|
|
Notícies :: un altre món és aquí : mitjans i manipulació : xarxa i llibertat |
Kaos, las opiniones de un abuelo
|
|
per Pepe Gutiérrez-�lvarez en Kaosenlared Correu-e: kaosenlared@gmail.com (no verificat!) |
22 des 2006
|
La verdad es que lo que está haciendo el equipo de Kaos es una proeza de la estirpe del Ruedo Ibérico y del increíble Juan Martínez, y por lo tanto, creo que si hay críticas que hacer, cuando se hagan partan de este punto previo. |
|
Desde hace años que algunos de los representantes de la última generación militante –la conocida por la “del 68â€?, la que operó el relevo en la resistencia antifranquista a los restos del naufragio de los años treinta-, nos lamentábamos de las consecuencias culturales de una suma de derrotas, y nos preguntábamos porque vÃas se iba a formar la generación que emergÃa al amparo del altermundialismo ...
Se dice pronto, pero el Atila del militar-fascismo destruyó lo que el movimiento democrático y social habÃa acumulado desde la mitad del siglo XIX...Un trabajo arduo de formación, de acumulación de fuerzas, y de extensión acelerada con la IIª Republica. A finales de los años cincuenta, lo único que se mantenÃa era el PCE-PSUC por una suma de razones a considerar. la “guerra frÃaâ€? se llevó por delante las tradiciones más creativas, todo quedó empañado en el dilema comunismo-anticomunismo, y está claro que los métodos organizativos más férreos se mostraron mucho más adecuado que los más “abiertosâ€? de la tradición anarcosindicalista que se habÃa quedado reducida al núcleo duro del exilio, ajeno a todas las transformaciones sufridas pro el paÃs al calor del llamado “neocapitalismoâ€? que nos traÃa turistas, y que nos reclamaba mano de obra barata en Alemania, Francia, Suiza...
Aquà esta nueva generación no contaba con unas tradiciones asentadas –más que la verdad funcionaba el mito, la leyenda-, ni con escuelas, y sin embargo, era una generación que tenÃa su base inicial en las universidades masificadas, para extenderse ya en los años setenta a las juventudes obreras. Se trataba de una juventud especialmente cinéfila –era el esplendor de los programas dobles-, con fervor por las lecturas, coincidente con la “revoluciónâ€? del libro de bolsillo-, muy discutidora. Pero también bastante “virgenâ€?, una realidad que se desconoce, pero que para mà queda bastante reflejada en la descripción que –como ha subrayado muy bien Miguel Romero en su artÃculo en Viento Sur- ofrece la pelÃcula Salvador. Temas como construir un partido, organizar la lucha armada, etc, llegó a parecernos tareas tan fascinantes como asequibles, basta decir que nuestro modelo más inmediato era el “Cheâ€? Guevara, y el que escribe discutió en el exilio de Paris la hipótesis de ser reclutado para una guerrilla en Latinoamérica.
Hasta los años sesenta, la presencia de mujeres fue algo muy limitado en los tinglados clandestinos. Fuera del anclaje comunista, todo era mucho más difÃcil. Estábamos aprendiendo lo que era estar organizado, lo que significaba una lucha sindical...Evidentemente, en aquella época la dictadura ya no era como en otros tiempos, a pesar de su brutalidad y carácter criminal, recibÃa mayores presiones internacionales, tenÃa conflictos con sus propia base social (la Iglesia de a pie), y por decirlo asÃ, no daba a bastos, sobre todo en los setenta, cuando Comisiones “ocupóâ€? el Vertical, aparecieron las Asociaciones de Vecinos, etc. Por otro lado, era una época mucho más compleja, las inquietudes (alimentadas por el cine y los libros) eran mucho más variadas, por ejemplo –y ese es otro acierto de Salvador- la cuestión sexual tenÃa muchÃsimo más peso que antes. Se rechazaba la sexualidad de los papas, las mujeres se estaban haciendo mucho más libres, estaban llegando los métodos anticonceptivos...
