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Notícies :: immigració
Deportaciones al desierto argelino desde Marruecos por encargo de la CEE
12 gen 2007
UNA VEZ MAS MARRUECOS, APOYADO POR LA COMUNIDAD EUROPEA, VIOLA LOS DERECHOS HUMANOS DE REFUGIADOS E INMIGRANTES
Denunciamos[2][1].doc
Denunciamos[2][1].doc (61,5 KiB)
REENVIAMOS ESTA INFORMACIÓN DE LA ASOCIACIÓN EL�N, DE CEUTA.
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UNA VEZ MAS MARRUECOS, APOYADO POR LA COMUNIDAD EUROPEA, VIOLA LOS
DERECHOS HUMANOS DE REFUGIADOS E INMIGRANTES
Asociación EL�N 10/1/2007

Desde el 23 de diciembre varios cientos de refugiados reconocidos por la
O.N.U., solicitantes de asilo e inmigrantes subsaharianos con permanencia
en Marruecos desde hace bastante tiempo han sido detenidos en Rabat por la
fuerzas de seguridad y llevados a la frontera argelina en la región de
Oujda (frontera terrestre oficialmente cerrada entre Argelia y Marruecos).
Cerca de 400 personas, incluidas mujeres y niños. La mayoría de los
documentos de estas personas fueron confiscados o destruidos por las
fuerzas del orden. Estas operaciones se acompañaron de maltratos
policiales, en particular, aporreamientos, heridas y humillaciones.
También fueron victimas de las redadas mujeres embarazadas y mujeres con
niños de corta edad. El número de víctimas podía considerarse entre 380 o
400.


Un grupo de personas de la Asociación Elin, al tener noticias, por los
mismos afectados, de estos acontecimientos, el día 26, nos dirigimos a
Rabat para conocer lo que estaba pasando y ofrecerles nuestra ayuda. En
Rabat nos pusimos en contacto con algunos de ellos, y ante la desesperada
situación que estaban viviendo los que se encontraban en Oujda, decidimos
partir hacia allí. Nos acompañaba un refugiado de Costa de Marfil
presidente de los refugiados costa marfileños en Rabat que conoce muy de
cerca la situación, ya que él también ha sido deportado al desierto en
ocasiones anteriores.
En el campus universitario de Oujda nos encontramos con un grupo numeroso;
su aspecto y sus rostros manifestaban todo el sufrimiento físico y
psicológico vivido. La mayoría de ellos eran congoleños y costa
marfileños, también nigerianos y malienses; a algunos ya los conocíamos de
otras deportaciones y nos cuentan como ha sido ésta, además de pedirnos
con insistencia que hagamos llegar ante los organismos competentes como
están siendo violados sus derechos y pisada su dignidad.

Estas son sus palabras: “Nos detuvieron en nuestras casas de madrugada,
nos llevaron a la comisaría y después fuimos transportados en autobuses a
través de todo Marruecos, a lo largo de 12 horas. Nos introdujeron en el
desierto en territorio argelino y fuimos abandonados, por grupos de
algunas decenas en distintos puntos, separados de varios kilómetros, a lo
largo de la frontera marroquí-argelina no lejos de la ciudad de Oujda.
Bajo la amenaza de tiroteos de fusiles en el aire, nos fueron obligando
las fuerzas marroquíes a avanzar hacia Argelia y luego fuimos también
rechazados por las fuerzas argelinas también con tiroteos de fusiles en el
aire. Después de diez horas de calvario entre los dos ejércitos, la
mayoría de nosotros pudimos


volver a las afueras de Oujda cerca del campo de la universidad y de un
bosque vecino.
Muchos de nosotros llegamos en un estado lamentable, heridos por caminar
de noche sin ropas adecuadas, sin nada para protegerse, asustados por los
tiros en el aire del ejército marroquí para obligarnos a penetrar aún más
en territorio argelino y hostigamiento de las fuerzas de seguridad
Argelinas para impedir que entráramos en territorio argelino. En estos
momentos de confusión, algunos se perdieron y esto dio lugar a que varias
mujeres fueran violadas, dos embarazadas.
    Desde que llegamos dormimos fuera (las noches son frías en Oujda), solo
algunos, los mas vulnerables, como enfermos mujeres y niños pudieron
ocultarse bajo techo y albergarse y protegerse del control policial y
del frío.

