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La necesidad de un balance en el movimiento antiBolonia
09 jul 2009
La tarea inmediata que tiene planteada el movimiento antiBolonia es comprender sus errores y centrarse en hacer un balance exhaustivo de lo acontecido hasta el momento en el movimiento estudiantil
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Este curso académico se planteó desde el movimiento antiBolonia como un año clave en la lucha contra la privatización de la universidad. Se insistió bastante en que, si no lo evitábamos, el próximo curso se implantaría el plan Bolonia en la práctica totalidad de las universidades del Estado español. A estas alturas, cuando las varias decenas de miles de estudiantes que se han movilizado a lo largo de este curso han abandonado la lucha y apenas quedan unas pocas decenas de activistas antiBolonia en todo el Estado (que continúan convocando acciones -cada vez más minoritarias y ridículas- sin ni siquiera reconocer que ha habido un cambio cualitativo), se hace imprescindible iniciar un balance serio e intentar dar alguna explicación de lo que ha ocurrido.
En primer lugar, debemos ser realistas y asumir que el primer gran objetivo que se había marcado el movimiento estudiantil de paralizar la implantación de Bolonia antes de que entrase, ha fracasado. El curso próximo la inmensa mayoría de estudiantes ingresará en la universidad cursando las nuevas Titulaciones de Bolonia, es decir, con los eurocréditos ECTS y estudiando Grados y Postgrados. Por lo tanto, es necesario reconocer que nos encontramos ante una derrota importante (no hacerlo equivaldría a engañarnos a nosotros mismos y a los estudiantes en general). Por un lado no debemos seguir creando falsas expectativas ni ocultando la realidad y por otro -que ahora es lo fundamental- es necesario centrarnos en analizar cuáles han sido los motivos por los que no hemos conseguido una victoria, y así poder reajustar la estrategia y establecer las tareas correspondientes.
Desde Corriente Roja hemos insistido continuamente en la necesidad de incorporar la lucha contra Bolonia en el marco de la lucha contra la privatización de la enseñanza pública, trabajando por un movimiento unificado de todos los sectores del ámbito educativo, tanto estudiantes como trabajadores (profesores, investigadores, personal de administración y servicios...) de universidades, institutos y colegios. Esta lucha además, frente a las medidas del gobierno Zapatero ante la crisis en favor del capital (dinero público para bancos y multinacionales, privatizaciones de servicios públicos, facilidad para despidos y cierres...), debía ser parte del conjunto de luchas de los trabajadores contra los efectos de la crisis y sus responsables, y por la Huelga General. En definitiva, se trataba de una lucha que no correspondía únicamente a los estudiantes (menos aún a los activistas antiBolonia) sino que era una tarea del conjunto de la clase trabajadora que necesitaba la unidad de las luchas obreras y estudiantiles.
Sin embargo, antes de dar esos pasos decisivos en la lucha, había una tarea que debía ser la primera: conseguir un movimiento estudiantil masivo y unificado a nivel estatal que, respetando las particularidades de cada territorio o nación, tuviese como perspectiva concreta la derogación de la LOU, para lo cual era indispensable contar con una Hoja de Ruta común. Esto nunca se consiguió, a pesar de que sí se han dado las condiciones para lograrlo (como en el ascenso que hubo en los meses de noviembre y diciembre de 2008). Desde Corriente Roja nos negamos a culpar a la mayoría de estudiantes por no haberse movilizado, como están haciendo amplios sectores del movimiento contra Bolonia. Pensamos que el motivo principal de la derrota se encuentra en los graves errores que se han cometido desde las diferentes agrupaciones de activistas antiBolonia que existían en la mayoría de universidades del Estado español (donde también asumimos nuestra cuota de responsabilidad). A pesar de la enorme entrega, compromiso y sacrificio de gran cantidad de estudiantes antiBolonia, la inexperiencia de la mayoría y la orientación burocrática y vanguardista de las principales organizaciones y corrientes político-sindicales del movimiento estudiantil han sido las responsables de los errores que han impedido la masificación.
La falta de democracia del movimiento estudiantil
En primer lugar desde las asambleas contra Bolonia hemos estado reproduciendo un grave error burocrático ya que, en general, nos hemos atribuido un papel que no nos correspondía. Por una parte, y de forma muy acertada y positiva, el trabajo de las asambleas contra Bolonia ha estado consistiendo en aglutinar, organizar y formar a los estudiantes que hemos ido entendiendo el plan Bolonia como un ataque sin precedentes a la universidad pública y que, por lo tanto, era necesario luchar para paralizar la privatización de la enseñanza superior, al mismo tiempo que se han ido organizando charlas y debates sobre el contenido de las reformas (aunque, en general, no han sido masivas). Sin embargo, a la hora de convocar huelgas y movilizaciones, las decisiones se han estado tomando directamente desde estas asambleas contra Bolonia, sin consultar al grueso del estudiantado. Este método antidemocrático -característico de las burocracias sindicales de CCOO y UGT- constituye un peligroso error. El papel de los estudiantes antiBolonia debería haber sido PROPONER las convocatorias pertinentes y esforzarse para que fuesen DECIDIDAS por la mayoría de los estudiantes. Es decir, el trabajo de las asambleas antiBolonia debía haber estado centrado en buscar la forma de que el grueso de universitarios sea quien vaya tomando las decisiones importantes y marcando las dinámicas de la lucha.
