|
Notícies :: amèrica llatina |
Minga de la resistencia indÃgena y popular
|
|
per Gloria Gaitán Correu-e: virtin ARROBA une.net.co (no verificat!) |
20 nov 2008
|
Colombia |
|
Concepciones de avanzada
Nada tan de vanguardia como dos de los conceptos indÃgenas que han venido publicándose en la prensa en estas últimas semanas a raÃz de la marcha de los indÃgenas colombianos. Se trata de la MINGA, vocablo que designa una reunión solidaria para hacer un trabajo en común y la concepción de la Madre Tierra, como parte integral y orgánica de los seres humanos.
El primer caso – el de la minga – corresponde a las acciones colectivas que son el fundamento y la base de una Democracia Directa, que se avizora como la estructura del Estado futuro y el planteamiento que encierra el término de madre tierra, que es el mismo que pregonan los ecologistas al hablar del respeto al planeta tierra, porque de él dependemos y a él nos debemos.
A pesar de esta visión moderna, que es el fundamento mismo de la cultura indÃgena, “los blancosâ€?, en su mayorÃa, siguen considerándose superiores a los indios. Incluso los mestizos, que en sus genes llevan dosis importantes de raza indÃgena, muchas veces los desprecian. Es una actitud que comparten todas las clases sociales. Tan es asà que, un insulto común entre las clases populares, es decirle a alguien con desprecio y rechazo: “el indio éseâ€?.
Racismo vernáculo
Es que el lenguaje traduce elementos del subfondo cultural, y bien sabido es que los grupos sociales que han antagonizado con las comunidades indÃgenas, han adoptado en su vocabulario gentilicios o adjetivos indÃgenas o nativos, a los que convierten en insultos.
AsÃ, en Bogotá, se utiliza el modismo de “guacheâ€? para señalar a alguien burdo y atrevido, cuando la palabra guache, en lengua chibcha, significa indio joven. De la misma manera, para señalar a un hampón, se dice “apacheâ€?, tomando abusivamente la expresión de la comunidad indÃgena norteamericana de los Apaches y, cuando decimos “cafreâ€? para significar que hablamos de un hampón, nos estamos refiriendo a Kaffir que, en su sentido histórico, fue un término para describir al negro de Sudáfrica.
Dos caras del problema
Por ese sentimiento de superioridad de los blancos y mestizos frente a los indios, es que el actual enfrentamiento del gobierno de �lvaro Uribe con ellos, que claman porque se les cumplan las promesas de justicia que se les han hecho, encierra no sólo un enfrentamiento ideológico y conceptual, sino que – además y para agravar las cosas – tiene un trasfondo cultural que subyace en el subconsciente colectivo desde hace más de 500 años.
Es entonces indispensable dar la batalla en esos dos frentes: el ideológico y el emocional y es por ello tan importante que los indÃgenas estén planteando que su camino hacia Bogotá trasciende su propia problemática para proyectarse a la totalidad de la situación colombiana, sin distingo de razas ni culturas.
En la marcha caben no sólo los indios, sino los campesinos, los obreros, los estudiantes, las mujeres, los afrodescendientes, los blancos, los mestizos, los sacerdotes, los discapacitados, los jubilados, los niños y los viejos. Los cinco puntos que abarca su lucha nos incumben a todos y son una propuesta para una Colombia que se aleje del modelo excluyente y elitista que ha dominado al paÃs desde la Conquista Española hasta nuestros dÃas.
Los cinco puntos
Los cinco puntos que vienen poniendo los indÃgenas sobre la mesa, y sus acápites, demuestran una profunda seriedad conceptual. Los cinco puntos son:
1. Fin a la violación del derecho a la vida y de los derechos humanos
Que es, no cabe duda, el tema que más aqueja a todos los colombianos.
2. Fin a la agresion y ocupación territorial
El desplazamiento masivo agobia a la población colombiana y es, sin duda, una de las preocupaciones centrales de nuestra sociedad.
3. Adopción de la declaración de la ONU sobre pueblos indÃgenas
Se trata de una necesidad histórica a fin de que se haga justicia con una raza que es la nuestra y que está a los orÃgenes de nuestra nacionalidad.
4. Modificación de la legislación del despojo que coloca en riesgo la pervivencia de los pueblos.
La violencia que padece el pueblo colombiano tiene, entre otros propósitos, desalojar a los campesinos, a los indÃgenas y a los afrodescendientes de sus tierras como mecanismo para la formación de inmensos latifundios, a su vez que se pretende despejar terrenos cuyo subsuelo es riquÃsimo en materias primas, cuya posesión codician las transnacionales.
5. Acuerdos incumplidos con organizaciones y movilizaciones sociales.
La forma como viene resolviendo el gobierno los conflictos laborales, sociales y regionales es firmando acuerdos que nunca se cumplen, con lo cual el pueblo está entendiendo, poco a poco, que el camino del diálogo no constituye una vÃa para la solución de la problemática nacional.
De lo indÃgena a lo nacional
Violencia oficial, desplazamiento, despojo de tierras e irrespeto al Estado social de derecho, son los cimientos en que se erige la explotación predominante en la economÃa, el autoritarismo en lo polÃtico y la marginalidad en lo social. En los cinco puntos se resume esta problemática.
Pero, para que los colombianos como un todo acojamos esta plataforma de lucha, se requiere un trabajo profundo en la conciencia colectiva que le dé el estatus de dignidad y grandeza que merecen esas comunidades de compatriotas.
De ahà la importancia de negarse a aceptar el tono paternalista y campechano con que ha pretendido manejar la Minga el Presidente de la República. De ahà la necesidad de rescatar el orgullo nacional elevando el respeto hacia nuestros ancestros, nuestra historia y nuestros orÃgenes culturales. No basta la actitud de espectadores frente a la Minga, es indispensable hacerla nuestra, porque todos los colombianos somos descendientes de esa aleccionadora raza indÃgena. La lucha, entonces, debemos enfocarla no sólo frente al gobierno sino también en contra de nuestros prejuicios y preconceptos, que tanto daño le han hecho a nuestro orgullo nacional. |
Mira també:
http://www.barometro-internacional.org |
This work is in the public domain |