Afortunadamente, algo quedaba de la vieja generación. Si bien la resistencia republicana ya habÃa dado todo de sà en su lucha, y por lo tanto, no estaba en condiciones de encabezar un movimiento contra la dictadura, si representó un “puenteâ€? fundamental, sobre todo los veteranos a los que no se les habÃa “parado el reloj en la guerraâ€? (palabras de mi maestro Francecs Pedra, anarcosindicalista también conocido como “Seisdedosâ€?), y podÃan aportar sus reflexiones, en especial aquella que insistÃa en que la impaciencia era mala consejera, que habÃa que organizar, organizar y organizar, y también, habÃa que aprender, aprender y aprender. Aunque Pedra poseÃa una auténtica pasión por sus ideas, a mà me enseñó algunas cosas fundamentales: primero, que los fines del movimiento obrero y del pueblo son antes que ninguna idea (si estas se justifican es para servirlo), segundo, que toda persona luchadora merecÃa un respeto, por más equivocada que creyéramos que pudiese estar, y tercero, que era muy importante conocer bien todas las grandes escuelas, aunque fuese para criticarlas.
Este encuentro generacional evitó males mayores, pero lo cierto es que la generación del 68 mostró su “infantilismoâ€? en casi todas sus acciones. Ante todo por la facilidad que rompÃa una organización, siguiendo los diferentes caudillismos, de tal manera que la izquierda del PCE-PSUC pasó a ser una auténtica “ensalada de letrasâ€?, por supuesto no todas fueron iguales, algunas trataron de ser más serias, pero globalmente fue asÃ; igualmente se mostró sañudamente sectaria. Salvo excepciones, se buscaba la hegemonÃa de tal o cual sector, y muchas veces reanteponÃan los intereses de grupo a los comunes. Un ejemplo entre mil fue el del PTE y la ORT, las principales formaciones maoÃstas que se juntaron, hicieron una asamblea de sus afiliaos sindicales que dejaron comisiones, y en el momento de la unificación crearon dos sindicatos, la CSUT y el SUT. Esta “guerra frÃaâ€? fue uno de los factores determinantes para que pudieran ser marginadas después de los pactos que conformaron una Transición hecha a la medida de los reformistas del régimen. Estos “malos rollosâ€? fueron también determinantes para que, después de tantas y tantas luchas, todo se descompusiera. Un sector mayoritario pasó a la “vida privadaâ€?, una minorÃa mayoritaria se instaló en el sistema, y una minorÃa minoritaria persistió en volver a repetir el mito de SÃsifo.
Está por hacer un balance cultural de esta generación que gozó de unas fuentes de formación sin parangón en la historia. Entre la mitad de los años sesenta hasta finales de los setenta, se publicó todo lo publicable de clásicos y modernos. Por ejemplo se publicó sobre Lenin más estudios que los que pudieran haber producidos los académicos soviéticos, y lo mismo se puede decir de cualquier clásico, hasta Stalin fue publicado por la ORT. Lo mismo se puede decir sobre los clásicos modernos, y sobre los temas más variados. Cualquier cuestión –yo que sé, el carlismo, el judaÃsmo, Fanon, Malcom X, etc-, suscitó unas bases bibliográficas que fueron complementadas por toda clase de revistas. Esta explosión de cultura socialista se benefició de la acumulación efectuada en los años treinta, y la sobrepasó ampliamente, y lo mismo se puede decir en el terreno de las revistas teóricas. En los medios más formados se llegaron a gestar aportaciones de altura, ya me he referido a Manuel Sacristán, pero creo que es justo señalar experiencias de sindicalismo de clase como el de Miniwatt...
Hay algo que resulta ingerente a los mayores logros: la pluralidad. El pluralismo es tan inherente al Ruedo Ibérico como lo pudo ser el antifranquismo y el anticapitalismo, asumidos como cuestiones inseparables, su separación por la derecha era la antesala de la integración, por la izquierda señal de haber perdido la brújula. Dicha pluralidad se manifestó en las mejores editoriales (Anagrama, Fontamara, Akal, etc.), en los sindicatos más combativos (las “hegemonÃasâ€? fueron claves para romper huelgas), en las formaciones más avanzadas. En realidad la pluralidad es parte central de los grandes momentos, apasionadamente plural fue la AIT, también lo fueron los bolcheviques, la IIª y la IIIª Internacional en sus primeros años, radicalmente plural fue El Viejo Topo, y abiertamente plurales fueron los y las militantes que “proponÃanâ€? sus ideas para debatir, no para imponerlas.
