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Del Mayo 68 a"esto es lo que hay"
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per ualtr |
11 mai 2008
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Primero sentemos la conclusión a la que hemos llegado tras el estudio minucioso de ese oscuro tránsito que condujo desde un pasado democráticamente artificioso al fascista y rotundo perfil que tiene el presente: los sucesos del Mayo francés del 68 no constituyeron una revolución que cambiara los cimientos de la historia sino una revuelta sin calado que estaba preñada de fracaso. Viento de fronda. Como afirma Eric Hobsbawm los estudiantes, grandes protagonistas del famoso Mayo, no eran revolucionarios, "rara vez -afirma el historiador- se interesaban en cosas tales como derrocar gobiernos y tomar el poder", que es lo primero que debe hacer una revolución. Eran, sencillamente, hijos de una confortable burguesía que les impidió llegar, contaminándoles, a una verdadera praxis revolucionaria. En la época eran escasos los estudiantes de familia pobre y por tanto objetivamente revolucionarios que podían sentarse en las aulas de la Sorbona. Por su parte los trabajadores que dieron relieve a la multitudinaria huelga general que paralizó Francia cedieron en su ofensiva simplemente con la oferta de De Gaulle de aumentar un 14 por ciento sus salarios. Sobre este suelo tan frágil añade Edgar Morin que la gran revuelta callejera fue "más que una simple protesta, pero menos que una revolución".
Sigamos con este enfoque, que respalda perfectamente la situación de extrema servidumbre a la que hemos llegado, sobre todo las masas occidentales, bajo la presión del neocapitalismo. ¿Qué solicitaron como peticiones finales y profundas los estudiantes?: la liberación de todos los jóvenes universitarios detenidos y maltratados por los móviles, la reapertura de la Sorbona y la retirada de la policía en el Barrio latino. Como se verá, nada auténticamente revolucionario y, más bien, transaccional. ¿Qué demandaron a su vez, con aparente energía huelguística, los trabajadores agusanados por el aparato de la CGT, el gran sindicato controlado por el Partido Comunista, que impedía siempre el hálito revolucionario en las masas? Pues esto: retorno inmediato a las cuarenta horas semanales sin pérdida de salario, jubilación a los sesenta años, libertades sindicales y cobro de las horas de huelga, que pasaban no obstante a ser horas recuperables. Hasta ahí llegó la famosa revolución que, según los cegados por el grafiti y las retóricas huecas, estaba cambiando el mundo. Es más, tras la yugulación de aquella vaporosa exhibición de ruidos y luces artificiales la sociedad poderosa recuperó en pocos años la vieja palanca para el debilitamiento del empleo, tornó a absorber el poder sindical, menguó aceleradamente las conquistas sociales, procedió a dinamitar los partidos de izquierda y potenció la socialdemocracia, que ya llevaba más de medio siglo conspirando con las clases reaccionarias para fingir una fachada progresista.
Según la verdad de los hechos tanto la universidad convencional como los sindicatos, presuntos dirigentes tardíos de la agitación, temieron una vez más que la ciudadanía procediese en la calle a la ruina de las instituciones. Los poderes establecidos y los que esperan su turno en la cucaña siempre temen perder el mango de la sartén. Por unas causas u otras, estado, organizaciones sindicales y escalones políticos vidriosos procuran que aborte el volcán. Y una revolución consiste con CARACTER DE TAL en el cambio radical de la sociedad. Una revolución ha de tener en este caso un espíritu de total eliminación de los factores que sostienen, directa o indirectamente, el modelo de sociedad clasista. Si no procede en esa dirección nunca se puede hablar de revolución.
Ahora bien ¿quedó algo vivo del Mayo del 68? Yo creo que pervive de él, con cuasiplena presencia, la doctrina que abrió con decisión una puerta al territorio de la sexualidad. Permítame el lector un cierto humor -ahora que el humor tan mal sienta a la predominante sociedad fascista, poco dada a lo que se llama vanamente autocrítica- al decir que con el Mayo francés se convirtió en libertad radical el volver a las siete de la mañana a casa sin que el otro miembro de la pareja pueda objetar nada que ofenda a la libertad practicada. Con el Mayo francés llegaron a la vida ciudadana dos derechos, uno el que custodia la autonomía del polvo y, el otro, ya sobrepasado, que eliminaba el sujetador. Lo que asimismo nació fue la práctica del grafiti, como ya hemos apuntado, que también está siendo absorbido por el poder indisimulado de las galería de arte, a cuya playa han arribado también los corrompidos poderosos.
