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Notícies :: globalització neoliberal
GAZA, clase obrera mundial y lucha radical.
15 gen 2009
La extensión palestina, del gueto de Gaza en este caso, de la clase obrera mundial, si necesita efectivamente todo nuestro apoyo, y hasta urgentemente el más extremo, pero nos invita también a que reflexionemos sobre lo que hay que hacer, cada uno, cada movimiento social y organización obrera, en cada país contra el enemigo común.
GAZA, clase obrera mundial y lucha radical.
En las raíces de la cuestión civilizatoria.

El mensaje de cumpleaños de Alvarez-Solis (http://www.gara.net/paperezkoa/20090114/116297/es/Mis-primeros-ochenta-a) es un excelente estímulo para levantar la mirada más allá de la mediocridad constitucional española, que intenta contaminarnos y enredarnos todos poco a poco.
Más aún, teniendo en cuenta otro importante artículo de Gara de ayer, de Iñaki Gil de San Vicente (¿Ayuda para Gaza?: armas. http://www.gara.net/paperezkoa/20090113/116116/es/Ayuda-para-Gaza-armas), que parece destilar lo mejor desde la dura experiencia de Euskal Herria, de cara a los problemas globales.

Coincido completamente con el contenido de este magnífico texto “¿Ayuda para Gaza?: armas�. A pesar de la abrumadora avalancha mediática burguesa que nos agobia a todas horas, y que justamente Iñaki denuncia (EITB) (1), este escrito expresa, en un medio no tan condicionado como los demás, lo que cualquier demócrata coherente, y sobre todo, cualquier luchador obrero que tenga un mínimo de ética social comunista (2) y libertaria, podría pensar en estas ocasiones.

Por lo tanto, siguiendo estos caminos abiertos con tal claridad y contundencia, pienso que sea pertinente continuar en esta línea, para que no nos quedemos entre la simple aprobación y la reafirmación de las evidencias expuestas por Alvarez-Solis e Iñaki. Porqué es eso lo que se necesita ahora, a nivel internacional: desarrollar estos contenidos, ampliar el debate, enriquecer con más reflexiones las bases teóricas que sostienen estas posturas éticas y políticas, cada una desde los propios matices morales personales o colectivos.
En efecto, la solidaridad internacionalista obrera, y más aún la cuestión de la ayuda a los pueblos que padecen genocidio, opresión, colonización y explotación en sus formas más brutales, por parte de lo que justamente se define como civilización burguesa, de la que el estado nazi-sionista de Israel es uno de los peores ejemplos, no tenemos que enmarcarlas únicamente en asuntos morales o llanamente de ética democrática. Hay algo más, mucho más concreto, importante y decisivo, que nos puede unir con estos pueblos y clases brutalmente violentadas por estados, empresas, partidos, medios de comunicación y cualquier otro sujeto relacionado en estos momentos con la masacre de Gaza. O con la intervención en Congo, Irak, Darfur... y el listado es muy largo.

En primer lugar, el hilo rojo que nos une con los pueblos martirizados, se basa sobre la nueva dimensión productiva, explotadora e imperialista global que se está consolidando en nuestro planeta de forma muy integrada y combinada. 'Nuestro' petróleo en Medio Oriente. Uranio, cobre, coltran, cobalto, etc. en Congo. Madera, cacao o café en otros lugares. Etc. Esta señalada civilización burguesa, ya no es simplemente un concepto ideológico, o peor aún trivialmente propagandístico, sino una realidad material innegable y violenta que la crisis mundial está poniendo en evidencia más que nunca.

Desde la India hasta Bilbao, desde Helsinki hasta Illinois, hay los mismos factores materiales muy concretos, centros de poder muy reconocibles, criminales mecanismos económicos, financieros, mediáticos y culturales muy interrelacionados y cada vez más centralizados que dividen la población mundial entre una computada decena de millones de grandes propietarios de medios de producción y riquezas, vascos inclusive por supuesto, y el resto de miles de millones que formamos lo que la ciencia marxista define como clase obrera mundial, y campesinos más o menos superviviente. Clase más o menos empleada, más o menos instalada en estatus algo vivibles, o al contrario forzada en la inanición por hambre y enfermedades crónicas, y que sólo depende de que estos burgueses decidan si tenemos trabajo, por cuantos días u horas y cuanto nos lo paguen, o si tenemos que emigrar, o pedir caridad ong-institucional, soportar la marginación, las hambrunas y hasta el exterminio o la represión cuando les interese. En aras del progreso, de sus cuentas corrientes y tasas de beneficio.

No olvidemos que, si en estos días muy trágicos para la población de Gaza, esa extensión palestina de clase obrera mundial a la que ni tan siquiera se le concede posibilidad de empleos, representa casi de forma simbólica el máximo nivel de precariedad que pueda constarse actualmente, existen por otro lado muchos más miles de millones de seres humanos arrugados de lleno o en los limites de muchas otras precariedades. En muchos países casi en las mismas condiciones. A lado de centenares de Tel Avives de gran consumo, derroche y evasión. Así como otros miles de millones que, en cualquier estado del planeta, industrializado o periférico, coexistimos a diario en la precariedad laboral, la explotación y la alienación del trabajo burgués, justamente cuando, con toda desfachatez, los mayores gobiernos capitalistas otorgan cantidades impresionantes de fondos públicos a los principales saqueadores de riquezas y trabajo: el sistema bancario internacional. Cantidades tan suficientes como para resolver de inmediato y por varios años el problema extremo del hambre mundial.

