CUBA: Posada Carriles, un asesino en serie

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CUBA: Posada Carriles, un asesino en serie
per envia F EspinozaCUBA: Posada Carriles, un asesino en serie	06 jun 2008
Y cabría preguntarse entonces a qué obedece esa impunidad que impermeabiliza hasta hoy frente a la Justicia al representante más siniestro de los terroristas conocidos.

CUBA: Posada Carriles, un asesino en serie Nancy ValiÃ±o Cuando la jueza texana Kathleen Cardone, dictaminaba el 8 de mayo 2007 que Luis Posada Carriles fuera dejado en libertad, desestimando la â��cÃ¡ndidaâ�? acusaciÃ³n que pesaba sobre Ã©l por mentiras e irregularidades inmigratorias, sin dudas sabÃa muy bien que en realidad tenÃa ante sÃ a un terrorista exponente de los llamados â��guerreros por los caminos del mundoâ�?, utilizados por el imperio para imponer por cualquier medio su voluntad. La jueza entonces no se atreviÃ³ a asumir la responsabilidad de ir mÃ¡s allÃ¡ en las investigaciones en torno al individuo que era considerado como habiendo â��estado involucrado en, o estar asociado con algunos de los hechos mÃ¡s infames del siglo veinte...â�?(palabras de la propia Kathleen Cardone respecto a Posada). No era esta en todo caso la primera vez que la justicia de los EEUU eludÃa asumir su papel y se replegaba sumisamente, lavÃ¡ndose las manos ante la presiÃ³n y los montajes emanados desde la Casablanca y los integrantes de la mafia cubanoestadounidense. La huella nauseabunda de un terrorista Antes de esta cÃ³moda y breve estadÃa en prisiÃ³n en los EEUU, el rastro de Posada Carriles se habÃa perdido en la sombra luego que fuera indultado el 26 de agosto del 2004 por la entonces presidenta de PanamÃ¡, Mireya Moscoso, en cuyo paÃs se encontraba procesado y encarcelado desde fines del aÃ±o 2000. Posada habÃa ingresado entonces clandestinamente a dicho paÃs, llevando consigo una cantidad de explosivos con los que planificaba volar el paraninfo de la Universidad de PanamÃ¡, durante una actividad solidaria en la cual participarÃa Fidel Castro junto a miles de estudiantes. Este atentado terrorista fue frustrado a tiempo por la denuncia que el mismo Fidel hiciera, entregando apabullantes pruebas recopiladas por la Seguridad cubana, lo que obligÃ³ a la justicia panameÃ±a a encerrar y procesar a Posada y algunos de sus compinches. Esta medida fue la que logrÃ³ burlar el aÃ±o 2004 la presidenta Moscoso decretando en su favor el indulto pocos dÃas antes de abandonar su cargo. A partir de entonces, la huella nauseabunda de Posada se pierde aparentemente â��para siempreâ�?, pero reaparece en abril 2005, cuando nuevas informaciones proporcionadas por el gobierno de Cuba y otras personas honestas, denuncian que Posada Carriles habÃa entrado de modo clandestino a los EEUU. Esta situaciÃ³n obligÃ³ al gobierno yanqui, despuÃ©s de algÃºn conato de negativa, a reconocer que el terrorista se encontraba oculto y protegido dentro del paÃs. De esa forma las evidencias entregadas pÃºblicamente por Fidel habÃan logrado desenmascarar otra de las maquinaciones tendientes a ocultar el periplo de Posada por varios paÃses de la regiÃ³n centroamericana y su ingreso al territorio estadounidense. Fue entonces allÃ recogido cuidadosamente entre plumas y algodones y encausado... por mentiras y fraude inmigratorio. En libertad desde mayo 2007, continÃºa gozando del sol miamense meciÃ©ndose hasta hoy en el descaro y la impunidad. El prontuario de un asesino en serie La â��vida y obraâ�? de Posada Carriles es relativamente bien conocida (1), en parte por la impronta brutal concreta e inconfundible