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Notícies :: amèrica llatina
Uribe y la paz colombiana
19 des 2007
A Uribe no le interesa la paz para Colombia
Uribe y la paz colombiana

José Gregorio González Márquez
Caminosaltair ARROBA hotmail.com


La posición asumida por el presidente �lvaro Uribe no deja lugar a dudas. Concertar una paz duradera en el territorio colombiano no es situación fácil. La Casa de Nariño se empeña en torpedear cualquier intento de mediación propuesto por países amigos del pueblo colombiano. Interceder a favor de una solución al conflicto bélico que hiere a Colombia – desde 1948 con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán – se ha convertido en un camino escabroso. Muchos de los mediadores se han quedado en el aire; cuando suponen que el apoyo prestado rinde frutos, el gobierno de Uribe cercena la posibilidad de llegar a acuerdos. Las gestiones del Presidente Chávez y la Senadora Piedad Córdoba no escaparon a esta realidad. Lograr un acuerdo humanitario donde se produzca un intercambio de rehenes, afirmaría el avance hacia una resolución del conflicto. Sin embargo, cuando creíamos que se adelantaban políticas de trabajo para marchar hacia la paz, Uribe desconoce a los mediadores como interlocutores válidos.

No nos extraña la postura de Uribe. Es indudable que la negociación acababa con la intención del Presidente colombiano de mantener la guerra. A Uribe no le interesa la paz de Colombia; los planes de terror impuestos desde el norte y por las oligarquías criollas, le permiten seguir usufructuando el poder. Las propuestas de Chávez y Piedad Córdoba rebasaron los límites establecidos desde el gobierno norteamericano; jamás pensaron que llegarían lejos y por eso los dejaron actuar. Al notar el adelanto en los tratos y el acercamiento a un convenio de intercambio, lanzaron por la borda la posibilidad de una reconciliación en Colombia, usando argumentos nimios. Detrás de la decisión de Uribe acechan los perros de la guerra pues son los beneficiarios directos de las hostilidades, son los traficantes de la muerte.

Abusar de la buena fe de Chávez y Córdoba, es burlarse de los familiares y amigos de los rehenes; Asumimos que a Uribe no le importa ni la vida ni la salud de los secuestrados; como alienado obedece los mandatos del amo del norte. En su corazón no existe un atisbo de humanidad pues quien acepta imposiciones que perjudican a su pueblo, no puede ser su líder, ni el garante de su felicidad. Los últimos intercambios de palabras, notas y acusaciones entre Chávez y Uribe demuestran quien tiene la razón. Uribe no está interesado en buscar solución a la contienda armada de su país, mientras Chávez Frías impulsa el acercamiento de las partes involucradas. Acusar de terroristas a las facciones levantadas en armas y vender la idea que quienes están en el gobierno son corderitos, es una falacia. En Colombia se aplica el terrorismo de estado. El asesinato, la tortura, el desplazamiento de pueblos y la creación de fuerzas paramilitares no son justamente medidas adoptadas para generar tranquilidad y sosiego. La paz permanente y verdadera será posible cuando los gobernantes colombianos escuchen a su pueblo; cuando dejen de lado la inquina, la mala voluntad, los ataques soterrados y la dependencia de los Estados Unidos. No sobrevivirá el estado irrespetando a sus ciudadanos, sometiendo el pensamiento y las decisiones del colectivo, encadenando el sentimiento popular; manipulando la verdad, destruyendo la vida

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