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Notícies :: sense clasificar |
Llamamiento desde Grecia insurgente
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22 des 2008
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22 diciembre 08
desde Atenas
POR UNA NUEVA INTERNACIONAL |
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Una pandilla de políticos y periodistas pululan por ahi tratando de aprovecharse de nuestro movimiento, de imponerle su propia racionalidad. Dicen que nos rebelamos porque nuestro gobierno es corrupto o porque queremos obtener más dinero suyo, más trabajos suyos. Falso.
Si reventamos bancos es porque reconocemos su dinero como una de las causas principales de nuestra tristeza, si rompemos las ventanas de las tiendas no es porque la vida esté cara sino porque la mercancía nos impide de vivir, sea cual sea su coste. Si atacamos las formaciones de policía, no es sólo por vengar a nuestros compañeros muertos sino porque, entre este mundo y el que nosotros deseamos, ellos siempre serán un obstáculo.
Sabemos que ha llegado el momento de que pensemos estratégicamente. En estos tiempos imperiales, sabemos que para que esta insurrección sea victoriosa tiene que extenderse, como mínimo, a nivel europeo. De otros tiempos hemos visto y hemos aprendido: de las cumbres FMI-G7 contestadas a nivel mundial, de los estudiantes rebelados y de los alborotos suburbanos en Francia, del movimiento de Anti-TAV en Italia, de la comuna de Oaxaca, de las algaradas de Montreal. De la defensa a la ofensiva, como la de quienes están agazapad*s en Ungdomshuset, en Copenhage, como la de quienes boicotean la convención nacional republicana en los EE.UU... una lista que suma y sigue.
Alimentados por la catástrofe, somos los hijos de todas las crisis: política, social, económica, ecológica. Sabemos que este mundo está ya muerto. Que hace falta estar loco para aferrarse a sus ruinas. Que la única opción sensata es auto-organizarse.
Ahí se hace evidente el rechazo total de las políticas de partidos y organizaciones, porque son parte del Viejo Mundo. Somos los hijos maltratados de esta sociedad y no queremos nada de ella. Este es el pecado último que nunca nos perdonarán. Detrás de las bufandas negras, nosotros somos sus hijos. Y nos hemos organizado.
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No podríamos hacer tanto esfuerzos para destruir lo material de este mundo; sus bancos, sus supermercados, sus centrales de policía si no supiéramos que al mismo tiempo estamos socavando sus metafísicas, sus ideales, sus ideas y su racionalidad.
Los medios describían lo sucedido la semana pasada como una expresión del nihilismo. Lo que no se atreven a decir es que, en ese mismo proceso, asaltando y devastando esta realidad, experimentamos una forma más alta de comunidad, de participación, una forma más alta de una organización espontánea y alegre donde se asentarán las bases de un mundo diferente.
Algunos pueden decir que nuestra revuelta se topará con sus propios límites por el mero hecho de crear sólo pura destrucción. Eso podría ser cierto si, al lado de las luchas de calle, no hubiéramos previsto la organización necesaria que requiere un movimiento a largo plazo: las alhacenas guarnecidas por saqueos regulares, las enfermerías preparadas para curar a nuestros heridos, los medios para publicar nuestra propia prensa, nuestras radios, nuestros cines, nuestras vidas.
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Por toda Europa, los gobiernos tiemblan. Seguramente lo que más les asusta a la mayoría no son las algaradas que se reproducen localmente sino la simple posibilidad de que la juventud occidental encuentre una causa común y se levante para darle a esta sociedad el golpe final.
Esto es un llamamiento para todos y todas las que lo oigan:
De Berlín a Madrid, de Londres a Tarnac, todo es posible.
La solidaridad debe convertirse en complicidad. Las confrontaciones tienen que extenderse. Las comunas se tienen que proclamar.
Para que las cosas nunca vuelva ser como antes. De tal modo que las ideas y prácticas que nos vinculan se conviertan en avances reales.
De modo que podamos seguir siendo ingobernables.
Un saludo revolucionario a todos nuestros camaradas a nivel mundial.
A todos los prisioneros: ¡os sacaremos de ahí !
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