Esto último era lo que hacÃan los burócratas, que cuando se le desbordaba el partido o el sindicato, lo neutralizaban de una manera u otra. En este terreno, ninguna escuela ha sido tan devastadora como la estaliniana. Debatir con derecho a discrepar y a crear tendencia era una “monstruosidadâ€? para esta escuela, es más, el simple hecho de tener “buen rolloâ€? con el adversario podÃa servir en un momento dado como un arma arrojadiza. El PSOE lo harÃa por otros métodos, por el enchufe, por la condena al ostracismo, o por la expulsión. El caso es que a la hora de analizar las derrotas que acabarÃan dejando a nuestra izquierda en la UVI, los factores internos son más importantes que los externos. Porque se ha tratado de una derrota sin necesidad de muertes, cárceles y exilios. Y al final de la devastación, los logros, las memorias, las tradiciones, los aportes culturales, todo se queda en la más exigua expresión de unas resistencias a la que habrÃa que añadir algún que otro retroceso. Porque el hecho que los burócratas sindicales y el “ecosocialismoâ€? ganaran el pulso al “anguitismoâ€? fue un retroceso, y no pequeño; el enrocamiento de la CGT pura y dura, ha sido un retroceso. Y el hecho de que después de tantas movilizaciones no se hayan traducido en ningún salto organizativo digno de mención es que, los avances se han preparar todavÃa más.
En eso estamos, en un paisaje después de las derrotas, y el preludio de tiempos que todavÃa están por llegar.
Y, en todo esto, ¿qué pinta Kaosenlared?.
En ese preludio las redes tienen mucho que ver, sin ellas no se explica Seattle y todos los demás, los Foros Sociales. El tiempo en que una noticia no era noticia si no aparecÃa en El PaÃs, ya ha pasado. Sin embargo, aunque existen revistas del mayor interés (mientras tanto, El Viejo topo, Viento Sur, Archipiélago, etc.), y experiencias como Diagonal, lo cierto es que son medios de alcance muy limitado, restringidos a la gente más “enteradaâ€?. La contrainformación pues hay que buscarla en la Red, pero ésta, si quiere ser masiva, no puede ser “partidariaâ€?, ni tampoco muy selectiva, que ya existen para la “familiaâ€? y alguna gente más, y está muy bien. Pero el asunto es otro, el asunto es, primero, la actualidad, la amplitud, segundo, que sea un punto de encuentro. Eso solamente podÃa surgir a través de un esfuerzo de idealismo militante; idealismo que ha de nutrirse de realidades, o sea de reconocimientos y de los logros.
Sin duda esto es un reconocimiento, y éste mismo debate
Ese punto de encuentro no puede darse sobre lo que debe ser, que ya nos gustarÃa, sino por lo que es, y la verdad es que las izquierdas alternativas son variadas de narices, además apenas si empieza a levantar cabeza. Tiene sobre sus espaldas la suma de derrotas más el desconcierto de un tiempo en el que la descomposición de la URSS, de los paÃses llamados socialistas, más del antiguo movimiento comunista, y todo lo demás (ofensiva neoliberal, desestructuración industrial, destrucción de los canales tradicionales de la cultura popular, individualismo, etc). De ahà que una tentativa de alternativa informativa no pueda por menos que reflejar atrasos, desconciertos, los más diversas puntos de vistas. De ahà la dificultad de establecer unos lÃmites. Pero lÃmites deben de haber.
