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El Obispo de los pobres y el magnate petrolero
23 set 2008
Dos países miserables, expoliados y mediterráneos se vieron enfrentados de 1932 a 1935 en lo que alguien llamó "guerra de los soldados desnudos".
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Paraguay y Bolivia, en la inmensidad desértica del Chaco Boreal, sangraron por las venas de sus soldados que luchaban por tierra sin tener tierra.

El humilde labriego paraguayo, parasitado y desnutrido, se convirtió en combatiente cambiando sus rudimentos de labranza por el fusil. En Bolivia el indio quechua, el aymara y el minero explotado a través de siglos de dominación colonial, bajaron a un territorio feudal del cual ninguna noción tenían. Ambos se enfrentaron sin odios, sin conocerse.

Hoy a siete décadas de aquella matanza, nos enteramos que el obispo de los pobres y los pueblos, aprovechando su visita a New York, acudirá a rendir pleitesía a un miembro de la familia que encendió la chispa para el estallido de aquella masacre: el empresario petrolero David Rockefeller.



SIEMPRE EL PETRÓLEO



La Standard Oil de New Jersey, fundada en 1870 por John D. Rockefeller, fue por mucho tiempo la mas poderosa y temida empresa del mundo capitalista. Su historia es una extensa crónica de hazañas malignas y rotundas infamias.

Dos años antes de sufragar la guerra del Chaco, había participado en el derrocamiento de Hipólito Irigoyen en Argentina cuando se disponía a nacionalizar el petróleo. Lo mismo sucedería en la década siguiente con Ramón Castillo.

Entre 1939 y 1942 la Standard Oil decretó un embargo contra México, a raíz de la nacionalización de las empresas efectuada por el presidente Lázaro Cárdenas. En 1949 la misma empresa interpuso veto a un préstamo que EUA estaba a punto de conceder a México, y años después hizo lo mismo con un crédito del BID.

En Setiembre de 1955, el caudillo argentino Juan Domingo Perón marchó al exilio cuando el Congreso estaba por aprobar una concesión a la California Oil Company. Pocos años después, la empresa de Rockefeller desempeñó un papel decisivo para precipitar el embargo que sufre Cuba, pues al negarse a refinar petróleo soviético forzó al gobierno de la isla a nacionalizar el negocio petrolero.

Arturo Illía anuló las concesiones hechas a las petroleras de EUA entre 1960 y 1962, firmadas por Frodizi, y fue derrocado en 1966 por Onganía, quien reparó el impasse al año siguiente.

El negocio petrolero también jugó un papel preponderante para la desnacionalización de la petroquímica durante la dictadura militar brasileña, impuesta por EUA en 1964 por medio de la Operación Brother Sam.

La Standard Oil también se involucró, según Georgia Anne Geyer, en el uso de armas químicas contra la guerrilla peruana. El ejército del Perú regó con NAPALM algunas zonas guerrilleras, en 1965, ya había sido la Internacional Petróleum Co., filial de la Standard Oil, quien les había proporcionado la gasolina y el Know How para que elaboraran las bombas en la base aérea de Las Palmas, cerca de Lima.



Y si del presente se trata, no es ningún secreto que los intereses petroleros son grandes protagonistas en las campañas de desestabilización que sufren hoy gobiernos como los de Bolivia y Venezuela.



LA STANDARD OIL Y LA GUERRA DEL CHACO



La participación de los capitales vinculados al petróleo en la guerra paraguayo boliviana entre 1932 y 1935 nunca fue un secreto, como puede advertirse en las crónicas internacionales. El "Daily Herald" de Londres, en su edición del 14 de mayo de 1934, cuestionaba: "¿Porqué no se pone término a esta guerra? La intervención de la Sociedad y de los gobiernos que están representados en la entidad ginebrina no lograron restablecer la paz. Los beligerantes compran armas en Europa y EUA, reciben tanques de Gran Bretaña, aviones de Italia y se tiene entendido que los intereses petroleros norteamericanos no dejan de facilitar, de otras maneas, la continuación de las hostilidades".

El año anterior, ante el crecimiento de la ola de rumores, la misma empresa de Rockefeller había tenido que publicar un desmentido en el "New York Times". "Resultan infundados los rumores de que la Standard Oil ayuda a Bolivia en el Chaco" afirmaba el comunicado de la empresa, publicado el 26 de enero de 1933 en Nueva York y reproducido en la prensa paraguaya el 8 de marzo del mismo año.