Llevamos aquí cinco días y la policía se niega a dejarnos volver a Rabat
donde tenemos algunos amigos que nos pueden ayudar, ya que nos hemos
quedado sin nada. Mientras tanto, entre nosotros aumenta el desánimo, la
impotencia y se multiplican las enfermedades, debido al sufrimiento la
inseguridad y la falta de medios ya que todos estamos muy debilitados y
abatidos.�
Nos cuentan que tres mujeres fueron violadas, entre ellas una joven
congoleña, embarazada de cinco meses, la cual acababa de perder a su
bebé. Hospitalizada urgentemente, se negaba a hablar, su estado general
es bastante preocupante por el estado de choc en que se encuentra.
Esto demuestra, una vez más, que son las mujeres las que sufren de manera
más dura la represión y la discriminación.
Médicos sin Fronteras y algunas organizaciones humanitarias les
suministran algunos medicamentos, plásticos, mantas y comida pero es
insuficiente. Sin embargo lo mas dramático de todo es la inseguridad que
viven, puesto que en cualquier momento, la situación de la deportación al
desierto puede volver a repetirse.
Nos encontramos también con el grupo de mujeres con niños acogidas en una
iglesia de Oujda, las cuales fueron deportadas al desierto con sus hijos
de apenas un año. Los niños y sus madres son testimonios fuertes de la
crueldad y la injusticia de esta sociedad en la que vivimos que es capaz
de torturar y matar indiscriminadamente, con tal de mantener su estado de
bienestar y consumo.

La Asociación Elin Invita a todas las organizaciones, asociaciones, grupos
y personas a firmar y difundir este documento a los organismos
competentes.







Por todo ello Denunciamos:

•     Las graves violaciones a los derechos humanos perpetradas en nombre de
la protección de las fronteras exteriores de Europa.

•     La actitud y las presiones de la Unión Europea hacia los países
fronterizos de la Unión con el fin de "subcontratar" el control de sus
propias fronteras y las consecuencias de éstas a la vez sobre los
refugiados e inmigrantes y sobre los países de tránsito y de origen.

•     El silencio del ACNUR en Marruecos, que obviamente no está en
condiciones de garantizar la protección efectiva de los solicitantes de
asilo y de los refugiados, y que solo mantiene entonces la ilusión de una
protección que, en estas circunstancias, solamente se arriesga a servir
"de coartada" a las políticas europeas que obstaculizan el acceso de los
solicitantes de asilo al territorio europeo.

•     El incumplimiento por Marruecos de los derechos más elementales de los
inmigrantes y los refugiados y de sus compromisos internacionales, en
particular los relativos al Convenio de Ginebra sobre el estatuto de los
refugiados y al Convenio sobre los derechos de los trabajadores
inmigrantes y sus familias.

•     Consideramos al Gobierno marroquí y también a los Gobiernos de la Unión
Europea responsables de todas las consecuencias sobre la vida y la salud
de los inmigrantes y refugiados, de estas expulsiones operadas en
condiciones inhumanas, sin ninguna consideración a los derechos de estas
personas.



Por todo lo anteriormente dicho, exigimos tajantemente:

•     Exigimos la vuelta inmediata de todos los expulsados a su domicilio
habitual, y su seguridad personal.


•     Que el estado español rompa los acuerdos obtenidos en la cumbre
euro-africana, puesto que los mismos están dando lugar a vulneraciones
graves de los derechos humanos.

•     La reinstalación inmediata de todos los refugiados que se encuentran en
territorio marroquí, puesto que su estatuto jurídico no es reconocido por
las autoridades marroquíes y puesto que su integración y el respeto de sus
derechos humanos es totalmente imposible.

