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Notícies :: criminalització i repressió
Beat Camp / Campo Golpiza
14 nov 2007
El caso de Martin Lee Anderson, junto con voluminosos informes sobre la violencia y tortura en los campos juveniles en el país entero, dejan en claro que Estados Unidos está en guerra contra su juventud.
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Un chico de 14 años es atacado, su respiración bloqueada. Cápsulas de amoniaco son metidas por sus narices, mientras él lucha para recuperar el aliento. Dentro de unos minutos se desploma como un muñeco de trapo, comatoso. Muy pronto, Martin Lee Anderson está muerto.*

Martin murió en Florida en un “boot camp�, es decir, un centro disciplinario juvenil, estilo campo de entrenamiento militar, donde una falange de llamados instructores militares golpearon al joven, taparon su boca con las manos y forzaron unas cápsulas de amoniaco por sus narices.

Con rapidez, un jurado mayoritariamente blanco exoneró de todos los cargos a todo el personal involucrado ––8 personas, incluso una enfermera. Los empleados estatales habrían recibido un castigo más duro si hubieran matado a un perro. Por lo contrario, era un chico negro. El jurado apenas tuvo tiempo para disfrutar de su comida.

A lo largo y ancho del país, las familias se enteran de que estos campos militares y otras instituciones juveniles no son otra cosa que infiernos para niñas y niños, quienes son golpeados, brutalizados, privados de comida y enjaulados por el estado; dichas instituciones reciben dinero del estado para implementar el abuso infantil legalizado.

Hace pocos días, siete empleados de un centro de detención del Oeste de Tejas fueron despedidos por la Comisión Juvenil estatal; se supone que la tarea de algunos de ellos era asegurar la calidad de la institución. Los inspectores estatales reportaron “condiciones deplorables� en el Centro Juvenil del Condado de Coke, incluso sábanas sucias, celdas embarradas con heces y casos de jóvenes recluidos en aislamiento durante cinco semanas (vean el New York Times, "National Briefing" (10/5/07), p.A19).


El caso de Martin Lee Anderson, junto con voluminosos informes sobre la violencia y tortura en los campos juveniles en el país entero, dejan en claro que Estados Unidos está en guerra contra su juventud. Las escuelas son sólo campos de entrenamiento para las prisiones; son, cada vez más, campos de entrenamiento para el fracaso, especialmente en los barrios negros y latinos.

A la vez, con la contaminación de la cultura popular, se difunden ideas que atentan contra la misma vida, las ideas más misóginas imaginables, generalmente a través de la música. Aislada de la vida académica nacional, esta contaminación cultural busca justificar las varias formas de talonear por la calle como la única manera de sobrevivir.

Vemos, una vez más, indicios de la guerra contra la juventud. Es como si los mayores de edad le tuvieran envidia a la esencia misma de la juventud y utilizaran el poder del estado para destruirla. La des-industrialización, la militarización del estado, el fracaso de la educación y la contaminación cultural son etapas de esta guerra extensa.

El re-encarcelamiento de Mychal Bell, uno de “los 6 de Jena� recién liberado, forma parte de esta guerra perpetua. Los niños no son niños; son solo jóvenes combatientes que deben ser aterrorizados, justo como sus ancianos.

Desgraciadamente, les dije a los demás hombres aquí en el pasillo de la muerte cómo iba a terminar la historia en Florida. Lamento haber tenido razón.
12 octubre de 2007

Todos derechos reservados 2007 Mumia Abu-Jamal

Fuente: Audio Prison Radio
Texto Fatirah

*Video del asesinato: http://www.youtube.com/watch?v=wv2PwrhFzT8

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