Emitir desmentidos durante toda la guerra también constituyó un arduo trabajo para el ministro británico norteamericano en Asunción, mister Post Wheler.

De la nebulosa de los rumores y las especulaciones se saltó a la polémica el 30 de mayo de 1934, cuando la discusión de la guerra del Chaco llegaba al mismo confesionario del imperio: el congreso de Washington. Como uno de esos grandes cataclismos que dieron forma al mundo, el 30 de mayo de 1934, Huey Pierce Long Jr, representante de Lousiana, sacudía el senado norteamericano con una proclama de incendiario anatema contra la Standard Oil, acusándola de haber inspirado y sufragado la guerra.

Los rumores y denuncias de Long se confirmaron cuando el gobierno argentino, en garantía de su neutralidad en la guerra, debió clausurar varias estaciones radiotelegráficas en la provincia de Salta, propiedad de la Standard Oil, que trabajaban para la inteligencia militar boliviana en plena guerra.

Pocos meses más tarde, el denunciante norteamericano caía asesinado en Baton Rouge, cuando su nombre se empezaba a discutir para las presidenciales del año 1936.



LA LITURGIA DE RENDIR PLEITESÃ?A A LOS ROCKEFELLER



La liturgia del gobierno paraguayo de turno, de rendir pleitesía a los Rockefeller, es aún más absurda cuando se considera que la empresa también fue responsable del despojo sufrido por el Paraguay, en las negociaciones para la paz en Buenos Aires, durante el año 1938. Spruille Braden, conocido personero de la empresa, logró preservar dentro de fronteras bolivianas –en favor de los acuerdos de su empresa- miles de kilómetros cuadrados de territorio petrolífero y Paraguay debió conformarse con "las arañas, el desierto y las serpientes" como escribiera en tono de burla un historiador boliviano.

A pesar de todo, rendir pleitesía a los Rockefeller es una ineludible rutina de los mandatarios paraguayos.

Así lo hizo el dictador Higinio Morínigo, quien en defensa de las concesiones de exploración y explotación a las petroleras norteamericanas desató una guerra civil en 1947.

Así lo hizo el dictador Stroessner, quien en 1969 reprimió manifestaciones estudiantiles en protesta por los honores rendidos en Paraguay a Rockefeller, arrojando gases lacrimógenos proveídos por el Pentágono.

Y también lo hizo el presidente Juan Carlos Wasmosy, quien recibió de David Rockefeller la bendición para destruir la banca nacional paraguaya orquestando una quiebra de bancos y financieras en dominó durante su gobierno neoliberal, en la década de 1990.

Hoy martes 23 de Setiembre del año 2008, durante su visita a la ciudad de New York, hará lo propio el actual sátrapa, el obispo de los pobres y los pueblos, que acudirá a rendir pleitesía al magnate petrolero David Rockefeller, en su mismo feudo de la gran manzana.

Ya lo sentenció el dramaturgo francés Gabriel Marcel, cuando uno no vive como piensa, acaba pensando como vive.
Mira també:
http://www.terrorfileonline.org/es/index.php/Luis_Ag%C3%BCero_Wagner

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Comentaris

El Obispo y el Terrorista en New York
23 set 2008
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En septiembre de 1976 fue asesinado en Washington el ex canciller Chileno Marcos Orlando Letelier del Solar.

Letelier era un político y economista chileno, miembro del gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, padre del hoy senador Juan Pablo Letelier.

Varias personas fueron procesadas y condenadas por el asesinato. Entre ellos estaban Michael Townley, un expatriado estadounidense colaborador muy cercano a la agencia de inteligencia chilena DINA, el general Manuel Contreras, antiguo jefe de la DINA, y el general de brigada Pedro Espinoza. No obstante, nadie hasta ahora se explica cómo pudo zafar de tamaño karma el cuñado y socio en varias empresas de Aldo Zucolillo, Conrado Pappalardo.

La historia de ese brutal crimen había empezado unos años antes, y en las más altas esferas del poder mundial.

Luego de que el 15 de septiembre de 1970 Nixon se reunió con el Consejo de Seguridad Nacional Henry Kissinger, el fiscal general John Mitchel y el director de la CIA Richard Helms en su despacho de la Casa Blanca, y ordenó actuar contra Salvador Allende, el operativo empezó en Asunción.