Tornemos a decir unas cosas que aclaren los perfiles de una revolución auténtica. Los grandes acontecimientos revolucionarios sólo acontecen tras una larga preparación ideológica. Los conductores revolucionarios saben que una revolución no tiene marcha atrás y que su fracaso hiberna los valores para el cambio radical hasta el extremo que no sólo fracasa el hecho revolucionario sino que produce reinstalaciones duras en una población agotada por el vano intento revoltoso, que únicamente sirve para que sus dirigentes escalen la comodidad en nombre de los méritos exhibidos. Ejemplos como los de Glucksmann, Eric "el Rojo" y la colmena que construyeron iluminan esta deshonesta realidad. Estamos hoy, pues, en situación muy inferior a la que llegó a lograrse con el estado del bienestar que las clases poderosas administraron como bomba de achique de la voluntad que aspiraba a otro mundo. La revolución es algo demasiado serio y peligroso para confiarla a gentes que se alzan sobre cuatro adoquines para dictar un sermón repleto de indignidades. Mayo del 68 no conduce en Francia a una invención de sociedad justa sino que prepara el camino para que en el desierto que ha creado la impudicia de los falsarios, y que estos atribuyen a la violencia de la calle, se asiente el viejo poder, renacido con crueldad vengativa. La gran masa ciudadana procede tras su desangramiento a aceptar unos valores y elementos represivos que acaba por suponer naturales, desde la economía depredadora, las leyes prevaricadoras y los jueces que las sirven hasta la exaltación de la brutalidad policial y la bendición de los grandes sacerdotes. Por eso esa masa ciudadana acepta indignidades que cobija bajo su paraguas nada menos que esa sentencia repugnante de que se debe admitir el destierro bajo la especie de que "esto es lo que hay". Uno siente una tristeza profunda cuando constata cómo naciones enteras se ponen las esposas en sus propias manos. La aceptación del crimen es una de las más graves cuestiones antropológicas. El ser humano llega a revestir una asombrosa capacidad de sumisión.
Pero ¿qué es lo que ha llevado a esta exultante conmemoración del Mayo del 68? Creo que hay dos razones para explicar esta desquiciada adoración de aquel vano castillo de fuegos artificiales: una, la de haberse constituido en refugio de golpeados ciudadanos que así se fingen heroísmo y sacrificio y, la segunda razón, la insidiosa y folklórica admiración que dicen profesar por el fracasado Mayo los poderosos que, a la vez que destacan el hecho de lo espontáneo, lo recuperan como un ejemplo triste de locura propio de gentes de poco seso. La vacuna es buena ¿verdad, Sr. Sarkozy? |
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Comentaris
Esto es lo que hay
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per Esto es lo que hay: SI! ¿Y?... |
11 mai 2008
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No se puede hacer nada más de lo que se hace. |
Re: Del Mayo 68 a"esto es lo que hay"
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per pedro derte@hotmail.com |
11 mai 2008
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no se puede hacer nada? como se nota que eres un niño de papa con el culo pegado en la silla de la universidad. Si esto te parece tan cojonudo deberias estar tirado en una cuneta de la rabassada burgues hijo de puta |
Sólo un par de comentarios
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per makinavaja |
11 mai 2008
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Eric Hobsbawm, quien no merece ser descalificado de un plumazo (esto que quede claro), dice por ahí algo así como que los anarquistas ibéricos en 1936 eran una pandilla de disciplinados (así, de un plumazo). Y lo hace en un contexto de justificación de su convicción comunista, después de haber continuado militando tras los escándalos de Stalin y TODOS los demás partidos comunistas. Lo justifica después de que muchos de sus compañeros del History Workshop (grandes historiadores que renovaron el marxismo analítico como E.P.Thompson, Raphael Samuel y otros, aunque no sé exáctamente cuáles abandonaron el partido y la militancia comunista). Historiadores que, por cierto, a veces vienen a afirmar que la revolución viene de quienes gozan de una cierta comodidad para pensar, y no de los proletarios desesperados atenazados por su precariedad (aquellos que más fácilmente se lanzan a la calle en caso de estallido pero que no pueden sostener "una praxis" -y reflexión, añadiría yo- revolucionaria en el tiempo).
