Oventik es un hervidero de pensamientos y lenguas, una babel de la rebeldía. Y como tal un caldo de cultivo para el encuentro y desencuentro.

Si algo sabe el occidente y el occidentalizado es de egoísmo, de propiedad privada, de espacios exclusivos, de ghettos; que aquí son evidenciados desde cada piedra, desde cada gota, desde cada partícula de niebla y de noche colectiva, por las miradas aveces duras a veces divertidas de los tzoziles encapuchados omnipresentes y alertas en cada rincon de este territorio liberado.

Aquí el cambio es evidente y contundente, las mujeres quienes almenos hace seis años parecian al margen de la construcción de esta autonomía, encargadas todavía exclusivamente de la procreación y crianza de los muchos hijos, hoy son sin temor a equivocarse pilar fundamental de esta rebeldía y son ellas quienes traen la palabra más guerrera: "Las mujeres tenemos que ser rebeldes contra todos".

Niños y jóvenes avispados y desmadrozos, con cámaras en la mano toman la revancha y disparan sin temor y sin cesar a estas sociedades civiles, y son ellos quienes ahora preguntan con todo el respeto y sonrisa socarrona a cualquier compañera que paresca de los internacionales: "¿no molestas si te tomo?".

Y esque en contraposición a la practica del mexican curios (aún visible aquí), estos pequeños rebeldes camarografos imponen el international curios, entre más güero se al objeto capturado más celebrada será la instantanea digital con bullas y sonrisas colectivas (siempre colectivas).

Los encuentros y los desencuentros

Oventik es el mejor ejemplo de esa sencilla y dificil consigna para muchos "compañeros"; el decir y hacer se cuela por todos lados con respuestas pintadas como murales -yá propios- producciones de video, libros didácticos, centro de medios. Son las nuevas respuestas a quienes no entendian el largo silencio ejercido en la última decada. En suma se ve y se siente la disciplinada organización que para cualquier zapatourist habitante de la fashionrebel raya en la obsecación y la testarudes.

Casi cualquier interacción con estos pueblos requiere de definiciones, que al no haberlas por parte del meridiano civilizado llegan a ser fricciones reconocibles en la zona de la comisón de seguridad o en la de limpieza, pero donde llega al extremo quizas sea en la fatal zona de letrinas, allí la paciencia indígena tiene que echar de todas sus armas para no decir un nuevo "ya basta" ante la animalidad incontrolada tanto de nacionales como internacionales y su yo primero y no me importa el que biene atras y si eres mujer indígena y sin pasamontañas mejor ni te miro.

En las mesas de trabajo como buenos invitados nosotros siempre buscando la primera fila del show, y los medios -lease fotógrafos y etces. que quiensabe donde publican- imponiendo las espaldas a tod@s en su afan de privatizar las imágenes y los sucesos, cosa extraña, con tapones del propio ruido en las orejas. Atrás como en luneta las bases de apoyo, sin perder el hilo divertido siempre atentos como fotografías, cosa extraña.

Pero el decir y hacer a pesar de los ruidos y las sorderas se cuela como rebeldias encontradas, de ambos lados se va poniendo el granito de arena que va construyendo un solo nosostros. El trabajo chicano reconoce, agradece y actuá en los territorios acupados del norte. La Radio Zapatista de Los Angeles pone a los meros compas zapatistas la medalla de la inspiración y nos dicen que a pesar de sus pesares de primer mundo van peleando para la construcción de la la identidad rebelde en el estómago de la bestia.

Y así de todo el mundo, experiencias de educación autónoma tanto en en Francia como en Roberto Barrios, furia y fuerza en las palabras de la compañera Gabriela narrando el cotidiano de vencer el machismo indígena que va sediendo a pasar de ser acusado de uso y costumbre.