Con el apoyo asegurado de las agencias norteamericanas de defensa, de estado, de comercio, Tesoro, la CIA y la National Security Agency, Stroessner empezó el juego moviendo sus fichas sigilosamente.

Primero traficó profusa información de inteligencia militar (II Departamento), Relaciones Exteriores y la estación de la CIA en Asunción valiéndose de la embajada paraguaya en Santiago, relativas a divergencias y alianzas políticas que puedan resultar útiles para la tarea desestabilizadora. La embajada paraguaya en Buenos Aires aportó vitales datos, que fueron procesados en Langley, antes de ser remitidas a las instancias decisivas.

En segundo término, se inició un voluminoso flujo bancario entre Asunción y Santiago, dinero que se utilizó para financiar huelgas, sobornar autoridades civiles y militares, políticos, empresarios, sindicalistas y organizaciones paramilitares. El flujo se agudizó durante el mes de agosto de 1973, siendo vital el desempeño del general Roberto Viaux quien se hallaba exiliado en Paraguay luego de encabezar, el 21 de octubre de 1969, una sublevación de miembros del Ejército chileno, episodio que fue conocido como el "El Tacnazo".

Finalmente, como es regla, los aeropuertos de Paraguay fueron cedidos al Pentágono como soporte de apoyo logística a Chile, incrementándose inusualmente el tráfico aéreo entre Panamá-Asunción-Chile, con equipos de comunicaciones, armas y pertrechos destinados a los complotados contra el gobierno constitucional. Las tareas en Asunción fueron coordinadas por un coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, William Meyer.

El golpe que estaba en curso desde que Nixon y Kissinger lo habían decretado, finalmente se produjo el 11 de septiembre de 1973. Pinochet, hombre agradecido, hizo su primer viaje como jefe de estado chileno tomando como destino al Paraguay, donde personalmente expresó su gratitud a Stroessner por los servicios prestados. Le entregó la distinción de General Honoris Causa del Ejército chileno.

Desafortunadamente el tutor de ambos, Richard Nixon, no tuvo tiempo de unirse al festejo. Se encontraba asediado ya por las investigaciones relativas al escándalo del Hotel Watergate, que lo obligó a dimitir tres meses después.

Uno de los documentos que vio la luz en el año 2000, muestra cómo Pinochet personalmente pidió al dictador Stroessner, de Paraguay, que emitiera pasaportes con nombres falsos para Michael V.Townley y Armando Fernández Larios. Estos dos individuos eran agentes de la DINA (policía política chilena) que posteriormente se declararían culpables del atentado mortal contra el ex canciller de Salvador Allende, Orlando Letelier, cometido en Washington el 11 de septiembre de 1976, exactamente tres años después del golpe de Pinochet.

Tal vez ahora el entramado diplomático se desmadejará con un relacionamiento más fluido entre gobiernos "socialistas" en Chile y Paraguay, encabezados por Michelle Bachelet y Fernando Lugo.

Tal vez pueda investigarse a fondo las implicancias en el brutal atentado de Conrado Pappalardo, quien siempre se escudó en el respaldo del diario de su familia, ABC color, aunque queda por verse si el obispo puede superar sus compromisos con Aldo Zucolillo y su familia, de tal suerte a propiciar la justicia que corresponde a los asesinos de Orlando Letelier.

ABC COLOR. De VILLANO FASCISTA A HÉROE DE LA IZQUIERDA


De villano fascista a héroe de la izquierda parece ser la transmutación del zar de la prensa paraguaya Aldo Zucolillo, dueño de un diario sensacionalista que se presenta como serio y a la vez es el más leído de la capital paraguaya (que no es mucho decir, algo más de treinta mil ejemplares).