que ha dejado tras cada uno de sus crÃmenes, en parte tambiÃ©n por sus propias alabanzas autoreferenciales. No obstante, tanto conocimiento de sus fechorÃas no constituye hasta el dÃa de hoy suficiente argumento para que el sistema judicial estadounidense o alguno de los sucesivos gobiernos se atrevan a echarle el guante. Incluso, hasta algunos documentos desclasificados por el propio gobierno de EEUU y sus agencias, demuestran su implicaciÃ³n en hechos que debieran ser motivo de una investigaciÃ³n policial y judicial responsable (2). Por su parte, Cuba ha entregado tambiÃ©n a los gobiernos de turno en los EEUU, informaciones recopiladas por la Seguridad cubana en mÃºltiples ocasiones y, sin embargo... nada de nada: Posada Carriles continÃºa pavoneÃ¡ndose libre por las calles de Miami, preparando sin dudas su â��prÃ³ximo golpeâ�?. Y cabrÃa preguntarse entonces a quÃ© obedece esa impunidad que impermeabiliza hasta hoy frente a la Justicia al representante mÃ¡s siniestro de los terroristas conocidos. Esta situaciÃ³n, que serÃa difÃcil de imaginar siquiera en cualquier otro contexto y en cualquier otro paÃs, sucede desde hace dÃ©cadas respecto a un individuo que ha â��estado involucrado en, o estar asociado con algunos de los hechos mÃ¡s infames del siglo veinte...â�? segÃºn la propia jueza Kathleen Cardone reconocÃa con temor mientras se lavaba las manos; revela tambiÃ©n la verdadera Ã©tica de sus protectores, y por ende alerta acerca de las intenciones de los mismos. Con la impunidad de Posada Carriles en los EEUU queda totalmente al desnudo la verdadera esencia de la cacareada cruzada â��antiterroristaâ�? propalada por Bush. El Ã¡guila imperial y sus terroristas predilectos en acciÃ³n, cronologÃa. Encontramos a Posada Carriles escapando a todo correr de Cuba al triunfo de la revoluciÃ³n, junto a otros paradigmas del terrorismo internacional como Orlando Bosch, Santiago Alvarez (el mismo que hace unas semanas fuera desenmascarado enviando dinero a los mercenarillos autodenominados â��disidentesâ�? cubanos a cambio de â��cartas de recomendaciÃ³nâ�?, por intermedio del representante de EEUU en Cuba, Mr. Michael Parmly (3)), Guillermo Novo Sampoll, Pedro RemÃ³n, Gaspar JimÃ©nez, FÃ©lix RodrÃguez, Virgilio Paz, JosÃ© Dionisio SuÃ¡rez y muchos otros. Todos ellos habÃan participado entusiastamente en diferentes instancias de la dictadura batistiana y apenas llegados a EEUU, fueron contratados para servir de punta de lanza en la realizaciÃ³n de planes contra la isla. AllÃ, segÃºn las propias palabras de Posada Carriles al New York Times: "la CIA nos lo enseÃ±Ã³ todo, como usar explosivos, como matar, hacer bombas"... A nadie pudiera extraÃ±ar que tratÃ¡ndose de cubanos que habÃan actuado dentro de la isla al lado de la dictadura de Batista, al verse obligados a huir a los EEUU perdiendo sus privilegios, hubiesen continuado desde allÃ accionando contra la revoluciÃ³n que les habÃa destronado; para ello, contaron siempre con el apoyo de los sucesivos gobiernos empeÃ±ados en destruÃrla. Pero resulta que ademÃ¡s pasaron a formar parte de grupos selectos de la confianza absoluta del gobierno de los EEUU y sus agencias de Seguridad Nacional, desde los cuales no sÃ³lo han sido encomendados a realizar trabajos sucios contra Cuba sino tambiÃ©n en otros paÃses e incluso dentro y contra el mismo EEUU. Y habrÃa que resaltar lo anterior: Los terroristas cubanos acogidos con los brazos abiertos en los EEUU por su gobierno y bajo contrato de las diversas agencias de Seguridad Nacional estadounidenses NO SOLO han realizado acciones de terrorismo contra Cuba, sino contra otros paÃses y tambiÃ©n... contra el propio EEUU. Suena fuerte lo anterior, pero al que le moleste no tiene mÃ¡s que taparse los oÃdos o no continuar leyendo. Es asÃ que, apenas llegados a territorio estadounidense, los anteriormente mencionados, fueron integrados en un equipo especial organizado por la CIA de Allen Dulles y autorizado expresamente por el entonces presidente Dwight Eisenhower: el llamado â��OperaciÃ³n 40â�?