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Notícies :: amèrica llatina |
xerrades moviments socials bolivians a Barcelona
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per resposta autònoma |
10 feb 2007
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presentacions de
Dispersar el poder. Los movimientos como poderes antiestatales |
Xerrada-presentació sobre comunitat, indigenisme i poder a Bolívia
amb Raúl Zibechi, autor del llibre
Dispersar el poder. Los movimientos como poderes antiestatales
Dia: dimarts, 13 de febrer, 19:30 h
Lloc: Espai Obert
Violant d'Hongria, 71 (metro Pça. de Sants)
Convoca: Virus editorial
Xerrada sobre el moviment indígena i la situació actual a Bolívia
amb la presència de
Raúl Zibechi, autor de Dispersar el poder. Los movimientos como podera antiestatales
Marc Gavaldà, autor de Viaje a Repsolandia: pozo a pozo por la Patagonia y Bolivia
Dia: dilluns, 12 de febrer, 19:30 h
Lloc: Federació Catalana d'ONGD
c/Tàpies, 1-3, 08001 Barcelona
Convoca: Virus editorial, Entrepobles, ACSUR i Comitè de Solidaritat amb els Pobles Indígenes d'Amèrica
Raúl Zibechi es periodista y escribe para el semanario uruguayo Brecha, el diario La Jornada de México y la revista italiana Carta. Ha publicado Genealogía de la Revuelta (Nordan, 2003; Likiniano elkartea, 2005), sobre las luchas argentinas de la última década (Premio Prensa Latina 2003); La mirada horizontal. Movimientos sociales y emancipación (Nordan, 1999) y Los arroyos cuando bajan. Los desafíos del zapatismo (Nordan, 1995). Colabora con la agrupación Hijos de Uruguay y con medios de comunicación alternativa de varios países.
«Durante diez o doce días de octubre de 2003, los pobladores de El Alto (Bolivia) —a través de las juntas vecinales o de otras instancias— actuaron como gobiernos barriales suplantando a un Estado deslegitimado y ausente. Todas las descripciones sobre la insurrección coinciden en que no hubo organización o dirección, y que las acciones fueron llevadas adelante directamente por los vecinos de los barrios que desbordaron todo tipo de instituciones y organizaciones, hasta las creadas por ellos mismos en períodos anteriores. [...] Como aseguran todos los testimonios y los análisis, la organización fue improvisada y espontánea, sin planificación previa, pero rápidamente todos se pusieron de acuerdo en hacer turnos para los bloqueos, con formas del control territorial en base a zanjas y barricadas, con sistemas de vigilancia, con grados de movilización que abarcaban literalmente a toda la población organizada por manzanas, por cuadras, por comités, "sin necesidad de tomar acuerdos que realmente obliguen".
»El despliegue múltiple de la capacidad de hacer de los de abajo desarticula lo instituido. ¿Cómo es que esa maquinaria social es capaz de destituir, dispersar, lo instituido? ¿Qué características intrínsecas le confieren esas potencias? Una de ellas, la que rastrearemos a lo largo de este trabajo, consiste en la formación de poderes no estatales, esto es, poderes distribuidos —tendencialmente— de forma homogénea a lo largo y ancho del tejido social, poderes políticos no separados de la sociedad en la que nacen. Durante las insurrecciones vemos cómo el cuerpo social, las comunidades rurales y urbanas, son ellas mismas poderes sin órganos especializados, poderes en movimiento sin poderes-sobre el colectivo. Durante los grandes movimientos se multiplica la energía social en comunidades, barrios, pueblos y ciudades; observamos cómo cientos de miles, millones, desde sus vidas cotidianas se vuelven capaces de acciones que poco antes parecían imposibles.»
Raúl Zibechi (del capítulo «La comunidad como máquina social», en Dispersar el poder) |
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