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Notícies :: educació i societat |
Síntoma de una degradación moral total
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per Son Ilusiones |
29 mai 2009
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Nadie pone en duda que ocho años son demasiados para mantener a unas personas sin juzgar. Pero todo aquel que quiera oír sabe que esa situación es común en Euskal Herria. Se cuentan por cientos las personas que pasan años y años a la espera de un juicio justo, espera que sólo traerá el proceso penal, pero que pocas veces conllevará el adjetivo "justo". La incertidumbre sobre su futuro es una condena previa a la que posteriormente pueden padecer esas personas. Una condena que comenzó el día de la detención y al aplicarse la incomunicación. Más tarde, una vez en la vista oral, encausados y familiares verán "cómo se gana un juicio y se pierde una condena", tal como señalaba hace poco un abogado vasco experto en estas lides. |
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Por todo ello, es cuando menos sospechoso que un juzgado español aduzca el argumento de la tardanza para llegar a un trato y rebajar así las condenas a jóvenes vascos acusados de "delitos de terrorismo". Aún más sospechoso es cuando se da la coincidencia que entre los juzgados se encuentra Unai Romano, quien se ha convertido, muy a su pesar, en símbolo de la perduración e impunidad de la tortura en el Estado español. La propuesta de trato llega tarde y mal. No hay verdad, no hay reparación y, por supuesto, tampoco hay justicia.
Pero quizá lo más obsceno de este caso no sea la decisión judicial, sino su traslación a la esfera pública en el Estado español. Por un lado, el caso ha permanecido totalmente oculto a la opinión pública. Por otro, varios articulistas y tertulianos españoles han pasado la semana bramando en torno a la cuestión de las torturas, eso sí, para defender que las imágenes de Guantánamo o Abu Ghraib salgan a la luz pública. Ninguno de ellos ha hecho referencia a los detenidos de Gasteiz. Menos aún a la imagen de Romano. Si (SI) la tortura es síntoma inequívoco de la más absoluta degradación moral y política de un Estado, su negación o la hipócrita denuncia de su práctica en otros países mientras se oculta la propia eleva esa degeneración hasta su grado de sublimación máximo. |
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