Nos referimos al ultraderechista ABC color, un diario al cual sus perseguidos de ayer hoy idolatran tanto como la supuesta izquierda fabricada por la embajada norteamericana de Asunción, aunque ambos grupos hayan sido sus más ácidos críticos y detractores cuando sostuvo una línea de manifiesto apoyo al militar retirado Lino César Oviedo, hoy candidato a la presidencia del Paraguay.
Las noticias que aparecen en algunos portales de la más radicalizada izquierda latinoamericana, incluída la agencia cubana Prensa Latina, citan hoy como fuente al diario ABC color cuando difunden hechos sobre Paraguay. También en la España democrática y socialista de Rodríguez Zapatero se difunden sin pestañear las versiones propaladas por este gran admirador del caudillo ibérico por la gracia de Dios Francisco Franco Bahamonde.
A juzgar por la opinión que expresa en grandes titulares en primera plana, la contextualización de noticias, en matiz y énfasis que proporciona a ciertos temas, el lector puede llegar a pensar que el director de ABC color realmente se indigna ante los delitos, y es verdad. El delito ajeno le molesta, especialmente si se trata de algún competidor en negocios que le supera en ganancias, o de un ente estatal que no le paga publicidad oficial.
En ese contexto, nunca perdonó a su paternal protector, el dictador Alfredo Stroessner, el haberle hecho a un lado cuando se inició la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú, herida por la cual sigue sangrando como un hemofílico a través de su línea editorial, pretendiendo convencer de su nacionalismo selectivo a los incautos a pesar de ser conocidos los subsidios que recibe en la embajada norteamericana, con las que engrosó sus cuentas bancarias.
El mismo doble discurso manifiesta cuando se refiere a su otrora gran benefactor, el régimen de Stroessner, al que tuvo la “valentía� de enfrentar en sus últimos meses luego de décadas de adulación y sólo a instancias del departamento de estado norteamericano, que le proveyó protección y literalmente le empapeló de dólares por sus servicios.
Por muchos años, al contrario de la fama que se fabricó a sí mismo en un medio prolífico en farsantes como el paraguayo, Zucolillo sostuvo una rastrera línea de adulación a Stroessner proclamando que ABC era “un gran diario al servicio de un gran gobierno�. Por aquella misma época atacaba al gobierno de Estados Unidos pero no por su intervencionismo imperialista a favor de tiranos sanguinarios, sino por promover los Derechos Humanos durante la administración de Jimmy Carter, y defendía apasionadamente el Proceso de Reorganización Nacional que encabezaba en Argentina el gran filántropo Jorge Rafael Videla.
Uno de sus más influyentes periodistas, Alcibíades González Delvalle, tiene una trayectoria parecida ya que por muchos años sirvió a la policía política de la dictadura, a pesar de sus escritos condenando autocracias y exculpando al imperialismo, constituyéndose así en una versión liliputiense de Gunter Grass amputado el talento literario.
La visión de ABC color sobre las dictaduras varió con respecto a Stroessner, pero se mantuvo invariable con respecto a Fidel Castro y Augusto Pinochet, dado que sigue vilipendiando sin pausa al líder de la revolución cubana las veces que tiene oportunidad, y alabando y defendiendo al asesino de Salvador Allende y tantos miles de chilenos cuando es detenido algún déspota vinculado a su régimen.
La visión histórica nacional de Zucolillo, expresada a través de sus empleados en las páginas de su diario, es acorde a la de sus amigos y compañeros propietarios de medios reunidos en la SIP. Suelen honrarle con su visita a la capital paraguaya para recibir agasajos los descendientes de Bartolomé Mitre, quien en 1870 reconociera en sus discursos -al cabo del genocidio sudamericano- que había devastado el Paraguay en beneficio del libre comercio, entonces identificado con Inglaterra y las oligarquías portuarias del subcontinente, como hoy lo está con el ALCA.
En materia económica, el director de ABC color es un gran admirador de Martínez de Hoz, a cuyos discípulos promovió como columnistas estrellas en su diario, así como idolatra a sus herederos neoliberales que acapararon los consejos económicos en tiempos de Carlos Menem. También es un devoto admirador de la cultura norteamericana, y eterno propagandista de las versiones propaladas por la gusanera de Miami.
Carlos Alberto Montaner, Plinio Apuleyo y Andrés Oppenheimer son sus principales referentes para exponer la realidad latinoamericana, y los enemigos del presidente George W. Bush en cualquier parte del mundo, inmediatamente son asimilados como enemigos de ABC color y presentados ante sus lectores como enemigos del Paraguay y de toda la humanidad, sin escatimar recursos propagandísticos.
La satanización de Fidel Castro y de Hugo Chávez y los ataques a la integración latinoamericana, así como la glorificación de la “guerra al terrorismo� de la ultraderecha de Washington son el eje alrededor del cual giran todas las noticias internacionales que difunde el diario de Zucolillo.
En materia nacional, todas las versiones que difunde y que obliga a repetir a los periodistas radiales a quienes apoya con auspicios, convergen en un enfoque neoliberal en materia económica, derechista en preferencias políticas y antinacional en perspectivas históricas y de proyección al futuro.
Curiosamente, este esquemático subproducto de la propaganda imperialista y el pensamiento retardatario, hoy parece haber realizado un giro de 180 grados al promocionar a un supuesto teólogo de la liberación izquierdista.
Pero la impresión es apenas un espejismo. Para prodigar su apoyo, Zucolillo conminó al obispo Fernando Lugo a revisar sus discursos sobre Hugo Chávez, Cuba y las FARC. En materia económica, le obligó a desenterrar a un fracasado agente del Fondo Monetario Internacional. Sólo le falta escribirle al religioso jubilado un libreto ensalzando la figura de Bartolomé Mitre como libertador y héroe nacional del Paraguay.
Definitivamente, todo es posible en esta tumba de teorías que conocemos como Paraguay, donde siempre ganan las elecciones quienes peor se ubican en las encuestas y los referentes de las ideologías se falsifican con tanta facilidad como los DVD y CDs que se adquieren en la Triple Frontera.

