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Anàlisi :: globalització neoliberal : corrupció i poder : amèrica llatina : pobles i cultures vs poder i estats |
La Venezuela de hoy: de complejidades y mentiras completas
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per Rafael Uzcátegui Correu-e: rafaeluzcategui@hotmail.com (no verificat!) |
10 ago 2007
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* Un integrante del Colectivo Editor de El Libertario preparó este artículo para el # 6 de la revista costarricense La Libertad, respondiendo a un inconsistente esfuerzo por establecer afinidades imposibles entre chavismo y anarquismo. |
I
Uno de los aciertos de la confrontación interburguesa que ocurre en Venezuela, desde hace casi una década, es el traslado de su polarización mediática al terreno internacional. Esta visión, sesgada e infantilizada, puede confundir algunos espÃritus libertarios no despabilados. Este parece ser el caso de la opinión vertida por el compañero Rogelio Cedeño en su texto “La Venezuela de hoy, de realidades y verdades a mediasâ€?, publicado por la revista La Libertad de Costa Rica en su edición Nº 5.
Cedeño, en un giro de prestidigitación intelectual, pide para la situación social de Costa Rica lo que niega para la de Venezuela: una mirada no maniquea y problematizadora. Mientras que el movimiento tico opuesto al TLC es encabezado “por un movimiento sumamente plural que rompe con los esquemas simplistas basados en la existencia de una presunta polarización entre derechas e izquierdasâ€?, en el segundo escenario las fuerzas no alineadas con el gobierno representan “la violencia y el cinismo brutal de las fuerzas de la reacciónâ€?, que ansÃan volver a los dÃas de la democracia adeco-copeyana. Extraño asunto, pues apenas un párrafo antes el compañero habÃa afirmado que “las visiones en blanco y negro resulten de poca utilidad para quienes seguimos pensando y apostando por la posibilidad de un mundo mejorâ€?. Precisamente, ese mismo horizonte es compartido por una constelación de grupos de izquierda revolucionarios venezolanos que, a pesar de ser invisibilizados por la propaganda privada y estatal, rechazan tanto el pasado como el presente y continúan, a contracorriente, haciendo una apuesta por el futuro.
II
Cedeño reproduce la lógica e historia manufacturada desde el palacio de gobierno caraqueño. Repitiendo la mitomanÃa chavista, data como génesis de “las dinámicas polÃticas y sociales del cambio de sigloâ€? y la “emergencia de una situación revolucionariaâ€? en Venezuela los intentos de golpe militar encabezados por el propio Chávez en 1992. Una retrospectiva histórica, como diversas investigaciones lo ratifican, colocan la piedra fundacional del declive puntofijista a mediados de los 80´s cuando, consecuencia de la crisis económica, una serie de movimientos sociales catalizaron el descontento de los ciudadanos de a pie, teniendo una explosión brutal durante los hechos del “Caracazoâ€?. En ese febrero del 89 una marejada popular reaccionó a la imposición de un paquete de medidas de corte neoliberal. Este tejido social se expande mediante diferentes dinámicas, originando formalmente las primeras organizaciones de derechos humanos, redes ecologistas y de mujeres, asociaciones estudiantiles y vecinales, asà como desde conflictos obreros y nichos contraculturales. Esta subjetividad y voluntad de cambio, generada por una multiplicidad de actores, es la que Chávez capitaliza para su triunfo electoral. Venezuela confirma asà las palabras de Cornelius Castoriadis: las revueltas populares del Tercer Mundo siempre son canalizadas y recuperadas por una nueva burocracia.
III
Los anarquistas venezolanos rechazamos el golpe de Estado ocurrido en abril del 2002, como también repudiamos en su momento los que ocurrieron diez años antes. Asimismo, hemos denunciado la tergiversación y manipulación de los hechos. La historia es larga y compleja, pero sólo refutaremos los elementos repetidos por Cedeño. Si bien es cierto que el Presidente contó con cierta movilización a su favor el 11 de abril, cuantitativamente la manifestación en su contra era considerablemente superior. Por otro lado, las vÃctimas fatales pertenecieron a los dos bandos –no sólo del lado chavista como se sugiere- y la conformación de una “Comisión de la Verdadâ€?, que juzgara lo sucedido de manera imparcial, fue boicoteada con el mismo Ãmpetu por los diputados oficialistas y de oposición. Si bien las movilizaciones del 13 de abril y la madrugada del 14 fueron significativas, las mismas ni “pararon el fascismoâ€? ni “contenieron las fuerzas de la reacciónâ€?. El golpe contra el presidente Chávez y su posterior regreso fue una negociación de escritorio entre militares, sin ningún disparo de mediación entre castrenses. Las evidencias son numerosas, pero por motivos de espacio sólo nombraremos una: ningún militar fue juzgado por su participación en los hechos.
