Seminario II
Presentación
En octubre de 2005 iniciamos el primer encuentro sobre la "nueva derecha" preguntándonos por la victoria de George W. Bush en las elecciones de 2004: ¿cómo entender el éxito de un candidato que había basado algunas de las decisiones más importantes de su mandato anterior en mentiras y manipulaciones demostradas públicamente? Se trataba de ir más allá de las respuestas fáciles sobre "poblaciones alienadas" y tratar de entender algo más sobre la capacidad de hechizo del imaginario populista en la globalización.
Comencemos ahora por otras dos imágenes ilustrativas. En la primera, Nicolas Sarkozy, en un mitin de su partido en Marsella el pasado septiembre, pide a los jóvenes que apoyen su proyecto de ruptura con el modelo actual de sociedad y la forma de hacer política. "Para reinventar la República", dice, "hay que revalorizar la cultura del trabajo y del esfuerzo bajo el signo del 'mérito'". Y para ello, claro, se trata de combatir el "pensamiento único impuesto por el espíritu igualitario del 68, culpable de castrar la iniciativa, promover una sociedad subvencionada y castigar el éxito". Sarkozy se postula como un candidato con muchas opciones a la presidencia francesa en las elecciones de la próxima primavera.
En la segunda, el portavoz del gobierno español responde en el Congreso de los Diputados a preguntas del Partido Popular sobre las investigaciones de lo ocurrido el 11-M. Las preguntas tienen subtexto, elaborado y difundido masivamente por los medios de comunicación de la "nueva derecha" durante meses: "el 11 de marzo fue un golpe de Estado para derribar al Partido Popular, cuyo precio político se concreta hoy en la negociación entre el PSOE y ETA". Coincidiendo con la comparecencia del portavoz de gobierno, el Grupo Prisa emprende un fuerte ataque contra las tesis "conspiranoicas", que hasta entonces había ignorado.
La historia parece repetirse: la "nueva derecha" no es un mal sueño que pueda disiparse mediante una sabia combinación de silencio, indignación moral y "sentido común". La "nueva derecha" ha roto con el discurso de lo obvio y no piensa "entrar en razón": está en guerra. Más allá del juicio y la condena moral, se trata de comprender las causas de esta expansión neo-conservadora. ¿Qué mecanismos de seducción pone en juego? ¿Qué malestares manipula? ¿Cómo se relaciona con la experiencia fragmentada de lo social y de lo laboral dominante en el mundo contemporáneo?
En el encuentro del octubre pasado identificamos algunos rasgos constituyentes de la "nueva derecha": la ruptura agresiva de consensos instituidos (el caso revisionista), su carácter popular y populista, el uso extremadamente inteligente y estratégico de los nuevos medios de comunicación, la mezcla -contradictoria pero eficaz- de neoliberalismo y apelación a los valores tradicionales, etc.
En esta segunda parte, nos proponemos analizar la reacción intelectual que acompaña a la emergencia de la "nueva derecha", empotrada en sus máquinas de guerra mediáticas. Una corriente heterogénea y discordante pero más o menos agrupada en torno a algunas ideas-fuerza comunes (y a un pasado en la extrema izquierda que quizá sea algo más que anecdótico) tales como el significado del 11 de septiembre, el complejo de culpa occidental, la quintacolumna islamista venida con la inmigración, la particularísima identificación con la Shoah e Israel, Mayo del 68 como fuente de todos los males, la equivalencia entre subversión y terror, la decadencia inevitable de una democracia sin trascendencia, la necesidad de "restaurar" un cuerpo social jerarquizado y bien ordenado...
Relatos, imágenes y discursos que cumplen una tarea absolutamente esencial para la "nueva derecha": trocar la percepción de fragilidad e incertidumbre característica de la globalización en pánico social y paranoia securitaria; traducir los conflictos políticos, sociales y económicos como conflictos culturales, étnicos y religiosos entre esencias inmutables ("conflicto de civilizaciones"); producir y señalar enemigos y amenazas contra las que sólo caben las medidas de excepción; neutralizar lo político que acontece cuando cuestionamos colectivamente la naturalidad de la guerra total y abrimos espacios públicos para tejer lazos comunes.
