Evo: blando con la oligarquía, feroz con los obreros

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Evo: blando con la oligarquía, feroz con los obreros
per Econoticiasbolivia Correu-e: bolivia@gmail.com (no verificat!)	07 ago 2008
El â��indio presidenteâ�? trata con guante blanco a la oligarquÃa que divide el paÃs en defensa de sus millonarias ganancias, pero mete bala a los sindicatos que luchan por mÃ¡s pan
EVO PRESIDENTE: BLANDO CON LA OLIGARQUÃ?A, FEROZ CON LOS OBREROS El â��indio presidenteâ�? trata con guante blanco a las bandas fascistas y a la oligarquÃa que viola la ley, conspira y divide el paÃs en defensa de sus millonarias ganancias, pero mete bala y plomo a los sindicatos que luchan por mÃ¡s salario y una jubilaciÃ³n digna. La COB sigue de pie y lucha Econoticiasbolivia.com (La Paz, agosto 7, 2008).- Reunida de emergencia la noche de este miÃ©rcoles, la Central Obrera Boliviana (COB) llamÃ³ a todos los trabajadores del paÃs a no doblegarse ante la represiÃ³n y la bala, y convocÃ³ a continuar en la lucha por arrancar del gobierno de Evo Morales una nueva ley de pensiones solidaria en reemplazo de la actual que es excluyente, individualista y neoliberal. El ampliado de emergencia, celebrado en La Paz, un dÃa despuÃ©s que dos mineros cayeran a bala en las pampas del altiplano y medio centenar quedaran heridos, determinÃ³ continuar con las movilizaciones por la ley de pensiones y por la atenciÃ³n del pliego laboral presentado, y no atendido por el Gobierno, hace mÃ¡s de seis meses. â��A travÃ©s de un ampliado de emergencia, con la participaciÃ³n de las organizaciones afiliadas a la COB, se determinÃ³ seguir con las movilizaciones y con el paro general indefinido. Mandamos una nota al Gobierno para que deje de provocar a los trabajadores, deje de atentar contra nosotros y nos atiendaâ�?, dijo el dirigente de la COB, Mario LÃ³pez. DOLOR Y LUTO En el centro minero de Huanuni, la mayor mina estatal de estaÃ±o, los mineros y sus familias velaban a sus muertos y cuidaban de sus heridos, tras la violenta incursiÃ³n de las fuerzas policiales, que rompieron a fuego y bala el bloqueo de la carretera que une Oruro con Cochabamba y La Paz. Ayer, en el Hospital Obrero de Oruro, se confirmÃ³ que cuatro mineros estaban heridos por bala de guerra, mientras el Gobierno insistÃa en que no habÃa orden para usar armas de fuego en contra de los bloqueadores. â��En realidad atendimos dos fallecidos, dos heridos graves que mandamos a La Paz, dos operados en el hospital, uno de la cadera y otro del codo con heridas de bala. Hay varios de bala, pero eso aÃºn no lo estamos viendo. El resto de los pacientes estÃ¡ estableâ�?, dijo a La Prensa el director de ese nosocomio Mario Checa DÃaz. MANO DURA CONTRA LOS OBREROS Desde las seis de la maÃ±ana del martes y durante unas seis horas, policÃas y mineros de Huanuni sostuvieron un duro enfrentamiento a la altura de la localidad de Caihuasi, donde unos 4.000 trabajadores bloqueaban la carretera en demanda para que la nueva Ley de Pensiones reduzca la edad de jubilaciÃ³n de 65 a 55 aÃ±os, se elimine el sistema de capitalizaciÃ³n individual, se obligue al Estado, a las transnacionales y a las empresas privadas a aportar para la jubilaciÃ³n y para que los millonarios recursos sean manejados por los propios trabajadores y el Estado y ya no por dos transnacionales. Alrededor de las 10 de la noche del martes, los familiares de los mineros HernÃ¡n Montero Claros (26) y Roberto CÃ¡ceres Fabrica (23) pudieron retirar los cuerpos de la morgue del Hospital Obrero de Oruro, ya que hasta ese momento fue practicada la autopsia, dirigida por el doctor TeÃ³filo Daza. Checa seÃ±alÃ³ que entre las observaciones recogidas en los cuerpos se determinÃ³ que el proyectil que segÃ³ la vida de Montero habÃa entrado por la parte