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¿Seguir asi?
14 set 2009
Sobre el movimiento antirepresivo y anticarcelario
¿Seguir así?


A pesar de que existan individualidades y colectivos dispuestos a crear una red, real y duradera que de cobertura a casos represivos y carcelarios, nos encontramos sumergidxs en un estado de colapso y de bienestar que al parecer esta destruyendo una posible respuesta contundente en casos de represión o apoyo a personas presas.
Últimamente, la mayoría del apoyo recibido a diferentes causas que hoy se viven en el ámbito anti-represivo y anti-carcelario, no han sido más que un amago de ir todxs a una.
¿Quién no se deprime cuando en las manifestaciones y concentraciones la tónica general es estar de paliqueo hablando con aquellxs que no ves normalmente? Y ¿si más de unx de nosotrxs puede apreciar esto, que pensaran lxs secretas? , les tenemos que hacer gracia y todo, ¿que miedo puede dar un movimiento que se hunde cada día más en unas rutinas alternativas y en una estética antisistema, y que pocas veces va más haya de la palabra?
La discontinuidad y la poca seriedad del compromiso político, ahora estoy, ahora me voy, hoy no me apetece y no voy, sumada a la frustración de ver que poco o casi nada avanza hunde y lleva al bienestar, a la pasividad ¿ para que ir a una concentración o manifestación si realmente no conseguiré nada y me frustrare aun más?
Esta claro que sentadx en casa o en la barra de un bar no conseguiremos nada.
Si de que pase algo se trata, es irreal pensar que por una concentración, un par de meses de manifestaciones o por mucha publicidad antisistema que saquemos en nuestros barrios conseguiremos algo. Es la continuidad y las ganas lo que nos falta.
Si consiguiéramos un movimiento fuerte y comprometido que actuase en todos los frentes, otro gallo nos cantaría.
Este estado de somnolencia , fruto de la depresión del movimiento juvenil , motivado por las drogas ( incluido el alcohol y el hachis) y su maravillosa formula de convertir jóvenes preocupadxs en zombis, paralizando los males, mientras yo tenga mi dosis que se pudra el mundo, lleva a banalizar las situaciones que muchas veces requieren respuestas y actuaciones radicales y sumergen a las personas en situaciones en las cuales todxs vamos dentro de un mismo saco, vamos tan dentro que agresores y camellos se convierten en personas gratas en espacios supuestamente liberados de dominación y control social.
Y así nos va.

Cuando existen casos obvios de represión o fascismo por parte del estado el revuelo y la indignación solo se manifiesta en los primeros momentos, después todxs se olvidan de lo que sucedió.
Un movimiento anti-represivo y anti-carcelario no debería paralizarse jamás, ni acomodarse puesto que la represión es su herramienta predilecta y el talego esta y estará ahí siempre, y mientras a muchxs les ocupa una manifestación cada meses o una asamblea semanal, la represión trabaja cada día para criminalizar, reprimir y torturar a lxs que estamxs, y a lxs que no están. Por eso un paron es una pequeña derrota, puesto que si no hay una continuidad en la denuncia, la acción y la manifestación lo que nos gustaría que fuesen zarpazos, solo son rasguños.
Demostramos muchas veces en casos de solidaridad una falta brutal de empatia e interés.
Pongámonos en la situación de cualquier persona en manos de Instituciones Penitenciarias, o en manos de uno de los “democráticos juzgados” o audiencias del Estado Español, seguro que nos gustaría sentirnos respaldadas si es que hemos pedido solidaridad con nuestra causa.
Pensar que, fuera de esa juventud se moverá por nuestra causa.
Pues bien, es triste pero la solidaridad activa muchas veces se queda en palabra.
Vemos como en muchas ocasiones, la poca afinidad política con la persona, con su ideología o ambos motivos, se convierten en excusa perfecta para pasar del tema, obviando muchas veces que aunque quizás no existiera una afinidad política como la que hubiéramos deseado si existía una afinidad social, o incluso mas allá de ninguna afinidad, una necesidad de apoyarla en su causa para ayudar a la denuncia y la actuación contra el estado represivo y su sistema carcelario.
Y ¿que pasara en un futuro? quizás todo esto solo se quede como un recuerdo, una anécdota de aquellos tiempos cuando algo pasaba en la calle.
Podría ser diferente, que la gente actuara, en su barrio, en su espacio de trabajo, en sus centros sociales, en los parques...que tan perdidos están, recuperando las calles, reaccionando, poniéndonos menos excusas y desterrando el famoso miedo que muchas veces nos coarta.
Siguen estando allí, Nuria y esa sentencia condenatoria que ha salido nueva, Alfonso y ese juicio farsa, Amadeu, ahora mismo en huelga de hambre y de sed por su libertad, y muchxs más que no están y no estarán mientras sigan luchando contra el estado y sus mecanismos de control y represión.

Lejos de dar lecciones a nadie, y siendo conscientes de que existen colectivos y individualidades que luchan con empeño por conseguir una realidad solidaria ,el texto pretende servir para replantearnos hacia donde vamos, como queremos actuar, si queremos ser solidarixs o no este próximo año y si nos cogeremos también vacaciones el próximo verano.

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