ZUCOLILLO Y LOS DESAPARECIDOS EN ARGENTINA

El 26 de abril de 1977 el empresario argentino Fernando Branca llegó como de costumbre al departamento que compartía con su cónyuge cuando al intentar entrar se llevó una sorpresa. Un oficial naval le impedía entrar en su propia casa. Nada más y nada menos que el temible Almirante Massera, alias el Negro, estaba revolcándose con su esposa Marta Rodríguez McCormack (que a la vez era amante del jefe naval) y había dado órdenes de no ser molestado, y mucho menos por el marido de su acompañante.

Dos días después, el 28 de abril de 1977, como para resarcir su descortesía, Massera invitó a Branca a navegar por el río de la Plata en su lujoso yate, travesía durante la cual el empresario se ausentaría para siempre. Tres meses más tarde, la madre del empresario Isolina Margarita Maltaneri de Branca, presentó un recurso de hábeas corpus a favor de su hijo desaparecido, pero para entonces los pundonorosos soldados que enviaron a sus reclutas sin abrigos ni pertrechos a enfrentar a la Royal Navy en las islas Malvinas ya estaban subastando las propiedades del ausente.
Aunque cueste creerlo, los miembros del Grupo de Tareas 3.3.2 de la Armada argentina llegaron a montar una inmobiliaria para la refacción y venta de los inmuebles de los desaparecidos.

Un epílogo parecido tuvo la historia del capitán José Antonio Valiente, primer marido de Graciela Pappalardo y cuñado de Teófilo Conrado Pappalardo, jefe de Ceremonial del Estado durante la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay y reconocido operativo del Plan Cóndor, como proveedor de pasaportes a los asesinos de Orlando Letelier.

José Antonio Valiente, dueño del desaparecido bar "Felsina", fue ultimado en nebulosas circunstancias en Buenos Aires, Argentina, poco después del Golpe Militar con el que Videla y Massera derrocaron a Isabel Perón en marzo de 1976. Según documentos obrantes en el Archivo del Terror (Microfilm 00028F0474), el presunto asesino habría sido Juan Carlos Cabañas, ex secretario del Dr Edgar L. Ynsfrán, temible ministro del Interior del dictador Stroessner, en el período de mayor auge de la sangrienta represión.

Algunos familiares hoy aseguran que José Antonio Valiente tuvo una hija de nombre María Adelaida, a quien se le habría cambiado el apellido con el mismo modus operandi de la represión del Proceso de Reorganización Nacional.

El crimen de José Antonio Valiente nunca fue aclarado, las autoridades argentinas en ese momento estaban muy ocupadas perpetrando un genocidio contra su propio pueblo para investigar el asesinato de un paraguayo en la capital federal. Así el empresario gastronómico desapareció sin dejar rastros y sin que su nombre figure siquiera entre los miles de desaparecidos en la Argentina entre 1976-83.

El matrimonio de Graciela Pappalardo con José Antonio Valiente fue anulado por el Juez Angel Roberto Seifart, quien luego sería vice-presidente del Paraguay, así que Graciela Pappalardo no tuvo inconvenientes para contraer nupcias con el empresario periodístico Aldo Alberto Zucolillo Moscarda, director y propietario del diario ABC color y hoy entusiasta impulsor de la candidatura del obispo Fernando Lugo a la presidencia del Paraguay.

Pero las coincidencias entre el tenebroso "proceso" argentino y sus impunes amigos paraguayos van más allá del paralelismo entre estos hechos, dado que el propietario del medio más influyente de la capital paraguaya se destacó también por su intransigente defensa de las dictaduras de Stroessner, Pinochet y Videla, entre otros subproductos de la política exterior norteamericana.