Por otro lado, conseguir un aumento del 14% del salario no es moco de pavo. Con este tipo de análisis (que por otro lado considero muy certero y afliado en muchos aspectos) se desprecia, por ejemplo, la lucha de los buseros. A, ¿que no es auténticamente revolucionaria? Bueno, esta gente igual tiene familia y no puede estar todo el día pensando en cómo sería maximalmente mejor nuestra sociedad y lanzarse a por todas sin nada que perder... Ni tienen tiempo ni formación para afilados análisis como el tuyo.
Y por cierto, eso de que "derrocar gobiernos y tomar el poder es lo primero que debe hacer una revolución" lo dejo para los amantes del poder. Léete la sexta declaración de la selva lacandona y verás como te hace pensar: "no queremos tomar el poder" dicen en una clara muestra de reflexividad y evolución. Algo que dicen y hacen a pesar de sus contradicciones y del coro de turistas revolucionarios. Y son maximalistas, ojo. |
Re: Del Mayo 68 a"esto es lo que hay"
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per Uno de todos |
11 mai 2008
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Que yo sepa nunca hemos pasado de la revuelta. lo cual no es poco y más viendo lo que se cuece hoy.Bienvenidas sean las revueltas!!! Revolución es pensar en la vida eterna, siempre tendrán sus Mesías; la rebelión es el presente, en el que todo el mundo puede participar... |
Re: Del Mayo 68 a"esto es lo que hay"
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per casi-troll |
11 mai 2008
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Es realistamente viable la revolución en la cotidianedad del paraguas neoliberal y la sociedad del bienestar de la Europa del Capital ?
Sinceramente, más allá de cuatro zumbados (lo de zumbados lo digo cariñosa y complicemente) que son observados por el resto de la "sociedad" como gente inadaptada, marginal, en el mejor de los casos "ingenuamente idealista"; existe algun tipo de identificación de las masas con algun tipo de corriente subversiva, antagonista y que plantee un horizonte de cambio radical del sistema en el que nos encontramos ?
Que masa social logran aglutinar las organizaciones y colectivos de izquierda alternativa y anticapitalista?
Que clase de penetración y aceptación tiene la crítica capitalista en las clases populares que diariamente nos cruzamos por la calle.
Que capacidad de proyección tiene la voz disidente frente a la maquinaria del poder y sus mass media?
Esto en cuanto a lo que se refiere de dentro a fuera. Pero si miramos un poco hacia dentro, cuanta gente conocemos que planten cara coherentemente segun sus propios principios al sistema? Nadie vive de un trabajo alienado para subsistir de forma sumisa? Nadie paga servicios "publicos" ? Nadie bebe Coca-Cola? Nadie viste ropa manchada de explotacion? ...
En este orden de cosas, alguien ve factible un hecho revolucionario real ? .. Más allá de cuatro ostias con la madera y un par de containers ardiendo en la última mani de turno?
O unas cuantas actividades en el CSO al uso...
O alguna miseria laboral rapiñeada por algun sindicato de base con el beneplacito de los poderes del estado y en clave capitalista?...
Yo en lo único que creo es en aquella gente que tiene los cojones de comprometer toda su vida por luchar y resistir contra el Estado y el Capital.. Por lo demás, mucho me temo que cambiar esta sociedad es una quimera, más que una utopia ... |
Re: Del Mayo 68 a"esto es lo que hay"
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per casi-troll |
11 mai 2008
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Es realistamente viable la revolución en la cotidianedad del paraguas neoliberal y la sociedad del bienestar de la Europa del Capital ?
Sinceramente, más allá de cuatro zumbados (lo de zumbados lo digo cariñosa y complicemente) que son observados por el resto de la "sociedad" como gente inadaptada, marginal, en el mejor de los casos "ingenuamente idealista"; existe algun tipo de identificación de las masas con algun tipo de corriente subversiva, antagonista y que plantee un horizonte de cambio radical del sistema en el que nos encontramos ?