(4). Desde allÃ, se comenzÃ³ a atacar de inmediato con diversas acciones terroristas la novel revoluciÃ³n. Pero el propÃ³sito principal del selecto grupo â��OperaciÃ³n 40â�? estaba reservado para cuando triunfara la proyectada invasiÃ³n de Playa GirÃ³n. Entonces ellos entrarÃan en acciÃ³n realizando tareas de â��limpieza anticomunistaâ�?; serÃan los encargados de que la sangre del pueblo cubano corriera abundantemente. Como se recordarÃ¡, la intentona de Playa GirÃ³n fue desbaratada estrepitosamente en menos de tres dÃas de combates. La naciente revoluciÃ³n hizo morder el polvo de la derrota a los mercenarios del plan imperial que habÃa sido preparado tan cuidadosamente por â��expertosâ�? que entre otros, habÃan realizado el cruento golpe militar contra Jacobo Arbenz en Guatemala. Mientras, anotemos aquÃ los nombres de David Atlee Philips, Howard Hunt, David SÃ¡nchez Morales: los jefes que la CIA tenÃa entonces a cargo del mencionado grupo â��OperaciÃ³n 40â�?; les volveremos a encontrar mÃ¡s adelante. Se conoce sobre la participaciÃ³n de estos terroristas y sus jefes en miles de acciones realizadas contra Cuba revolucionaria efectuadas a lo largo de casi cinco dÃ©cadas(5). Asimismo se sabe de sus actividades en el marco de la llamada OperaciÃ³n CÃ³ndor. Recordemos que las dictaduras instauradas cruentamente por el imperio en NuestramÃ©rica durante las dÃ©cadas de los 60â�� y 70â�� del siglo pasado, fueron encabezadas por militares â��educadosâ�? en la trÃstemente cÃ©lebre Escuela de las AmÃ©ricas, asesorados despuÃ©s en terreno por estos â��expertosâ�? cubanos y otros agentes proporcionados por la CIA (como el estadounidense Michael Townley). Con su colaboraciÃ³n siniestra, la â��cruzada anticomunistaâ�? continental puesta a funcionar desde el imperio dejÃ³ su huella sangrienta en prÃ¡cticamente todos los paÃses de la regiÃ³n, ocasionando centenares de miles de vÃctimas. De ese modo, la participaciÃ³n de estos terroristas cubanos en la OperaciÃ³n CÃ³ndor, se hizo no sÃ³lo a nombre de las variadas organizaciones â��anticastristasâ�? de Miami sino en tanto hombres de confianza de la CIA, el PentÃ¡gono y la Casablanca. Es en esa condiciÃ³n que proceden a asesinar el 21 de septiembre de 1976 al ex canciller chileno, Orlando Letelier y a su asistente Ronnie Moffitt(6), volando su automÃ³vil en pleno centro de Washington. A los pocos dÃas (el 6 de octubre), era perpetrado en Barbados el primer acto de terrorismo aÃ©reo cometido en cielos nuestroamericanos por otros integrantes del mismo grupo, al ser destruÃdo por la explosiÃ³n de dos bombas el DC-8 matrÃcula CU 455, de Cubana de AviaciÃ³n, ocasionando la muerte a sus 73 ocupantes (7). TambiÃ©n golpeaban en el territorio estadounidense: no hacÃa todavÃa un aÃ±o que una explosiÃ³n en el aeropuerto internacional La Guaira, de Nueva York, habÃa provocado la muerte de 11 personas y dejado heridas a 75 (29 diciembre 1975); seis semanas antes, el 17 de noviembre, otra bomba habÃa explotado en el aeropuerto internacional de la ciudad de Miami... â��Los dÃas 3 y 4 de diciembre siguientes, ocho bombas mÃ¡s explotaban en esta misma ciudad de la Florida, en lugares que demostraban