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Notícies :: corrupció i poder
13 funcionaris de 4 camins acusats de torturar i lesionar a presos
01 oct 2007
34 / CATALUÑA EL PA�S, lunes 1 de octubre de 2007

PERE RÃ?OS, Barcelona
Un total de 13 funcionarios de prisiones
de Quatre Camins están a un paso de sentarse
en el banquillo de los acusados. El
Juzgado de Instrucción número 3 de Granollers
considera que podrían haber cometido
un delito de torturas y otro de lesiones
la noche del 30 de abril de 2004, cuando
supuestamente propinaron palizas a
un grupo de presos como represalia al motín
ocurrido horas antes, en el que fue
herido de gravedad el subdirector de régimen
interno. Entre los acusados figuran el
director de la cárcel en aquel momento y
el subdirector médico.
A los funcionarios de prisiones,
como a los policías, se les identifica
por su carnet profesional en
los procedimientos judiciales.
Los que están acusados por estos
hechos y que con toda probabilidad
se sentarán en el banquillo
de los acusados tienen los
números 1, 40, 132, 171, 220,
242, 245, 270, 1053, 1123 y
1417.
Además de ellos, la titular
del Juzgado de Instrucción número
3 de Granollers acusa también
de los supuestos delitos de
torturas y lesiones a Diego Enríquez
Vázquez y a Xavier Martínez
Redondo. El primero era el
director de la cárcel cuando se
produjeron las supuestas agresiones
a los presos y fue relevado
por el Departamento de Justicia
de la Generalitat a los cuatro
meses.
El segundo ocupaba el cargo
de subdirector médico de Quatre
Camins y fue despedido al
poco. Después recurrió por la
vía judicial, fue readmitido y actualmente
está destinado en la
cárcel de Ponent (Lleida). En
cuanto al ex director, ahora ocupa
un cargo de responsabilidad
en la Comisión Territorial de
Asistencia Social Penitenciaria.
El último motín
Los hechos que ha investigado
el juzgado durante más de tres
años ocurrieron la madrugada
del 1 de mayo de 2004. Horas
antes se había producido un motín,
en el que se rebelaron 77 de
los pocos más de 200 presos del
módulo 1. Durante esos hechos
quedó herido de gravedad el sudirector
Manuel Tallón.
Éste fue evacuado a un hospital
e inicialmente se temió por
su vida. Al cabo de unas horas
acudió a la cárcel prácticamente
toda la plantilla para interesarse
por lo ocurrido. Hasta 200 funcionarios
fuera de servicio se
reunieron en el patio y desobedecieron
la orden de dispersarse
que recibieron del secretario general
de prisiones, Albert Batlle.
Al final abandonaron la concentración
y un grupo numeroso decidió
dar un escarmiento a los
presos por la agresión infligida
al subdirector, según han explicado
los reclusos ante el juez.
De esta manera, cuando los
presos estaban en sus celdas y la
paz había vuelto a la cárcel, fueron
sacados para ser trasladados
a otras prisiones. Y fue en
ese trayecto cuando supuestamente
les propinaron todo tipo
de golpes con una gran virulencia.
Los detalles que han explicado
al juez las supuestas víctimas
resultan espeluznantes.
El Departamento de Justicia,
que entonces dirigía el consejero
Josep Maria Vallès, abrió
una investigación interna y expedientó
de manera cautelar a un
grupo de funcionarios, por considerar
que 28 presos podían haber
sufrido malos tratos. Finalmente,
sin embargo, dio carpetazo
al asunto, aun a sabiendas de
que había un procedimiento penal
en marcha. La actuación habitual
de la Administración es
suspender la tramitación de ese
procedimiento en tanto no se resuelva
la vía penal. Y no sólo
eso: que Justicia tampoco llevó
el caso al juez, sino que lo envió
a la fiscalía para que decidiera
qué hacer. Esa actuación fue duramente
criticada por diversas
entidades de juristas de carácter
progresista.