IV
El autor se pregunta las razones por las cuales grandes sectores de las capas populares profesan una adhesión a la figura presidencial. Algunas respuestas podrÃan encontrarse en las matrices culturales del continente, las cuales han catalizado la aparición de diversos populistas y caudillos de amplia base social, como el caso de Perón en Argentina y Trujillo en República Dominicana. Sin ir más lejos, la propia historia de Venezuela es una larga sucesión de caudillos militares y civiles que contaron, en su momento, con decidido respaldo de sectores populares: Juan Vicente Gómez, Marcos Pérez Jiménez, Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Pérez. Pero, amplificando la mistificación estatista, Cedeño prefiere las explicaciones lineales de naturaleza metafÃsica. Una población empobrecida por décadas proyecta sus necesidades en una masa que se corporeiza en la figura de Hugo Chávez, trascendiéndose a si misma en la medida en que el gobernante “responde a una serie de demandas y requerimientosâ€? de estas.
Vamos a detenernos en este punto, pues la propaganda acerca de las polÃticas sociales obnubila menos a propios que a extraños. Nuestro paÃs vive una de las mayores bonanzas económicas, en sus últimos 30 años, producto de los altos precios del petróleo. Y ante esta magnitud de recursos las polÃticas sociales implementadas, exclusivamente a través de las llamadas “misionesâ€?, son superficiales e insuficientes. Y esto no lo decimos los anarquistas, lo afirman las organizaciones no gubernamentales que monitorean la situación de los derechos humanos en el paÃs. Mientras los de abajo recibimos miserias del festÃn oro negro, una nueva burocracia –denominada “boliburguesÃa" por la picaresca popular- ha hecho su aparición reforzando el papel que nos ha asignado la globalización económica: el de proveer, de manera “segura y confiableâ€?, energÃa al mercado internacional. Dejando de lado los cuestionamientos acerca de las consecuencias sociales y ambientales del modelo de desarrollo minero, recientemente el Presidente ha sintetizado en una frase el proyecto de la élite roja en el poder: socialismo petrolero.
V
Independientemente de la reestructuración del Estado, la recomposición de la gobernabilidad y la oxigenación “democráticaâ€? en Venezuela –seriamente lesionada durante los saqueos del Caracazo de 1989, mal ejemplo para los paÃses de la región-, ¿es posible sugerir que el fenómeno chavista fortalece procesos de organización democráticos y autogestionarios? Reiteradamente, el ejecutivo nacional ha impuesto desde arriba diferentes y sucesivos modelos organizativos que han hipotecado la autonomÃa de las bases chavistas, eclipsado liderazgos locales, electoralizando agendas y dinámicas e imponiendo lógicas militarizantes y un partido único. La “participaciónâ€? es posible si es inocua y el “protagonismoâ€? inexistente. Existen iniciativas interesantes en la base del chavismo, pero su excepcionalidad confirma la regla: en el campo que se nombre, las iniciativas son propiedad exclusiva del Primer Mandatario. Ejemplos sobran, como la reforma constitucional que actualmente se discute en estricto secreto, o las atribuciones extraordinarias, la “Ley Habilitanteâ€?, que facultan al presidente para promulgar leyes por decreto. Nombraremos una de las menos conocidas. Por mandato de arriba una comisión plural, la Conarepol, fue encargada de diseñar un nuevo modelo policial para el paÃs. Para ello, durante un año, realizaron 70.000 consultas con diferentes actores a lo largo y ancho del paÃs, incluyendo comunidades afectadas por la violencia uniformada. Una sola frase bastó para desechar el modelo presentado por la Conarepol: “es un proyecto de derechaâ€?, y ahora una centralización de las policÃas es decidida unilateralmente dentro de la Habilitante.
En esta vereda del Caribe ni sufrimos 'deja vú' por la CNT-FAI de 1936 ni nos dejamos confundir por la re-semantización de la demagogia. El año pasado 402 presos, provenientes de los sectores populares, murieron violentamente en las cárceles de la “revolución bolivarianaâ€?. Por otro lado, más de 60 lÃderes sindicales y vecinales fueron pasados a tribunales por participar en huelgas, cierres de calles y manifestaciones exigiendo sus derechos. El pueblo no se sentirá mejor si el garrote que le pega lleva el nombre de palo del pueblo decÃa Bakunin. Los libertarios criollos hemos asumido la actitud de cualquier anarquista consecuente: enfrentarnos al poder y estar con los oprimidos, juntando fines y medios, construyendo espacios de libertad con justicia y negándonos a ser ni vÃctimas ni verdugos. Los “apoyos crÃticosâ€?, “alianzas tácticasâ€?, entrismos y medias tintas se las dejamos a los politiqueros, como esos que hoy abundan en Venezuela, engordando egos y cuentas bancarias, alucinando un socialismo del siglo XXI, cesáreo y militar, con epicentro en Caracas. |
Mira també:
http://www.nodo50.org/ellibertario |
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