Supongo que resulta obvio en los casos de insulto, y sé de lo que hablo. No tengo muchos problemas en que alguien me rebata en términos ásperos, pero no consiento lindezas como agente de la CIA, traidor, y mucho menos que se mezclen amistades veneradas (como la de Wilebaldo Solano), y no digamos a mi mamá. Fuera insultos, pero hasta donde, ¿qué ocurre cuando el polemista no respeta los códigos más elementales, coloca al adversario en el campo mercenario, o se lanza a denigrar como entiendo que resulta ostensible en los artÃculos de Txema Bofill cuyo último alarde ha sido tratar a alguien como Lluis Llach de “la gallineta del Vergésâ€?, supongo que por sus opciones sexuales. No me preocuparÃa mucho de los partidos institucionales, sobre todo si no aportan estudios o propuestas, ya que ellos tienen su prensa. Pero no rechazarÃa crÃticas razonadas pro la izquierda a Chávez o Castro, porque, sinceramente, desconfiar con argumento no es malo, es bueno. Yo que he firmado por la candidatura de Chávez he torcido el morro con lo del partido único, sobre todo cuando la propuesta viene desde arriba, y porque la elección del lÃder está fuera de cuestión.
La verdad es que lo que está haciendo el equipo de Kaos es una proeza de la estirpe del Ruedo Ibérico y del increÃble Juan MartÃnez, y por lo tanto, creo que se hay crÃticas que hacer, cuando se hagan partan de este punto previo. Eso lo saben quizás mejor que nadie los que tienen que alimentar páginas semanales o mensuales. Yo que soy un señor serio, que llevó más cuarenta años leyendo “mi periódicoâ€? (o sea desde mi propia lectura), ahora abro Kaos una o dos veces por dÃa. Tomo nota de las luchas obreras, repaso los actos y movimientos, atiendo todo lo que me parece importante, a veces para saber lo que sé, otras veces para ampliar “mi periódicoâ€?, registro los mejores artÃculos, asà es que cada dÃa mi impresora me ofrece una parte de Kaos, por supuesto, hay veces que entro y salgo. Desde luego, también consulto otras páginas, pero por lo general son las afines, o las más especializadas.
En Kaos se habla de lo que habla la izquierda. Pero también genera, los compañeros y compañeras no harÃan el esfuerzo que hacen por informar de las luchas y de las actividades si no supieran que mañana o pasado su trabajo aparecerá en Kaos. Creo que ha dejado de ser una plataforma de agitación para serlo también de reflexión y debate. Hay autores que uno espera para leer, y los que creemos antes en la vedad que en las patrias partidarias, lo mismo nos da Fernández Buey que Amorós. Por supuesto, no todo es trigo, pero en la medida ñeque existe un amplio margen de libertad, existe la posibilidad de rebatir con la garantÃa de que pasara por más que en la redacción guste más o guste menos. Kaos es ya puente. No solamente intergeneracional, también entre continentes. Desde que publico en Kaos encuentro muchos más artÃculos mÃos reproducidos en América Latina. También llega a la militancia castellanoparlante europea, lo sé porque me lo dicen amigos de aquà y allá.
Me hace gracia con lo del “trotskismoâ€?. Claro que no deja de ser natural que una escuela como la estaliniana, y además en su acepción exaltada, considere como preocupante aportaciones que le cuestionan. Si todavÃa creen que –como en la URSS- hay que eliminar a los trotskistas, a los anarquistas y a los incontrolables, la Web debe parecerles un suplicio. El problema empero es que el antiestalinismo ya es ninguna exclusiva de los nietos de Don León, en realidad está escampado en todas partes. Se equivocan quienes piensan que los insultos y las descalificaciones van atenuar los trabajos de fondo, argumentados, documentados, tan respetuosos con la “buena feâ€? de la tropa que, paradójicamente, provocan rechazos similares entre los anticomunistas y a veces entre los ácratas más integristas. Curiosamente, también hay una propuesta de debate con el anarquismo que hasta ahora no ha pasado de algunas notas en el Foro. Dicho rechazo nos dice bastante de lo que importa Kaos. Esos muchachos que aprenden las falsificaciones más groseras no se acercan a las páginas de SinPermiso o a las de Viento Sur, ya habrÃan infartado. Si lo hacen a Kaos porque es un puente obligatorio, y debe ser muy fuerte tener que leer que todo lo que le cuentan es pura mentira. Pero por alguien lo tendrán que saber.
