salud y protección social o su agricultura.
Es verdad que hablamos de miles de millones de euros para cambiar un modelo insostenible, pero es una cantidad mucho menor que la que, por ejemplo, se ha movilizado en pocas semanas para los planes de rescate del sistema financiero. No actuar no sólo será profundamente injusto, sino simplemente necio, ya que el coste de la inacción multiplicará con mucho las inversiones necesarias ahora para la reducción de emisiones y la adaptación a la nueva situación.
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Selección del texto: Antoni Ferret |
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