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Notícies :: educació i societat |
Pepe Otal ha muerto.
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per Bastetania Correu-e: bastetanya@hotmail.com (no verificat!) |
27 jul 2007
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Fallece en Cerdeña el maestro titiritero albaceteño Pepe Otal. |
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Pepe Otal nos ha dejado.
Pepe Moreno compañero y amigo, destaca de él lo siguiente: «Pepe Otal, marino y titiritero. Hombre de muchos mundos, personaje principal de la obra que construyó con su vida. Nada en él era convencional, ni su aspecto, ni su pensamiento, ni su casa ni sus amigos. Pepe nos convertÃa en especiales sólo por tratarnos. Con su muerte se cierra un ciclo en la vida de cada uno de nosotros, y cada uno de nosotros morimos un poco al saber que ya no viajaremos más a ese mundo que él inventó para todos. Entrar en su casa por primera, por segunda, por enésima vez, era transportarte a un lugar imaginario que, dormido, habÃa permanecido siempre en tu pensamiento, en tu recuerdo. Salir de ella era darte de bruces con la vulgaridad. Costaba adaptarse a la realidad tras un rato en aquel lugar indefinible; casa, taller, espacio de encuentro. Allà todos éramos extraños y dueños, tÃteres que movÃan sus propios hilos, actores de una obra sin libreto. Fuera de allà tan solo éramos gente corriente, unos más afortunados y otros menos, pero siempre con la fortuna de haber viajado al mundo de Pepe. Qué tristeza perderte.».
Pepe Otal nació en Albacete el 22 de agosto de 1946 y murió la noche del 24 de julio, después de la función “La Divina Comedia� presentada junto con Pep Gómez en el Festival de Caglari, en Cerdeña, Italia. |
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Comentaris
Re: Pepe Otal ha muerto.
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per indya |
28 jul 2007
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querido pepe:
gracias por haberme dejado entrar en tu cosmos titiritero, moriste con tus muñecos, ellos te acompañaron hasta el último dia en éste mundo de títeres sin cabeza
los tuyos tenían una, la tuya
buen viaje |
La última peripecia de Pepe
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per J. |
29 jul 2007
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Mi amigo Pepe -y el amigo de tanta gente- acaba de morir. Fue el martes en el pueblo de Taulada, de Cerdeña. Acababa de representar la "Divina Comedia", en italiano medieval -como a él le gustaba-, cuando sufrió un infarto y no pudieron salvarlo.
Sus compañeros de representación, antes que con su ropa habitual, prefirieron vestirlo con la túnica blanca de Virgilio que habÃa lucido en la obra. Asà que allà estuvo, en Cerdeña, vestido de Virgilio, en horizontal, en el más allá de verdad, a la espera de que repatrÃasen su cadáver. Parece que hoy domingo o mañana lunes llegarán sus restos a Albacete. Varios de sus amigos del grupo-taller de marionetas ya han emprendido el viaje para acudir al sepelio.
Los diarios de Cerdeña, el miércoles, se hicieron eco de la noticia, con reseñas muy elogiosas sobre su figura y su obra. AquÃ, en «La Vanguardia» del jueves, apareció una breve nota expositiva sobre su trayectoria teatral. Os reproduzco abajo el precioso y acertado escrito que ha colgado Toni Rumbau en su web sobre lo que supone esta pérdida -espero que no le sepa mal. Yo habrÃa hecho también algún artÃculo sobre lo que nos habÃa aportado Pepe durante todos estos años, pero, ahora mismo, si reflexiono a fondo sobre ello, lo único que me pueden salir son lágrimas. Supongo que aquà Otal nos recordarÃa una de sus frases favoritas sobre la muerte, aquella de Séneca: «quien te habla de la muerte, en verdad te está hablando de la libertad.»