En realidad hace meses que soy un asiduo, y la verdad es que después de diversas experiencias periodÃsticas, estoy asistiendo a esta con las mismas ilusiones que antes de mil derrotas. Creo que no se trata de un caso personal, y creo que una comparación temporal me darÃa la razón. En tan poco tiempo la ha visto crecer a lo largo y a lo ancho, o sea en la amplitud de las informaciones, y en la profundidad de los textos de opinión. Adelante, porque ya soy mayor, y no creo aguantase otra "debâcle" más. Como decÃamos cuando tenÃamos veinte años: “!esto nos es más que el comienzo¡â€?. |
Mira també:
http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=28374 |
This work is in the public domain |
Comentaris
Re: Kaos, las opiniones de un abuelo
|
per ya |
22 des 2006
|
"Desde hace años que algunos de los representantes de la última generación militante –la conocida por la “del 68�,"
SÃ, la generacià de "dani el rojo", el rostre de la revolució del 68 a frança... El mateix que més de 30 anys després, sent eurodiputat dels verds animava a la gent a fota Sà a la Constitució europea, de caire neoliberal econòmic...
Per sort, els francesos/es li ho van dir ben clar: NO. I és que els del 68 han traït a les generacions en lluita posteriors i com a resultat ja ningú els hi fa cas.
En altres paraules, els qui corrien davant dels grisos, ara al poder en envien els mossos... |
Debats esterils.
|
per K. |
22 des 2006
|
Francament, aquest debat sobre el sentit i l'orientacio de la "Kaos en la Red" estaria molt millor a la propia pagina de Kaos principalment perque esta completament centrat en la seva realitat i respon a la manera que aquest col.lectiu veu les dinamiques que es desenvolupen en els moviments d'"esquerra". "Las opiniones de un abuelo" que en/la "Pepe Gutierrez-Alvarez" comparteix (classificant-ho en tres seccions diferents!) no són més que un exemple més del egocentrisme de certs moviments i postures polítiques que tenen una tendencia extranya a repartir carnets, otorgar bendicions d'autenticitat i erigir-se en els guardians d'una suposada linea d'acció que al final serveixen per a consolidar la cultura de guetto, la automarginalitat com a mostra d'autenticitat i la substitució de la manca d'idees i discursos renovadors/es per la reiteració absurda de consignes i slogans que francament no aporten gaire (un exemple, els comentaris amb els que gent de Kaos sempre sota diferents pseudonims i en majusucules "adornen"algunes noticies. Una mirada a la pagina serveix per a confirmar la necesitat que experiencies com Indymedia, Diagonal (que els hi va fer una entrevista i els va proporcionar espai) i la Directa tirin endavant. |
Re: Kaos, las opiniones de un abuelo
|
per Paco MartÃnez Soria |
23 des 2006
|
Párrafo-1: "representantes de la última generación militante". Concepto periodÃstico idiota, semejante a generación, por ejemplo, de la República, donde se pondrÃa en el mismo saco a Largo Caballero, Azaña o Durruti. Como es lógico, al primer comentarista se le representa el 68 en la foto de Cohn-Bendit, ante la cual sólo cabe el insulto.
Párrafo-2: “lo que el movimiento democrático y social habÃa acumulado desde la mitad del siglo XIX...Un trabajo arduo de formación, de acumulación de fuerzas, y de extensiónâ€?. La Historia para este señor es semejante a la vida de un tendero, un proceso de acumulación de dinero y mercancÃas, en el que ocasionalmente se puede sufrir algún retroceso. Ayuno de dialéctica, prefiere la linealidad.
Párrafo-3: ¡puff! Mejor dejarlo. A la hora de debatir ideas debe creer que el argumento biológico de su disfraz de abuelete tolerante nos hará digerir mejor las piedras frÃas que nos sirve en el plato. Pues no.
Me fui a ver que era “sinpermiso� y “Viento Sur�: no irán a “mis favoritos�. Y Kaos, que ya estaba bajo, cayó 10 puntos más en mi ranking de lecturas. |
|
|