Al conocerse a principios de marzo en Asunción la próxima visita de Videla, ABC color publicaba su recordado editorial donde criticaba al presidente Jimmy Carter por su énfasis en la promoción de los Derechos Humanos y defendía al proceso argentino sentenciando que al presidente norteamericano le era muy fácil pontificar lejos del problema. Por las mismas fechas eran apresados en Asunción Alejandro José Logoluso y Marta Landi, entregados a los sicarios de Videla por las fuerzas represivas paraguayas. Los grupos de tareas de Pastor Coronel tampoco se apiadarían de José Nell, paralítico desde que recibió una bala en los disturbios desatados en Ezeiza por el retorno de Perón.

Quedaron como mudos testigos de estos traspasos una ficha policial de la Dirección de Registro de Extranjeros paraguayos de la desaparecida argentina Dora Marta Landi Gil, que está fechada en Asunción en marzo de 1977; una tarjeta del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Marta Landi, que está registrada en Asunción el 10 de marzo de 1997; y un informe de la policía de Asunción, donde se notifica que Marta Landi (argentina), Alejandro José Logolusso (argentino), José Nell (argentino) y otros han sido expulsados del país. Este informe policial está fechado el 16 de mayo de 1977. Entre los documentos, también destacan un registro de vuelo en el que se acredita que, el 16 de mayo de 1977, el capitán de corbeta José Abdalá, (alias Turco) trasladó a Landi Gil y a su compañero, Alejandro José Logolusso, de Asunción a Buenos Aires.

Luego de las debidas medidas profilácticas y barridas de subversivos, el 20 de abril de 1977, era recibido por Stroessner con los honores correspondientes, el Teniente General Jorge Rafael Videla, quien llegaba al Paraguay acompañado de su esposa Alicia Raquel Hartidge. A la noche se llevó a cabo una recepción de gala en el Palacio de Gobierno de Asunción, donde no faltaron los pundonorosos y austeros luchadores por la libertad de expresión, que aún no habían sido seleccionados por la embajada norteamericana como propagandistas de la democracia tutelada.

Desafortunadamente, el almirante Massera se contaba esa noche entre los invitados del tiranosaurio Stroessner, dado que para esa misma semana había hecho otros compromisos y debía emprender un distendido paseo en yate por el Plata.

