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Notícies :: laboral |
Cuando la expropiación y la de defensa de los hechos se hace necesaria
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per esKupe Kon Acierto |
27 des 2007
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A raiz de un atraco a un banco y la muerte de un policía en Chile |
El mundo de la mercancia reina de manera ininterrumpida y sin asco. Mientras tanto nos imponen de forma violenta la dictadura del mercado por sobre nuestras necesidades humanas. Para esto, el capitalismo ha tenido que llevar una tenaz guerra contra los explotados, asesinando, masacrando, encarcelando y torturando, con enfermedad, trabajo asalariado y una vida llena de miserias.
Cuando hoy se cumplen 100 años del asesinato de miles de proletarios en la llamada masacre de santa maria de iquique en Chile, el Estado y el Capital sigue asesinando, quizas no con grandes masacres como la de antaño sino con la más silenciosa y atroz violencia, la cual llena las cárceles y crea nuevos centros de tortura lesgislado por sus putridas leyes. El terror del Estado se hace sentir a cada paso que danos, copando cada espacio, tiempo y lugar. La guardia blanca del Capital nos lanza su mensaje, para quien no se someta a su redil civilizado, caera todo el Poder del Estado, servidas por sus instituciones de represión.
Los medios de incomunicación nos bombardean constantemente con imbecilidades sobre la delincuencia, el vandalismo y la violencia. Creando un consenso dentro de la llamada opinión publica sobre estos hechos, llamando a gritos a endurecer y castigar con mayor dureza a quien sobrepase la ley y no se deje someter al yugo de la casta opresora, induciendo en la conciensa del esclavo valores que lo hacen distanciarse de sus hermanos de clase, cayendo en la competencia y la avaricia, negando la solidaridad como medio de relacionarse. Decir que la opinion publica no son más que borregos acallados que siguen sin pensar las ataduras de la burguesÃa repitiendo los mandamientos de la sacrosanta propiedad privada y su democracia, los ciudadanos repiten las estupideces que emanan de la prensa, distanciándose de esa forma de quienes no pueden o no quieren ser parte del rebaño que camina pacÃficamente a su propia muerte.
Frente a este escenario de tan estupida y penosa realidad, es que la sociedad se ve consternada por el asalto a un banco y la muerte de un policia. Los estupidos que alaban y piden a gritos el castigo para los justicieros, no se dan cuenta que tanto la policÃa y los bancos, son los soportes maximos de la columna vertebral de la sociedad de clases, mientras los policias resguardan la propiedad privada defendiendola armados hasta los dientes, los bancos son las arcas del negocio dado por la producción y circulación de mercancias.
El lema de la paz social se difunde por todos lados, mientras se condena a muerte o cadena perpetua a quienes tienen el coraje de ir y arrebatar a los centros de acumulación alguna parte de Capital, negandose a ser vilipendiado por el trabajo asalariado.El proletariado no cantara victoria mientras siga confiando y reproduciendo el lenguaje de los administradores de su miseria.Seguira siendo masacrado y humillado mientras no cuestione radicalmente el monopolio de la violencia, y no luche por arrebatarle las armas al enemigo; aunque solo sean para destruirlas.
El Estado se prepara y lleva a la practica su terrorismo más brutal. Con allanamientos, golpes, interrogatorios, asaltos a compañeros, exepción, secuestros, hostigamientos,etc, de paso aprovecha para continuar la militarizacion de las tierras ancestrales mapuches en conflicto y todos los barrios que continuamente le hacen la guerra al Estado.
La represion cae en todas sus formas contra los nuevos personajes que son persguidos en esta nueva pero repetida caza de brujas. Juan Aliste, Fredy Fuentevilla, Marcelo Villarroel, Carlos Gutiérrez son sindicados ya no como los asaltantes del banco sino como asesinos a sangre fria de un vil policÃa, cosa que para nosotros, no puede suponer nada, ya que bien mal estariamos el dia que llegaramos a criticar y condenar a quien mata un policia o roba al rico por defender su libertad o como forma de revuelta.
Los compañeros lucharon contra la dictadura del cancerbero de Pinochet, tomando posicion activa y decidida, para acabar con cualquier atisbo de inhumanidad. Lucharon contra la transición pactada entre militares y socialdemocratas, que a lo oidos de estos jovenes rebeldes no pudo ser más que el rebestimiento del mundo de la miseria disfrada de alegria que jamás llego.
Entre 1990 y 1994 fueron desarticulandos, extinguindos y masacrandos todas las expresiones subversivas que pelearon palmo a palmo, arma con arma a esta dictadura del Capital, para quienes el Estado no pudo asesinar, la cárcel fue la unica opción.
La cárcel no demoro en convertirse en un nuevo escenario de lucha para estos jovenes rebeldes, que con su ira, pudieron dar vuelta la situacion suya como la del resto de compañeros. Fugas, motines, huelgas de hambre, asaltos a gendarmes, destruccion de pedazos de carcel, camaras de videovigilancia, microfonos no de forma simbolica sino tangible, contracultura, escritos, poesia, por sobre todo lucha contra el entramado carcelario y su podrida institucion. Fueron ellos quienes pudieron hacer añicos una Cárcel de Alta Seguridad construida para su exterminio, fue asÃ, como fueron construyendo durante los 14 años de encierro su libertad, para luego continuar el combate con los pies en las calles. La libertad nunca nos sera dada por la casta que nos oprime, nunca sera mediada o fagocitada por los recuperadores de todo, la libertad se contruye a pulso, sin lisonjas, ni miserias.
Es deber nuestro, solidarizar y ser complices activos de esta nueva arremetida del Estado y de todos quienes rompen cotidianamente la paz social del Capital. Debemos de dejar el discurso victimista, que tanto mal nos ha hecho durante siglos de lucha y pasar a la ofensiva contra este mundo, tirando por los aires, toda imposicion burguesa que se estanca en su juridicción. Tanto la culpabilidad y la inocencia son dos etiquetas que les cuelga a las personas esta sociedad del espectáculo, que para los revolucionarios y rebeldes no tiene ningun valor en sÃ.
Que los compañeros sean culpables o inocentes, es algo que no nos preocupa, ya que eso se lo dejamos a las instituciones burguesas del Estado y su gama colorida de partidos politicos,que no dudaran en masacrar a los proletarios en revuelta. Y en todo caso, aquà el único culpable es el explotado que tiene conciencia de lo que pasa y no hace nada para fortalecer el bando de los que luchan.
El “fenomenoâ€? de la expropiación y los ajusticionamientos a policÃas no pueden verse como hechos aislados o ajenos al conflicto de clases. Ellos son hechos inseparables, una manifestacion más del procesi de revuelta con que los explotados recuperan de poco en poco sus vidas.
La guerra social copa todos los espacios y lugares, se hace necesaria y urgente pero se ve como un hecho inevitable.
¡Contra las cárceles y el Estado!
¡A convertir la solidaridad en un arma eficiente! |
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