En este sentido, la actividad principal de cara a las convocatorias centrales debía haber sido organizar Asambleas Generales de Estudiantes en cada Facultad, para lo cual, además de una gran propaganda (reparto de octavillas, carteles, pancartas...), es imprescindible garantizar que se llega al conjunto de los estudiantes mediante pasa-clases donde a través del seguimiento de cuadrantes bien detallados (e incluso intentando entrar en contacto con el mayor número posible de profesores) se asegure que se llega a la TOTALIDAD de las clases y así a la inmensa mayoría del estudiantado. Y si aún así no hay una considerable asistencia a la Asamblea General, habrá que poner a votación las propuestas clase a clase. Y si en las votaciones (de las Asambleas o de las clases) sale que NO a la huelga, pues no se puede hacer huelga y tendremos que seguir explicando qué es Bolonia. Ésta es la única forma de tener una lucha realmente democrática y es la única forma de involucrar a la mayoría del estudiantado en la lucha contra Bolonia.
A esta confusión sobre el papel que debe cumplir cada organismo estudiantil ha contribuido enormemente el hecho de que dos órganos diferentes (con roles diferentes) se denominen ambos "asamblea". Por una parte estamos las asambleas contra Bolonia, que en realidad somos comités unitarios de estudiantes, donde nos reunimos y nos organizamos periódicamente los activistas antiBolonia, y cuyo papel debe ser hacer propuestas, informar e impulsar la lucha, al mismo tiempo que esforzarnos para que formen parte los representantes oficiales de los estudiantes. Por otra parte están las Asambleas Generales de Estudiantes, que deben ser los verdaderos órganos de representación y decisión de los estudiantes; estas Asambleas Generales, que se reúnen de forma extraordinaria y se deben convocar de forma pública y oficial (si es posible con parada de clases), deben contar con un mínimo de asistencia razonable para considerarse legítimas.
En este sentido, no nos puede servir el plantear -como por desgracia se escucha a menudo- que "si la mayoría de los estudiantes quería decidir algo pues que hubiese venido a las asambleas contra Bolonia, que para eso nos reunimos semanalmente y estamos organizando la lucha", ya que no podemos exigirles a los estudiantes que se organicen. Lo que sí podemos y debemos hacer es pedirles que se movilicen, para lo cual es imprescindible que seamos nosotros quienes nos aseguremos que estamos llegando a todos los estudiantes a la hora de decidir las convocatorias. Si una huelga se convoca sin consultar a la mayoría no tenemos derecho a hacer piquetes ni a llamar esquiroles a los estudiantes que van a clase sin haber sido consultados.
La política 'vanguardista' de las asambleas contra Bolonia
El segundo error grueso de la inmensa mayoría de asambleas contra Bolonia ha consistido en levantar continuamente una estrategia política elaborada en función de los gustos y las inquietudes de los propios activistas antiBolonia y no en función de las necesidades de la mayoría de los estudiantes [esta política se conoce como ‘vanguardismo' -ver artículo correspondiente en este Marxismo Vivo]. Partiendo que necesitábamos a la mayoría de los estudiantes para paralizar Bolonia, la tarea central debía ser la explicación paciente y sistemática de los contenidos, ya que la mayoría de los estudiantes no conoce en qué consiste realmente Bolonia (al mismo tiempo que -insistimos- se va consultando continuamente a la mayoría de cara a las decisiones importantes). Sin embargo, la mayoría del tiempo y del esfuerzo que han dedicado las asambleas contra Bolonia han ido dirigidos a organizar actividades y acciones de consumo interno, algunas de las cuales incluso, más que acercarnos al conjunto de la comunidad universitaria, nos ha alejado de ella. En gran cantidad de ocasiones han transcurrido semanas organizando y participando de actividades, como muchos de los encierros de estudiantes que se han producido, que han dejado de tener como objetivo la explicación de los contenidos y la extensión del movimiento, para convertirse en un fin en sí mismos, adquiriendo dinámicas cerradas que no facilitaban ni que se incorporasen ni que se involucrasen en la lucha la mayoría de los estudiantes. De la misma forma, de cara a las manifestaciones centrales, donde se ha movilizado un número de estudiantes muy superior a los que formábamos parte de las asambleas contra Bolonia, en lugar de haber tenido como preocupación central el dirigirnos a los miles de estudiantes que salían a la calle para intentar así involucrarlos en las tareas de difusión y extensión, la mayoría de asambleas contra Bolonia se preocupaban más de concentrarse en reuniones de eternas comisiones para preparar vistosas y mediáticas acciones, que eran las que acaparaban la atención de los activistas antiBolonia durante las movilizaciones.