Que masa social logran aglutinar las organizaciones y colectivos de izquierda alternativa y anticapitalista?
Que clase de penetración y aceptación tiene la crítica capitalista en las clases populares que diariamente nos cruzamos por la calle.
Que capacidad de proyección tiene la voz disidente frente a la maquinaria del poder y sus mass media?
Esto en cuanto a lo que se refiere de dentro a fuera. Pero si miramos un poco hacia dentro, cuanta gente conocemos que planten cara coherentemente segun sus propios principios al sistema? Nadie vive de un trabajo alienado para subsistir de forma sumisa? Nadie paga servicios "publicos" ? Nadie bebe Coca-Cola? Nadie viste ropa manchada de explotacion? ...
En este orden de cosas, alguien ve factible un hecho revolucionario real ? .. Más allá de cuatro ostias con la madera y un par de containers ardiendo en la última mani de turno?
O unas cuantas actividades en el CSO al uso...
O alguna miseria laboral rapiñeada por algun sindicato de base con el beneplacito de los poderes del estado y en clave capitalista?...
Yo en lo único que creo es en aquella gente que tiene los cojones de comprometer toda su vida por luchar y resistir contra el Estado y el Capital.. Por lo demás, mucho me temo que cambiar esta sociedad es una quimera, más que una utopia ... |
Mayo 68
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per Alain |
12 mai 2008
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La conmemoración de Mayo del 68 se viene realizando cada diez años, con la misma marea de libros y articulos. Estamos en el cuarto episodio, y las barricadas del “ bonito mes de mayo� tienen hoy la edad de ser abuelos. Cuarenta años después, se discute siempre para saber lo que ocurrió exactamente ese dia- y aunque algo ha ocurrido.
¿ Ha sido mayo del 68 un catalizador, una causa o una consecuencia? ¿ Ha ináugurado o ha acelerado sencillamente una evolución de la sociedad que habrÃa ocurrido de todos modos? ¿ Psicodrama o “ mutaciónâ€??
Francia tiene el secreto de las revoluciones cortas. Mayo del 68 no se escapó de la regla. La primera “ noche de las barricadasâ€? tuvo lugar el 10 de mayo. La huelga general se disparó el 13 de mayo. El 30 de mayo el General De Gaulle pronunció la disolución de la Asamblea nacional, mientras que un millón de sus partidarios desfiló por los Campos ElÃseos. A partir del 5 de junio, el trabajo retomó en las empresas, y unas semanas mas tarde, en las elecciones legislativas, los partidos de derecha consiguieron una victoria en forma de alivio.
Respecto a otros hechos desarrolados en otras partes de Europa en la misma epoca, se nota enseguida dos diferencias. La primera fue que en Francia en Mayo del 68 no fue solo una revuelta estudiada. También fue un movimiento social, por la razón de que Francia fue paralizada por 10 millones de huelguistas. Azuzada el 13 de mayo por los sindicatos, se asistió también a la mayor huelga general registrada nunca en Europa.
La otra diferencia, es la ausencia de prolongación terrorista del movimiento. En Francia no se ha conocido fenómenos comparables a los que han pasado en Alemania con la Fracción del Ejército Rojo (RAF) o en Italia con las Brigadas Rojas. Las causas de esta “ moderaciónâ€? han sido objeto de numerosos debates. ¿ Lucidez o cobardÃa? ¿ Realismo o Humanismo ? El espÃritu pequeño burgués que dominó a la sociedad probablemente sea una de las razones por las que la extrema izquierda francesa no ha vertido en “ comunismo combatienteâ€?.
Pero efectivamente , no se puede comprender nada de lo sucedido en Mayo del 68 si no se realiza con ocasión de estas fechas dos tipos de inspiraciones totalmente diferentes en su expresión. Al original movimiento de revuelta contra el autoritarismo politico, el Mayo del 68 fue un acceso, innegablemente, una protesta contra la politica-espectáculo y el reino de la mercancÃa, un retorno al espÃritu de la Comuna, un posicionamiento en forma de acusación radical de los valores burgueses. Este aspecto no fue antipático, aunque se mezclaron muchas referencias anticuadas y de ingenuidad juvenil.