PEPE OTAL HA MUERTO
artÃculo de Toni Rumbau extraÃdo de la web:
http://tonirumbau.blogspot.com/2007/07/pepe-otal-ha-muerto.html
El titiritismo español vuelve a vestirse de luto. Pepe Otal, el gran marionetista de Albacete instalado toda su vida en Barcelona, murió la noche del 24 de julio, después de la función realizada en el Festival de Caglari, en Cerdeña, Italia, que organiza Antonino Murro. Actuaba con “La Divina Comedia� junto con Pep Gómez.
Una pérdida que se suma a la de Mariona Masgrau hace apenas dos meses: dos constructores y creadores de marionetas, dos mundos personales propios de indudable originalidad, infatigables trabajadores y titiriteros los dos de taller, ambos amigos y aliados en varios de sus espectáculos, y buenos amigos personales: no en vano Pepe era el padrino de Octavi, hijo de Mariona y mÃo.
Siempre consideré a Pepe Otal una excepción en el ambiente titiritil catalán y español. No sólo por lo más evidente de su personalidad: esa entrega a un modo de vivir libre –libertario en tantos de sus aspectos– que lo habÃa convertido en una “avis raraâ€? del mundillo alternativo barcelonés (sonadas eran las fiestas que organizaba en su taller, dónde acudÃan poetas y titiriteros en largas noches de arte y jolgorio), sino que también su excepcionalidad residÃa en otros aspectos para mi aún más interesantes.
De entrada, su nobleza de espÃritu, que se transmitÃa a su porte, siempre provisto de digna elegancia (sobretodo cuando iba trajeado de capitán de barco), y a su hablar rico de viejo castellano. No por nada era oriundo de Albacete, vecino a la Mancha, y algunos genes espirituales de la zona, que los Molinos de Viento expanden con sus originales toques de locura literaria, le debieron alcanzar al nacer. Pues creo que no es exagerado decir que Otal tuvo aires Quijotescos en unos casos y Cervantinos en otros muchos, al ser doble su aventura: creador artÃstico de mundos de ficción y personajes que le doblaban en la realidad (sus espectáculos con sus cientos de tÃteres y marionetas); y aventurero y personaje literario él mismo de los de verdad, es decir, de los que viajan y se la juegan, en sus dos vertientes de titiritero y de piloto de barco, luchando tantas y tantas veces contra Gigantes, Leones y Molinos de Viento, imaginarios y reales...
Por cierto, caracterÃsticas que también residÃan en su colega femenina Mariona Masgrau, aventurera del arte y aventurera de la vida por un igual.
Esta dignidad y ese porte de castellano viejo, siempre atento a los amigos, valiente contra los enemigos, reservado y poco dado a la cháchara vacÃa, seductor cuando lo querÃa, sabio sobre las cosas de la vida, fueron las principales y para mi más impactantes caracterÃsticas de Pepe Otal. Alguien que no se dejó llevar por los imperativos mercantiles de la época, que no se arrodilló ante las instituciones, que se burló de las exigencias de servitud de éstas, que fue capaz de defender el “no acabadoâ€? de los espectáculos (en una época dónde lo que más se valora son los “acabadosâ€?, es decir, la “formaâ€?, la “pièce bien faiteâ€?: que no se rompa un hilo, que no falle el micro, que la música suene bien, importando un pito lo que contiene la obra y se dice en ella ).
De ahà su abominación de los ensayos, que sabÃa justificar muy bien ideológicamente, aunque yo siempre lo achaqué a su pereza visceral por pérdidas para él inútiles de tiempo (lo que fue gran tortura para sus programadores, como a mi me tocó más de una vez sufrir, viéndole estrenar en mi teatro sin apenas ensayos previos, lo que me obligó más de una vez a ponerle un director casi a la fuerza). ¿Pero acaso no tenÃa derecho a no querer ensayar, si ésa era su real voluntad? Y si las cosas no salÃan bien, asumÃa con espartana y filosófica resignación los resultados, es decir, importándole un bledo la opinión de los demás –aunque valoraba mucho la de sus amigos.
