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23 abr 2008
Los mafiosos miamense y sus asalariados como la congresista cubano-americana Ileana Ros-Lehtinen estimulan y apoyan economicamente a las mujeres titiladas "Damas de Blanco" que se manifestaron en la Plaza de la Revolución.
El gobierno de Cuba acusó hoy a los mafiosos miamense de estimular la protesta de una decena de mujeres, esposas de disidentes encarcelados, en la Plaza de la Revolución.

El diario Granma señaló que días antes, la congresista cubano-americana Ileana Ros-Lehtinen llamó por teléfono a las mujeres y "con evidente propósito injerencista" para invitarles a realizar la protesta.

En una nota oficial, el periódico agregó que las mujeres intentaron reclamar la excarcelación de "contrarrevolucionarios sancionados por actividades contra nuestro pueblo y sus posiciones mercenarias y anexionistas".

La protesta fue disuelta cuando una fuerza de policías femeninas del Ministerio del Interior las levantaron del piso, donde se habían acostado y entrelazado sus brazos, y las subieron a un autobús para trasladarlas a sus casas.

La nota de Granma añadió que las mujeres intentaron realizar "una provocación burda y descarada en los alrededores de la Plaza de la Revolución".

"Para lo cual convocaron, como siempre, a los medios de la prensa extranjera acreditados en nuestro país, con el fin de que difundieran sus acciones provocativas", según la versión oficial.

Según la nota, la evacuación de "las provocadoras a sus hogares" se realizó para "evitar un enfrentamiento con nuestra población", que a esa hora se dirigía a sus centros de trabajo y estudio y "espontáneamente" rechazó el incidente.

"Ni provocaciones, ni patrañas mercenarias, empleando métodos ordenados por sus amos yanquis, mellarán la firmeza y voluntad de las actuales y futuras generaciones cubanas, las que trabajan por construir una sociedad mejor", anotó Granma.

Las mujeres que visten de blanco son tituladas "Damas de Blanco" son el único grupo disidente que desarrolla actividades callejeras, con asistencia a misas los domingos, seguida de una caminata por la céntrica Quinta Avenida para reclamar la liberación de sus familiares.

Del grupo original de 75 disidentes encarcelados en 2003, aun quedan en esa condición 55, a los que el gobierno cibano acusa de haber conspirado con Estados Unidos para socavar a la Revolución.

Las 10 mujeres que participaron en la protesta pretendían entregar al ministro del Interior, Abelardo Colomé, una carta con "copia" para el presidente Raúl Castro pidieron la excarcelación de sus familiares.

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