TERRORISMO MEDIATICO Y TERRORISTAS CONVENCIONALES


Constituirse en figura emblemática del terrorismo mediático no excluye la posibilidad de ejercer el terrorismo convencional, y prueba de ello lo constituye la trayectoria de algunos propietarios de medios de comunicación de Paraguay, capaces de justificar el asesinato del vicepresidente de la república con la excusa de que ya estaba muerto antes del crimen, o de exculpar a involucrados en secuestros cuando son funcionales a sus intereses políticos.
Cuando en marzo de 1999 fueron asesinados ocho jóvenes en una sangrienta represión, ABC color de la capital paraguaya defendió por meses a los asesinos intentando confundir a las autoridades y a la opinión pública difundiendo versiones descabelladas rayanas en lo ridículo. Entre ellas afirmaba que algunos parlamentarios habían trepado al techo del edificio del Congreso y desde allí habían disparado contra sus propios partidarios para victimizarlos y promover la caída del gobierno. La versión respondía a que el dueño del diario tenía varios negocios comprometidos con el gobierno en cuestión, e intentaba reanimar políticamente a sus socios en desgracia.
Monopolizados por lacayos del imperio norteamericano, estos medios han hecho siempre la apología de la imposición absoluta de los designios de Washington como destino global inevitable, aún cuando ello implicaba defender en sus editoriales el terrorismo de estado de dictaduras militares o la internacional del Terror que dio en llamarse Operativo Cóndor. No les importa el terrorismo, obviamente, cuando es ejercido contra Bolivia, Cuba o Nicaragua, o contra Panamá donde fueron incineradas 5000 personas, o los treinta mil desaparecidos por gobiernos anticomunistas en Argentina. En el caso del diario ABC color de Aldo Zucolillo, tiene prohibido a sus periodistas hablar del asesinato de Orlando Letelier, en un atentado terrorista ejecutado en Washington, porque en él tuvo participación el cuñado del propietario del medio. Tampoco se puede criticar en ese diario al desaparecido dictador chileno Augusto Pinochet, aún cuando hoy pretenda engañar a la opinión pública nacional e internacional con el cuento de la candidatura izquierdista del Obispo Fernando Lugo, cuyos principales impulsores y allegados son los exponentes de un partido neoliberal, un ex ministro de Hacienda abyecto a los designios del FMI y activistas financiados por USAID.
El mismo diario acusó en su primera plana, en abril de 1976, de pertenecer a una célula terrorista a la mayoría de los militantes del movimiento Tekojoja, adicto al obispo Fernando Lugo, pero hoy ha vuelto sobre sus pasos para promocionarlos como los salvadores de la patria. En aquel entonces ABC brindaba su respaldo incondicional a la dictadura y desde sus páginas colaboraba así con la caza de brujas desatada por la policía política contra un grupo radical opositor al gobierno, a cuyos dirigentes presentaba en su tapa como criminales buscados y pedía a la ciudadanía que colaborara con la represión. Hoy el diario es un entusiasta propagandista de estos “terroristas� porque son funcionales a sus deseos de crear disturbios en el MERCOSUR con anacrónicos reclamos sobre tratados internacionales con Argentina y Brasil.
Es frecuente que esta prensa magnifique hasta el infinito pequeños incidentes en la frontera con Argentina o Brasil y los presente en primera plana como poco menos que casus belli. Para no ir lejos, en la fecha de hoy, presenta un titular alarmista en tapa con letras de tamañao catástrofe afirmando que un alto funcionario del Brasil amenaza al Paraguay, contextualización descabellada de las declaraciones de un funcionario retirado del servicio exterior brasileño.
Alarmados por el avance de la izquierda y la proximidad del fenómeno de Evo Morales en Bolivia, Zucolillo y ABC se empeñaron en demostrar que el presidente boliviano había iniciado una carrera armamentista para invadir Paraguay con el respaldo de Hugo Chávez, en un esfuerzo por indisponer a la opinión pública con el país vecino.
Ese mismo chauvinismo y antiimperialismo selectivo no se manifiesta cuando las autoridades o intituciones paraguayas son avasalladas e insultadas por la embajada norteamericana de Asunción, que tiene comprados a la mayoría de los comunicadores destacados, que hacen la vista gorda ante el intervencionismo del imperio.
Así el país que batió todos los récords de terrorismo a lo largo y ancho de los cinco continentes, que arrojó bombas nucleares exterminando a cientos de miles de inocentes civiles en 1945, que utilizó armas químicas contra poblaciones indefensas en la península de Indochina, que inspiró y sufragó genocidios desde Indonesia a Sudamérica, que decretó asesinatos de jefes de estado como Salvador Allende o Patricio Lumumba, que utilizó a seres humanos para experimentos neo nazis, que propició más de 5.200 violaciones de soberanías nacionales tan sólo en Latinoamérica, que se constituyó hoy en el principal contaminante ambiental del mundo y protagónica amenaza a la supervivencia de la humanidad, es también quien administra las nóminas y credenciales de terrorismo y las impone a la prensa de Paraguay.
Son puras trivialidades para estos medios las masacres de decenas de miles de centroamericanos, hecatombes como los bombardeos sobre Bagdad o Kosovo, carnicerías contra Sudán y Somalía. Con frecuencia son defendidos desde la tribuna periodística paraguaya George W. Bush, Sharon, Somoza, Stroessner, Uribe y tantos otros filántropos de feliz memoria. Tanta vista gorda se explica por el fluido tránsito de dólares desde la National Endowment for Democracy, institución alternativa a la CIA, hacia los bolsillos de empresarios de comunicación, becas, viajes pagados y otras dádivas hacia los periodistas estrellas.
Es que el avance en la carrera periodística, cuya cúspide en Paraguay la constituye convertirse en propagandista de los intereses norteamericanos a sueldo de IAF, NED y USAID, es proporcional al servilismo a los intereses de un núcleo duro de adinerados empresarios que amasaron fortuna durante la dictadura anticomunista, y que montaron sus medios con dinero público distraído con la anuencia del dictador.
Mira també:
http://www.terrorfileonline.org/es/index.php/Luis_Ag%C3%BCero_Wagner
Re: El Obispo de los pobres y el magnate petrolero
27 set 2008
yo lo que veo es que si ya tienes una web, ¿porque reproduces al completo los articulos aqui? es solo una opinion
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