Rasgos que definen al personaje que Pepe Otal esculpió de si mismo con el tesón de los años, a través de sus obras, pero sobretodo a través de sus talleres que fueron dos: el de la Barceloneta y, ya en su segunda etapa, el de la calle Guardia, en el Raval barcelonés. Fueron los talleres de Pepe verdaderos templos a su persona y a su manera de entender la vida. Todo en ellos rezumaba Pepe Otal. De entrada, sus dependencias más Ãntimas, allà dónde vivÃa, invitaba a sus amores y tenÃa sus libros personales, repletas las paredes y las estanterÃas de objetos de valor hechos por él mismo: cuadros, barcos, dibujos, pinturas, carteles, fotografÃas, objetos esculpidos, calaveras y muertos por doquier, buscando siempre un aire de camarote de barco –con el que surcaba los océanos de su aventura, fuera en mar o en tierra.
Luego, el taller propiamente dicho, muy bien organizado, con sus cientos de tÃteres, muñecos y marionetas colgados como jamones en unos casos, formando grupos, en cuadros estudiados, mezclados con mil elementos de atrezzo y decorados. Y la presencia de sus amigos, amores y colaboradores en fotos y otros recuerdos, de los grupos con los que tuvo contacto, que fueron muchos, carteles, postales, dedicatorias... Un museo-templo del titiritero que se sabÃa demiurgo y lo disimulaba con un falso ateÃsmo que en realidad decÃa: “no hay más Dios que Yoâ€?.
Hace poco escribà un texto para la revista Fantoche sobre Pepe Otal. DecÃa en él que Pepe era un personaje tan admirado y respetado por la profesión, que era tal vez “el único caso de titiritero aún joven –aunque maduro– y en activo que ha recibido, sin haber fenecido, varios homenajes en vidaâ€?. Afirmación que por desgracia deja de ser cierta, pues los merecidos homenajes que pueda recibir a partir de ahora Pepe, ya no contarán con su presencia ni con la de su pipa irónica sacando humo como una locomotora en combustión de nuevas ideas y fabulaciones.
Mi pésame, pues, a su madre, hermana y sobrinos, a Alicia, su última compañera, a Pep, su último colega titiritil, y a todos los que lo tenÃan como a un padre, un amante o un hermano.
Pepe Otal, como Mariona Masgrau hace dos meses, ha muerto. Dejaron ambos de ocupar un lugar concreto, situables en el tiempo y en el espacio, y ahora que han fenecido, se expanden por la geografÃa mÃtica en la que vivieron y ellos ayudaron a crear y a crecer. Juntos deben estar riéndose de nosotros, pues ambos compartÃan ese don libertario de la valentÃa y la distancia irónica. Los encontraremos siempre en los mundos dobles de la realidad, allà dónde lo tangible se asocia a lo que está presente y no se ve. Dos personajes entrañables al alcance siempre de sus amigos y de los titiriteros del mundo.
¡Larga vida a los dos amigos!
Toni Rumbau |
A Pepe Otal ("In memoriam")
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per Joan Vinuesa |
30 jul 2007
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CAMBIO FUE EL NACER
Y EXITO LA MUERTE CARIÑOSA.
SU QUERIDA PRESENCIA AHORA ES DOLOR
Y SU ESPACIO UNA RESISTENCIA.
VIENTO DE LIBERTAD SU PALABRA
Y MAGIA EL HUMOR DE SUS MUÑECOS.
CORAZON EN SU MIRADA
Y CASA ABIERTA SU TALLER,
LOS PARIAS DE LA BELLEZA
CELEBRAN SU RECUERDO.
LA PARTIDA POR SORPRESA
FUE SU ADIOS
Y LA REPARTIDORA EL NOMBRE
DE SU REVOLUCION.