•     La reinstalación inmediata de refugiadas y demandantes de asilo mujeres
y menores, teniendo en cuenta la situación especialmente vulnerable de
mujeres y menores dentro del territorio marroquí.

•     Una actuación inmediata del ACNUR para clarificar cuál es su capacidad
para proteger a los refugiados y demandantes de asilo que se encuentran en
territorio marroquí.

•     A la Unión Europea cortar cualquier medida y presión destinadas a
transferir el control de sus propias fronteras a países terceros como
Marruecos.

•     Una actuación inmediata de gobiernos europeos o partidos políticos
europeos que faciliten la reinstalación de refugiados y refugiadas en sus
territorios.

•     Una actuación inmediata de gobiernos europeos o partidos políticos
europeos para pedir explicaciones y exigir a Marruecos el respeto de los
derechos humanos.

•     Al Gobierno marroquí el respeto de los textos internacionales
ratificados por Marruecos y el cese inmediato de todas las acciones
condicionadas por las presiones europeas en materia migratoria y de
refugio.

•     Una actuación inmediata de la Unión Africana para exigir a Marruecos el
respeto a los derechos humanos de los ciudadanos del Ã?frica subsahariana

•     Llamamos a las embajadas de los nacionales subsaharianos interesados, a
tomar conciencia de la situación y a adoptar las medidas necesarias para
la protección de los derechos de sus nacionales.







Relación de algunos de los testimonios recogidos de los propios
afectados/as sobre las deportaciones


“El sábado 23 a las siete de la mañana la armada marroquí vino a la casa,
aún dormíamos. Han tocado a la puerta y hemos abierto. Estamos en dos
pisos, en nuestro piso había cuatro personas, dos hombres y mujer yo
sola.
Han entrado por la fuerza, decían: salir, coged vuestras cosas y salid
ya…. He mostrado el papel de ACNUR y lo han roto.
Han utilizado la violencia y nos han llevado hasta el centro de
deportaciones en el barrio de Aynnada 1. Había seis autobuses allí.
Hemos cogido el camino directamente a Oujda, sin interrogatorio ni nada.
Me han quitado el teléfono. Hemos llegado a Oujda a las seis y media de la
tarde. Han dividido los autobuses de dos en dos. Se han parado en alguna
parte en Oujda y los periodistas marroquíes entraban en los autobuses y
filmaban.
Nosotros éramos el primer autobús de los dos. Y nos han separado entre
grupos de tres personas, era ya de noche… Había militares con armas. Nos
empujaban para ir a Argelia y nos seguían. Nos empujaban fuerte, nos
movían…
Los militares argelinos no nos han hecho nada, sólo nos obligaban a entrar
a Marruecos.
Marchábamos para encontrar Oujda, me he perdido de los hombres con los que
estaba porque era de noche.
He andado, no sabía dónde iba y después he visto tres hombres, eran
marroquíes. Me han cogido y me han forzado para quitarme el pantalón y los
tres me han violado, uno detrás del otro. He gritado y no había nadie y me
decían que si continuaba gritando me iban a matar. Tenían cuchillos y
machetes.
Después me han dejado y he andado de nuevo. A las dos de la mañana he
encontrado otro grupo que eran congoleños también. Me han cogido y hemos
encontrado el camino sobre las cuatro.
He tenido una crisis de asma y me han llevado ellos y me decían que
tuviese coraje, que íbamos a llegar. A las cinco hemos cogido un taxi a la
facultad, cuando hemos llegado han llegado los médicos sin fronteras para
coger a las mujeres. Nos han curado, les he dicho que hemos sido violadas
y nos han hecho el Tes., hemos dado orina y sangre. A mí no me han hecho
el Tes. de sangre porque no encontraban la vena, estaba muy débil.
Hemos ido a la iglesia de Oujda para dormir allí.�
.


