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Las mentalidades de los Estados
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per Mariano Cabrero Bárcena Correu-e: pedrocruel2005@yahoo.es |
02 feb 2007
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Europa y los Estados Unidos de América, como sociedades derrochadoras y consumistas, han de competir con las economías emergente de Asia, principalmente China y la India. Sin duda vamos a una verdadera guerra de conflictos en materia económica, dado que estamos inmersos ( ... ) |
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ArtÃculo de opinión:
Las mentalidades de los Estados
Hemos de entender que la Globalización ha sido y es un acontecimiento económico, donde están inmersas las grandes multinacionales–empresas-, y ahora se acaba de reunir el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza). Es evidente que existen otras clases de globalizaciones: la cultural, la moral, la polÃtica, e, incluso, la legal. Partamos entonces de esa falsa globalización ambiental que nadie respeta (¿existe algún paÃs en nuestro actual planeta que cumpla las leyes ambientales recomendadas?).Al mismo tiempo, se han de incrementar las soluciones adecuadas para no cometer más agresiones ambientales, que nos están perjudicando fehaciente en nuestra calidad de vida, y que, sin duda, nos producen–en nuestra propias carnes–unos prematuros “cánceresâ€? de muertes seguras anticipadas. Y es que las mentalidades de los Estados se han despreocupado del cambio climático, del VIH-sida, la pobreza en Ã?frica...Ya se ha confirmado fehacientemente la posible relación existente entre la contaminación ambiental y el cáncer–en general–. Los estudios realizados sobre bebés, niños y jóvenes...han demostrado que los pesticidas–productos quÃmicos–, empleados para matar o repeler las plagas–tales como cucarachas, pulgas, moscas, hormigas...– presuntamente pueden causarles el crecimiento de células anormales e incontroladas. Es decir: el cáncer. Éste también ataca a la próstata, pecho y testÃculos de los mayores.
Asà es que, si lo miramos frÃamente, desde la estructura del Estado, los medios de comunicación, las ONGÌ?S, organizaciones o credos religiosos... se deberÃan fomentar un cambio brusco de nuevas conciencias, y repito, en las mentalidades de los Estados. Pues desde aquella “guerra frÃaâ€? que tuvo como protagonistas a EE.UU. y a la extinguida URSS ( Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), hemos pasado a un mundo de experimentos económicos y claro esta, los susodichos experimentos suelen o pueden degenerar en verdaderas revoluciones y guerras civiles, como consecuencia de los abusos del poder polÃtico.
Europa y los Estados Unidos de América, como sociedades derrochadoras y consumistas, han de competir con las economÃas emergente de Asia, principalmente China y la India. Sin duda vamos a una verdadera guerra de conflictos en materia económica, dado que estamos inmersos en una economÃa de libre mercado, en el cual, los ricos parece ser que cada dÃa son más ricos; y los pobres están llegando a convertirse en “pobres de solemnidadâ€?. Y esto es debido a que no existe una verdadera distribución de la riqueza: humanizada y equitativa. La causa puede ser debida a que, a sabiendas, los paÃses industrializados no abren sus mercados (por puertas) a productos de paÃses en vÃas de desarrollo. Se ha dicho siempre que la economÃa distributiva marca las pautas por las que ha de seguir cualquier Estado medianamente estable. Porque ésta se basa en un bienestar económico recibido de nuestros padres, que nos han precedido y han trabajado como “mulas de carga lentaâ€?, para ver un mundo mejor en perfecto desarrollo económico.
Sin embargo, la economÃa imperante al dÃa de hoy es la capitalista. Pero, uno entiende, que cada persona de su dinero puede hace lo que quiera...pero dentro de unas leyes–normas–establecidas por los gobiernos de turno, y hacer que éstas últimas respeten un pleno empleo a aquellas personas que quieran y deseen trabajar de una manera y forma libre y competitiva. Y esto hoy en dÃa no es asÃ, desgraciadamente. Puesto que, la economÃa capitalista–en la que creo y respeto–, está mostrando una incapacidad manifiesta para resolver los problemas del productor-trabajador. Hay despidos a mansalva, hay pobreza, desazón en los corazones, depresiones que afectan a nuestros jóvenes, contratos indefinidos–cuando estos debieran volver a ser llamados “contratos fijosâ€? (nadie puede vivir, amar y morir... tranquilamente cuando “la espada de Damocles la siente sobre su cabeza: el despido. Procedente o no procedente, pero despido al fin y a la postre).
En Davos (Suiza), la canciller alemana, señora Merkel,manifestó que “también necesitamos avances urgentes en materia de bienes industriales y servicios. Se trata de intereses vitales para los paÃses industrializados, y por ello debemos lograr un balance justoâ€?, afirmó. “Debemos reforzar la idea de que los desafÃos mundiales pueden resolverse exitosamente", para lo que "Alemania defenderá -durante el foro- soluciones prácticas e innovadoras", anunció Merkel en una declaración difundida por el FEM (Foro Económico Mundial) en su página de Internet.
Estamos viendo como la consabida clase media está en vÃas de extinción en las poblaciones del mundo entero. Aquella, en sus tiempos florecientes, era la que servÃa de valladar entre la clase alta y la baja; contenÃa el menosprecio de la primera contra la soberbia de la segunda. Quizá este hecho sea más visible en los paÃses latinoamericanos, donde la corrupción manifiesta de sus gobernantes–que presumen de demócratas–, han esquilmado
al pueblo y lo han llevado a lÃmites de pobreza que besan a la indigencia. ¡Pobres gentes que sufren el dolor del hambre!...
Es difÃcil, por no decir imposible, gobernar el mundo. Y ya no polÃticamente, sino económicamente. Existen empresas comerciales–a nivel mundial–, que son más ricas y fuertes que los propios estados donde están ubicadas. Esto parece imposible pero es cierto.
Europa parece que está levantando la cabeza a la economÃa mundial, pero hemos de convenir que el presente siglo marcará el resurgimiento de Asia, y, desde luego, con todas sus consecuencias: económicas y polÃticas.
La Coruña, 2 de febrero de 2007
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* Mariano Cabrero Bárcena es escritor
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