RESÚMENES
DE LAS INTERVENCIONES EN EL SEMINARIO NUEVA DERECHA: IDEAS Y MEDIOS
PARA LA CONTRARREVOLUCIÓN (II)
- Conferencia
de Amador Fernández-Savater: 11-M,
polvo y tormenta: la acción política en el filo de una
navaja
Durante su intervención en el Aula del Rectorado de la Universidad
Internacional de Andalucía, Amador Fernández-Savater quiso
subrayar que existe una conexión directa entre los distintos
proyectos de UNIA arteypensamiento en cuya organización ha participado:
¿Qué significa hoy pensar políticamente?,
Nueva derecha: ideas, y medios para la contrarrevolución,
Reilustrar la Ilustración: universalismo, ciudadanía
y emancipación y Explicar el mundo a partir de lo ocurrido.
"Todos estos proyectos", indicó, "tratan de ser
jirones de un mapa de conceptos para pensar nuevas formas de politización
en un tiempo histórico marcado por la vivencia de la guerra en
sus múltiples encarnaciones". Una "guerra de todos
contra todos" que determina nuestra experiencia de lo social y
de lo laboral, convirtiendo el mundo en un campo de batalla, en un espacio
inhóspito y hostil en el que combaten distintos egoísmos
(colectivos o individuales). En este contexto de "guerra social",
el poder político y económico se autolegitima a través
de un discurso tan tendencioso como eficaz: si lo social es la guerra
de todos contra todos, sólo las instituciones (el sistema de
partidos, el Estado de derecho, el Mercado) pueden garantizar la protección
del interés colectivo. >>
- Conferencia
de Raúl Sánchez Cedillo:
Neocons y guerra global permanente. Narraciones, pragmáticas
y coyunturas
Raúl Sánchez Cedillo analizó la coyuntura
social, política y económica que ha propiciado la expansión
de un influyente movimiento neoconservador de carácter populista
tanto en Estados Unidos como a nivel planetario. Una expansión
que incluso ha afectado a gobiernos de corte socialdemócrata
(como el de Tony Blair) que se han convertido en promotores directos
de algunas de las tesis más beligerantes de los neocons
del Pentágono: justificación de la guerra preventiva frente
a amenazas potenciales, aprobación de medidas que recortan las
libertades individuales para garantizar la seguridad... A su juicio,
esta contrarrevolución conservadora se produce en un mundo marcado
por la pérdida de hegemonía de Estados Unidos ante la
emergencia de una difusa y compleja estructura de soberanía global
(que Toni Negri y Michael Hardt denominan "Imperio") que,
aunque coexiste con estructuras gubernamentales de ámbito nacional
y/o local, cobra cada día más protagonismo. "El origen
de ese declive", aseguró Raúl Sánchez Cedillo,
"se remonta a la guerra de Vietnam, cuando comenzó a cristalizar
el proyecto capitalista de crear un mercado mundial, cuyos primeros
cimientos se habían colocado tras acabar la II Guerra Mundial
(con la creación de las instituciones de Bretton Woods -Banco
Mundial, Fondo Monetario Internacional- y la formación de la
Comunidad Económica Europea) y que tendría su primer gran
punto de inflexión a finales de los años ochenta y principios
de los noventa (con el derrumbe del bloque soviético y el fin
de la Guerra Fría)". >>
- Conferencia
de Jacques Rancière: El nuevo
odio a la democracia
Vivimos en países que no sólo se autodenominan "democracias",
sino que también se autoasignan la misión de propagar
este régimen político por todo el planeta (un objetivo
que, en ocasiones, tratan de conseguir incluso recurriendo a la fuerza).
Sin embargo, es cada vez más frecuente que en el seno de las
élites intelectuales y gubernamentales de estos países
surjan discursos que de forma agresiva y escandalizada alerten de que
ciertas materializaciones de la "democracia" están
siendo un obstáculo tanto para el progreso y el desarrollo de
la sociedad como para la protección de principios y valores morales
que salvaguardan y/o representan el "bien común". "Según
estos discursos", señaló Jacques Rancière
en el inicio de su intervención en el seminario Nueva derecha:
ideas y medios para la contrarrevolución (II), "la democracia
no es sólo una forma corrupta de gobierno, sino el reflejo de
una profunda crisis de la civilización que afecta a la sociedad
y al Estado a través de ella". Este cuestionamiento de la
"democracia" se está produciendo de forma muy especial
en Francia, donde en los últimos años el poder político
ha intentado deslegitimar movilizaciones, fenómenos sociales
e incluso resultados electorales que ponían en peligro su monopolio
en la gestión de lo común. >>
SEMINARIO NUEVA DERECHA: IDEAS Y MEDIOS
PARA LA CONTRARREVOLUCIÓN (II)
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Resúmenes
de las intervenciones
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Nueva derecha: ideas y medios para la contrarrevolución
(I)
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