La deriva del movimiento contra Bolonia
Esta política ‘vanguardista' ha tenido una peligrosa deriva en los últimos meses debido al cansancio por la sobreactividad y a la desesperación al ver que terminan los plazos y que el movimiento disminuye progresivamente, sumado a la indignación por los oídos sordos de las autoridades universitarias y políticas, que han respondido con la represión policial y académica. De esta forma, cada vez más sectores del movimiento contra Bolonia (como tristemente reflejó el Encuentro estatal de Burgos) sacaron la conclusión de que "ya somos los que somos", que "ahora de lo que se trata es de radicalizar el movimiento" y, lo que es peor, que la batalla por paralizar Bolonia se basa en un enfrentamiento entre los actuales activistas antiBolonia y las autoridades. En este sentido, incluso se plantea como estrategia la confrontación directa para buscar el efecto mediático, la visualización del conflicto y la solidaridad que provoca la represión policial, como camino hacia la extensión del movimiento y el triunfo de la lucha (!!!).
Además, los desvíos burocráticos han llegado a niveles grotescos, de forma que las últimas decisiones no sólo no han tenido en cuenta a la mayoría de los estudiantes, sino que ni siquiera han estado pasando en general por las asambleas antiBolonia, ya que se han estado tomando directamente desde las Comisiones de trabajo de las supuestas Coordinadoras de asambleas, que en realidad se han terminado convirtiendo en seudo-organizaciones políticas con funcionamiento autónomo.
En definitiva, esta salida profundamente equivocada ha conducido irremediablemente al aislamiento de los activistas antiBolonia respecto de la inmensa mayoría de los estudiantes y, por lo tanto, al mismo tiempo que facilita la represión, nos ha separado del camino que podía habernos llevado a la paralización de Bolonia.
Las tareas inmediatas del movimiento antiBolonia
En ningún caso pretendemos ser derrotistas, sino todo lo contrario. La entrada de Bolonia no implica que la lucha estudiantil termine, ya que es necesario tener presente que Bolonia es un proceso que aún no se ha implantado en su totalidad. A pesar de que se extienda el nuevo modelo Grado/Postgrado (en principio con innumerables deficiencias e irregularidades), los eurocréditos, la degradación de las Titulaciones y los representantes empresariales en los órganos de dirección universitaria, faltan todavía muchos elementos que no han sido introducidos. Además, en plena situación de crisis, la profundización de las medidas Bolonia será más complicada, debido por un lado a los serios problemas de las universidades para resolver sus grandes déficits estructurales y económicos, y por otro lado a que los efectos de la crisis multiplicarán las consecuencias devastadoras de Bolonia sobre estudiantes y trabajadores del ámbito universitario (gran aumento de tasas, incremento de ritmos, de tiempo de dedicación y de volumen de trabajo, prácticas no remuneradas en empresas, falta de especialización y atribuciones de los Grados, desaparición de becas, precarización y deterioro de las condiciones laborales y profesionales del personal docente, investigador, de administración y de servicios, etc). En este sentido, la lucha contra Bolonia continúa. Ahora se tratará de la resistencia a la aplicación de Bolonia, conforme el contenido de las brutales reformas vaya siendo cada vez más un hecho para estudiantes y trabajadores (demostrando que las denuncias del movimiento antiBolonia eran reales y no supuestas "interpretaciones partidistas").
Sin embargo, la condición sine qua non para encarar la nueva etapa que se abre de resistencia a Bolonia es que el movimiento estudiantil entienda y corrija los graves errores que se han cometido en los últimos cursos y que han impedido en la práctica que más estudiantes se incorporen a la lucha. Es imprescindible que quede claro que no hay ninguna posibilidad de conseguir victorias contundentes mediante acciones de los activistas antiBolonia y que el único camino es la movilización masiva, unitaria y democrática. En definitiva, la tarea inmediata que tiene planteada el movimiento antiBolonia es comprender dichos errores, para lo cual debe parar de una vez de seguir convocando actividades y acciones sin sentido que no tienen unos objetivos claros, asumir esta derrota (que en ningún caso implica el fin de la lucha) y centrarse en hacer un balance exhaustivo de lo acontecido hasta el momento en el movimiento estudiantil.
[Parte de este artículo lo hemos presentado en nuestras respectivas asambleas de estudiantes para que sirva como balance y nos permita establecer un diálogo con el resto de agrupamientos estudiantiles tanto de universidades como de institutos a nivel estatal]