delantera, desgarrado una arteria, perforado el corazÃ³n y el pulmÃ³n y alojado en la pleura (membrana que cubre el pulmÃ³n), mientras que la bala que le destrozÃ³ el cerebro de CÃ¡ceres entrÃ³ por el lado posterior izquierdo. Uno de los mineros que trabajaba con el fallecido CÃ¡ceres, cuenta lo siguiente: â��Estaba correteando el compaÃ±ero, adelante, ahÃ habÃa unos 200, es que nos han rebasado los compaÃ±eros. Ellos (los policÃas) tenÃan sus gases y nosotros botÃ¡bamos la dinamita, luego ya no tenÃan gases y nos han empezado a disparar a nosotros con armas nomÃ¡s hasta que les llegue sus gases, sus refuerzosâ�?. BLANDOS CON LA OLIGARQUÃ?A Este martes, el gobierno indÃgena â�� campesino de Morales demostrÃ³ que era capaz de desatar una brutal represiÃ³n sobre los mineros y la COB, pero que es extremadamente tolerante con pequeÃ±os grupos de choque de la oligarquÃa, que toma aeropuertos, golpea periodistas, dispara armas de fuego contra los ministros de Estado y persigue a los activistas sindicales y polÃticos de izquierda. Este martes, al mediodÃa, no mÃ¡s de 200 fascistas tomaron el aeropuerto de Tarija e impidieron la visita de los presidentes de Argentina, Venezuela y Bolivia. Evo suspendiÃ³ la visita para evitar enfrentamientos. En la tarde, el vicepresidente Alvaro GarcÃa Linera suspendiÃ³ la sesiÃ³n de Honor del Congreso nacional en homenaje al 183 aniversario de la Independencia de Bolivia que debÃa celebrarse este miÃ©rcoles 6 de agosto en Sucre, por la amenaza de los grupos de derecha y autoridades regionales. En la noche, grupos de sicarios de la derecha dispararon armas de fuego en Trinidad contra el vehÃculo en que viajaba el ministro de Presidencia, Juan RamÃ³n Quintana. Este jueves, un grupo de 35 fascistas tomaron el aeropuerto de Riberalta para impedir el arribo del ministro de la Presidencia, ante la total pasividad del Gobierno. Frente a todos estos ataques de las bandas fascistas, el Gobierno de Morales no usÃ³ ni la ley, ni la fuerza pÃºblica ni la bala, reculando en toda la lÃnea, tal como lo viene haciendo ante la derecha desde hace mÃ¡s de un aÃ±o. En su suicida polÃtica de conciliar con la oligarquÃa (la que sin embargo no quiere saber nada del â��indio presidenteâ�?), el gobierno indÃgena campesino ha retrocedido en todo y, en los hechos, ha entregado la mitad del territorio (Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Sucre) para que allÃ la derecha y el fascismo alcen cabeza y forjen gobiernos paralelos y en rebeldÃa en defensa de los intereses capitalistas, de los terratenientes que esclavizan a miles de indÃgenas guaranÃes, concentran la tierra y explotan sin medida los recursos naturales. GUERRA SUCIA El gobierno indÃgena ha mostrado que es blando, muy blando, con sus â��enemigosâ�?, con la oligarquÃa, pero que es feroz con sus â��aliadosâ�?, con los obreros. Ahora, tras romper a bala los bloqueos de mineros, ha desatado una virulenta campaÃ±a contra los sindicalistas, a los que acusa, sin aportar con los pruebas respectivas, de â��paramilitaresâ�?, â��instrumentos de la derechaâ�?, â��pagados por la oligarquÃaâ�?, etc. TambiÃ©n ha organizado grupos de choque para atacar la sede sindical de la Central Obrera de Oruro y hostigar a los trabajadores en lucha. En su guerra sucia contra los sindicatos, los funcionarios gubernamentales no trepidan en usar las mismas armas que utilizaban las dictaduras y los gobiernos neoliberales para desnaturalizar la lucha de los trabajadores. Cuando Evo Morales era dirigente cocalero y bloqueaba caminos en defensa de la coca y la vida de los campesinos, desde arriba y mediante todos los medios se lo acusaba de â��narcotraficanteâ�?, de estar â��pagado por el comunismo internacionalâ�?, de â��atentar contra la democracia y la economÃa nacionalâ�?. Hoy esa misma receta se estÃ¡ aplicando