una increÃble insolencia de parte de los autores: los cuarteles generales del FBI, los del Departamento de PolicÃa de Miami, los edificios del Correo y las oficinas de la FiscalÃa federalâ�?. Tres semanas despuÃ©s, el FBI identificaba las huellas de uno de los autores como pertenecientes al cubano Rolando Otero HernÃ¡ndez, alias â��El CÃ³ndorâ�?, quien estaba relacionado estrechamente con Posada Carriles, Orlando Bosch y la CIA. Â¿QuÃ© habrÃ¡ estado pasando entre bambalinas?... "la CIA nos lo enseÃ±Ã³ todo, como usar explosivos, como matar, hacer bombas"... Otras â��tareas suciasâ�? para los 40â�� Todos recordarÃ¡n el llamado caso â��IrÃ¡n-Contrasâ�? de la dÃ©cada de los 80â�� del siglo pasado (8), cuando mediante operaciones secretas, que fueron ocultadas cuidadosamente al Congreso de EEUU, se organizÃ³ el abastecimiento de armas a los grupos contra en Nicaragua. Estas, eran compradas a diversos traficantes con dinero proveniente a su vez de la venta de armas estadounidenses e israelÃes a IrÃ¡n, en esos momentos enfrascado en guerra con Iraq. AquÃ, volvemos a encontrarnos otra vez nada mÃ¡s por casualidad con FÃ©lix RodrÃguez, (que participara en Bolivia en la persecuciÃ³n al Che y sus compaÃ±eros) y con Posada Carriles, apodado entonces â��JosÃ© Medinaâ�?, y que fungÃa como hombre de confianza del coronel Oliver North, jefe inmediato. Estacionado en la base aÃ©rea de Ilopango, en El Salvador, recibÃa allÃ los cargamentos de armas destinadas a la contra, las colocaba en ruta hacia sus clientes y de paso colaboraba en cargar los mismos aparatos de regreso con droga destinada a sus socios mafiosos dentro de los EEUU. Todo se hacÃa obviamente con conocimiento de North, quien anotaba en su agenda de bolsillo referencias de estas operaciones. La explicaciÃ³n que se diÃ³ al ser descubierto una parte del escÃ¡ndalo, fue que el dinero de las armas vendidas a IrÃ¡n era el que servÃa para comprar las armas de la contra... lo de las drogas se tratÃ³ de mantener en la sombra, pero por diversas fuentes se hizo la luz hasta cierto punto, obligando a la CIA a reconocer que ellos estaban enterados del asunto â��drogasâ�?, Â¡pero que no habÃan participado directamente en el trÃ¡fico! AÃ±os despuÃ©s, un periodista que habÃa investigado minuciosamente el affaire (9), generando con ello una fuerte polÃ©mica pÃºblica (Gary Webb, premio Pullitzer), aparecÃa muerto por arma de fuego en su casa: se informÃ³ oficialmente que se trataba de un suicidio. Las cosas continÃºan enredÃ¡ndose todavÃa mÃ¡s para el entendimiento de cualquiera, cuando encontramos integrantes de este grupo de cubanos de la â��OperaciÃ³n 40â�? protagonizando acciones no relacionadas directamente con el terrorismo contra Cuba o en alguna otra misiÃ³n â��anticomunistaâ�?, sino ligadas a intereses estratÃ©gicos de poder dentro de los EEUU. Por ejemplo, se recuerda el denominado caso â��Watergateâ�? (1972), cuando fuera descubierto el espionaje que se realizara hacia el partido DemÃ³crata, colocÃ¡ndole aparatos de escucha en sus dependencias y fotografiando o sustrayendo documentaciÃ³n que nunca fuera plenamente identificada. Este escÃ¡ndalo tuvo como consecuencia la renuncia de Richard Nixon (1969-1974), quien era en ese entonces presidente y que inÃºtilmente tratara de frenar las investigaciones, aduciendo razones de â��Seguridad Nacionalâ�?. Todos los actores de esta operaciÃ³n secreta estaban en plantilla de la CIA, y aunque posaron como trabajando para los intereses del partido Republicano, sus nombres no dejan lugar para confusiones: Howard Hunt, otra vez actuando como jefe de grupo; Frank