Mientras tanto, la vía judicial
empezó a funcionar y ahora,
más de tres años después, el
juzgado de Granollers ya ha
concluido la investigación que
se inició tras las denuncias presentadas
por un grupo de internos
supuestamente apaleados.
La ley determina que al concluir
una investigación judicial,
el juez tiene dos opciones: o archivar
la causa si cree que los
hechos no son delictivos o continuar
con su tramitación si cree
que sí lo son y de lo investigado
se desprende la existencia de indicios
racionales.
A las puertas del juicio
En este caso, el juez ha optado
por la segunda vía y ha dictado
un auto, que técnicamente se llama
de acomodación al procedimiento
abreviado, para que las
acusaciones particulares y el fiscal
le soliciten la apertura de juicio
oral o que se practiquen nuevas
pruebas. La fiscalía aún no
se ha posicionado, aunque en
los escritos presentados durante
la tramitación de la causa deja
entrever que formulará cargos.
El Departamento de Justicia ha
declinado pronunciarse sobre la
decisión judicial.
Quienes seguirán ejerciendo
la acusación serán los presos denunciantes.
La celebración del
juicio, por tanto, parece más
que probable. Sólo se evitaría si
prosperasen los recursos de las
defensas contra ese auto judicial,
algo que prácticamente no
ocurre nunca en casos así. Durante
la tramitación de la causa
los abogados defensores han alegado
indefensión, pero la juez
ha rechazado ese argumento
por considerar que en todo momento
han tenido conocimiento
de la investigación y han podido
alegar lo que considerasen oportuno.
Además de este juicio, en el
que aparecen como víctimas,
otro grupo de presos, está pendiente
de que se señale la fecha
del juicio por la agresión al subdirector
de la cárcel. En esa vista
serán los acusados.
La juez acusa a 13 funcionarios de Quatre
Camins de infligir torturas y lesiones a presos
El director y el subdirector en 2004 están imputados en los hechos, ocurridos tras un motín
P. R., Barcelona
“No te quejes, que estás
fuerte. No pretenderías
que te pegaran
flojo�. El preso P. C.
V. recuerda que ésa
fue la frase que tuvo
que oír de un médico
de la cárcel de Brians,
a la que llegó la madrugada
del 1 de mayo
de 2004 procedente
de Quatre Camins.
Según su relato, se le
hizo pasar hasta ocho
veces, para molerlo a
palos, por el pasillo
que formaron los funcionarios
de este centro
hasta llegar al furgón
policial que le esperaba
fuera.
P. C. V. es uno de
los presos denunciantes
en este proceso y
ha declarado también
a la juez que los funcionarios
le cogieron
la cabeza y se la golpearon
contra el canto
de una pared. El relato
de G. A. V., otro
preso denunciante,
también resulta desgarrador.
Según su versión,
fue sacado de la
celda, esposado e inmovilizado
con unporra.
También pasó
por el pasillo formado
por funcionarios y
soportó todo tipo de
golpes. Uno le provocó
una brecha en la
cabeza y le tuvieron
que aplicar cinco puntos
de sutura.
Algunos funcionarios
de prisiones explicaron
tras los hechos
que el motín y la agresión
sólo fueron una
respuesta cruel de un
grupo de presos muy
violentos ante la decidida
voluntad del subdirector
herido, Manuel
Tallón, de combatir
el tráfico de drogas
en la cárcel y acabar
con las supuestas
mafias. Tallón había
sido denunciado en
diversas ocasiones
por exceso de rigor,
pero en todas salió exculpado.
Durante el
motín también resultó
herido otro funcionario,
al que los presos
ataron desnudo a
una silla y propinaron
toda clase de golpes.
Han pasado tres
años y algunas cosas
han cambiado para
que un funcionario
acceda a la profesión.
Por ejemplo, el requisito
de someterse a un
psicotécnico y una
prueba física. En la
época de CiU bastaba
con un cursillo para
vestir el uniforme
“No te quejes,
que estás fuerte�

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