LA RESPONDONA LA FILOSOFIA
DE SU REBELION EN LA AMISTAD
Y LA DESNUDEZ UN FORMATO
PARA EL AMOR AL ARTE
COMO EL CONSEJO
DE UNA VIDA CON SU MUERTE
QUE NO SE OLVIDAN
NI SIQUIERA EN LA DISOLUCION. |
Re: Pepe Otal ha muerto.
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per Xavier Gimeno Soria |
01 ago 2007
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Carta al maestro titiritero Pepe Otal
¡¡¡Cojones Pepe, que putada!!!
Nos dijiste que te ibas a Cerdeña a un festival de títeres y resulta que no vuelves.
Te has quedado con los títeres para siempre, Esto podría hacer pensar que no volverás. No es así. Estas en nosotros. No puedes dejarnos, si nunca te has ido.
Seis meses han sido suficientes para descubrir tu maestría. A veces pensamos que hay que estructurar la enseñanza en nueve meses de curso académico reglado y homologado.
Empecé a frecuentar tu taller en enero del 2007. La primera impresión fue de caos organizado unido a tu inagotable generosidad. Generosidad del mismo corazón que ahora ha reventado y que me sedujo hasta el punto de decidir continuar tus enseñanzas. No me extraña que se te haya reventado el corazón si, de la geografía de tu expuesto cuerpo, era lo que más compartías con todos nosotros. Incluso vestido de pirata o de poeta.
Tu taller ha sido para mí un barco de libertad capitaneado por un maestro artista en toda regla.
Me explico: un maestro artista (según mi entender) combina técnica con libertad, análisis con compromiso, respeto a la tradición con riesgo por la innovación y la experimentación, rigurosidad con amor. Todo eso lo he sentido, lo he percibido en tu taller cuando estabas con cualquiera que iba a trabajar o simplemente a hacerte una visita.
No olvido, ni quiero olvidar, centenares de anécdotas entorno a la construcción y manipulación de los títeres, del arte de todos los tiempos, de la actualidad social y política, del amor y del desamor, de la vida cotidiana, de las invariantes preguntas que nos hacemos los humanos.
Y ahora, para finalizar, un pedido:
Pepe, por favor, sigue enseñándonos el arte del titiritero y el arte de vivir en libertad.
Por siempre, gracias maestro.
Xavier Gimeno Soria
28/07/2007 |
Re: Pepe Otal ha muerto.
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per eva |
01 ago 2007
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soy la sobrina de pepe otal, me llamo eva y solo era para dar os las gracias por los generosos comentarios sobre mi tio pepe otal. Tal como lo habeis comentado yo de esa manera no conoci a mi tio. yo conozco a un pepe otal, cuando venia a su casa en albacete, contando anecdotas sobre sus cosas, sus animales que tanto los queria, sus masajes de pies que los daba como nadie, su sabiduria, y su olor a pipa.a mi me llevabab de pequeña a los lugares donde tenie sus trabaja y me dejaba ayudar a pintar etc... nosostros, la poco familia que somos estamos muy muy afectados con su muerte. pero con recuerdos como esto se nos hara la cosas mas facil en superalo. gracias |
Re: Pepe Otal ha muerto.
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per Jorge |
01 ago 2007
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Eva, un abrazo. Yo también disfrutaba mucho esuchando a Pepe referir sus anécdotas; de hecho, escuchándole, alguna vez me había hecho llorar de risa. Eran, en realidad, algo más que anécdotas, eran las situaciones asombrosas en las que puede incurrir una persona que pretenda ser mínimamente coherente en la vida.
Porque tu tío, Eva, es de las personas más coherentes que he conocido. Su especial sensibilidad -tal vez podríamos calificarla de libertaria, por utilizar un adjetivo que a él le gustaba- se traducía claramente en su manera de vivir, de entender el arte, de tratar a los alumnos, de cuidar la amistad, de apreciar las cosas humildes...
No le olvidaremos, es imposible. |
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