Lo único que falta es que los Kirchner construyan otra pista en Anillaco”. Así señaló un trabajador al comentar los hechos de corrupción que involucran al gobierno: mafia de los medicamentos, laboratorios que financiaron la campaña electoral de Cristina, el millonario avión del ex secretario de transporte Ricardo Jaime, el enriquecimiento patrimonial del matrimonio presidencial, los 24.000 pesos que cobra de jubilación Néstor Kirchner, entre otros.
Reflexión difícil de escuchar años atrás cuando existían amplias expectativas en el peronismo oficial. Los tiempos pasan, las cosas cambian. Hoy el repudio popular ha dejado a la presidenta con la más baja aceptación desde su asunción, con un futuro más cercano al de Maradona que al de Del Potro. Lejos quedó el dicho “roban, pero hacen”. Ahora se comenta: “roban y no resuelven ningún problema”.
Siempre se asoció “corrupción” a sobornos, negociados, coimas y enriquecimiento personal de los políticos patronales. Pero detrás de todo esto, hay un corrupto modelo económico y político encarnado hoy en el kirchnerismo gobernante. Igual que los implementados en estos años de democracia para ricos por Alfonsín, Menem, Duhalde y De la Rúa. Con inflación o planes de “estabilidad”, siempre beneficiaron a una minoría de grandes empresarios, multinacionales, el FMI y el imperialismo, en perjuicio de las amplias mayorías populares. Así funciona este sistema capitalista semicolonial que defienden Cristina y el actual gobierno. Y, más allá de las diferencias, Carrió, Macri, De Narváez, Reutemann y Juez. Nada de nacional y popular. Nada de distribución de la riqueza.
Corrupto es este plan económico que subsidia groseramente a las privatizadas, automotrices y grandes patronales. Hay corrupción cuando el gobierno es cómplice de que funcionen mafias como la de los medicamentos, entre tantas otras. Cuando se le deja las manos libres a la Barrick para que se lleve todo el oro sin poner un peso. Se sigue adelante con la corrupción de hace décadas cuando se mantienen las privatizaciones menemistas y los pagos de la deuda externa a costa del hambre del pueblo. Corrupción es que Repsol se siga llevando el petróleo y el gas. Hay corrupción con la intervención al INDEC para tapar la inflación, la pobreza y la indigencia. Y si el gobierno ha tomado medidas que fueron tildadas de “progresistas”, fue para salvar a Marsans (estatización de Aerolíneas); hacer frente a la crisis económica para usar plata para oxigenar al gobierno y beneficiar a los de arriba (AFJP); para ganar algún punto de popularidad, como cuando se terminó el contrato con TyC para dárselo a otras empresas amigas de los Kirchner. O ahora, sacando a las telefónicas de la ley de medios para no sufrir otro traspié parlamentario, sin tocar a esas multinacionales que se quedaron por dos pesos con ENTEL.
También es corrupto el modelo político diseñado por el peronista Frente para la Victoria. Cuando se asocia a los barones del conurbano, a caudillos provinciales y a la burocracia sindical de la CGT, pactando techos salariales a cambio de privilegios y millones en las obras sociales, sea con los Moyano, los gordos como Zanola o los “independientes”.
En el último tiempo los Kirchner intentaron zafar hablando contra la derecha (mientras no toca a los terratenientes y planea volver al FMI) y de los derechos humanos -cuando a tres años de la desaparición de Jorge Julio López la impunidad está más vigente que nunca-.
Hoy está en curso un modelo corrupto, es decir, de saqueo, impunidad, dependencia y vieja política. Llamamos a combatirlo con medidas de emergencia, como la prohibición de los despidos y aumento de salario. Y con un planteo de fondo, que se reestaticen todas las privatizadas, se deje de pagar la deuda externa, se nacionalice la banca y el comercio exterior, para dar pasos con medidas que apunten a la segunda y definitiva independencia.
A su vez, contra el peronismo que gobierna, la UCR, Coalición Cívica y “peronismo disidente”, hace falta construir una nueva alternativa política de la mano de la unidad entre trabajadores, luchadores y la izquierda. Para barrer a la burocracia sindical y bregar por un gobierno de los trabajadores y el pueblo.
Ahora se trata de apoyar a todos los que luchan, en especial a las obreras y obreros de Terrabusi contra esa multinacional yanqui, exigiendo la reincorporación de los despedidos y colaborando con el fondo de huelga.
Y a los trabajadores del subte, de la salud de varias provincias, estatales y docentes que paran y se movilizan en Córdoba, entre tantos otros.
Más información:
Izquierda Socialista
Notícias internacionales:
UIT-CI