“A las cuatro de la mañana la policía ha llegado a la casa. Han roto la
puerta, Estábamos cinco en la casa, hombres, con el certificado de
demanda de asilo. Nos han metido en el vehículo para llevarnos a
comisaría de Aynnada 1. Han utilizado la fuerza, queríamos hablar con el
comisario porque teníamos los papeles, pero decían que no, estaban todas
las clases de policías de Marruecos.
A las cinco nos han llevado a un autobús para conducirnos a la frontera,
sin pasar por tribunal ni la comisaría de Oujda. Allí nos han dado a las
manos de los militares marroquíes, que nos han robado, pegado, insultado,
amenazado y nos han dicho de no volver a Marruecos porque nos matan.

Hemos entrado a Argelia. Nos han atrapado los militares argelinos, que nos
perseguían con las armas de fuego en la mano. Cuando los militares
marroquíes os dejan les vemos y a la próxima vamos a mataros a vosotros y
a los militares marroquíes, es lo que decían los argelinos.
He andado para volver hasta Oujda, hasta la facultad, estoy enfermo desde
la deportación, porque nos han pegado y todo.
He dormido fuera desde aquel día.
Todos han llamado a Acnur para informar de lo que estaba pasando. He
estado deportado tres veces,,, la gente muere en la frontera, hay que
buscar un solución.
Han decidido enviar primero los enfermos y las mujeres.
He visto la chica que estaba embarazada y la han violado.
He perdido el teléfono y mis cosas y las personas que nos han alquilado la
casa, nos han echado de la casa.
He pasado a ACNUR y le he explicado el caso para que puedan hacer un
informe�.

“A las seis de la mañana, estábamos acostados y han venido y han roto la
puerta. Estábamos cinco en la casa, todos de demandantes de asilo. Hemos
mostrado los papeles y nos han dicho que no los reconocen y han roto tres
papeles delante de nosotros. Nos han cogido los teléfonos y una televisión
que teníamos en la habitación.
Nos han pegado fuerte y había otros que decían que dejaran de pegarnos de
esa forma.
Directamente hemos ido a Aynnada 1, a la comisaría y de allí directamente
a Oujda. Sin pasar por el tribunal y por la comisaría de Oujda , directo a
la frontera.
Hemos encontrado a los militares argelinos y hemos corrido, nos hemos
escondido para entrar en Marruecos. Hemos ido andando hasta la facultad,
no teníamos ni ropa, ni zapatos, como estábamos dormidos no nos han dejado
coger la ropa y hemos ido así como medio desnudos.
Había una mujer entre nosotros, estaba enferma y la hemos ayudado a llegar
hasta Oujda, su dedo se ha salido del sitio.
No hemos recibido ninguna comida en Oujda,,, llegaban con algunos panes
pero no era suficiente para todos…Médicos sin fronteras dan un poco de
medicamentos.
El que nos ha alquilado la casa nos ha echado de allí, ahora estoy con
otros amigos.�

“La mañana del 23 de diciembre, los agentes del orden han desembarcado en
mi domicilio y han forzado la puerta en torno a las cinco de la mañana
para detenernos a mi amigo y a mí. Les he mostrado mi certificado de
refugiado. Entonces lo han roto y lo han tirado contra mí y se me han
echado encima con palos para golpearme. En ese momento han registrado la
habitación y se han llevado mi teléfono móvil y mi dinero. Me han empujado
a la puerta con una gran violencia para empezar la deportación a la
frontera argelina. De allí hemos ido a Aynnada 1 y después directamente a
la frontera de Oujda, sin pasar por comisaría o tribunales, para verificar
mis papeles.
Me siento totalmente impotente porque esa deportación ha hecho que
recuerde las deportaciones del 2005 en la que me enviaron al desierto
entre Mauritania y Marruecos. Hemos andado de kilómetros y kilómetros
durante veintiséis días y entonces hemos llegado hasta Oujda.�






