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Piedad Córdoba denuncia amenazas de muerte por parte de un funcionario del presidente �lvaro Uribe
20 des 2007
El oficio del sicariato amenaza de muerte a senadora colombiana.
La senadora colombiana, Piedad Córdoba dijo que ha sido víctima de hostigamiento permanente por parte de las autoridades de su país, que ha recibido llamadas amenazantes y que su teléfono está intervenido.

Córdoba denunció este miércoles en Washington que un alto funcionario del Gobierno de su país encomendó su asesinato y aseguró que "no tiene miedo", porque las amenazas no detendrán su labor como defensora de los derechos humanos.

En una rueda de prensa desde la capital estadounidense, transmitida por TeleSUR, Córdoba dijo que tiene conocimiento de que el referido funcionario, cuyo nombre se reservó, ordenó su asesinato.

"Ya se quiénes son", dijo y aseguró que el informe sobre estas amenazas que presentó a las autoridades de su país "es un informe supremamente serio", pero que no dará mayores detalles por razones de seguridad.

"Me ratifico, es una información muy seria que me llegó en la noche de ayer y me lo confirmaron en la mañana de hoy (miércoles). No me voy a extender en este tema por más que me lo soliciten".

Dijo que sus allegados han sido informados sobre el intento de atentado en su contra y que están preparados para actuar en caso de que a ella le ocurra algo. "Quiero que sepan que mis amigos personales conocen quién es. No voy a dar ningún nombre, simplemente las personas cercanas a mi van a tener el nombre por si a mí me ocurre algo".

Aseguró que "no es la primera vez que me amenazan" y que "voy a continuar, no les tengo ningún miedo", tanto en sus esfuerzos por lograr un canje humanitario de rehenes por guerrilleros presos como en su activismo político en Colombia.

No obstante, acotó que se toma muy en serio las amenazas y que ha tomado las previsiones necesarias, pues sabe hasta dónde pueden llegar los grupos violentos de la ultraderecha. "Me asesinaron a un asesor muy cercano hace ya un año y medio, que además lo marcaron de la manera más espantosa", relató.

"No es que sea una novata en las cosas que están ocurriendo".

La senadora estuvo secuestrada en mayo de 1999 por paramilitares colombianos y el año pasado uno de sus asesores, Jaime Gómez, desapareció mientras trotaba por un parque en Bogotá y apareció muerto semanas después.

En los momentos se encuentra en Estados Unidos para participar de una diligencia judicial en un tribunal federal por la condena contra el miembro del secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Simón Trinidad.

En su viaje se reunió este martes con los legisladores demócratas Gregory Meeks, Bill Delahunt y James McGovern, quienes, en declaraciones a la prensa internacional, reiteraron su apoyo a la gestión de la senadora en la busca del canje humanitario, que podría beneficiar a tres estadounidenses en poder de las FARC.

"Nosotros, los que estamos en este proceso vamos a trabajar arduamente, como se los dijimos a los tres congresistas porque queremos que los tres norteamericanos también recuperen la libertad", dijo Córdoba Hostigamiento permanente.

La senadora dijo que ha sido víctima de hostigamiento permanente por parte de las autoridades de su país, que ha recibido llamadas amenazantes y que su teléfono está intervenido.

Recordó que "yo estoy atravesando una denuncia penal por concierto para delinquir y por alta traición a la patria" y denunció que ha sufrido una serie de episodios que calificó de "humillantes".

"La semana pasada, a uno de mis asesores le fue robado de su apartamento la CPU (de la computadora) y algunos documentos, entre ellos el pasaporte y elementos de trabajo que no creo que tengan utilidad distinta que la que nosotros hacemos", lamentó.

"En segundo lugar fui sometida el domingo en la noche a una requisa humillante en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, cuando abordaba el avión para Nueva York. Fui sacada en medio de todo el mundo, mi maleta requisada por todos", se quejó.

Asimismo, destacó que los funcionarios del Gobierno y el propio Uribe han emitido comentarios en los que ironizan y descalifican sus denuncias.

"Creo que no es el trato que se le debe dar a una persona, que entre otras cosas no se ha caracterizado en su país por ser corrupta, delincuente o estar inmiscuida en escándalos de esa naturaleza", se quejó.

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