contra los sindicalistas. RAZONES DE FONDO En el fondo, lo que quiere el gobierno indÃgena â�� campesino de Bolivia es que los sindicatos obreros y el conjunto de trabajadores abandonen sus reivindicaciones, que se olviden de luchar por mÃ¡s salario y mejores empleos, que trabajen sin protestar para engordar a los empresarios y al Estado. El objetivo del gobierno de Morales es alcanzar una â��revoluciÃ³n democrÃ¡tica y culturalâ�? que busca poner fin al menosprecio y discriminaciÃ³n racial contra los indÃgenas, que incluya a los indÃgenas y campesinos en la vida econÃ³mica, polÃtica y social de la RepÃºblica, dejando atrÃ¡s, y sin resolver, la creciente explotaciÃ³n laboral a la que son sometidos los obreros y trabajadores. Por ello, apuesta al â��capitalismo andinoâ�? para, con apoyo del Estado, fomentar y desarrollar la pequeÃ±a, mediana y gran propiedad privada productiva. Por ello defiende los ingresos del Estado y cuida las ganancias empresariales, y por ello no quiere decretar el aumento de salarios ni obligar a que las empresas privadas y el Estado aporten para las jubilaciones, tal como demanda la COB. Las cifras oficiales del Ministerio de Hacienda revelan que en estos dos aÃ±os y medio de gobierno de Morales, los ingresos del Estado se han duplicado y que las ganancias de los empresarios se ha quintuplicado, pero que el salario real de los trabajadores se ha reducido por el alza del costo de vida y que ni el Estado ni los empresarios comparten su bonanza con los mÃ¡s pobres. En rigor, los obreros y trabajadores de las ciudades y el campo estÃ¡n igual o peor que antes, con un salario promedio de 110 dÃ³lares al mes, monto que no alcanza para cubrir los costos bÃ¡sicos de una familia que ascienden a un poco mÃ¡s de 700 dÃ³lares. Pero eso importa poco o nada al rÃ©gimen gobernante, que cree que los trabajadores deben olvidarse de sus problemas diarios y sentirse satisfechos por ser dirigidos por un indÃgena, al que deberÃan ayudar a ganar el referÃ©ndum revocatorio de este domingo. ENCUESTAS Y RESULTADOS A 48 horas del referÃ©ndum, todas las encuestas difundidas por los grandes medios de comunicaciÃ³n confirman el vaticinio de que Evo, su vicepresidente Alvaro GarcÃa Linera y varios de los prefectos derechistas serÃ¡n ratificados en las urnas, con lo que se mantendrÃ¡ la virtual existencia de dos gobiernos en Bolivia, el de Morales que tiene el control del altiplano y de las zonas rurales en los valles, y el de la oligarquÃa, que gobierna en el oriente y gran parte de los valles. Concluido el referÃ©ndum, la proyecciÃ³n de Evo es lograr un gran acuerdo nacional con la oligarquÃa para preservar la democracia representativa y fortalecer el funcionamiento del capitalismo andino. TambiÃ©n quiere lograr la aprobaciÃ³n de una nueva ConstituciÃ³n PolÃtica que otorgue, por lo menos en lo formal, mÃ¡s derechos a las poblaciones indÃgenas, impulse el desarrollo capitalista de Bolivia y abra paso a su reelecciÃ³n a partir del 2010. La derecha, en cambio, ya no quiere ningÃºn pacto con Evo, menos su nueva ConstituciÃ³n y su posible reelecciÃ³n, y apuesta a desgastarlo y a impedir que se mantenga en el gobierno mÃ¡s allÃ¡ del 2010, cuando concluye oficialmente su mandato de cinco aÃ±os. En medio de estas dos grandes tendencias, los sectores mÃ¡s radicalizados de la COB postulan destruir el poder econÃ³mico de la oligarquÃa y, al mismo tiempo, obligar a Evo Morales a ejecutar la agenda de la insurrecciÃ³n de octubre, que se sintetiza en gas, petrÃ³leo y minas para Estado, tierras para los indios y empleo y salarios para los trabajadores. La COB, por lo menos hasta ahora, quiere que Evo cambie de polÃtica, que sea blando con los sindicatos y trabajadores y que sea feroz con la oligarquÃa y el imperialismo.
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