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Anàlisi :: sense clasificar : dones |
“Historia de un amor�
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per Roque Dalton |
12 gen 2007
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Roque Dalton, ‘Taberna y otros lugares’ (1969), en ‘Roque Dalton. Antología’, Visor, Madrid, 2000. |
(Documentos)
I
LOS ORÃ?GENES
Nos conocimos en San Jacobo, una tarde de octubre. Un organista inglés, Simón Preston, para ser exactos, terminaba de tocar una obertura para coral de Bach (“Kommheiliger Geistâ€?). La muchacha estaba justo delante de mÃ, era alta y rubia, de carnes duras. Como culminación de una de las tantas olas sordas que se producÃan en aquel apretujamiento humano, mis labios vinieron a chocar brutalmente contra su nuca desnuda (usaba aquel dÃa ese peinado alto que no le queda de lo mejor). Volvió el rostro, mostrándome la mayor cantidad de furia por milÃmetro cuadrado que es dable encontrar en dos ojos azul turquesa. Supongo que mi terror fue tan evidente y de una calidad tan eisensteiniana, como que fue capaz de colocar un trocito de leche y miel (es decir, un caramelo metafÃsico) en la pequeña boca de aquella indignación tan súbita, pues, de inmediato, el rostro de la muchacha se transfiguró, diluyéndose en la más estimulante expresión de piedad-simpatÃa que yo hubiese visto jamás. Entonces, temblando un poco (en forma que me permito recomendar a todos los que en el futuro se hallen en semejante trance), la besé respetuosamente en una mejilla y luego, final y triunfalmente, en la boca. Para entonces el organista ponÃa en fuga, en muy glorioso desorden para milicias de tanta fama, a los subpoderes masivos del Reino celestial: nos arrojaba desde las alturas de FantasÃa y Fuga sobre el tema “Ad nos, ad salutarem undamâ€?, de Liszt, como noticias de libertad al foso de los condenados a muerte. Sin embargo, un ciego que estaba junto a nosotros nos buscó los cuerpos y nos dió palmaditas, asintiendo con señorÃo y dulzura, en las espaldas: habÃa escuchado además el minúsculo ruido de nuestros labios al separarse. Una gorda vieja judÃa, por el contrario, aprovechó mi arrobamiento para hundirme el codo peligrosamente cerca del hÃgado. Alguien por ahà olÃa excesivamente a ajo rancio. MarÃa (entonces yo no sabÃa aún que se llamaba MarÃa) se apretó contra mi cuerpo, puso su rostro sobre mi pecho y cerró los ojos. Asà escuchamos el “Studio Sinfónicoâ€?, de Bossi. Aquella misma noche nos casamos, luego de lograr, usando todas mis influencias con el Partido, la dispensa de los trámites previos. Pero ella durmió todavÃa esa noche en casa de sus padres, que se mostraron perplejos con las noticias. Yo escribà un poema, poblado de aleluyas, hosannas, etcétera.
Roque Dalton, ‘Taberna y otros lugares’ (1969), en ‘Roque Dalton. AntologÃa’, Visor, Madrid, 2000. |
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Re: “Historia de un amor�
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per d'humour |
12 gen 2007
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Rue l,amour,l,amour rue Paralel,Colon réputation du Cap d'Agde tout proche, de ses naturistes et échangistes de tout poil (et à poil), la malice d'un employé communal et un souffle de tramontane ne sont peut-être pas étrangers à cette bouffée d'humour de coin de rue. |