Anthony Sturgis, CIA y relaciones mafia; Bernard LeÃ³n Barker, antiguo esbirro batistiano; James Walter McCord, Jr, en lista de la CIA; Eugenio Rolando MartÃnez, cubano y Virgilio R. GonzÃ¡lez, tambiÃ©n cubano. Por casualidad todos ellos integrantes tambiÃ©n del grupo llamado â��OperaciÃ³n 40â�?, el cual supuestamente no existÃa ya para la fecha del Watergate... Pero quizÃ¡s el mÃ¡s impactante acto terrorista que se haya realizado en territorio estadounidense (hasta el 11 septiembre 2001), sea el relacionado con el asesinato del presidente John F. Kennedy, perpetrado en Dallas, Texas el 22 de noviembre de 1963 y adjudicado hasta ahora a Lee Harvey Oswald, el â��asesino solitarioâ�? que fuera inmediatamente silenciado para la posteridad por el mafioso Jack Ruby; hasta ahÃ la versiÃ³n oficial. A pesar de la trascendencia de este magnicidio en tÃ©rminos de polÃtica interna e internacional de los EEUU, continÃºan hasta hoy clasificadas informaciones concernientes al crimen. MÃºltiples â��teorÃas conspirativasâ�? que han proliferado al no conocerse la verdad, han contribuÃdo tambiÃ©n en la prÃ¡ctica a echar tierra y confusiÃ³n sobre el real suceso. No obstante, diversas investigaciones han tratado de atar cabos sueltos y al respecto, el â��ComitÃ© Selecto sobre Asesinatos de la CÃ¡mara de Representantesâ�?, nominado por el Congreso de EEUU en el aÃ±o 1976, concluye en su reporte final que: â��el Presidente John F. Kennedy fue probablemente asesinado como resultado de una conspiraciÃ³nâ�?. Varios de quienes fueran entrevistados por este ComitÃ© en relaciÃ³n al crimen murieron casual y convenientemente de manera â��naturalâ�� o violenta; algunos otros ni siquiera alcanzaron a testimoniar... Ineluctablemente, como si se tratara de otra coincidencia esperada, entre los mencionados en los testimonios vuelven a figurar nuevamente los famosos agentes CIA, David Atlee Philips, Howard Hunt, David SÃ¡nchez Morales y otros... otra vez en compaÃ±Ãa de los cubanos de la â��OperaciÃ³n 40â�?, incluyendo esta vez ademÃ¡s a Posada Carriles, â��The Hunterâ�? (10). Por si todo esto fuera poca â��casualidadâ�?, reaparecen algunos de estos mismos mencionados tambiÃ©n en torno al asesinato del otro hermano Kennedy, Robert, cometido el 5 de junio de 1968 mientras participaba en la campaÃ±a demÃ³crata por la nominaciÃ³n como candidato presidencial, puesto para el cual era considerado como seguro ganador. En este hecho criminal, solo figura oficialmente hasta ahora un culpable: otro tirador solitario, quien todavÃa continÃºa tras los barrotes clamando por su inocencia (11). El gobierno secreto yanqui y los planes â��secretosâ�? contra Cuba Como puede verse, Posada Carriles y sus boys no han estado todos estos aÃ±os actuando de guerreros â��freelanceâ�? por los caminos del mundo. Sus huellas les muestran como una mafia de asesinos expertos en el trabajo sucio, operando bajo Ã³rdenes directas de alguna estructura â��secretaâ�? que controla y define mediante el crimen terrorista aspectos estratÃ©gicos en la polÃtica interna e internacional de los EEUU. Saben demasiado: solo asÃ puede explicarse el poder que tienen dentro de EEUU y su impunidad frente a la justicia. En este contexto siniestro, todos ellos continÃºan hoy dÃa â��trabajandoâ�? activamente en tareas orientadas a la destrucciÃ³n violenta de la revoluciÃ³n cubana, contando con un millonario presupuesto extraÃdo de fondos fiscales, y sin dudas tambiÃ©n cuentan con asignaciones procedentes de otras actividades relacionadas con el narcotrÃ¡fico (como sucediera durante el affaire del IrÃ¡nâ��Contras). Funcionan