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Notícies :: amèrica llatina
La impunidad de Pinochet
per José Gregorio González Márquez Correu-e: caminosaltair@hotmail.com (no verificat!)	11 des 2006
Pinochet muere y con él parte del oscuro destino de Chila
LA INMUNIDAD DE PINOCHET José Gregorio González Márquez El general Augusto Pinochet, hombre oscuro y sombrío para la historia de Chile y América Latina acaba de fallecer. Desde que asumió el poder por la vía de la violencia el 11 de septiembre de 1973 hasta su muerte vivió en la más absoluta impunidad; ningún tribunal de justicia chileno fue capaz de condenarlo por la cantidad de asesinatos que bajo su responsabilidad se cometieron durante la dictadura que instauró en su pueblo. Existe en el colectivo chileno un sentimiento de impotencia pues todos los intentos que se hicieron para buscar la condena del esbirro y sus secuaces resultaron infructuosos; la larga mano del fascismo no desapareció cuando Pinochet obligado por su pueblo se vio obligado a dejar el gobierno. Conservar su influencia dentro del seno de la oligarquía política y militar de Chile le permitió seguir detentando poder hasta el extremo de evadir la justicia de los más de trescientos expedientes y causas abiertas en su contra.     Recordar el golpe resulta doloroso. Sin embargo, más difícil es olvidar la cantidad de asesinatos, desapariciones forzadas, torturas, persecuciones y violaciones a los derechos humanos que el régimen de Augusto Pinochet asestó al pueblo chileno. Salvador Allende —el compañero Presidente— gana las elecciones el 4 de septiembre de 1970; el pueblo soberano le dio el respaldo para que dirigiera los destinos del país. A partir de ese momento comienza una nueva propuesta política para Chile; aún cuando dura poco, el pueblo chileno inicia el camino hacia una verdadera autonomía social, política y económica.     El compañero Presidente Salvador Allende fue derrocado usándose como pretexto la necesidad de salvaguardar la defensa de «la civilización occidental y cristiana» y «el respeto a la personalidad humana». Los militares que se sublevaron con la anuencia de sectores civiles, se dedicaron a extirpar cualquier tipo de resistencia popular provocando la violación permanente de los derechos humanos. El 11 de septiembre de 1973, la felonía derribó en Chile al gobierno constitucional de Allende quien llegó a La Moneda con el voto y el apoyo popular. Hoy, después de 33 años y paradójicamente el día en que se conmemoran los derechos humanos en el mundo, fallece el dictador. Quizás no se consiguió sancionarlo en vida; sin embargo, la moral del pueblo que permanece intacta y con su dignidad a cuestas lucha para que estos hechos no vuelvan a ocurrir.
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