Héctor Giner (Militante de Corrent Roig, estudiante del IES Ferran Casablancas de Sabadell)
Violeta Benítez (Militante de Corriente Roja, estudiante de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba)
Jesús (Militante de Corriente Roja, estudiante de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid)
Mira també:
http://www.kaosenlared.net/noticia/necesidad-balance-movimiento-antibolonia

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Comentaris

Re: La necesidad de un balance en el movimiento antiBolonia
09 jul 2009
"En este sentido, la actividad principal de cara a las convocatorias centrales debía haber sido organizar Asambleas Generales de Estudiantes en cada Facultad, para lo cual, además de una gran propaganda (reparto de octavillas, carteles, pancartas...), es imprescindible garantizar que se llega al conjunto de los estudiantes mediante pasa-clases donde a través del seguimiento de cuadrantes bien detallados (e incluso intentando entrar en contacto con el mayor número posible de profesores) se asegure que se llega a la TOTALIDAD de las clases y así a la inmensa mayoría del estudiantado. Y si aún así no hay una considerable asistencia a la Asamblea General, habrá que poner a votación las propuestas clase a clase. Y si en las votaciones (de las Asambleas o de las clases) sale que NO a la huelga, pues no se puede hacer huelga y tendremos que seguir explicando qué es Bolonia. Ésta es la única forma de tener una lucha realmente democrática y es la única forma de involucrar a la mayoría del estudiantado en la lucha contra Bolonia."

Això s'ha fet durant aquest any en moltes facultats, avere si us empaneu una mica, que des de les sigles es diuen moltes tonteries cap a les assamblees de facultat.
Re: La necesidad de un balance en el movimiento antiBolonia
09 jul 2009
Fracàs?

La mobilitzacio estudiantil que es va aconseguir i el resso mediàtic que hi va haver durant les famoses càrregues dels mossos van ser fets molt importans en la historia dels moviments socials a Catalunya.

Prou d'aquest derrotisme i pessimisme crònic.

El sòl fet de fer parlar de la privatització de l'educació durant hores a varis mitjans de televisió ja és un èxit!

Ridiculitzar els Mossos d'Esquadra fent una mani pacifica quan esparaven disturbis va ser un gran èxit! El cap de la policia autonòmica va haver de dimitir i la imatge del conseller d'interior es va veure greument afectada davant l'opinió publica!

El moviment AntiBolonya pot estar satisfet de la feina feta. Mobilitzacions, vagues, xerrades, reflexions... tot compte per sembrar llavors del que potser algun dia es convertirà en una lluita revolucionària més àmplia i important.
Re: La necesidad de un balance en el movimiento antiBolonia
12 jul 2009
home, dir que la mobilització estudiantil ha estat un fracàs és fer un anàlisi erroni: la gran quantitat d'estudiants mobilitzats, aparició de noves assemblees de facultat, visualització del conflicte fins i tot als mass media, difusió del missatge antiBolonya lligat a un canvi necessari, etc.

la mobilització arreu dels Països Catalans i a l'estat espanyol ha estat prou equilibrada, esdevenint la UAB i la UB els centres de la lluita, "tirant del carro" de la resta del moviment estudiantil. penso que venir ara a dir què està bé i malament no és correcte. fer valoració a posteriori sí, però ens els espais que toquen... arribar com un Messies amb un article que desprén conclusions més que dubtoses em sembla pretenciós... o vanguardista...

Corrent Roig no és qui per donar lliçons al moviment estudiantil perquè la seva implicació en aquest no ha estat tal com per jutjar res. L'any vinent, més implicació i menys xerrameca

alguns encara es pensen que per dir que són "els grans teòrics de la revolució" poden arribar i dir què s'ha de fer i què no...
Re: La necesidad de un balance en el movimiento antiBolonia
13 jul 2009
Unes preguntes: alguna assemblea ha valorat el com i perquè es van modificar recorregut i objectiu de la darrera mani a Barcelona (la que havia de "recuperar" la Rambla)? en algun lloc s'ha explicat qui i com i quan va decidir canviar uns acords d'assamblea? i, més enllà de lo simpàtic i aconseguit de la iniciativa a nivell mediàtic, s'han analitzat o s'estàn analitzant les conseqüències polítiques d'aquella decisió? Ojo: a mi em va semblar una manobra encertada en el seu moment, però després...
Sindicato Sindicat