por medio de las variadas organizaciones de fachada que como la FNCA/CANF, por ejemplo, tratan de maquillar sus acciones con un aspecto â��legal, pacÃfico y democrÃ¡ticoâ�?... mientras junto al odio, les asoman pistolas y bombas bajo el abrigo. Ellos son tambiÃ©n quienes se relacionan Ãntimamente con los mercenarillos de poca monta y peor honra cubanos, como lo hacÃa por ejemplo el ya mencionado Santiago Alvarez, encarcelado por posesiÃ³n de armas destinadas a matar cubanos. A pesar que el accionar de todos estos asesinos ha llevado el dolor y enlutado a miles de personas en Cuba y diferentes paÃses, incluyendo los EEUU; a pesar que pretenden continuar haciÃ©ndolo, los lastimeros mercenarillos autodenominados â��disidentesâ�? en la isla, que no ignoran con quienes estÃ¡n tratando, prefieren recibir los 30 denarios, antes que ser dignos frente a su pueblo y a la humanidad. Justicia y nuestros Cinco HÃ©roes La deuda de Posada Carriles y sus compinches es con la Justicia y con cada uno de los pueblos que han contribuÃdo a enlutar siguiendo las Ã³rdenes del imperio: Cuba, Venezuela, Chile, Nicaragua... EEUU. En tanto Posada Carriles y demÃ¡s terroristas continÃºen burlÃ¡ndose como hasta ahora de la Vida y la Justicia, cualquier presidente, juez o grupo de jueces estadounidenses estarÃ¡ asÃ contrayendo tambiÃ©n esa vergonzante y cobarde deuda con todos nuestros pueblos asÃ como con el propio. Mientras tanto, desde la prisiÃ³n injusta, nuestros Cinco HÃ©roes siguen demostrando dignamente que su misiÃ³n contra el terror no ha sido en vano y que continÃºa vigente; mientras existan terroristas, gobiernos indecentes y jueces timoratos o cÃ³mplices, Cuba tendrÃ¡ que velar necesariamente por su revoluciÃ³n en tanto continÃºa trabajando por la Vida y la Paz (12). Referencias: (1) http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/ultraje/index.html http://embacuba.cubaminrex.cu/Default.aspx?tabid=4396 (2) http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/ http://www.gwu.edu/~nsarchiv/news/20071115/index.htm http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB202/index.htm http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB218/index.htm http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/index.htm http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB157/index.htm (3) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68192 http://www.freethefive.org/usTerrorism/USTerrDialing4Dollars052408.htm (4) http://www.aporrea.org/actualidad/a15207.html http://www.terrorfileonline.org/es/index.php/Operaci%C3%B3n_40 (5) http://www.cuba.cu/gobierno/documentos/2002/esp/m260502e.html (6) http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB199/index.htm http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB125/ (7) http://www.familiesforjustice.net/interface.sp/design/home.tpl.html http://www.fabiodicelmo.cu/ (8) http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB2/nsaebb2.htm (9) http://www.democracynow.org/2004/12/13/investigative_reporter_gary_webb_ http://www.mega.nu:8080/ampp/webb.html (10) http://www.adelante.cu/Terrorismo/Kennedy_Asesinato.php (11) http://www.granmai.cubasi.cu/espanol/2007/enero/lun29/50complot.html http://www.forolibre.net/foro/showthread.php?t=57173 http://www.workers.org/mo/2005/posada-carriles-0623/ (12) http://www.antiterroristas.cu/index.php?tpl=./interface.sp/design/home.t http://www.freethefive.org http://www.granma.cubaweb.cu/miami5/index.html http://5heroes.cujae.edu.cu http://www.thecuban5.org http://www.cubainformacion.tv

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