“Me han cogido de la casa a seis, no tengo casa fija para dormir, pero
ahora estaba con otros tres más. Éramos cuatro en la casa, y sólo yo
menor. Han roto la puerta, nos han hecho daño y pegado. He enseñado mi
papel y han empezado a romper los cristales de la casa. Hemos ido a
comisaría y de allí directamente a la frontera, sin controlar los
documentos. Así mucho frío, he perdido todo lo que tenía, hasta lo que
llevo puesto es de otra persona porque nos sacaron de la cama por la
mañana y estábamos en pijama y sin zapatos.
Los militares argelinos me han detenido y le he enseñado los papeles y me
han dicho que si yo soy demandante de asilo tengo que volver a Marruecos,
pero antes habían tirado balas. Entonces los soldados marroquíes me han
detenido de nuevo y me han llevado a una casa de centinela y he dormido
en el suelo, muerto de frío… Después me he escapado y he ido a pie hasta
Oujda, he andado muchos kilómetros hasta encontrar Oujda de nuevo.�

“Eran las cuatro de la mañana y la policía ha tocado a la puerta de la
casa, nos han dicho que nos llevaban a comisaría por la verificación de
papeles. Éramos ocho en la casa, refugiados y demandantes.
Hemos dejado todas las pertenencias en la casa. Hemos llegado a comisaría,
en Aynnada 1, pero allí no han pedido ni los papeles y nos han metido en
un autobús con destino a Oujda, a la frontera directamente.
Nos han separado y nos han llevado a la noche para llevarnos al desierto.
El 24 hemos cogido el camino para volver a pie, estábamos juntos con los
malienses y nigerianos. Hemos llegado a una pequeña ciudad y hemos cogido
el tren para venir hasta Rabat.
He informado a ACNUR, y nos han dicho que van a encontrar una solución
pero hasta el momento nada. Hasta nuestro casero le ha detenido la policía
y han pedido una multa de 2000 dirhams para él, acusado de tener a
clandestinos alquilados.�



“La policía me cogió cuando dormía en mi domicilio. Me enviaron a la
comisaría de Agnada 1 para después conducirnos directamente a la frontera
de Argelia. Allí fui agredido por bandidos que me robaron todo lo que
tenía, mi teléfono móvil y mi dinero (60 dirhams). Después de eso, he
andando durante algunos días sin casi beber ni comer para llegar a Fez,
donde he encontrado jóvenes estudiantes africanos que me han acogido, me
han dado de comer, me han dado ropa y me han ayudado a coger el autobús
para volver a Rabat.
No he esperado que el ACNUR me ayude a llegar hasta Rabat porque yo he
visto muchas deportaciones de mis amigos y finalmente han vuelto por sus
propios medios porque el ACNUR no es respetado por la autoridades
marroquíes, por eso no podemos contar con el ACNUR. Además, en Oujda hace
mucho frío y tenía miedo que me cogiera la policía una segunda vez y me
enviara a la frontera.
Mientras caminábamos hasta Fez hemos sufrido la humillación por parte de
jóvenes marroquíes que nos decían « negro » como insulto ( así en lengua
marroquí es negro) y esclavo (gan-gan en lengua marroquí es esclavo).�





“El día 23 sufrí mi segunda deportación. La policía entró de madrugada en
mi casa donde estaba con mi marido y mi niña pequeña. Me traumatizaron de
tal forma que al llegar a la comisaría de Ainnada 1 sufrí una subida de
tensión. Perdí el conocimiento y empecé con convulsiones. La policía se
vio obligada a llevarme al hospital Avicene, donde permanecí un día en la
sala de reanimación.
Aun no he pasado al ACNUR para hacer la declaración de estos hechos, pero
el ACNUR está al corriente de que mi salud y mi situación personal en
delicada.
Además tengo un problema y es que el casero, tras lo sucedido, no quiere
alquilarnos de nuevo la casa.
La vida en Marruecos es muy discriminatoria. El ACNUR no puede insertarlos
en la vida profesional. Cuando un refugiado encuentra en trabajo, a veces,
el patrón ni siquiera le paga porque no tiene donde ir a pedir sus
derechos.
Los hospitales marroquíes se niegan a ocuparse de ellos cuando están
enfermos y siente que en las celdas de deportación su dignidad y su honor
han sido violados�.

