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Vivir en este mundo globalizado
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per Mariano Cabrero Bárcena Correu-e: pedrocruel2005@yahoo.es |
07 abr 2008
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Mariano Cabrero: "Por otra parte, y a modo de reflexión, hemos de convenir que se ha de globalizar la paz y no la guerra–la guerra montada por el presidente de EEUU., señor Bush, quien nos hizo creer que existÃa un “Eje del Malâ€?:Al_Qaeda, principio y fin de todos los males–." |
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¡Hoy tengo un mal dÃa! Si me equivoco, ¿sabrán disculparme? ¿Por qué nos equivocamos? Es muy sencillo: pensamos y actuamos como seres humanos que somos; el cometer errores es un mal endémico, que muchas veces no podemos evitar. Y es que vivir en este mundo globalizado se nos está poniendo cada vez más difÃcil: los ricos son cada dÃa más ricos, y los pobres son cada dÃa más pobres. Paradojas de la vida. El mundo de Internet y la propia “caja tontaâ€?–nuestra siempre bien amada televisión, que poco o nada nos enseña–, nos muestran como casi la mitad de los habitantes del Globo Terráqueo... se mueren de hambre: no hay más que ver los ojos de muerte con que nos miran esos pobres niños del Continente africano: sus caras aparecen llenas de mosquitos, y tienen fuerzas ninguna para levantar sus escuálidos cuerpos.
Al principio la mano de obra de los individuos fue globalizada, mas hoy por hoy todo está globalizado menos las migraciones. Por tanto, adivinamos que, como nos temÃamos, la globalización no ha sido perfecta. Desde principios del presente año estamos asistiendo a una crisis migratoria en Europa, y, siempre, en sus fronteras del este y el sur, respectivamente. Esto nos conlleva, ineludiblemente, a desarrollar una polÃtica europea de inmigración–hasta la fecha no desarrollada–, que reconduzca la movilidad de las personas entre los diferentes paÃses–desde los más pobres a los más ricos–, y, claro está, reconociendo que ésta produce problemas muy complejos en el siglo XXI. Y en esta vida para todo existe un lÃmite, que hay que resolver de una vez por todas: tenemos demasiados inmigrantes. Si ha de establecerse un control sobre la llegada de los últimos, me pregunto quiénes son ilegales. Y a continuación quiero razonar en el sentido de que hay que establecer unos requisitos mÃnimos de seguridad, para su entrada en los diferentes estados. Todo lo cual nos encamina a comprender que se produzca --en nuestras mentes--un miedo globalizado enfermizo y contagioso.
HabÃa dicho Mohandas_Gandhi que “no podrán sobrevivir aquellas culturas que pretendan excluir a los demásâ€?. Y esto de las culturas es hoy una realidad. Desean los inmigrantes venir a trabajar con sus propias manos, con sus propias culturas, con sus propios miedos... a un mundo nuevo, dirÃa yo, donde la movilidad y la comunicación están al alcance de la mano. Y son culturas, lenguas y religiones desiguales, que, naturalmente, han de convivir con las de otros paÃses para conseguir un mundo mejor y más equitativo, para construir una verdadera globalización. Para que nadie se tenga que morir de hambre, sed y justicia. No basta con extender allende los mares una economÃa de mercado, que transfiera capitales (por dineros) allà donde estos sean más rentables, y, a la vuelta de la esquina, volver con los bolsillos llenos de millones de euros, de millones... Debemos coexistir como seres humanos que somos, mas no explotar la mano de obra barata, abandonando los territorios una vez que han sido esquilmados.
Pretendemos, pretende uno observar que el mundo en que vivimos–principios del siglo XXI–, está cambiando tremendamente y a la velocidad del rayo. Existen adelantos sorprendentes en la ciencia, la teórica, las comunicaciones, en el saber (por conocimiento) humano...: todos estos avances forman parte de un nuevo mundo, que hemos convenido en llamarlo globalizado. Esta globalización deberÃa de afectar, en principio, a los 5 Continentes, pero vemos que en la práctica este desarrollo económico y cientÃfico no alcanza a todos.
Por otra parte, y a modo de reflexión, hemos de convenir que se ha de globalizar la paz y no la guerra–la guerra montada por el presidente de EEUU., señor Bush, quien nos hizo creer que existÃa un “Eje del Malâ€?:Al_Qaeda, principio y fin de todos los males–.Nuestras pautas a seguir han de ser consistentes y seguras en el sentido de erradicar la hambruna que, a manera de nubes con negros nubarrones, cubren numerosos paÃses del mundo. El enorme bienestar económico que, a ciencia cierta, poseen unos pocos–los ricos–, ha de dar paso a una distribución de la riqueza más equitativa y humana para con la pobreza–de muchos pobres–: ésta es la verdadera democracia bien entendida a nivel mundial. No conseguir los aludidos objetivos con anterioridad es como hacer mutis por el foro, es como transmitir angustia y dolor globalizados. Y acabo mi reflexión: ¡ Globalizad la paz!
Converso con mi pensamiento, y él me dice: “¿Para qué sirve tanta riqueza en nuestras manos?â€? Si la riqueza fomenta compasión, uno desea ser pobre; si la pobreza genera odio, uno desea ser rico. Y es que el hombre es insaciable en cuanto a la posesión de riquezas (por bienes terrenales). “El dinero es como el abono que se echa a la tierra: de nada sirve si no se extiendeâ€?, dejó escrito Francis Bacon. Hemos de desterrar para siempre la compasión para el pobre y el miedo a la globalización. Porque estableciendo un dialogo intercultural entre los seres humanos , se puede llegar a tratar de crear un mundo globalizado donde los pobres sean un poco menos pobres, y los ricos sean un poco menos ricos: distribución equitativa de la riqueza. Hay en el mundo cuarenta multimillonarios que distribuyen migajas de angustia y dolor, y asà vemos morir, todos los dÃas del año, miles y miles de niños que nacen, única y exclusivamente, para tener una muerte pronta, angustiosa y dura.
Las democracias se hacen fuertes, sin duda, respetando la pluralidad y la diversidad entre culturas y continentes. La globalización triunfará, siempre y cuando, establezca pilares sólidos donde se asienten ideas convergentes para el desarme mundial. EE.UU., Inglaterra, Irán, Corea del Norte, Israel y el fundamentalismo islámico... no están por la labor. La violencia siempre engendra violencia, y esto es bien sabido. Los paÃses que no dialogan, y se dialoga por mediación de la cultura, están abocados a una confrontación bélica constante. Piensa uno que indefinida.
Quizá no exista la globalización perfecta, pero todos hemos de contribuir al desarrollo y levantamiento de ese “tercer mundo� olvidado y masacrado por propios y extraños.
La Coruña, 7 de abril de 2008
© Mariano Cabrero Bárcena es escritor
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