El gran error ha sido el creerse que atacando a los valores tradicionales se podrÃa luchar mejor contra la lógica del capital. Esto era no ver que estos valores, como lo que todavÃa quedaba de las estructuras sociales orgánicas, constituÃan los últimos obstáculo al expansionismo planetario de esta lógica. El sociólogo Jacques Juillard ha hecho con este propósito una observación muy justa cuando ha escrito que los militantes de Mayo del 68, cuando denunciaron los valores tradicionales, no se percataron que estos valores ( honor, solidaridad, heroÃsmo) eran a las etiquetas parecidos, los mismos del socialismo, y que suprimiéndolos, abrieron la calle al triunfo de los valores burgueses: individualismo, cálculo racional, eficácia.
Pero también hubo otro Mayo del 68, de inspiración rigurosamente hedononÃsta e individualista. Lejos de exaltar una disciplina revolucionaria, sus partidarios quisieron “ prohibir ante todo prohibirâ€? y “ gozar sin trabasâ€?. Ahora, comprendieron muy rápido que asà ni se hace la revolución ni se pusieron al servicio del “ pueblo “ que fueron a satisfacer estos señores. Ellos al contrario, han comprendido enseguida que estarÃan indudablemente mas satisfechos en una sociedad liberal complaciente. Ellos se reunen naturalmente en el capitalismo liberal, lo que no ha ido por numero suyo, sin ventajas materiales y financieras.
Establecidos hoy en los Estados Mayores polÃticos, las grandes empresas, los grandes grupos editoriales y mediáticos, han renegado de prácticamente todo, no guardando de su empeño de juventud, mas que un sectarismo inalterable. Los que quisieron empezar una “larga marchaâ€? por “ las instituciones “ han terminado por instalarse comodamente. Reunidos entorno a la ideologÃa de los derechos del hombre, y a la sociedad de mercado, son estos renegados hoy en dia los que se declaran como “ antirracistas “ para hacer olvidar que no tienen nada mas que decir contra el capitalismo. Es ahora que gracias al espiritu “ bo-boâ€? – bu-bo- ( “ burgués-bohémio â€? , esto viene a decir liberal-libertario), triunda dondequiera, mientras que el pensamiento crÃtico es marginado mas que nunca. En este sentido no es exagerado decir que por fin es la derecha liberal la que ha disfrazado el espiritu “ hedonÃsticoâ€? y “ antiautoritario â€? de Mayo del 68. Por su estilo de vida, Nicolas Sarkozy aparece por otra parte, el primero, como un perfecto sesentayochiano.
Simultáneamente, el mundo ha cambiado.En los años 60, la economÃa era floreciente y el proletariado descubrió el consumo de masa. Los estudiantes no conocieron ni el SIDA ni el miedo al paro y la pregunta sobre inmigración ni se planteaba. Todo pareció posible. Hoy, es el futuro que parece cerrado, los jóvenes no sueñan con mas revoluciones. Quieren un trabajo, un alojamiento y una familia como todos. Pero al mismo tiempo, viven en la precariedad y se preguntan sobre si encontrarán trabajo después de los estudios.
¡ En 1968 ninguna estudiante llevaba vaqueros y los eslóganes “ revolucionariosâ€? que florecÃan sobre los muros no comportaron a ningún error de ortografÃa ! Sobre las barricadas, donde se reivindicaban modelos envejecidos, ( la Comuna de 1871, los consejos de obreros de 1917, la revolución española de 1936) , ó exóticos como ( la “revolución culturalâ€? maoÃsta) pero almenos se militaba por otro que por su comodidad personal. Hoy, las reivindicaciones sociales tienen un carácter puramente sectorial: cada categorÃa se limita a solicitar de los mejores sueldos, y de las mejores condiciones de trabajo. “ Dos, Tres, Basta Vietnamâ€?, “ Meter fuego a la llanuraâ€?, “ Hasta la libertad, siempreâ€? , : esto evidentemente ya no sacude los corazones. Nadie se bate tampoco por la clase obrera en su conjunto.
El sociólogo Albert O. Hirschman dijo que la historia ve alternar los periodos por las pasiones, y estas dominan donde dominan los intereses. La historia de Mayo del 68 fué la de una pasión que se derritió en un juego de intereses.
Alain de Benoist |
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