La extensión palestina, del gueto de Gaza en este caso, de la clase obrera mundial, si necesita efectivamente todo nuestro apoyo, y hasta urgentemente el más extremo, la violencia solidaria internacional, o las armas como llega a decir Iñaki, nos invita también a que reflexionemos sobre lo que hay que hacer, cada uno, cada movimiento social y organización obrera, en cada país. Contra el cerebro cloud computing de este modelo de desarrollo y sus valores. Y no precisamente, o principalmente, como se sugiere en las mismas páginas de Gara (Enplegu-erregulazio espedienteen aurka eta lanpostu guztien defentsan, greba orokorra, Manu Odriozola, http://www.gara.net/paperezkoa/20090113/116100/eu/Enplegu-erregulazio) en la línea de una propuesta de huelga general contra los ERE (3) y otros aspectos más mediáticos que axiales del ataque burgués a la clase obrera vasca y mundial, sino lo de plantear y organizar realmente todos los sectores de la clase, no empezando necesariamente y sólo por el sector empleado, sindicalizado, menos precario y flexibilizado a medio plazo.

Proponer una huelga general sin reconocer que el sector empleado y trabajador estable de la clase obrera es cada vez más minoritario en casi todos los países, desde su incidencia política histórica, mientras que la burguesía ha dividido bajo una infinidad de formas para-autónomas y precarias la explotación y la extracción de valor de nuestras vidas, reproducción, consumo y ocio, o más aún plantear una movilización general limitada únicamente al espacio nacional cuando la globalización ya nos une a todos los sectores y extensiones nacionales, desempleados, subempleados y empleados, parece como ponerse al mismo nivel del fracaso político anarquista de las últimas potentes luchas y movilizaciones de Grecia. Donde, como hemos visto, está prácticamente ausente una línea de objetivos obreros coherentes, realmente anticapitalistas (véase un buen ejemplo de esta grave indigencia estratégica anarquista en Nuevo Proyecto Histórico (4), Grecia: Cómo organizar una insurrección, http://colectivonph.com.ar/nph/index.php?option=com_content&task=view&id ), de construcción real de contrapoder que no sean puros eslogan de rebelión institucional y antirepresiva de corto plazo. Sin proyecto alternativo comunista. Sin propuestas de construcción democrática concreta del poder obrero, empezando por los espacios locales (y países, como Cuba o Venezuela) más determinados por movimientos de clase. Sin iniciativas de lucha y objetivos internacionales puestos en primer lugar, como una renta universal de existencia, de la que TODOS tenemos que empezar a hablar !

Por lo tanto, si hay valor y contenidos, hay que abrir y seguir en el debate. Con los movimientos populares y sociales de la clase – internacionalistas, ecologistas, etc. -, y los sindicatos por empezar, también, cuando no sean expresiones de un poder exterior, aquí español y francés por ejemplo, o simples soportes capitalistas, laboristas, como gran parte de ellos por desgracia, para abrir perspectivas obreras más allá de la vieja y superada definición de clase trabajadora. Que a menudo sólo existe, o mejor dicho se prefigura, por pura ideología tradeunionista, socialista o burguesa. En Gaza, desde luego, como en Congo o Haiti, donde ni se les permite formar este baluarte integrado del sistema burgués de valor trabajo salariado.
Al mismo tiempo, es la metáfora de la precariedad de los obreros de Gaza aplastada por los tanques lo que nos quieren enseñar como espantapájaros, para que no nos atrevamos a mirar más allá de batallas de retaguardia y de los límites de su legalidad criminal.

O, de lo contrario, esperemos sentados que iluminados postmarxistas nos proporcionen renovadas teorías sobre la crisis, mientras que el capital mundial, con la sartén por el mango y detrás de marionetas flautistas clase Obama, Merkel, Brown, Pratibha Patil y Putin, estudie y decida como reformar algo más el tinglado, otra vez. Para que todo siga igual, o peor.

Salud y revolución!

notas:


(1) EITB: las cadenas vascas de radio y TV, controladas por el colaboracionismo burgués vasco-español.

(2) A pesar de la contaminación reaccionaria, PCista, vaticana o estalinista del término, no encuentro otro mejor. Comunismo como movimiento real que destruye y supera el estado de cosas presente, como decía un viejo sabio muy experto en materia, y como proscripción definitiva de la apropiación privada de la naturaleza y de los medios de producción, como necesitan
humanidad y Gaia, con apremio creciente.

(3) ERE: Expediente de Regulación de Empleo, un trámite oficial previsto por la legislación
colonial español para reducciones de plantillas y cierre de empresas.

(4) NPH ospita en su página principal este documento del anarquismo griego, muy expresivo del estado de cosas en aquel país, a pesar de la potencia del movimiento social obrero en la calle.
Mira també:
http://euskalherria.indymedia.org/eu/2009/01/56906.shtml

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