“A las siete de la mañana la policía nos ha tocado a la puerta, y han
forzado y han entrado. En la casa hay tres habitaciones, en cada
habitación cuatro, dos y en la otra habitación yo y dos hijos míos, de
doce años.
La policía nos ha pillado a mí y han dejado a los niños solos allí que
lograron esconderse, nos han llevado directamente en comisaría, hemos
enseñado a los papeles y nos han dicho q no les reconocían y otro me ha
dicho señora yo hago mi trabajo.
En comisaría he hecho una crisis de tensión, he caído al suelo como me
pasó en ACNUR un día y me han llevado al hospital… allí nos han dejado en
la sala de espera solamente y nos hemos reestablecido y he huido porque
tenía miedo de q me cogieran de nuevo… y después los niños les he
encontrado solos llorando en la casa y ahora el casero no quiere gente en
su casa para evitar que la policía le destroce la casa de nuevo. Hasta
para ir en el autobús es difícil porque el señor no quiere�.

“A las siete de la mañana la policía forzó la puerta de mi casa, entraron
con violencia y yo y mi hermano ( hijo de Onina, la mujer que me cuida),
logramos escapar, pero después nos dimos cuenta que se habían llevado a
mamá hortense. No es la primera vez que vivo una situación así, he vivido
más deportaciones con mi mamá. Estoy cansada y tengo mucho miedo de las
agresiones, mamá hortense siempre intenta protegerme porque dice que estoy
creciendo y que tiene miedo de las violaciones.�

“La policía ha llegado sobre las cuatro de la mañana. Han tocado la
puerta y después la han abierto por la fuerza. Han entrado en la casa,
estábamos ocho en la casa, todos demandantes de asilo. Hemos mostrado los
papeles, pero han dicho que es una simple verificación y aquí no vamos a
ver los papeles, vamos a verlos en comisaría.
Nos han metido en el bus hasta la psp, allí hemos encontrado mucha gente y
no verificaban ningún papel. Cogían la gente por la fuerza para llevarnos
en el autobús, nos empujaban y nos forzaban. Había mujeres y niños. Y nos
han llevado directamente en la frontera. La gente q estaban con nosotros
eran malos, no se paraban ni nos dejaban mear y querían esposarnos para
dejarnos mear. Era a la salida de Rabat, si querías mear después te decían
q debías mear ahí y había gente q meaba en las botellas para tirarlas
después en el autobús.
Llegado a Oujda había seis autobuses, dos autobuses en grupos y nos han
llevado hacia la frontera y había allí como un campo con militares. Los
militares nos decían que debíamos meternos en grupos de tres y nos
pegaban, nos daban golpes. Nos hablaban como si hiciésemos el servicio
militar.
Nos enseñaban que allí estaba Argelia y que íbamos hacia allí y el que
volviese sobre Marruecos le iban a pegar dos tiros, porque tenían armas
con ellos.
No tienes derechos a mear, a pedir algo, a nada porque sino te pegan.
Después nos hemos reagrupado y los otros que conocían el camino nos decían
que había que hacer así o ir hacia otro sitio.
En mi grupo había dos chicas y llegando a un sitio había dos militares que
salían y nos llamaban, era de noche y los militares llevaban una linterna
que han enfocado sobre su cara, y nos decían que subiésemos donde ellos
estaban, que era como un muro. Nos decían que si no veníamos nos pegaban
un tiro. Corríamos y los militares nos seguían, yo y una de las chicas
corríamos sin zapatos, y la chica no podía huir y ha quedado con los
militares. Me he encontrado solo en la fuga, había un río en el camino y
allí me he caído. He pasado una hora allí entre las zarzas herido. Como es
mi primera deportación no sabía dónde debía ir o dónde salir. He seguido
el trazado del río y he visto un aeropuerto que era el mismo que había
visto en mi deportación y he seguido la luz. He llegado a la ciudad a las
tres de la mañana, y estaba solo y los pies hinchados, desnudos. He
encontrado los otros y he ido a la facultad donde están todos los
inmigrantes�.

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