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ABC color. De abogado de asesinos a campeón de la memoria
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per Luis Agüero Wagner Correu-e: lautaro_l@hotmail.com (no verificat!) Telèfon: 441208 Adreça: lautaro_l@hotmail.com |
28 mar 2008
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(Luis Agüero Wagner) Con lacrimógenos artículos dedicados al marzo paraguayo, en recordación de los disturbios que derivaron en la renuncia del presidente paraguayo de entonces, el diario ABC color de Aldo Zucolillo volvió a cubrir un itinerario de ida y vuelta en sus líneas editoriales, constante que se viene repitiendo desde hace cuatro décadas. |
En los dÃas en que un gobierno con el cual Zucolillo tenÃa comprometidos varios negocios y grandes ganancias estaba a punto de ser derrocado, a fines de marzo de 1999, en medio de violentas manifestaciones, el diario ABC color intentó con titulares en letras de tamaño catástrofe impedir la revuelta popular. Consumada la caÃda del gobierno del presidente Raúl Cubas, ABC se burló de las vÃctimas de los disturbios –que dejaron 8 muertos y centenares de heridos- publicando que en realidad se trataba de un montaje de sus adversarios polÃticos.
Durante los meses que siguieron insistió tenazmente en que el asesinato del vice-presidente Luis MarÃa Argaña, detonante de la revuelta que tumbó al gobierno, en realidad constituyó una farsa dado que según su versión, el polÃtico ya llevaba varias horas muerto de causas naturales. Para desencadenar la ira popular, según Zucolillo, unos viles conspiradores lo montaron ese dÃa en su camioneta y fabricaron un simulacro de tiroteo para engañar a la opinión pública.
Durante la guerra frÃa, Zucolillo y su diario ABC habÃan sido férreos defensores del gobierno del dictador Stroessner, y por extensión alababan la gestión de los demás dictadores aglutinados en el Plan Cóndor. También en esa etapa defenderÃa con fervor la guerra sucia desatada en Argentina por la Junta Militar instalada en marzo de 1976, y los abusos cometidos por Pinochet en su defensa de la civilización occidental y cristiana.
El General Alfredo Stroessner visitó Venezuela en junio de 1957 para estrechar vÃnculos con el dictador militar del paÃs caribeño, General Marcos Pérez Jiménez, en tiempos en que ambos subproductos de la polÃtica exterior estadounidense concedÃan graciosamente tajadas del espectro radioeléctrico a sus adulones. Para que no queden dudas sobre el carácter marcial de su visita, Stroessner se alojó en el local del CÃrculo de las Fuerzas Armadas de Venezuela, en Caracas. Un par de décadas más tarde, un 20 de abril de 1977, era recibido por Stroessner con los honores correspondientes, el Teniente General Jorge Rafael Videla, quien llegaba al Paraguay acompañado de su esposa Alicia Raquel Hartidge. A la noche se llevó a cabo una recepción de gala en el Palacio de Gobierno de Asunción, donde no faltaron los pundonorosos y austeros luchadores por la libertad de expresión como Aldo Zucolillo. Luego vendrÃan los cheques del dueño de ABC para solventar los congresos de represores de la Liga Mundial anticomunista que se realizaban en Asunción, fuertes sumas que administraba el director del centro de detención y torturas de la dictadura paraguaya.
El capitán José Antonio Valiente fue el primer marido de Graciela Pappalardo y cuñado de Teófilo Conrado Pappalardo, jefe de Ceremonial del Estado durante la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay y reconocido operativo del Plan Cóndor, como proveedor de pasaportes a los asesinos de Orlando Letelier.
José Antonio Valiente, dueño del desaparecido bar "Felsina", fue ultimado en nebulosas circunstancias en Buenos Aires, Argentina, poco después del Golpe Militar con el que Videla y Massera derrocaron a Isabel Perón en marzo de 1976. Según documentos obrantes en el Archivo del Terror (Microfilm 00028F0474), el presunto asesino habrÃa sido Juan Carlos Cabañas, ex secretario del Dr Edgar L. Ynsfrán, temible ministro del Interior del dictador Stroessner, en el perÃodo de mayor auge de la sangrienta represión.
Algunos familiares hoy aseguran que José Antonio Valiente tuvo una hija de nombre MarÃa Adelaida, a quien se le habrÃa cambiado el apellido con el mismo modus operandi de la represión del Proceso de Reorganización Nacional.
Aldo Zucolillo, que fundó su diario en sociedad con un narcotraficante de fama mundial, el general Andrés RodrÃguez, también es conocido en Paraguay por haber incendiado sus comercios para cobrar seguros cuando debÃa eludir abultadas cuenta tributaria.
Estas transgresiones podÃan darse porque Zucolillo y sus periodistas de ABC color todavÃa no habÃan sido seleccionados por la embajada norteamericana como propagandistas de la democracia tutelada. Es conocido que la National Endowment for Democracy , la USAID y la CIA se abocarÃan a fabricar entre ellos a bien remunerados disidentes y “luchadores por la democraciaâ€? en los últimos meses del régimen militar paraguayo.
Hoy estos émulos Goebbels y del senador Mc Carthy en Paraguay, capitaneados por el propietario del diario ABC color, han retrocedido medio siglo en el tiempo que mide el contexto internacional, en un paÃs en el que sólo basta alejarse unos 15 kilómetros de la capital para volver del mundo contemporáneo a la prehistoria, pasando por el modernismo, la edad media y el mundo antiguo. Es lo que se deduce del desmesurado espacio que vienen dedicando a satanizar a Hugo Chávez y a su polÃtica exterior, llegando al extremo de escrachar con fotos e infografÃas a supuestos simpatizantes paraguayos de la revolución bolivariana, al más puro estilo de un régimen de prensa totalitario.
A pesar de todo esto, estos personajes pretenden hacernos creer que hoy apoyan a un candidato “izquierdista�, el obispo Fernando Lugo, cuyo discurso han tenido cuidado de revisar en sus aspectos sustanciales. Presentado como un teólogo de la liberación tercermundista adscripto al socialismo del siglo XXI, ABC color y Zucolillo conminaron al candidato a renegar de Chávez, Castro y el MERCOSUR, y a rodearse de agentes de USAID y otros beneficiarios de la embajada norteamericana de Asunción.
Y aunque parezca inconcebible, este es el mismo personaje que pretende pasar como representante de los intereses generales de la sociedad paraguaya, proveer credenciales democráticas a los candidatos y erigirse en campeón de la memoria. Definitivamente, habemos de todo en la viña del Señor.
Luis Agüero Wagner |
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